Diario de observación – Capítulo 4: Bertia, 11 años

Traducido por Yousei

Editado por Raine


—¡Su Alteza, el día finalmente ha llegado!

Lady Bertia tenía los dedos entrelazados a la altura de su pecho; llevaba un hermoso vestido níveo y su cabello carmesí estaba decorado con pálidas rosas amarillas. El collar que le había regalado, adornado con joyas de un azul artificial, resplandecía en su pecho junto a la exquisita cadena llena de joyas que lo hacía más vibrante aún.

Ahora mismo estábamos solos en esta sala de espera; bueno, para ser exactos, dos de sus criadas y Zeno estaban parados en una esquina, pero hacían lo posible para mantenerse ocultos, es por eso que no es del todo incorrecto decir que estábamos solos.

—Ese vestido realmente le favorece Lady Bertia, se ve muy hermosa.

—Muchas gracias. —La joven me dirigió una sonrisa tensa pese a su aparente felicidad —¡Su uniforme blanco de caballero le sienta bien también, Su Alteza! ¿Así que ese es su traje formal?… Sinceramente, creo que palidezco a su lado. —Por alguna razón, parecía afligida después de tal comparación, aunque no tenía por qué sentirse así; lucía muy linda con ese hermoso vestido.

Por cierto, me pregunto cuándo comencé a hacerle elogios sinceros, tales como “linda” o “hermosa”, sin vacilar. Al menos, cuando nos encontramos por primera vez, juraría que solo la llamé “linda” por obligación. Cuando nos volvimos a ver de nuevo un año más tarde, la joven había cambiado lo suficiente como para que me lo replanteara, pero aún así no la consideraba tan hermosa como ahora. En cierto modo, todo eso se debe a que con los años su cara se ha vuelto más fina… pero yo era plenamente consciente de que, tanto su piel blanca cual porcelana sin defecto alguno, como su fogoso y reluciente cabello carmesí, junto con su delgado cuerpo, el cual comenzaba a mostrar signos de madurez, eran fruto de su trabajo duro.

—Se ha vuelto realmente hermosa —murmuré, inconscientemente reformulando lo que dije anteriormente.

Hoy, mirándola de nuevo, no pude evitar pensar que realmente había cambiado mucho.

—¿Dijo algo? Ah, ya veo. Su Alteza, necesita algo de mí, ¿verdad? Pero ahora mismo es un mal momento, después de todo, en nada voy a realizar mi memorable debut social y llevaré a cabo la segunda parte de mi “plan para corromper a padre”. Incluso si me lo pide usted, ¡no puedo escatimar energías para este evento crucial! —Dejé escapar un suspiro. Rectifico: su mundo interior no ha cambiado nada, todavía está lleno de historias incomprensibles.

Tal y como dijo, hoy es la fiesta anual organizada por la familia real en la que los jóvenes nobles entre trece y veinte años debutan en alta sociedad. Al asistir a este evento, nos volvemos parte de este mundillo.

Ese rango de edad tiene una razón también, y es que algunas familias han de prepararse más que otras, además de que suele haber alguno que otro problema con los jóvenes, como sus estudios, que a menudo les impiden asistir a esas fiestas.

A varios de los nobles de rango más bajo les es difícil costearse un atuendo adecuado, por lo que es natural que sus debuts sociales sean cercanos a la fecha límite por la necesidad de recaudar dinero. Y los jóvenes estudiantes, a su vez, suelen tener sus debuts antes de su partida o ya cuando vuelven a casa, por lo tanto terminarán haciéndolo tarde o temprano.

En mi caso, como formo parte de la realeza y soy bastante talentoso, además de que el año que viene comenzaré la escuela media en la Academia Halm, se decidió que realizaría mi debut el año que viene, en la primavera siguiente a mi treceavo cumpleaños.

No había ningún problema con ello, podría decirse incluso que era el orden natural de los eventos. Pero, el problema real era Lady Bertia: ella tenía once años, dos menos que yo. Como es mi prometida, se ha vuelto natural para ella acompañarme a las fiestas a las que asisto, sin embargo, es demasiado temprano para su debut social.

Además, si realizaba mi debut social, inevitablemente tendría que asistir a fiestas y a asuntos gubernamentales, de forma que necesitaba una compañera, por lo que me quedaban solo dos opciones: la hacía debutar conmigo tan pronto como pudiera, o hacía que una mujer diferente me acompañara.

No habría problema alguno de tener una hermana mayor, pero no era el caso. Técnicamente, si buscara entre mis parientes lejanos, encontraría a alguna mujer que pudiera acompañarme pero, como puede que me case, podría crear problemas con esos allegados. Y de acompañarme la hija de algún marqués, sería aún peor; no quiero ni imaginarme las molestias que podría traer a mi familia.

