Marietta – Capítulo 9: Debido a que desean reunirse

Traducido por Kaori

Editado por Narumi

Corregido por Aurora Blue


Belvant llevó a Marietta en brazos, todo el camino hasta su habitación, y la colocó en el sofá.

—Muchas gracias, Sir Belvant. Me alegra que me hayas invitado hoy.

Ella se aferró de forma inconsciente a su camisa como si le pidiera que no se fuera mientras le miraba con sus ojos azules un tanto nublados. Ante la fascinante visión, el autocontrol del General agitó las cadenas de su reputación,  casi sucumbió a las palabras susurradas en su oído por el demonio malvado, que era su consciencia lujuriosa.

Ella ya es tu prometida, ¿cuál es el problema si la besas un poco más?

Sin embargo, sintiendo la sensación de sed de sangre fría de Sierra, él apartó los ojos de esos labios de pétalos de rosa y su gran figura retrocedió. 

Si hubieran estado solos, Belvant habría sucumbido a la tentación; habría empujado el cuerpo de Marietta sobre el sofá, para luego besarla por todas partes, deleitándose de sus dulces gemidos.

—Tómese su tiempo y descanse.

Manteniendo su rostro inexpresivo como una pared de hierro, le dio una última mirada más antes de salir de la habitación.

Ah, tan de ensueño… 

A pesar de que esa mirada intensa sólo había durado un momento, su pecho se tensó. La enamorada Marietta solo pudo hundirse en el sofá con un suspiro.

—¿Se encuentra bien, Señorita  Marietta? —preguntó Sierra mientras preparaba un té de hierbas para calmar los nervios. Según su punto de vista, ante ella había una doncella colapsada por el agotamiento después de una terrible cita con el General.

—Sí, estoy bien. Es sólo que, debido a varias cosas, me siento algo perturbada.

Recordando los músculos cálidos y flexibles de Belvant, así como la forma en que había tomado su primer beso, Marietta se sonrojó. Se cubrió el rostro con las manos, sintiéndose feliz y emocionada de nuevo.

Estoy tan avergonzada; avergonzada, pero al mismo tiempo, quiero ser abrazada cada vez más. ¡Kyaaaa!

—Princesa, qué… ¿Qué pasó?

—¡Tan embarazoso! Dime, Sierra, ¿me pregunto qué fue?

Fue un beso profundo, pero… 

—Estaba tan caliente, y me sentí completamente llena cuando se deslizó dentro. 

Aquella lengua… 

—No sabía que la de un hombre sería tan grande. Estaba tan llena de ella que casi dolía… 

La lengua dentro de mi boca.

—P-Princesa, no querrá decir… 

¡Cómo es posible! ¿Estaba su preciosa princesa diciendo que el General la devoró igual que un lobo hambriento?

—Después, ni siquiera pude estar de pie. ¡Qué embarazoso!

—Princesa…

¡No hay manera! ¿¡A pesar de que ni siquiera están casados, todavía…!? ¡Y ser tan brusco que la princesa no pudo soportar estar de pie después!

—¡Oh, cielos! Los botones de mi camisa están todos desalineados.

Al notar un pequeño sentimiento de incomodidad en sus pechos, Marietta soltó una risa tímida mientras desabrochaba los botones. Entonces, Sierra se encontró con una visión impactante.

—¡Princesa, ¿esas marcas rojas…?!

—¿Huh?

Hincada al lado de su pecho blanco, una marca evidenciaba el vigoroso asalto del General.

El rostro de Sir Belvant estaba  justo aquí, y luego, sus labios sobre mi pecho… 

—¡Nooo!

Recordando la ardiente figura de Belvant enterrando su rostro en su pecho para, acto seguido, besarlos, Marietta chilló y se apuró a cerrar su camisa.

—Eso no es. Sierra, esto es… Ya ves… 

—¡Ese salvaje haciendo tal cosa en el cuerpo de una princesa antes de casarse! —Con lágrimas en los ojos, Sierra apretó los dientes—. Y hacerlo al aire libre, a pesar de ser la primera vez de mi señorita. Princesa, ¿no tienes ningún dolor?

—¿Hm? No, no duele en absoluto. Me sorprendió ya que fue mi primera vez, pero, de alguna manera, tuve una sensación agradable y esponjosa.

—¡¿Agradable?! No puede ser. ¿Es algún tipo de genio asesino, ese bestial General?

Al final, las preocupaciones de Sierra llegaron a un punto crítico. Necesitó una hora llena de pregunta tras pregunta, hasta conseguir toda la verdad del asunto.

♦ ♦ ♦

Los días siguientes, la protegida joven sin experiencia, incluso en lo referente a  beso, quien admiraba sin reservas al joven corpulento, varonil, intrépido y hermoso General hasta el punto de la idolatría, aun fantaseaba con aquel caliente y pegajoso beso de adultos. Durante todo el día en su cabeza no habría nada más que Sir Belvant, dejando de lado su tarea de ayudar con la planeación de su matrimonio, llevándola a la situación actual: un enamoramiento pasional por aquel cautivador hombre. 

