Cenicienta – Capítulo 28: Celos (5)

Traducida por Den

Editada por Sakuya


Con eso, somos amigos, así que me permitirían visitar el Palacio. El chambelán llamó su atención otra vez.

Aunque conseguí el permiso de visita del Palacio por valor nominal, me alegro de que no le haya disgustado mi petición.

Finalmente se marchó con el chambelán y la puerta se cerró detrás de ellos.

Tan pronto como la puerta se cerró, madre colapsó en su asiento, riendo.

—Jajaja, de tal palo tal astilla… —dijo.

Mi madre se rio tontamente, padre suspiró mientras se giraba para mirarme.

—Tienes que estudiar un poco más ahora. Estás en aguas peligrosas.

¿Eso…? ¡¿Cómo soy como padre?!

♦ ♦ ♦

Cuando llegamos a casa, recibí un sermón de padre y me dijo que debería reflexionar. Pero, ¿sobre qué debería reflexionar?

No, estoy recostada en la cama pensando en ello. Pero mis pensamientos se dirigen inevitablemente hacia el general Brennan. Me puse un poco ansiosa.

El general Brennan quería que fuera su esposa. Besó mi palma. Me había avergonzado lo suficiente como para sonrojarme, pero me sentía feliz y『nyonnyo』.

Sus manos eran tan grandes y olía a bosque. Su barítono que reverberó a través de mí, me provocó un calor en la boca del estómago, sus centelleantes ojos avellana…

¡Es demasiado bueno! ¡General Brennan, te amo! Presioné mi cara contra la almohada y pataleé de la emoción. Una persona tan maravillosa, ¿por qué te fijas en mí? ¡Qué milagro! Tal vez debido a esto, he usado toda la buena suerte de mi vida. Me gustaría comprometerme lo antes posible, si es posible, antes de que el general pueda cambiar de opinión. Para que las cosas sean un hecho consumado. ¿Sería posible que los sentimientos del general cambiaran? Pensar en el compromiso me hace sentir impaciente.

Me siento insegura.

Nuestras edades son demasiado diferentes, no tengo habilidades especiales, no soy absurdamente hermosa. Mi personalidad es algo… ah~ Esto puede ser difícil. No conozco al general muy bien, y él tampoco me conoce bien. Si lo piensas, nuestro amor parece estar construido a partir de cosas inestables y ambiguas como creencias y malentendidos.

Aun así…

—Quiero verte, general Brennan —dije a la habitación vacía en voz baja.

Podríamos reunirnos y llegar a conocernos mejor y pensar: “Somos diferentes a cómo me lo imaginé”. Pero no hace mucho que te vi y ya quiero verte. Incluso si lo digo en alto, sé que no tiene sentido, pero no puedo parar de hablar y pensar.

Quiero verte, pero no puedo reunirme contigo.

No sé cómo podemos reunirnos. ¿Qué excusa utilizan los amantes de este mundo? Me pregunto si también quieres verme.

Suspiré.

Mi amor, ¿dónde estás?

Mis pensamientos eran como un oso en una jaula; dando vueltas y vueltas. Ese pensamiento me hizo reír.

Alguien llamó a la puerta, contesté y Marie entró.

—Milady, es la hora del té. ¡El cocinero hizo una tarta de limón!

El té estaría bien, pero no tenía ganas de comer por alguna razón. Pero Marie me arrastró al comedor. ¿Tanto quería comer la tarta de limón? Cuando entramos a la habitación, me quedé sin aliento por la sorpresa. Estaba lleno de ramos de flores rosas.

— ¿Qué es esto? —le pregunté a Marie.

—Son de parte del general Brennan para usted, Señorita. —dijo con orgullo.

Es mentira.

Madre puso la mejilla en su mano y miró las flores con una suave sonrisa.

—En lenguaje de las flores, el arreglo significa: “eres atractiva”.

— ¿Por qué madre sabe tanto al respecto?

—Eso es lo que Oliver nos dijo.

Como esperaba, no creía que madre fuera la clase de persona con conocimientos del lenguaje de las flores. Pero, ¿por qué un mayordomo conocería el lenguaje de las flores?

— ¡El encanto de la Señorita finalmente es apreciado! ¡Lo consiguió!

Miré las flores, ¡¿el general Brennan creía que era atractiva?! El mensaje podría ser involuntario. Debe de haber escogido este arreglo porque le gustó. Incluso si es así, estoy feliz.

Mi cara estaba rosa.

Tomé asiento y Oliver amablemente colocó el té y un trozo de la tarta delante de mí con una sonrisa amable.

—Es algo bueno, Señorita.

—Gracias. —dije mientras tomaba un pedazo de la tarta. Pensé que no lo quería, pero el refrescante sabor agridulce me llenó de alegría.

♦ ♦ ♦

Hablé con madre y Marie un poco después del té. Un poco más tarde, me dirigí a mi habitación. De camino, Oliver me detuvo. Me entregó un sobre blanco.

—Esto vino con las flores. Pensé que preferiría leerlo usted misma.

Rápidamente miré al remitente y mis mejillas se pusieron calientes.

—Gracias, Oliver. —dije. Rápidamente regresé a mi habitación.

Fui directamente al asiento de la ventana y abrí el sello.

Era del general Brennan, por supuesto. Sus sentimientos estaban escritos en una escritura majestuosa. Decía que quería verme y abrazarme. Había estado celoso de que me llevara bien con el Príncipe Stephan y le gustaría arreglar la boda lo antes posible.

¡Oh Dios mío! La carta me hizo sentir febril y tímida.

Estaba celoso, me hizo feliz.

Igualmente estaba celosa del Príncipe, que era cercano al general Brennan.

¡También seamos amigos!

5 respuestas a “Cenicienta – Capítulo 28: Celos (5)”

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