De no estar prometido, podría elegir a cualquier mujer de acompañante, incluso aunque siempre fueran mujeres distintas, no me dirían nada, pero tengo a Lady Bertia. No podía permitirme hacer algo así, ni tampoco quería.

En ese caso, podía pedirle a Lady Bertia que hiciera su debut social antes de tiempo y apoyarla si algo ocurría, o podía esperar a que ella cumpliera trece años para hacer mi debut, eso aplazaría las cosas hasta que cumpliera quince.

Para ser honesto, planeaba elegir la segunda opción.

Debutar a los quince años no es particularmente tarde, así que no hay grandes inconvenientes con ello; simplemente no podría participar en algunos asuntos de gobierno hasta que cumpliera esa edad. Aunque quieran que les ayude lo antes posible debido a mi talento, no es como si sin mí se dejarán de lado esos asuntos hasta el momento en el que tenga la posibilidad de intervenir. Ignoré las indirectas del estilo de “Sería genial si realizara su debut antes…”, esperando por ella, para estar seguro de que tenga la oportunidad de prepararse plenamente para su debut. La razón por la que cambié de opinión fue porque Lady Bertia me lo pidió.

Si debutaba a los once y cometía algún error, tendría que apoyarla un poco como su prometido, aún así, el peso que recaería sobre ella sería mucho mayor. Por otro lado, a mí me abriría muchas puertas. Las ventajas tenían mucho más peso que cualquier inconveniente, de forma que, a pesar del riesgo, no tenía razón alguna para negarme… incluso si ella aún seguía tramando esos planes divertidos.

—¡Sólo observe, Su Alteza! Todos los planes que llevé a cabo para convencer a padre han sido un fiasco, pero ¡hoy cambiará todo! —Levantó su puño al aire con entusiasmo y no pude evitar dejar escapar un bufido. Me hizo recordar todo lo que había hecho desde que declaró que volvería a su padre, el Marqués Nochesse, un villano.

Me siento un poco mal por el marqués, pero es una historia bastante interesante.

—Hablando de eso, el otro día, el Marqués Nochesse me dejó leer el documento que había escrito para él: “Los Fundamentos de la Villanía”. Estaba muy bien hecho.

—¡¿Qué?! —Saltó conmocionada ante mis palabras y, sonrojada, bajó la mirada—. ¡No puede ser! ¿Padre le mostró eso? ¡¿Cuándo…?! ¿Cómo puede haber ocurrido? Me siento tan avergonzada… —Me recordaba mucho al Zeno de hace un tiempo… Una vez, cuando fui a su habitación para matar el rato, terminé encontrándome con un libro que tenía oculto y que parecía muy interesante; no pretendía hacer nada malo con él, solo lo hojeé y lo dejé descuidadamente sobre la cama. Después de eso, Zeno vino hacia mí, completamente rojo, y empezó a quejarse febrilmente de que, por mi culpa, la sirvienta había visto el libro cuando limpiaba su habitación.

En ese entonces, era muy joven y, para mí, holgazanear era una buena forma de matar el tiempo… quiero decir, simplemente fui un poco descuidado y sí que me sentía un poco culpable aunque, pensándolo bien, también Zeno tenía parte de la culpa por dejarlo en un lugar donde yo podía encontrarlo. Cualquiera podría encontrar una caja fuerte escondida debajo de la cama y, a decir la verdad, es tan cliché poner la llave en un libro hueco de la estantería. Era como si pidiera a gritos que lo encontrara.

—Últimamente, el Marqués Nochesse y yo, solemos tomar té como amigos. En ocasiones, después de visitar a mi padre, hablamos de varios asuntos, es por eso que a veces hablamos de tí. Cuando me lo mostró, dijo que se lo habías dado como un regalo. —En realidad, acudía a mí para pedir consejos respecto a Lady Bertia, así que no estaba mintiendo del todo. Solo estaba omitiendo pequeños detalles.

Todo empezó unas semanas después de que Lady Bertia comenzó su campaña para convencer al Marqués Nochesse de volverse malvado. De la nada, el marqués me había enviado una invitación para tomar el té, como era la invitación de mi futuro suegro, y no tenía ninguna razón particular para rechazarlo, acepté sin vacilar. Y así, nos reunimos en el patio interior del castillo. Se veía bastante afligido, tras un silencio prolongado, abrió la boca y dijo en un tono grave:

—Príncipe Cecil, últimamente no he sido capaz de comprender los sentimientos de mi hija pequeña.

