Marietta – Capítulo 21: Para la primera noche

Traducido por Kaori

Editado por Narumi

Corregido por Aurora Blue


Sierra tenía una gran cantidad de experiencia en acicalar a Marietta, pero esta vez se encontró en el lado que estaba siendo acicalado. No obstante, al haber nacido dentro de la nobleza, estaba familiarizada con el hecho de que alguien la ayudara con la preparación básica; así que, no estaba demasiado angustiada.

En el cuarto de baño todo su cuerpo fue lavado y masajeado con aceites perfumados, y su cabello peinado hasta hacerlo brillar; , consiguiendo que todo su encanto fuera sacada a la superficie. Al finalizar, el pelo rubio platino de la doncella que, por lo general mantenía suelto, fue peinado con un estilo elegante, dejando la mitad de su cabello en un moño suelto sujeto sobre su cabeza con pasadores de plata adornados con piedras y flores. El vestido del azul de Stellaus acentuaba sus elegantes curvas convirtiéndola en una extraordinaria belleza.

—¡Qué linda! ¡Fantásticamente hermosa! —exclamó, emocionada, Marietta—. En realidad, podría confundirte con una heroína salida de mis novelas. Con lo atractivo que es Sir Adlan, solo sé que harán una estupenda pareja, al igual que en una de ellas.

—Muchas gracias, mi lady. Y a todas las demás, gracias por este favor.

Sin embargo, lo siento muchísimo, pero este no es el romance que parecen considerar. Mi falta de experiencia me empujó a preguntarle a Sir Adlan si podía…

Marietta estaba rebosante de entusiasmo, más feliz de lo que Sierra esperaba. Al igual que el grupo de sirvientas y asistentes, quienes asentían satisfechas con su trabajo. Arrastrada por el estado de ánimo reinante, pero sintiéndose algo culpable por engañar a todo el mundo, solo pudo esconder sus complejas emociones y asentir, agradecida con todos por su esfuerzo.

♦ ♦ ♦

Cuando se escuchó el sonido del carruaje aproximándose, Adlan salió con su corazón acelerado a saludar a Sierra.. Teniendo en cuenta cómo había forzado las cosas entre ellos, había pasado bastante tiempo ansioso sin saber si en realidad vendría.

La puerta del carruaje se abrió y estiró su mano para escoltar a la dama, pero en el instante quedó enraizado en el lugar como una estatua de mármol. Sus ojos contemplaron la figura que tenía delante con verdadero asombro, la mujer de plata que antes lo había cautivado, lucía las mejillas sonrosadas y vestía un atuendo refinado y elegante, que hacía resaltar su excesiva belleza. Por unos segundos, permaneció congelado sin saber qué decir. Cuando recuperó la compostura, expresó a la dama la opinión que merecía.

—Sierra… Esta noche se encuentra más hermosa que de costumbre. Yo sólo podría asentir con la cabeza si alguien fuera a reclamar que eres la diosa de la luna misma. Dígame, ¿estaría bien pensar que tal belleza es por mi bien?

Con el sabor de esas líneas azucaradas, Adlan intentó contener con agilidad su estado de sopor. Sin embargo, el encanto de Sierra había cautivado de forma certera su corazón.

—Sir Adlan…

Sierra apoyó su mano en la que él le ofrecía y una sonrisa tímida afloró en su rostro cuando los labios de Adlan depositaron un suave beso en sus dedos.

—Tales engaños menores no servirán para nada —advirtió, Sierra—. Después de todo, hay un gran número de cosas que me gustaría preguntarle, Sir Adlan.

Sierra juzgaba que era un verdadero experto en el manejo de las mujeres, por lo cual, tendría que ser muy cuidadosa de la conducta engañosa de Sir Adlan.

—Espero que la señora entienda la intención tras mí… tan cálida bienvenida…

—Evadir el tema será un esfuerzo inútil —le cortó, Sierra.

