Emperatriz del Bisturí – Capítulo 4

Traducido por Maru

Editado por Nemoné


Len miró a su hermana menor, pero Elise no tenía nada en particular que decir.

Esa noche la cena terminó abruptamente con una atmósfera incómoda.

—Tengo algo en lo que pensar. Así que volveré a mi habitación.

Luego ella volvió a su cuarto. Chris miró a su hermano mayor.

—Hermano, llegaste a casa después de mucho tiempo. ¿Por qué la atacaste?

—Solo estaba siendo honesto con mis pensamientos.

— ¿Tienes idea de lo buena que ha sido últimamente?

— ¿Buena? ¿Esa chica? —resopló Len, lo que hizo que Chris se enfadara.

—Hermano mayor, ¡ni siquiera la has mirado! ¡En estos días ella…!

—La he estado observando durante quince años, ¿pero ahora me dices que ha sido buena? Prefiero creer en las rosas del sol del oeste.

— ¡Hermano mayor!

Chris intentó alzar la voz pero Len negó con la cabeza.

—No más tonterías. Detente. Necesito volver con los caballeros.

Chris suspiró profundamente. Ese obstinado e inflexible hermano mayor suyo nunca creerá que ella ha cambiado, a menos que lo vea con sus propios ojos.

Aun si lo viera, no sé si lo creerá, ya que siempre le gusta sospechar de algo primero.

—Has estado ocupado últimamente. ¿Cuándo volverás?

—Quién sabe. Creo que será difícil por un tiempo.

—El puente de armas se va a quedar fuera de la Expedición Klin, ¿verdad?

El Barón asintió con la cabeza.

—La Expedición Klin por ahora va a ser cubierta por el segundo cuerpo, pero si la República de Francois decide unirse, entonces también asistiremos al puente de caballeros de la realeza.

—Entonces hay una posibilidad de que tengas que asistir.

—Sí, obviamente no es como que la Mancomunidad simplemente renuncie al control del mar. —El clima era fresco, así que Len se puso un abrigo ligero—. Chris, hazlo bien.

— ¿Qué?

—Todo. En casa debes cuidar de la familia. En el poder ejecutivo debes tener cuidado de no manchar la reputación de nuestro padre.

Chris se rió.

— ¡Qué pasa con el regaño inútil! ¡Tú eres el que debe tener cuidado de las balas!

Len le devolvió la sonrisa.

—Está bien. Supongo que te veré la próxima vez.

♦ ♦ ♦

Mientras tanto, Elise se tiró sobre la cama y pensó profundamente.

¿Qué puedo hacer? Solo quedan dos meses para el banquete.

Elise intentó recordar al príncipe heredero.

Casarse con él fue el mayor error de su vida. Si no se hubiera casado, su vida no habría acabado de una forma tan trágica.

Por su bien y el mío, necesito detener este matrimonio.

Pero había un problema. Ese compromiso se produce después de que ella insistiese mucho en ello. Hace un año, cuando sólo tenía quince años, se enamoró a primera vista.

Para llamarlo un enamoramiento temporal, el suyo fue demasiado grande. La había llevado a enfermarse con mucha fiebre. Ella siempre tenía que conseguir lo que quería, así que molestaba a su padre para que la comprometieran con el príncipe.

Ese fue el problema. Funcionó.

Su padre Ed, el Marqués de Clarence, era el mejor canciller de este país y el amigo más cercano del emperador. El Emperador estaba más que dispuesto a establecer vínculos de sangre con su oficial de mayor confianza. Aquí fue donde comenzó la tragedia.

Ah… No es como si pudiera decir que cambié de opinión. Y es el compromiso con el príncipe heredero. Si el anuncio se hace público, no se puede cancelar por la reputación de la casa real. ¿Qué puedo hacer?

Se preocupó durante bastante tiempo. Aun pasando todo el día, no pudo encontrar una clara respuesta al problema. ¿Qué se puede hacer para anular la decisión que el Emperador ha escogido con todo su corazón?

Sin embargo, mientras ella seguía concentrada con cara de preocupación, Mary entró.

—Señorita, tome algo de té. —dijo mientras le ofrecía una taza de té caliente.

—Gracias como siempre, Mary.

Sin embargo, Mary no se fue, sino que se quedó ahí un momento.

— ¿Eh? ¿Qué pasa, Mary?

—Señorita… Yo… —Ella vagó por un tiempo y luego se cubrió su boca—. No sé qué es… pero por favor, no se preocupe. Seguramente funcionará. —La expresión de la joven sirvienta se puso roja y bajó la cabeza—. Su expresión era tan mala desde ayer… Lamento haber olvidado mi lugar.

Al oír esas palabras, se separó un poco y Elise se echó a reír.

—Mary, ¿puedes acercarte?

—Sí.

Cuando Mary se acercó, le dio unas palmaditas en la cabeza conmovida por su encomiable comportamiento.

—Gracias. Nuestra Mary ha madurado completamente en una adulta.

Nuestra Mary.

Esas palabras hicieron que su corazón diera un vuelco. Era una palabra que nunca había escuchado de nadie.