—¿Cuál es el problema? —le pregunté con una sonrisa en la cara; trataba de actuar con total normalidad, a pesar de que Zeno dejara escapar una pequeña carcajada.

Resumiendo mucho lo que había dicho, todo sonaba como: “Mi querida, pero estúpida hija, Lady Bertia, últimamente estuvo insistiendo en que me pase al camino del mal”.

Tenía muchas ganas de soltarle que ya sabía de esto, pues me lo había comentado tanto ella misma, como la persona que me enviaba los informes sobre ella, pero fui capaz de contenerme.

—Sí, ya veo, ¿entonces…? —lo animé a continuar.

Teniendo en cuenta que yo fui quien le dijo a Lady Bertia que no hablara sobre su vida anterior delante de otros, no puedo sacar el tema yo mismo; y como mi “enviado” está realizando su trabajo en secreto, no puedo hablar de él con el Marqués Nochesse.

—Príncipe Cecil, creo que si un miembro de mi familia fuera un criminal no traería nada más que deshonra a la familia. Sin embargo, mi hija parece no pensar del mismo modo… Es cierto que no apoya el asesinato, los robos con violencia o aplastar a otras familias… pero habla sobre cometer fraudes, hacer desfalcos, abusar de mi autoridad… Me dice constantemente que cometa algún crimen que no amerite la pena de muerte. El otro día, comenzó a crear documentos como éste… Pese a que está muy mal en el punto fundamental, está bastante bien hecho: es ordenado y fácil de entender; incluso tiene ilustraciones. Es bastante interesante como material de lectura, a pesar de todo… —Me mostró el libro: “Los Fundamentos de la Villanía”. El título, estaba cuidadosamente escrito con una letra muy femenina.

—¿Podría verlo? —pregunté antes de tomarlo.

No tengo idea de dónde consiguió esta información o qué tan confiable es pero… Hojeando el libro, pude ver el ingreso mensual aproximado de un primer ministro después de que extorsionara y usara su influencia para malversar dinero, junto con entrevistas a verdaderos criminales. El documento también contenía ejemplos ilustrados de cómo cometer ciertos crímenes junto a su descripción y el beneficio que se obtendría. Los dibujos ilustraban a una chica que se parecía a Lady Bertia, haciendo que el libro sea más interesante aún.

—Marqués Nochesse, me gustaría revisar este libro cuidadosamente. ¿Le importaría que lo tomara prestado?

—Claro que no, por favor siéntase libre de conservarlo. —Le dirigí una sonrisa radiante y, pese a que se sentía cansado, él me respondió con una igual.

De ser un libro de fantasía podría, incluso, disfrutarlo como una buena lectura pero, al parecer, toda esa información la obtuvo de informes reales… definitivamente tendría que revisar la situación y, de ser necesario, lidiar con ella.

Como existe la posibilidad de que necesite el libro para ello, lo pedí prestado. Por eso y no porque creyera que fuera interesante y quisiera leerlo.

Solo quería dejarlo claro.

—Pero, ¿cómo decirlo?… Es un desperdicio de talento; con este concepto tan interesante, podría hacer una guía turística para la capital, o algo por el estilo, y venderlo.

—Sí, eso es lo único positivo; es un estilo de dibujo un tanto inusual, pero las ilustraciones son lindas y encantadoras, seguro que serían populares.

—¿Debería proponerle la idea a mi padre para que, si se da la oportunidad, se le ofrezca el trabajo?

—Estaría muy agradecido. Últimamente, si hablo con Su Majestad acerca de las cosas buenas que hace mi hija, se niega a escucharme porque cree que soy un padre muy consentidor. ¿Por qué no es capaz de ver su estúpida lindura?

—Ya veo. Prefiero no comentar nada al respecto; pero si quiere que lleve esta propuesta a mi padre, necesito que Lady Bertia haga otro libro, pues no puedo mostrarle éste.

—Le pediré a mi hija que haga otro cuando surja la oportunidad. Por ahora, el problema principal es… el hecho de que intente, con todas sus fuerzas, convertirme en un criminal. Todos los días, desde el amanecer hasta el ocaso, de lo único de lo que habla es de eso. Hasta que se solucione, no creo que Bertia considere otras opciones.

—Emm… ¿Cómo decirlo?… Mis condolencias…

Lady Bertia es de las que siempre cumplen su palabra y, según los reportes que recibí, creo que comprendía la esencia de la situación… pero escucharlo del Marqués me hacía sentir un poco culpable por no haberla detenido. Como un simple espectador, me parecía tan divertido… es decir, lo sentía por él en cierto modo. Seguramente el Marqués apenas podía soportarlo, además, sentía que había envejecido y, probablemente, la causa es la insistencia de Lady Bertia.