Antes de encontrarse cara a cara con Belvant, sólo mirar su retrato había sido suficiente para satisfacerla. Pero ahora, después de conocerlo, de tocarlo, de respirar su olor… Bueno, y de todas aquellas cosas que habían compartido juntos, era incapaz de conformarse con un simple lienzo.

Cómo deseo volver a encontrarme con él, permitir que me abrace y luego… Sin saber qué hacer con esos sentimientos inmanejables, Marietta solo pudo soltar un suspiro desgarrador y continuó reflexionando: Aquí lo estoy deseando, pero ¿Sir Belvant me estará anhelando? Para un caballero con experiencia como él, debo parecer inmadura, y mis p-pechos, no son tan prominentes como los de una dama adulta de la corte. Tal vez a él no le importa mucho este compromiso… 

Presa en su autocompadecimiento, se conmovió hasta las lágrimas.

—Señorita Marietta, ¿se siente mal?

Ella estaba bajo la enfermedad llamada Amor.

Sierra no podía imaginar que Marietta había caído por el General a primera vista, ni comprender la angustia de su princesa. Como tal, sólo podía pensar que su extraño estado se debía a la fatiga y la tensión mental de encontrarse en un país extranjero para contraer matrimonio.

En poco tiempo, el rumor de que la princesa Marietta había permanecido más tiempo del necesario en su cama se había tergiversado por completo cuando llegó a oídos de Belvant.

—¿Marietta está con mala salud?

Aún cuando sabía que su amigo no lo estaba culpando, Adlan, quien había transmitido la noticia, no pudo evitar estremecerse por su usual mirada de acero.

—Bueno, es comprensible. Es una jovencita delicada, quien se convirtió en la futura esposa de un hombre desconocido de forma abrupta. No solo eso, tuvo que abandonar su hogar para hacer efectivo este compromiso..

Además, su compañero es el hombre más temido del país, a quien ningún enemigo le mostraría simpatía. Ni siquiera sus allegados más cercanos se atrevían a pensar en él con la “simpatía de un guerrero”. 

—Su circunstancia debe parecerle desalentadora. ¿No es algo natural que se sienta cansada? Creo que mejorará con un breve descanso.

—¿Es así? ¿No es alguna enfermedad complicada?

Adlan se estremeció ante el tono de voz bajo que presionaba por respuestas.

—No, bueno ya que no soy médico, no puedo decir con certeza que estoy en lo correcto, pero… 

—Voy a reunirme con Marietta.

—¿Huh? ¿Ahora mismo?

—No sabré nada si no veo la situación con mis propios ojos.

—Bueno, eres ese tipo de hombre, ¿verdad? ¡Muy bien! Tenemos montañas de trabajo aquí, pero una corta visita debería estar bien.

Habiendo llegado a una conclusión, Belvant se apresuró en dirección a la habitación de Marieta. Su amigo de la infancia, Adlan, lo siguió esbozando una sonrisa amplia.

♦ ♦ ♦

—Deseo ver a Marietta.

—Oh, e-en seguida.

La petición fue hecha con una cara digna de alguien desafiando a duelo a un adversario cualquiera. La dama de guardia se encogió. En ese momento, Sierra apareció y le bloqueó el paso. Su mano apretaba con firmeza el cuchillo que mantenía escondido entre  los pliegues de su falda.

—¿Qué negocios tienen ustedes por aquí?

—Estoy aquí para preguntar por la salud de mi prometida.

—Lo siento, señorita —se disculpó Adlan asomando su cabeza por un costado de la barricada gigantesca que era el cuerpo de Belvant.

—La señorita es incapaz de encontrarse con usted en estos momentos. Espero que entienda que lo mejor es no perturbar su tranquilidad. Si no lo hace, varias cosas podrían complicarse.

—¿Es así? Pues voy a escucharlo de la propia princesa.

Marietta en esos momentos se encontraba en el balcón, ajena a la perturbación que ocurría en la puerta de al lado. La mitad de su cuerpo se apoyaba en el barandal mientras pensaba en su amado General Belvant Fargus.

—Sir Belvant —suspiró.

—¡Por favor, espere! —Se escuchó amortiguado desde la otra habitación.

—¡Marietta! 

Tras la alta exclamación, la puerta de la habitación se abrió de golpe y la figura del General pareció ante la muchacha. 

—¿Sir, Belvant…? —Ante la repentina aparición de la persona que pesaba en su corazón segundos antes, Marietta quedó perpleja—. Ah…

En el instante en que los ojos de la princesa se nublaron, Sierra saltó delante de su señorita y se interpuso entre ella  y Belvant.

—¡General Fargus, ¿qué es esta audacia!?

—Me disculpo por molestarla, princesa.

Apartando  a Sierra hacia un lado, el General se plantó ante Marietta. Adlan, por su parte, hizo lo posible por calmar a la enfurecida doncella.