—Estoy siendo bastante serio gracias a usted, Sierra, ¿no lo sabías? Si regala una vista tan fascinante, estoy seguro que no habrá un solo hombre que pueda mantener su corazón impasible ante tanta belleza. Ya que soy un adulto capaz, no voy realizar un plan apresurado ni seré impulsado por sentimientos a medias; sobre todo cuando usted se ha apoderado por completo de mí y ha despertado mi sentido de responsabilidad.

Adlan permaneció caballeroso hasta el final, pero Sierra advirtió en la profundidad de sus ojos un primitivo destello de ferocidad; igual al de una bestia que espera el momento preciso para apoderarse de su presa. Ella solo pudo mantenerse en silencio.

Cuando entraron en la residencia, los sirvientes se alinearon para saludarla; con el mayordomo principal en la vanguardia.

—Por favor, entre. Todos los sirvientes aquí reunidos estamos encantados de poder servirle hoy.

—Yo…

—Esta es la dama Sierra, quien será la nueva señora de esta casa —declaró, Adlan, con total confianza. Su brazo envolvía la cintura de la doncella para atraerla hacia él.

Sierra sólo pudo forzar una sonrisa cortés.

—Esta cena fue planeada con muy poca anticipación, pero los chefs han estado dando todo de sí; así que, ¿qué tal si vamos a disfrutar de ella?

Después de terminar la cena llena de la sincera consideración de los chefs, ambos se retiraron a la habitación privada de Adlán para beber unas copas.

—Sir Adlan, ¿no le parece que está haciendo algo más de lo que pedí?

—Está en lo cierto. Sin embargo, aceptar su primera vez significa que estoy preparado para aceptarla como mi esposa. Por lo menos, en lo que a mí respecta —terminó otro trago de alcohol fragante—. Ahora, no quiero hablar demasiado. Ya que es, en esencia,nuestra noche de bodas. ¿Está bien con eso? Aunque, incluso si pregunté, podría no sería capaz de enviarla a casa aunque se niegue. Hoy se ve demasiado hermosa, demasiado hermosa —Adlan dejó el vaso a un lado, luego tomó la mano de Sierra en la suya antes de hablar de nuevo—: Lo propondré de manera formal, entonces. Sierra, ¿te convertirías en mi esposa? Si te unes a mí, nunca tendrás que preocuparte por un matrimonio inesperado que te llame de vuelta a Stellaus; podrás pasar tu vida al servicio de la princesa Marietta. Por supuesto, también haré todos los esfuerzos necesarios para asegurar que vivas una vida feliz. Por la paz continua entre Stellaus y Oltaire y, sobre todo, por mi alegría, ¿no te casarás conmigo?

Si me caso con Adlan, podré quedarme al lado de mi princesa.

—¡Si! —Cuando se presentó ante ella lo que podía considerar la ventaja número de ser la esposa de Sir Adlan, dió una respuesta afirmativa por reflejo. Al tomar conciencia de lo que había dicho, la invadió el nerviosismo—. Yo, quiero decir, yo… —farfulló.

El discurso de Adlan había sido muy elocuente, mucho más de lo que ella había esperado, obligándola a actuar por impulso.

Adlan la arrastró hacia él y la abrazó con fuerza.

—¡Has dicho que sí, Sierra!

La boca de Sierra se esforzó por hacer cualquier aportación antes de que fuera sellada con un beso. El ataque concentrado la hizo tambalearse en el sofá. Con las mejillas teñidas del mismo rojo del de sus labios gruesos, alzó sus ojos azules y brumosos hacia Adlan en reproche.

—Sir Adlan…

—Lo sé, mi bella dama. Tal como prometí, la abrazaré y le enseñaré mucho sobre cómo se siente el amor.

—¡Eso suena muy diferente de lo que yo… ¡Eeep!

Adlan la levantó entre sus brazos, y la joven no pudo más que agarrarse de su cuello; luego, fue llevada a la cama y depositada encima de las sábanas.