Entonces, ¿qué debería hacer?

Si pudiera elegir, preferiría que Lady Bertia continuara con sus planes, al menos por un tiempo, porque era más diverti… quiero decir, porque me daría más información. Pero a este paso, el Marqués podría deprimirse y caer enfermo. Eso le causaría problemas a mi padre, pues Nochesse sería incapaz de cumplir sus deberes en lo que respecta a la administración del reino.

Oh, eso es. Solo debía hacer que el Marqués Nochesse desarrollara inmunidad ante los alborotos de Lady Bertia.

Si simplemente pudiera disfru… lidiar, sereno, con Lady Bertia cuando enloquezca, podría hacerlo también consigo mismo de algún modo.

Es un hombre muy talentoso, después de todo.

En ese caso…

—Marqués Nochesse, si Lady Bertia hace alguna cosa particularmente mala, como su prometido, yo la detendré. Creo que es buena idea no tomarse sus palabras en serio. Ahora mismo, está pasando por la pubertad… y, probablemente, comenzó a interesarse por los chicos malos, como muchas jóvenes de su edad.

—Pero, en ese caso, ¿no sería más natural que quisiera que usted, Su Alteza, se volviera un chico malo, en lugar de su padre?

—Realmente ama a su padre; probablemente, lo admire más de lo que me admira a mí. Es por eso que debe ver a su hombre ideal en usted.

—Eso no puede… —se trabó con sus propias palabras—. Aunque, en realidad, es posible.

Estoy muy orgulloso de mí mismo por no murmurar para mí mismo algo como: “Estúpido padre consentidor”.

—Además, como usted puede ver, aún soy joven; no hay forma en que pueda tener la apariencia de un chico malo, así que, ella seguramente considera que el encanto del Marqués encaja mejor en ese ideal.

—Comprendo. Su Alteza, usted a veces emana un… aura, ¿sabe? Es posible que mi hija simplemente crea que no hay necesidad de incitarlo hacia el mal.

—¿Marqués Nochesse…? —¿No acaba de decir algo increíblemente descortés?

Y, Zeno, apuesto lo que sea a que estás asintiendo con ganas y tus ojos están brillando. Lo noto aunque estés a mis espaldas, ¿sabes?

—Oh, me disculpo. Eso fue increíblemente descortés de mi parte. Verá, estoy algo cansado últimamente; me he preocupado tanto de mi hija que, incluso, llegué a insultar a un par de personas recientemente. De hecho, antes, frente a Su Majestad, murmuré algo así como: “Presume de tu familia en algún otro lugar, idiota. Apresúrate para que terminemos de una vez.” — Tras este monólogo, Nochesse dejó escapar una risilla relajada.

Pero, ¿qué concepto tienen los Nochesse — no solo el marqués, sino que su hija también — de la familia real?

De verdad me encantaría escuchar lo que piensan acerca de ello algún día.

—Entonces, ¿en eso quedamos? Consideraré tanto las acciones como las palabras de mi hija como una muestra de afecto, y la vigilaré, pero si va más allá, lo único que me queda es castigarla. Eso me hace sentir un poco deprimido, pero podré lidiar con ello, pues usted ha prometido tratar con ella si hace falta. —Para cuando terminó, se notaba que se había alegrado un poco, pero esa alegría apenas duró unos segundos; su gesto se volvió a nublar al pensar en el futuro.

¿Seré yo o realmente estaba intentando que me ocupara de todos los problemas que causaba Lady Bertia? Podría haberme pedido un par de consejos después de haber hecho todo lo posible como su padre, al menos. Da igual como luzca… no, de hecho, eso es importante. Aún soy un niño de 12 años, ¿sabes? Ni siquiera he hecho mi debut social, ¿recuerdas?

—Si es muy difícil para usted, ¿por qué no le pide consejo a su esposa? Después de todo, Lady Bertia es la hija de ambos, ¿no estaría encantada de ayudar? Además, ambas son mujeres y quizás le ayudaría a comprender un poco los sentimientos de su hija.

—Es una idea prometedora; sin embargo, creo que es penoso que un hombre se queje de su propia hija enfrente de su esposa. Creo que la exasperaría…

Creo que ya lo dije, ¿acaso no se da cuenta de que técnicamente aún soy un niño que no ha hecho su debut social? ¿Le parece bien quejarse frente a mí y además pedir mi consejo y ayuda? Por ahora, creo que me retiraré, o él me hará tratar con un sinfín de cosas molestas.