—Bien, estamos siendo groseros —se disculpó en nombre de su amigo—, pero sólo estamos preocupados por la salud de la princesa. No hay otras intenciones por parte del General, así que, ¿podría perdonarnos?

—Marietta, ¿he oído que su salud no ha sido buena?

Belvant ignoró por completo la mediación de Aldan mientras cogía con delicadeza una de las manos de Marietta, y los ojos de ambos se encontraron.

—¿Está lo bastante bien como para salir de la cama? ¿Está comiendo adecuadamente?

—Sir Belvant… Y-Yo… tan sola… —Las lágrimas brotaron de sus ojos.

Debido al temblor de sus labios, la princesa fue de nuevo malentendida.

—Así que se ha sentido sola. Es entendible: fue separada de sus conocidos, obligada a vivir en un país lejano y aislada en su habitación… —Aunque no entendió del todo el significado, el General se preocupó e intentó consolarla—. Hay varios lugares que quiero mostrarle, pero si descuidara mi considerable trabajo… Marietta, ven.

—¡Eep!

De repente fue elevada del suelo, y sus lágrimas dejaron de fluir al instante por la sorpresa. Ella se aferró al cuello de Belvant, quien la tenía sujeta de un solo brazo y pudo capturar algo de su esencia. Su rostro se sonrojó.

—De esta manera, no tendrá que esforzarse más. 

Con el hermoso rostro del hombre en su línea de visión, Marietta, avergonzada, escondió el suyo para ocultar  la brillante sonrisa que floreció en su rostro. Un sentimiento abrumador, una alegría asombrosa, hizo brotar de nuevo sus lágrimas.

—¡Por favor, suelte a la princesa! ¡¿Qué tiene que decir sobre este ultraje?!

Malinterpretando esas lágrimas como una materialización de su miedo, Sierra, alzó la voz para detener al General de lo que a todas luces parecía un caso de secuestro.

—Está todo bien, así que cálmese. No va a ha hacerle daño, se lo aseguro… No, en serio, cálmate Señorita doncella. ¡No hay necesidad de usar ese cuchillo! —intentó pacificarla Adlan, caminando a su lado.

Por su parte, ajena a la confrontación de esos dos, Marietta solo podía concentrarse en sus pensamientos felices.

Sir Belvant, estoy tan contenta. Qué maravilloso, qué amable; he sido tan bendecida con este prometido mío. 

El rostro de Marietta floreció mostrando los encantos de una dama, se aferró al cuello de Belvant apretando su cálido cuerpo contra el suyo. El General pudo aspirar su  suave y dulce esencia, la cual casi lo despojó de su razón.

Ah, como están las cosas, si hubiera una cama… ¡No! ¿Cómo podría yo hacer tal cosa?

10 respuestas a “Marietta – Capítulo 9: Debido a que desean reunirse”

  1. Rindo até ñ mais poder😂🤣😂🤣😂🤣😂🤣 amando essa novela 😆😆😆 obrigada pelo seu trabalho duro Reino de Kovel 😘

  2. Considerando que Marietta hizo que la sirvienta creyera que prácticamente la violaron… es sorprendente que mi Bely no haya sido apuñalado tan pronto como lo vio. ¡¡Marietta, tienes que hablar más!! XD

  3. X’D esa sirviente ya esta de metiche :’c , pero la princesa es otra por no decirle que lo ama uwu , si sigue asi se crearán malentendidos y todos pensarán que en realidad le asusta :/

  4. Amarres a esa sirvienta entrometida, como se le ocurre meterse en el camino de Sir Belvant y quererlo mantener lejos de Marrieta, cuando apenas que se están conociendo

    1. Veamos desde la perspectiva de la doncella personal,ella cree que es una joven princesa inocente que es protegida y no sabe nada del mundo y que a tan solo 18 años de edad la mandan a un pais desconocido a casarse sin tener con ella a su lado a sus familiares y conocidos,piensa que debe sentirse sola y en especial asustada por el prometido que tiene,que se le conoce como un demonio de la guerra, frio y despiadado,para que su princesa que es alguien “inocente” se tenga que comprometer con alguien así pues siente compasión por ella,aparte de que solo anda malinterpretando lo que ha sucedido entre ellos dos,por ejemplo que la primera vez se asustó por la sangre que tenía (esto es mitad cierto,pero no por la sangre en si,si no porque pensó que la sangre de él y se asustó al pensar que estaba herido),también en su segundo encuentro la trató friamente o así se puede ver en el exterior ya que nadie sabe que en verdad no tiene experiencia en tratar a una mujer y menos a una tan “débil,frágil e inocente dama”,y ahora en su tercer encuentro pensó que fue forzada y violada de una forma tan brusca como una bestia,que dejó a la princesa con los pies frágiles a tal punto de que no puede caminar,ten por seguro que a este punto desde su perspectiva ya sería un milagro que no lo apuñalara nada más apenas viendolo.

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