—Eres adorable, Sierra. Te amo, ¿sabes? Y en breve voy a hacerte mía —Los ágiles dedos de Adlan se abocaron a la tarea de abrir los diversos botones y deshacer las cintas de su vestido—. Para asegurarme de que aprenda correctamente, no vamos a apagar las luces, ¿entendido?

—¡No, por favor! ¡Apague las luces!

—No. Quiero empezar enseñándole varias cosas; para ello, es necesario que esté iluminado. Podemos apagar las luces la próxima vez.

—¿Huh? ¿Empezar? ¿La próxima vez?

En cosa de segundos, el vestido de Sierra fue retirado de su cuerpo, dejándola solo con su ropa interior; su dignidad fue reemplazada por la timidez y la vergüenza.

—Hacer una cara tan adorable solo me excita más, ¿sabe?

Luciendo una sonrisa afable y con bastante prisa, Adlan se deshizo de casi toda su ropa; sin embargo, la mirada avergonzada de la joven hizo que su sonrisa se ensanchara y se volviera perversa. Retiró sin prisa el último artículo que vestía, dejando a la vista de Sierra su espléndido y desnudo cuerpo.

La mejillas de la doncella se tiñeron de rojo escarlata. De inmediato apartó los ojos de la figura varonil.

—Sabes que puedes mirar tanto como quieras, Sierra —la incitó, Adlan. Se subió a la cama, se acomodó junto a Sierra y depositó un beso en sus labios—. Está bien mirar y tocar; después de todo, voy a ser tu marido. Por otra parte, nada de esto se permite con otros hombres. ¿Lo entiendes?

—S-Sí… —musitó Sierra. Su corazón martilleaba con prisa ante la cercanía del cuerpo desnudo y sobrado en músculos de Adlan.

Oh, Lady Marietta. Usted tenía razón: ¡él es en realidad, bastante musculoso!

Aquellos músculos de ensueño la inmovilizaron, al tiempo que la figura desnuda se apretaba contra ella.

—Nunca te dejaré ir por toda mi vida, ¿sabes? —declaró, Adlan.

¡Entonces mi vida entera no será más que un desfile de músculos!, pensó, un poco en pánico, la joven.

Del cuerpo caliente y sólido del hombre emanaba el olor espeso de la pasión. Aquella fragancia envió un choque a través de los instintos de Sierra.

—Sir Adlan…

En trance, sus dedos blancos de forma instintiva trazaron a lo largo de su pecho.

—Muy proactiva, eh.

Con aquel incentivo, Adlán la besó una vez más y comenzó a deshacerse su ropa interior.

—Oh, esto es vergonzoso…

—La mayoría de los obstáculos han sido eliminados. No hay porque sentir pena.

—Ahhn…

De los labios de la joven se alzó una dulce voz cuando un beso aterrizó justo detrás de su oreja.

—Qué piel de un blanco tan brillante —elogió, Adlan—. Y este olor suave es bueno y embriagador. Dejar que otro hombre la conozca de tal manera, es impensable —declaró, mordisqueando a lo largo del cuello. La succión de sus labios fueron dejando una línea de flores rojas mientras su lengua descendía y ascendía por la sensible piel—. Porque eres mía.

—Ahh… Mmm… —débiles gemidos escaparon de los labios de Sierra, y las palmas de Adlan se abrieron paso por su cuerpo.

—Sierra, Sierra, dame tu todo y tendrás mi todo a cambio.

La declaración susurrada con una voz profunda la sacudió hasta el fondo de su estómago. Su lengua traviesa se burló de su oído mientras que sus manos le masajearon el pecho, y una sensación desconocida la estremeció, provocando que se retorciera.

Como cada pulgada de su cuerpo fue asaltada, la sensación desconocida y agradable embotó todos sus sentidos; Sierra no conseguía entender qué ocurría con ella.

—Ahn… Sir Adlan, si haces eso…

—¿Por qué? ¿Se siente bien?

—¡Ahhn…!