¿Debería intentar convencerlo para que le pida consejo a su esposa?

—¿A qué se refiere Marqués Nochesse? Las mujeres suelen mimar a los hombres que normalmente son calmados y tranquilos cuando éstos comparten sus preocupaciones con ellas. Las hace sentir “especiales” y da paso a que mimen a sus esposos mientras se quejan. Incluso padre va a quejarse con mi madre cuando yo me voy a dormir. Al día siguiente, están aún más moles… amorosos de lo usual. Según padre, el secreto de un matrimonio feliz es gatillar ocasionalmente los instintos maternales de la esposa.

—Q-Qué acaba de decir?¿E-Ellas hacen esas cosas? Que des… agradable. Pero si a mi esposa le gusta, aunque sea embarazoso de mi parte… Si pudiera disfrutar del confort que me otorgará mi esposa, eso me animaría un poco… Pero aún así…

Después de abrir sus ojos ante mis palabras, miró hacia atrás, luciendo agitado.

Era muy parecido a Lady Bertia. Era divertido.

—Marqués Nochesse, el apoyo es importante incluso para nosotros los hombres. También, padre me dijo que los esposos deben apoyarse el uno al otro. Creo que es importante para usted el poder relajarse y obtener un poco de ayuda en casa, porque usted cumple un importante rol al mantener el corazón de este país.

—¿U-usted piensa eso de mí, Su Alteza? Ya veo. ¡Es cierto! Creo que debería ser valiente y buscar el apoyo de mi esposa —dijo el marqués, con sus ojos brillando mientras asentía.

—Por supuesto —dije asintiendo mientras le devolvía una sonrisa.

Sentía que su objetivo había cambiado de buscar consejo acerca de Lady Bertia a encontrar “apoyo” de parte de su esposa, pero bien, no importaba siempre cuando no me afectara… ¿Supongo?

Y probablemente es positivo para mis suegros ser más íntimos.

—Muy bien Su Alteza, creo que es momento de retirarme. Hoy finalizaré mi trabajo más temprano sin importar cómo y me escabulliré en la habitación de mi esposa… ahem… Quiero decir, después de todo necesito el importante consejo de mi esposa para esta situación.

Sus verdaderas intenciones están escritas en su cara, Marqués Nochesse.

Pero alguien joven y puro como yo no es capaz de entender lo que significan estos temas, después de todo. Ehem… Bueno, pretendamos que no le entiendo.

—Por supuesto. Puesto que es acerca de mi encantadora prometida, por favor, tome su tiempo pidiéndole ayuda a su esposa.

—Es cierto. Puesto que es importante, puede que pase toda la noche siendo aconsejado.

—Correcto. Por favor dé lo mejor…

Mis palabras principalmente estaban dirigidas a Lady Nochesse.

♦ ♦ ♦

Ha pasado aproximadamente un año desde que ví al Marqués Nochesse partir, mientras pensaba en esas cosas.

Al final, él todavía volvió a mí un par de veces, ya fuera para alardear sobre su familia o para quejarse sobre Lady Bertia, mientras que yo vivía una vida pacífica.

En una nota aparte, Lady Bertia también venía al castillo y se quejaba acerca de cómo su padre “no quería volverse malvado”.

Ellos… comprenden mi estatus social, ¿verdad?

No soy el consejero personal de su familia, ¿saben?

Bien, dejemos esas historias en el pasado por ahora lo que importa es Lady Bertia.

♦ ♦ ♦

—Ese documento estaba realmente bien hecho. Las ilustraciones eran encantadoras.

—¡E-En serio! ¡No es algo que merezca tantas alabanzas! —dijo ella, completamente roja. Pero, no creo que alabarla tanto sea malo.

—Era tan bueno que me gustaría que usaras tu talento para hacer una guía turística o algo por el estilo para la capital… y por cierto, ¿los datos de ese documento eran verdaderos? ¿Entrevistaste a alguien?

Estaba sonriendo aunque le estaba preguntando a la mismísima Lady Bertia aquello que más me preocupa. Porque no había ninguna fuente especificada, debía preguntarle directamente.

El contenido estaba demasiado bien escrito como para hacer una mera ilusión.

Era interesante, pero si ella realmente se había basado en entrevistas, era un desperdicio dejarlo sólo como material de lectura.

Si sabíamos de alguien así, podríamos buscar evidencia y arrestarlo.

—¡Es más o menos un 50-50! Una parte la escribí basándome en las memorias de mi vida pasada, y la otra parte se basa en entrevistas.

Ignorando la primera mitad, la segunda mitad parecía un poco peligrosa, ¿no? Suprimí un tic involuntario, y me forcé a sonreír.

