La Aristócrata Demonio – Capítulo 11

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


—No lo entiendo…

Estaba extremadamente preocupada mientras seguía tocando el trozo de papel con mis dedos.

Esa mocosa campesina… ¿era una campesina? ¿Estás seguro de que no querrías dárselo mejor a la señorita Hendra Rickson…?

En blanco.

—Ah, está bien, Rose. Si las cosas llegasen a tal extremo, entonces me pondré yo mismo un vestido de novia.

—Entonces me pondré yo mismo un vestido de novia.

¿Cómo se suponía que iba a sentirme bien y aliviada con eso? Todo lo que podía sentir era ansiedad.

Por ahora, lo escribí en un pedazo de papel, ¿Estás seguro que no querrías dárselo mejor a la señorita Hendra Rickson? Ah, está bien, Rose. Si las cosas llegasen a tal extremo, entonces me pondré yo mismo un vestido de novia. Pero ni así podía comprenderlo.

Si sólo fuera la primera mitad.

¿Estás seguro que no querrías dárselo mejor a la señorita Hendra Rickson?

Ah, está bien, Rose.

Probablemente significaba que estaba bien incluso si no le daba el Cristal de Hielo a Hendra. Si ese fuera el caso, lo entendería. Pero, ¿acaso Heath no se siente atraído por la mocosa campesina como le pasó en la historia? ¿Era malo que no recordara los detalles de cómo debería haber sido el acoso en la historia? ¿Hendra no debería haberse autodestruido en el festival de música?

De todos modos, la parte que no entendía para nada era la que venía después.

Si las cosas llegasen a tal extremo, entonces me pondré yo mismo un vestido de novia.

No tengo idea de a qué se refería con eso. Para empezar, en ese mundo, no existe una costumbre donde sea normal que los hombres se pongan vestidos de novia. No es normal, sin importar qué. Sin importar a qué se refiere.

En primer lugar, según la historia original, pronto Heath debería empezar a cansarse y sentirse enfermo de la villana en la que me había convertido. Justo alrededor de esta época, esa mocosa campesina debería empezar a llevarse bien con la madre de Heath, la Reina, y comenzaría a susurrarle cosas contra la villana. Me pregunto, ¿por qué vendría a verme debido a su preocupación por mi bienestar?

— ¡Ah! No lo entiendo, ¡no lo entiendo! ¡Maru!

— ¡Sí! ¡Ya he preparado su lanza de diamante para usted!

—Jeje. ¡Vamos!

— ¡Sí! ¡La estaba esperando!

Odio las cosas que no puedo entender. En momentos como estos, tengo que mover el cuerpo. Arrugué el papel y lo tiré en el papelero. Entonces, me dirigí a la habitación de Sujata junto a la mía y toque la puerta.

—Hermano, ¿estás aquí?

—No quiero morir aún…  Además, no tengo intenciones de llevarme bien contigo.

— ¿Oh? ¡Conoce tu lugar como mi hermano mayor!

Bueno, de todos modos, las capacidades físicas de este mocoso son inferiores a las de mi tropa de guardaespaldas. De todos modos iré, ya sea que el venga conmigo o no. Riley me habló cuando me vio caminando hacia el vestíbulo con mi lanza.

—Señorita, por favor, mantenga la calma.

—Ja, ridículo.

No hay forma de que pueda calmarme cuando estoy a punto de comenzar una cruzada.

Bien, ¿a dónde debería ir? Ahora que lo pienso, Heath había dicho que estuvo cazando Elementales, ¿no?

— ¡Bien! ¡Vamos a la caza de Elementales! ¡Empecemos con los del este, destruyamos a los Elementales de Luz!

— ¡Entendido! Como desee, señorita.

De este modo, los dragones conocidos como Elementales de Luz, se extinguieron. Los Elementales de Fuego del sur y los de Oscuridad del oeste, también desaparecieron por completo.

Varias naciones que interactuaban con los dragones fueron forzados a activar el Código Angelique. El Código Angelique fue algo decidido por el Consejo Mundial en el año en el que destruí mi primera nación. Parece que es algo para prevenir que cause calamidades a otras personas. Bueno, sea lo que sea que esos débiles humanos intenten hacer, es inútil.

Y así, le di una gran cantidad de Cristales de Fuego, Luz y de Oscuridad, como regalo a Heath. Mmm, es sólo como agradecimiento por su regalo, sólo como agradecimiento. No tiene nada que ver con que alguien tan abrumadoramente poderosa como yo esté satisfecha con algo como un Cristal de Hielo. Absolutamente no.

6 respuestas a “La Aristócrata Demonio – Capítulo 11”

  1. wuajajajajajajja simplemente no se puede con esta prota….. ese príncipe acaba de causar la extinción de los pobres dragones.
    La parte de la lanza de nuevo morí de la risa, igual con el cálmese señorita.
    Una bomba andante la prota

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