Problemática hija del Duque – Capítulo 4: Presiona para obtener la razón de sus lagrimas

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya

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Todavía estaba oscuro cuando Francesca se despertó. En la ventana se podía observar el cielo oscuro gradualmente tornándose azul, abrió los ojos justo antes del amanecer. Echando un vistazo al reloj en su pared, eran las cuatro de la mañana.

—Buenos días, Fran.

— ¿Eh?

De repente, escuchó una voz en la oscuridad de su habitación, Francesca tembló al mismo tiempo que la cama crujió.

— ¿León?

Leonhart, estaba a la izquierda de Francesca, en su cama. Sus ojos azules brillaban en la tenue luz. Centelleando como zafiros.

Hermosos…

Francesca miró los ojos de Leonhart por un momento… Hah, he vuelto a caer.

No, este no es el problema en este momento. ¿Por qué León estaba en su habitación?

Francesca se perdió en sus recuerdos mientras trataba de recordar lo que sucedió. Lo que no le tomó mucho tiempo.

Leonhart visitó la habitación anoche. Él la besó y la empujó con fuerza, luego le lamió las orejas y el cuello. Pero eso no fue todo. Él había tocado su pecho sobre la parte superior de su ropa. Muchas, muchas veces.

Recordando el pasado, podía sentir su corazón latiendo y su cuerpo creciendo de emoción. Sintió los pezones levantarse erectos.

—U… ha. —Francesca sintió que le faltaba el aire.

Su aliento era cálido y febril. Leonhart tenía una sonrisa burlona en el rostro.

— ¿Recuerdas lo que pasó ayer?

Leonhart se estaba burlando de ella. Francesca se sonrojó a causa de la vergüenza.

—Eres tan linda, esa es la forma que usas para invitarme, me da ganas de intimidarte y bromear contigo.

Leonhart se rio entre dientes y luego extendió su mano. Una vez más, sus dedos tocaron su pecho.

—Ah.

Leonhart sonrió y dejó de mover su mano mientras la miraba. Cerró los ojos e inspiró profundamente. Luego miró directamente a Francesca.

—Lo siento, Fran… Debería haber preguntado antes. —se disculpó con una expresión seria, su hermoso rostro solo estaba enfocado en ella, fue difícil para Francesca mirarlo a los ojos.

— ¿Puedes decirme por qué estabas llorando?

—Eso… —Francesca tartamudeó —Estaba llorando porque es doloroso ser arrojada por León. No importa cuánto nos amemos ahora, cuando venga la heroína, seguramente me echara lejos de su lado.

Pero, ¿cómo podía decirle sobre eso? ¿Cómo podría discutir acerca de ese tema con él? Porque, sin importar qué ruta escogiera la heroína, León se enamoraría de ella a primera vista. Incluso si no fueran una pareja, pase lo que pase, descartaría el compromiso con Francesca. Enamorarse a primera vista es algo que sucede instintivamente, no podría evitarlo sin importar cuánto lo intentara.

El compromiso con León se disolvería, incluso, si la heroína se fuera por otra ruta. Está destinado. No hay nada que ella pueda hacer.

—Me gustas, haré lo que sea por ti. Si alguien o algo te está molestando, eliminaré cualquier obstáculo… así que dímelo. ¿Cuál es la razón de tu dolor?

—No me sucede nada.

—Estás mintiendo.

—No es una mentira.

—No, es una mentira. Te he estado observando desde que éramos niños, a ti, la chica que es tan bonita que parece un hada de invierno, con tu cabello plateado siempre brillante, unos ojos rojos y redondos y, una piel pálida que parece desaparecer si se tocaba. Incluso si cerraba mis ojos, puedo recordar tu figura claramente, desde que te conocí, solo te he estado mirando a ti, Fran, si tienes problemas. ¿No vas a confiar en mí? ¿Es tu novio alguien de quien no puedes depender?

La voz de Leonhart era tranquila, él intentaba persuadirla para que hablara. Cuando terminó, miró a Francesca por un momento y luego la abrazó.

—Fran, me gustas. Te quiero. Por favor, déjame ayudarte.