—Oh, ¿y a quien entrevistaste? —le pregunté amablemente, con el fin de evitar que Lady Bertia se pusiera en guardia.

—¡Oh, el Vizconde Rolly Conservatier! Visitó a mi padre antes y cuando lo hizo, recordé que él era uno de los hombres que arrastraría a mi padre por el camino del mal y se volvería mi esposo en una de las rutas de destrucción —Para ser honesto, me preocupaba que ella dudara en decir a quien entrevistó… pero parecía que mis miedos fueron infundados.

Ella no tenía ninguna mala intención o motivos egoístas cuando los entrevistó. Y probablemente esa es la causa de que me dé los nombres de estos criminales sin dudarlo… Pero me sorprende que el Vizconde Conservatier hablara acerca de sus malas intenciones con una mujer tan parlanchina… quiero decir, tan honesta como ella.

Sus acciones eran suicidas.

Oh, pero ella aún es una niña, por lo que debió de haber pensado que nadie la tomaría en serio sin evidencia. Incluso el marqués Nochesse probablemente tampoco la tomaría en serio.

—Hay muchas cosas que me están molestando, pero por ahora, ¿podrías decirme cómo lograste acercarte tanto al vizconde para que él te contara estas cosas?

—Oh, diría que somos cercanos. Ya que hay una ruta en la cual me vuelvo su esposa, creo que él debe considerarme atractiva… Así que, usando mi inocencia infantil, lo halagué mientras lo miraba con ojos brillantes. ¡Antes de que me diera cuenta, él me había sentado en sus rodillas, me había dado dulces y me había hablado acerca de muchas cosas!

—Una trampa de miel, ¿eh?

—¿Q-Qué cosas dice, Su Alteza? ¡Nunca haría algo tan inapropiado!

—Lady Bertia, ¿sabías que el vizconde Rolly Conservatier es bien conocido por ser un lolicon… es decir, un pervertido que ve a los niños con interés romántico?

—¿Qué…?

—¿Te tocó?

—Ahora que lo menciona, me dijo que parecía una muñeca mientras me abrazaba, masajeó mis pies y a mi pecho…

El rostro de Lady Bertia palideció.

Parece que finalmente se dio cuenta de la peligrosa situación en la que había estado.

—¿Qué pasó después de eso?

—El comenzó a enviarme cartas. Últimamente, ha mencionado que tiene historias que contarme que quiere que las mantenga en secreto de mis padres, y desea encontrarse conmigo en secreto… ¡No, no, no, no, no, no, no!

Después de hablar de la situación en voz alta, Lady Bertia se inclinó hacia abajo, puso sus manos sobre su cabeza, probablemente incapaz de contener su miedo.

Me senté junto ella y acaricié suavemente su temblorosa espalda. Miré a las sirvientas y noté que ellas también estaban completamente pálidas. Al parecer nadie había pensado que esta situación fuera tan peligrosa.

El Vizconde Rolly Conservatier era famoso en los círculos oscuros, pero la mayoría de las personas lo conocía solamente como un agradable hombre mayor que adoraba a los niños.

Si bien me hubiese gustado que se dieran cuenta de que algo andaba mal por el inusual volumen de las cartas, probablemente varias de éstas fueron entregadas mediante “otros medios”.

—Muy bien, haré algo al respecto. No soy tan tonto como para quedarme de brazos cruzados mientras alguien intenta algo con mi prometida.

—Su Alteza…

Lady Bertia temblaba, como un pequeño animal asustado. Cuando la abracé gentilmente por la espalda, ella me miró con el rostro lleno de lágrimas.

—Con el fin de protegerte, ¿podrías decirme si interactuaste con algún otro tipo peligroso?

—No lo he hecho. No he tenido la oportunidad de hablar con el Conde Commonolo o con el Barón Saugir, quienes incitan a mi padre a cometer crímenes en el juego, por lo que planeaba establecer una conexión con ellos tras mi debut social y hacer que se reunieran con mi padre —Me abstuve de preguntarle porqué quería que su padre conociera a esas malas personas.

Bueno, estaba claro que no era porque ella quisiera que el Marqués Nochesse los devolviera al camino correcto, los arrestara o algo por el estilo.

—Lady Bertia, ¿podrías evitar hacer esas cosas peligrosas a partir de este momento? — Mientras no hubiera nada peligroso para ella, disfrutaba mirándola; pero no era bueno que ella se metiera en situaciones peligrosas sin que yo me diera cuenta. Incluso yo no sería capaz de disfrutar o pensar que era divertido si una situación irreversible llegara a ocurrir.