El cambio de la señorita era realmente extraño. Solo era un adolescente de dieciséis años, pero actuaba tan maternal, como una madura hermana mayor.

Por favor, no cambies. Quédate así para siempre.

Mary pidió un deseo y salió de la habitación.

Está bien. Pensó Elise mientras bebía su té. No importa cuánto tiempo me preocupe, no hay solución.

Sus ojos se oscurecieron.

—Solo hay una respuesta —Dejó su taza de té—. Un ataque frontal. Necesito decir mis deseos directamente al Emperador. No hay otra manera.

Después de todo, quien estaba en el cuerpo de Elise era la mente de Ji Hyun. Se veía suave, pero era una cirujana recta con sangre de hierro hasta la médula. De hecho, viviendo en la Tierra nunca tuvo que ser hábil o perspicaz. Todos los problemas los enfrentó de frente.

Cortaría el cordón Gordiano. Significaba cortar un nudo enredado, y era la forma favorita de un cirujano para resolver problemas.

Podría recibir un gran castigo.

Fue ella la que insistió en ese compromiso y también la que se echaba atrás. Aun si era la hija de su mejor amigo, el emperador la consideraba una sobrina, y probablemente se enfadaría.

No hay ayuda. Incluso si me castigan, me lo merezco, pero debo cancelar este compromiso.

Con ese pensamiento, comenzó a planearlo.

Aun si vas a cortar un nudo enredado, debes planear cada paso.

De esa forma, trata de pensar un modo de superar la ira del Emperador y cómo hacer que este la escuche apropiadamente.

♦ ♦ ♦

La oportunidad de encontrarse con el emperador llegó antes de lo esperado.

El Emperador los invitó a ella y su padre a tomar el té.

Supongo que él quiere verificar cómo soy, ya que voy a ser emperatriz.

Esa no era la primera vez que se reunía con el Emperador desde que el Marqués y éste eran cercanos. Incluso cuando era niña lo había visto a veces y él la adoraba como a una linda sobrina.

—Señorita, ¿qué estilo de vestido debería pedirle a la diseñadora Evelyn?

—No, está bien. Usaré un vestido que ya tengo.

—Sí, pero… ¿Está segura de que está bien con eso?

—Sí, después de todo, tengo muchos vestidos.

—Pero…

Qué inútil extravagancia. Pensó Elise mientras sacudía la cabeza.

En el pasado, cada vez que iba a un baile o hacía una visita al palacio real, siempre llevaba un vestido nuevo. Por supuesto, siempre tenía que estar hecho de los materiales más lujosos. Si vendía incluso uno de los vestidos después de usarlo solo una vez, se podía ganar una gran cantidad de dinero.

Ese tipo de vanidad sin sentido no es importante.

Cuando vivió como Song Ji Hyun, la cirujana, nunca necesitó un vestido. No tenía el tiempo ni la habilidad. También estaba cansada de las frivolidades de su primera vida. Toda la vanidad y extravagancia la enfermaban hasta los huesos.

Lo importante está en el interior.

Con ese pensamiento, entró a su vestidor. Incluso después de tirar una montaña de ropa, todavía había toneladas de vestidos llamativos y extravagantes por todas partes.

— ¿Qué vestido debemos escoger? ¿Qué pasa con este?

Mary sacó un vestido rojo vivo. Era tan espléndido como una rosa. Se vería bien en su piel pálida.

—No. ¿Tenemos algo más simple?

— ¿Qué tal este?

—No, es demasiado pomposo…

Elise reflexionó mientras miraba alrededor de su vestidor.

No hay nada adecuado que usar.

A diferencia de su primera vida, odiaba lo llamativo.

Las batas de doctor son las más cómodas.

No era como si pudiera ir a saludar al Emperador mientras vestía una bata de doctor. ¿No había nada simple ahí? No puede ser solo simple, también tiene que ser elegante al mismo tiempo.

Después de rebuscar durante mucho tiempo, pudo encontrar el estilo que le gustaba. Un vestido sencillo pero elegante.

—Iré con esto.

— ¿De verdad? ¿Está segura que le satisface ese estilo?

—Sí, me gusta este.

Miró el vestido blanco y asintió.

—La señorita es tan hermosa que un vestido elegante le convendría más.

Mary hizo un mohín pero Elise se puso el vestido firmemente.

—De todas formas, Mary.

— ¿Sí?

— ¿Lo que le pedí al mayordomo llegó?

—Sí, señorita. Pronto llegará a la finca.

—Bien. Gracias. ¿Puedes consultarlo una vez más con el mayordomo para que no llegue tarde?

—Sí.

Elise solo miró a la ventana, pensando que el día se acercaba.

Solo quedan tres días.

No era una exageración decir que su propia vida dependía de esta reunión con el Emperador.

Lo haré, absolutamente.

Ponía su cara en juego.


Maru
Bueno, y ya ni hablemos de los pijamas de hospital. Eso sí que es cómodo para trabajar

Nemoné
Siguiente capítulo ya disponible en Kovel Times edición 14. Además, el capítulo 6 en la edición 15; así mismo, el capítulo 7 en la edición 16 🙂

4 respuestas a “Emperatriz del Bisturí – Capítulo 4”

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