La lengua de Adlan se sumó a las caricias prodigadas a su pecho; con cada toque de las manos expertas, una nueva ola de placer se estrellaba en su vientre..

—Su cuerpo honesto es muy digno de mis enseñanzas —la animó, Adlan—. Aquí, mire estos pequeños picos de carne. Se han vuelto bastante rígidos. Enrojecidos, se ven bastante deliciosos. ¿Qué tal si hago esto?

Atrapó ambos pezones con el pulgar y el índice, frotándolos con suavidad.

—Ahhh, espere. Por favor, no tanto… ¡Nhg!

Incapaz de soportarlo, Sierra se aferró a los brazos templados del hombre con los ojos llorosos, su cabeza sacudiéndose de lado a lado.

La vista tentadora de la inocente dama, agitó a la bestia feroz dentro de Adlan.

Era comprensible que su petición fuera ignorada.

Los dedos del hombre aumentaron la presión sobre los picos sonrosados, y una oleada de entumecimiento recorrió el cuerpo de Sierra. Su espalda se arqueó ante el estímulo; todo su ser era jalado por aquel estímulo. Las caricias constantes no dejaban una sola brecha que le permitiera respirar.

—¡Hyaaahn…!

La voz de Sierra se alzó una vez más cuando esos puntos rojos fueron mordisqueados. Su cuerpo se sentía febril, su zona íntima necesitada de atención. De forma instintiva, se frotó contra el muslo de Adlan.

—Ahora, bien. Parece que alguien está disfrutando de mis atenciones. ¿Me dejaría echar un vistazo para saber qué tan bien se siente?

—¿Echar un vistazo?

Sierra quedó sin aliento cuando Adlan, exhibiendo en el rostro un hambre bestial, deslizó su mano hacia abajo para alcanzar aquella zona entre sus piernas que tanto ardía.

—Ahora, mi buen estudiante, ¿me dejaría echar un vistazo?

Aurora Blue
¡Uff! ¡Guau! No se ustedes, pero como que la temperatura en mi habitación subió varios grados. ( ꈍᴗꈍ)

13 respuestas a “Marietta – Capítulo 21: Para la primera noche”

  1. Y van a consumir su primera noche de novios 😍😍😍🤩🤩🤩

    Sin duda este par se los adelantó 🤭🤭🤭😏😏😏🔥🔥🔥

    Muchísimas gracias por el capítulo 💜🌸💜

  2. Ya desde antes quería que estos dos se quedaran juntos, pero pense que solo sería un sueño lejano…vaya que no XD se a cumplido, aunque falta que ella se de cuenta de que lo quiere no solo por Marietta, aunque no creo que haga falta mucho tiempo este Adlan es todo un conquistador😍

    1. A mí me parece apresurado, todo. Se siente tan insatisfactorio, por qué de la noche a la mañana “te amo casemosnos” me da tanta mala espina … ._. hubiera sido mejor si hubieran mostrado dos o tres capítulos como ellos eran compatibles de alguna forma.
      Siento como si los hubieran pegado como yo en la escuela primaria… con saliva. Realmente pensaba que se pegaban si dejaba mí saliva . ._.

  3. Como cuando uno pensaba que Marietta y Belvant iban a ir primero, llegan estos dos y nos sorprenden a todos~~
    ¿Soy la única que tiene calor??

  4. Hace calor ¿eh? Adlan si que sabe como hacer temblar a Sierra y bien cuando le dijo ‘sí’ fue por Marietta, se verá ahora que acaben (que no es por dejar de lado a la princesa, pero en serio acá se puso buena la cosa y como que… se sabe, esto está bueno), ya los shippeaba desde la primera vez que ambos se cruzaron ashjsd mis plegarias han sido bien recompensadas. Gracias por la traducción!!!

  5. Kyyyyaaaaaa! Esto está cada vez más interesante no esperaba, ver emparejados a esos dos pero hacen una pareja genial. Marietta fomentando el amor a los músculos 😍necesito el siguiente. Gracias por el capítulo

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