Precisamente porque ella se esfuerza tan inútilmente — quiero decir, da lo mejor — en un entorno seguro, yo podía disfrutar viéndola — quiero decir, cuidándola.

—Sí, Su Alteza. ¡Por supuesto! Tampoco quiero terminar en una situación terrorífica como ésa otra vez. Es por eso que de ahora en adelante… ¡seré cuidadosa cuando interactúe con ellos!

Sus mejillas estaban marcadas por las lágrimas y sus manos en puño mientras temblaba… ¿Por qué no simplemente se rinde? Al menos en eso.

—No, es muy peligroso interactuar con ellos, ¿sabes? Me hace sentir incómodo

—¡Estará bien! Después de que logre reunirlos con mi padre, ¡escaparé!

—Ése no es el problema…

—¡Si pierdo aquí, tu brillante futuro será destruido! ¡Daré lo mejor!

—Te estoy diciendo…

—Ahora que está decidido…

—¿Podrías no decidirlo?

—¡Oh no! ¡Esto no está bien! ¡La fiesta comenzará pronto, pero mi maquillaje y mi cabello son un desastre!

—¿Me estás escuchando?

—Su Alteza, debo prepararme nuevamente. ¡Regresaré a tiempo, pero debo irme de inmediato!

—Ah, no me estás escuchando para nada… Muy bien. Te veo más tarde.

Una sonrisa torcida aparece en mi cara mientras la veo desaparecer de la habitación seguida de sus sirvientas, cautivado por su vestido blanco puro.

… Ahora, tengo que hacer algo. No puedo dejar las cosas como están.

—Su Alteza, ¿qué va a hacer? —Zeno se acercó con una cara preocupada.

—Mmm… ¿podrías secuestrar discretamente al marqués Nochesse lo más rápido posible?

—Secu… ¿al marqués Nochesse?

—Además, le escribiré una carta a padre. Así que una vez que termines de escoltar al marqués hasta aquí, por favor envía esa carta a padre lo más pronto posible

—Entendido.

—Sé que ya lo dije antes pero que sea lo más rápido y discretamente posible, ¿bien? Necesito terminar las preparaciones antes de que ella regrese.

—Como usted desee. Lo más rápido y discreto posible será.

Zeno, la viva imagen de un sirviente capaz, hizo una reverencia antes de retirarse.
Tan pronto como lo vi irse, comencé la carta para mi padre.

—Si lo hago correctamente, no la expondré a más peligros y será una buena oportunidad para deshacerse de las partes podridas de este país.

Como había dicho “lo más pronto posible”, probablemente el marqués Noches estará aquí pronto. Necesitaba terminar mi carta para entonces, por lo que omití el saludo estándar y fui directamente al grano.

Escribí acerca de cómo había oído ciertos rumores acerca del Conde Commonolo, el Barón Saugir y el Vizconde Conservatier. También de que era posible que éstos tres intentaran contactar con el Marqués Nochesse.

Escribí de forma concisa que había decidido pedirle ayuda al marqués Nochesse para que él los contactara por sí mismo para obtener evidencia.

Embellecí un poco los detalles… pero era algo que iba hacer de un modo u otro, por lo que no debería ser un verdadero problema.

Cuando terminé mi carta, escuché que tocaban la puerta.

—Adelante —dije.

Inmediatamente después, el Marqués Nochesse entró en la habitación, luciendo aterrado.

—Su Alteza, ¿cuál es el problema? —Al parecer haber solicitado que llegara lo más pronto posible lo preocupó.

—Zeno, lleva esto a mi padre. Marqués Nochesse, tengo algo muy importante sobre lo que quiero hablarle. Por favor, tome asiento. — Le entregué la carta a Zeno e inmediatamente me senté en el sofá frente al marqués. Le conté al Marqués Nochesse todo, incluso le comenté lo que había en mi carta —Al parecer el vizconde Conservatier ya ha hecho contacto con su hija, Lady Bertia…. Y ha actuado de una forma muy particular con ella…

—¿A- A qué se refiere?

—Hasta ahora, él solamente ha tocado su cuerpo… pero se rumorea que es alguien que alberga sentimientos románticos hacia los niños, por lo que no cabe duda que la tocó con ésas intenciones…

—¡I-Imperdonable!

—Fue Lady Bertia quien me comentó acerca de esto, pero ella estaba temblando y llorando. Por eso… si usted pudiera, no lo mencione. Probablemente es un recuerdo muy doloroso para ella.

—B-Bertia…

—Creo que deberíamos arreglar esta situación nosotros mismos, en privado para  evitar que Lady Bertia entre contacto con aquellos que podrían hacerle daño. Naturalmente, he informado a mi padre acerca de este plan para evitar malos entendidos… ¿Cooperará conmigo?

El marqués Nochesse lucía devastado mientras pensaba en los sentimientos de Lady Bertia. Pero, de un segundo a otro, sus ojos se encendieron por la ira.

—¡Por supuesto! ¡Voy a cortar a esas alimañas en pequeñas piezas para después destruirlas! —Él apretó sus puños. No había ningún signo de duda en su expresión. Es correcto decir que parecía que estuviera listo para ir a la guerra.

—No voy a preguntar qué es lo que va cortar exactamente… pero aprecio su cooperación. Entonces, ahora que hemos terminado nuestra conversación, debería retirarse antes de que regrese Lady Bertia.

—Sí. No vaya a ser que mi hija se dé cuenta y comience a preocuparse o sea herida aún más —Asintiendo bruscamente ante mis palabras, el marqués Nochesse salió de la habitación con expresión tensa.

Las preparaciones estaban completas ahora.

Al menos, uno de los tres sujetos iba a estar presente en la fiesta de hoy, pero no quiero causar ningún problema por ahora. Asimismo, espero que todo vaya bien con el marqués Nochesse.

Aunque el marqués dará su mejor esfuerzo para poder destruirlos lo más pronto posible, él aún es el primer ministro de este país. No creo que él olvide su posición y deje que sus asuntos privados saquen a relucir su temperamento en un lugar público… Probablemente.

—Tal vez necesite mantenerlo vigilado a él también… ¿por si acaso? — Con mi trabajo hecho por ahora, dejé escapar un suspiro y me apoyé completamente en el sofá.

Aún tenía un trabajo aún más grande después de éste: mi debut social. Me sentía un poco cansado, por lo que tomaría un pequeño descanso hasta que Lady Bertia regresara.

Al parecer, mi prometida (juguete) ha estado demasiado activa últimamente.

21 respuestas a “Diario de observación – Capítulo 4: Bertia, 11 años”

  1. Espero que el viejo muera…pero en serio valio la pena. Y hasta danton o los kischner malversaron fondos…por algo el tipo era el esposo de un final malo

  2. Me lleno de tristeza al saber que ese viejo decrépito la tocará
    En fin me encanta esta novela ¡¡¡Es la mejor!!!!
    Gracias por traducir 💗
    Sigan adelante!!!

  3. ¿De verdad soy la única que se preocupó de saber que ella inconcientemente dejó que ese viejo feo la tocara? Puede que sea una niña, pero si recuerda su vida pasada ¿no debería ser más conciente de sí misma? A mí me dolió mucho leer esa parte T_T
    Muchas gracias por la novela y por todo su trabajo <3

          1. Somos dos me gustan los detalles de la vida pasada de y personaje pero aveces opaca su vida actual
            Y yo también pienso que murió siendo muy niña porque se ve que es muy inocente

  4. Dioses~ me pregunto si acaso ella murió en su vida pasada atropellada por salvar algún gatito o algo así 😨😨
    Y este Príncipe ~ es igual de divertido que Bertia 😂😂😂

        1. a mi tambien, me encanto totalmente, los dibujantes captan la hisotrias en todos sus sentidos.

          Encontre el manga cuando aun estaba en ingles , me alegra saber que ya esta traducido.

  5. Me encanta! Esta Bertia es un caso, no entiendo su insistencia en querer cumplir su rol de villana, normalmente las otras evitan a toda costa las banderas de destruccion, pero ella es un caso unico. Y ese principe sadico me hace reir un monton, aunque no entiendo como ha estas alturas no termina de creer la veracidad de la vida pasada de Bertia, ya se lo ha demostrado en mas de una ocasion.
    Pero bueno esperemos a ver como se sigue desarrollando esto, espero con muchisimas ganas las actualizaciones, muchas gracias por su arduo trabajo, lo apresio mucho! ;*

    1. muchisimas gracias por leer y por comentar, pronto estaremos subiendo el proximo capitulos, nuestra Bertia es un caso especial, debe de haber una razon y espero por Dios que sea muy buena para recibir una pupa y quedar en la ruina.

      Muchas gracias por la preferencia.

  6. Me encanta esta novela, Bertia y Cecil me enternecen y me divierten demaciado.

    Gracias por su trabajo en la traducción, continúenla por fa ❤️

    1. Claro que la continuaremos, pero con eso capis tan largo uff, no es facil, se toma su tiempo.

      a mi tambien me encantan son una pareja divina.
      Gracias por leer!

Responder a kiarasama Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido