Dinero de consolación – Capítulo 16: El Primer Ministro también es mi amigo

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


— ¿Qué es esto?

—Es la profecía.

Le entregué la novela, que traía escondida, al Primer Ministro. Este mostró una reacción normal ante el libro.

—Hay una mujer que trata de capturarme siguiendo fielmente este libro.

Al escuchar la palabra de Su Alteza, el Primer Ministro comenzó a pasar las páginas.

—Ya veo. Si eres capaz de recrear la historia con éxito podrás convertirte en la Reina…

El Primer Ministro murmuró seriamente para sí mismo.

—No, ella no podrá convertirse en Reina.

— ¿Por qué?

—Al final de la profecía, esa mujer elegirá a Lamore.

— ¿A Lamore?

Mi padre le arrebató rápidamente el libro profético al Primer Ministro. Padre, ¿cómo pudiste hacer eso? Quisiera que me enseñaras a hacerlo.

—Ya veo. Siguiendo esta historia, Lamore será elegido por esa mujer. ¿Es eso lo que está escrito aquí?

—Eso se supone.

Mi padre continuó pasando las páginas con una expresión seria.

—Gracias a este libro profético, seré capaz de anular mi compromiso con el joven Lamore.

—La hija del Conde que aparece aquí está basada en Julia, ¿verdad?

Como decidí guardar silencio, mi padre me tomó de la mano para que lo encarara.

—Enséñame el resto del libro.

—Padre.

—Quiero ver el diálogo que usaron antes.

Pero yo no quiero.

—Aún no lo hemos lanzado.

—Entonces debe haber un manuscrito original, ¿no?

Ah, no quiero enseñárselo.

—Lo dejé en casa.

—Entiendo. Haré algo de tiempo en mi agenda para esta noche.

— ¿Padre?

— ¿Qué pasa?

—A pesar de que este es el libro profético, por favor no piense que Su Alteza y yo estamos enamorados.

— ¿Por qué?

Suspiré antes de continuar.

— ¡Es problemático convertirse en Reina! Debido a que una Reina está limitada a estar dentro del castillo, nunca podría hacer negocios con un reino extranjero. ¡Ser una reina… es una profesión verdaderamente aburrida!

Mi padre comenzó a reírse después de escuchar mis palabras, mientras que el Primer Ministro estaba sonriendo con amargura. Su Alteza también estaba suspirando.

—Su Alteza, ella podría, inesperadamente, convertirse en una buena amiga.

— ¿Verdad?

Parecía que el Primer Ministro me estaba dando algún tipo de reconocimiento.

— ¿Señor Primer Ministro?

— ¿Qué?

—Gracias por su reconocimiento. Estoy agradecida de ser amiga suya.

— ¿Alguna vez mencioné mi intención de convertirme en su amigo…?

—Dijo que soy una buena amiga, ¿verdad? ¿No es así, padre?

—Eso es cierto. Muchas gracias, Su Excelencia.

El Primer Ministro se puso rígido debido a esto.

—No se preocupe. Me ocuparé debidamente de este importante eslabón.

—Julia, no deberías decirle eslabón a tu amigo.

—Vaya, que descuidado de mi parte.

Su Alteza suspiró profundamente mientras yo reía.

—Primer Ministro, sólo ríndase y vuélvase su amigo.

—Pero, Su Alteza…

—Es mucho mejor tener a un Knocker como su aliado. Sería horrible imaginar lo que pasaría si se convirtieran en su enemigo.

Su Alteza también participó en persuadir al Primer Ministro.

—Entiendo… Seamos amigos.

Sonreí mientras confrontaba al Primer Ministro.

—Me comprometo a no traer ninguna desgracia a Su Excelencia, a menos que Su Excelencia decida traicionarme primero.

—Julia, también necesitas darme tu palabra a mí.

—Tan molesto…

—Te puedo oír.

Su Alteza suspiró cuando me vio chasquear la lengua.

—Ya es demasiado que sigas burlándote de mí.

—No fue intencional, Su Alteza.

—Creo que deberías intentar arreglar eso.

—Sólo le haré esto a usted, Su Alteza.

—Este es el problema contigo, Julia.

Cuando incliné mi cabeza hacia él, Su Alteza una vez más comenzó a suspirar profundamente.

6 respuestas a “Dinero de consolación – Capítulo 16: El Primer Ministro también es mi amigo”

  1. Jajaja de verdad hay q tener cuidado de cada palabra q se usa con Julia o lo tomara a su mejor conveniencia 🤣🤣🤣 y lo bueno es que el príncipe es muy cooperativo 😂😂😂
    Gracias por la droga 😆😆😆

  2. Jajajajajajajaja, Yulias definitivamente es de temer. Ay, Lamore, no sabes la que le va a caer a toda tu casa sólo porque eres tan pendejo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido