Dejaré de ser la subordinada de una villana – Capítulo 5

Traducido por Haru

Editado por Susibet

Corregido por Sharon

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Sacudiendo la cabeza ligeramente, confirmé que mi dolor de cabeza se había calmado. Miré alrededor de la habitación que estaba a mi parecer arreglada de manera muy dulce y encantadora, apropiado para la hija de un conde. También era espaciosa.

Bueno, incluso si estaba podrida, seguía siendo la hija de un conde. Era mucho más ancha que mi antigua casa que compré con lo que había ahorrado en mi vida anterior. Esta habitación tenía el tamaño de veinte tatamis, aproximadamente. No se podía comparar con la familia real o el duque, pero comparado con la vivienda de mi vida anterior en Japón, el espacio de ahora era mucho más lujoso.

Además, en adición de este cuarto, había una sala de estar privada y un pequeño dormitorio. En este momento, estaba en ese último, ¿pero que será esa habitación?

¿Lo usa cuando se cansa del dormitorio principal? Bueno, está bien.

Aparte de la puerta en la sala de estar en el dormitorio, había una que conducía al vestuario. Dentro, giré para ver todo. Era grande como yo… Mucho más… En otras palabras, mis vestidos de gran tamaño estaban abarrotados y colgados en este lugar.

Esto… Es terrible…

No me había dado cuenta hasta ahora ya que no había conciencia previa, pero las prendas están decoradas con volantes y cintas en todas partes. Es decir, cubren la ropa por completo para enmascarar mi cuerpo gordo…

¿Qué es esto? ¿Es un gusano?

Además, era enteramente de color rosa

Expansión del color… Con el conocimiento de mi vida anterior, estos vestidos gorditos eran los peores. Acentúan el ancho del hombro, y de repente cubrían alrededor de la cintura en la medida en que uno ni siquiera podía decir dónde estaba.

Fuerza de cubierta suprema.

Gracias a que tapaban casi todo mi cuerpo, era como una gran esfera. Si me empujaran, podría rodar. No, en serio.

Diez años en este robusto cuerpo… Si hubiera un torneo de sumo para niños, con esta apariencia no había error en que saldría campeona.

Por supuesto no tenía la fuerza de un luchador de sumo porque era una dama.

Solo iba fuera, dentro de los terrenos de la finca, para mi afición de jardinería y para las comidas de todos los días. Era todo lo que hacía.

—Esto también es delicioso… 

Sin la debida atención, olvidé lo que eran las restricciones y pedí repetir, gritando alegre sin límites.

Con cocineros expertos y la lindura de su hija, era inevitable que Cosette creciera tanto debido a sus padres.

Sí, horizontalmente… 

Pude confirmar la apariencia de una figura sobresaliente en el gran espejo de cuerpo entero instalado en el vestuario.

Uun… Gorda…

Después de reconfirmar mi desastrosa situación, me decidí a realizar una dieta.