Boda relámpago – Capítulo 52: Día de Esquí

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami

Corregido por Meli


Después de la cena, en familia, nos sentamos a ver la televisión. A Jiang Li le desagradaban los programas de espectáculos, sin embargo, no se atrevió a criticarlos porque a mi madre también le gustaban.

El favor de mi madre hacia Jiang Li, me hacía sentir incómoda, aun así, me apoyé en su hombro para ver el programa.

—Mamá, Jiang Li siempre dice que estos programas no son buenos. ¿Crees que tiene algún problema?

Ella dejó de reírse y apartó mi cabeza con brusquedad.

—Que a ti te guste, no significa que a los demás también. ¿Qué te enseñé? ¿Acaso ya lo has olvidado?

Froté mi cabeza, no satisfecha, me recargué en su hombro otra vez y continué avivando el fuego.

—Jiang Li también dijo que ver estos programas vuelven a uno más estúpido.

Mi madre me empujó una vez más hacia Jiang Li.

—Lo que quiso decir fue: aquellos que son estúpidos se volverán más estúpidos después de ver estos programas.

Intenté acercarme para razonar con ella; ¡¿cómo podía proteger a expensas de su propia hija?!

Pero no esperó mi respuesta, empujó mi cuerpo contra el de Jiang Li.

—No te aferres a mí. Mi obligación de criarte ya ha terminado. ¡La persona que debe apoyarte ahora, es él!

¡Cielos! ¡Soy yo quien lo apoyaba y quien cocinaba para él!

Quería refutar, pero Jiang Li me abrazó con fuerza, apoyándome en su pecho y acariciando mi cabeza con su barbilla. ¡Él era mi esclavo! Pero no podía atarcarlo sin resultar siendo la víctima de mi madre.

—Solo fue una broma ocasional con YanYan. No esperaba que lo recordara. —Sonrió.

¿Cómo iba a ser una broma si me lo decía todas las semanas?

Luché hasta que me dejó ir. Me apoyé en el sofá y pasé mis manos por mi cabello, lo miré con enojo. Él sonrió y actuó como si no lo estuviera regañando, sino seduciendo. ¿Seducir? Eso es algo que solo harían Wang Kai o Xue Yun Feng.

Negué con la cabeza. El mundo se estaba volviendo cada vez más inexplicable.

Por la noche, abracé a mi madre y con una sonrisa, le pedí dormir con ella.

—¿Qué tonterías dices? —Me apartó con impaciencia.

—Mamá, quiero dormir contigo. —Me froté contra ella como un pequeño niño mimado, ella siguió ignorándome e incluso bostezo—. Hace mucho tiempo que no dormimos juntas…

—Mamá, YanYan te echa de menos. Duerme con ella al menos esta noche. —Hizo una pausa y luego añadió—: De todos modos, nosotros tenemos mucho tiempo para estar juntos.

Mi madre lo consintió fácilmente y yo la seguí, no sin antes lanzar una mirada asesina a Jiang Li.

Me tumbé sobre la cama, mi madre se acercó y me golpeó la cabeza.

—Dime, ¿te peleaste con Jiang Li?

—No… —respondí mientras me frotaba la cabeza.

—Xiao Yan, ya no eres joven. —Dejó escapar un largo suspiro—. Espero que estés bien al lado de Jiang Li.

—Mamá, piensas demasiado. —Me reí con nerviosismo.

Mi madre me miró fijamente.

—Eres tú quien no sabe apreciar. Jiang Li es muy bueno contigo.

Finge ser bueno, porque es mi esclavo.

—No es fácil encontrar a un hombre que esté dispuesto a comprometerse de por vida. No sabes cómo apreciar a Jiang Li.

Enterré mi cabeza en la colcha sin responderle. Hasta entonces, no me había planteado la posibilidad de pasar toda mi vida junto a él y aunque la idea no me desagradaba, me sentía vacía.

♦ ♦ ♦

Temprano por la mañana, mi madre ya había desaparecido. Se negó a decirme a dónde iría.

Después del desayuno, junto con mi esclavo, salí hacia la estación de esquí.

A Jiang Li le gustaba más el snowboard que el esquí. Tal vez uno era más elegante que el otro, para mí, que no conocía ninguno de los dos, no había ninguna diferencia. Él había prometido enseñarme, pero cuando pisé la tabla, sentí como si mis pies estuvieran encadenados, por lo que me quedé quieta por el miedo a caer. Sin embargo, Jiang Li me dio un empujón desde atrás.

Volé como una flecha disparada hacia adelante. Aunque suena exagerado, la velocidad, que aumentaba conforme bajaba, era suficiente como para asfixiarme. Asustada y desesperada, miré hacia atrás y agité los brazos, con la esperanza de reducir la velocidad. Pero fue inútil. No tenía el control, era como estar en un auto no tripulado en espera de que ocurriera un accidente.

Y entonces, el accidente sucedió: con un estrepitoso sonido, caí sobre la nieve, casi ilesa, ¡me dolía el trasero!

Jiang Li se deslizaba, sin caerse, de izquierda a derecha sobre su tabla. Tan pronto como vi la calma en su rostro, me puse furiosa.

Jiang Li sonrió y extendió su mano para ayudarme. Lo rechacé, me puse de pie y, aprovechando que no estaba atento, le di un fuerte empujón que nos llevó a los dos al frío suelo.

—¿Por qué hiciste un ataque sorpresa? —pregunté mientras lo sacudía, sujeta de su cuello.

La sonrisa en su rostro, brilló con los tenues rayos del sol. Sus largas pestañas bailaban con el viento. La imagen hizo estremecer mi corazón y poco a poco lo solté.

—Solo quería probar tu equilibrio.

Sus largas pestañas me atrajeron e intenté tocarlas. Estaba usando guantes gruesos y tenían nieve pegada. Se sorprendió y volvió la cabeza para evitarlos.

—Guan Xiao Yan, no pierdas el tiempo.

Lucía feliz, con torpeza, retiré mi mano y retomé el tema.

—Entonces… ¿cómo está mi equilibrio?”

—Bastante bien —contestó con una sonrisa, yo me sentí feliz, por desgracia, él continuó—: Tu cerebro no se desarrolló por completo, pero el cerebelo aún tiene esperanza.

Me había esforzado mucho por levantarme, pero al escuchar sus palabras, casi me caí de nuevo. No podía contradecirlo, no todos habíamos nacido con habilidades extraordinarias como él.

Él se puso de pie con movimientos gráciles y elegantes, era muy atractivo.

—Está bien, vamos a empezar con la lección —comentó luego de quitarme la nieve del cuerpo.

Me froté el trasero. Me sentí triste ante la vista del bello paisaje nevado y su alta y recta figura.

Se paró en la cima de la pendiente de nieve y dijo:

—Cuando te deslizabas, cometiste un error común: querías detenerte. De hecho, si mantienes la postura correcta y sigues avanzando, empezarás a deslizarte bien. Siempre hay algo en el mundo que, una vez iniciado, no puede detenerse, ni controlarse, como esquiar o… por ejemplo…

—¿Por ejemplo? —Me rasqué la cabeza.

—Adivina. —Sonrió con reticencia

¿Adivinar? ¿Adivinar qué?

—Jiang Li, si no tienes ganas de sonreír, no te fuerces. No hay una regla que diga que un esclavo tiene que sonreírle siempre a su amo.

Se tambaleó y casi perdió el equilibrio. En mi opinión, su habilidad para esquiar podría no ser tan buena como parece.

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