Dinero de consolación – Capítulo 3: No interrumpiré su siesta

Traducido por Kavaalin

Editado por Nemoné


Fue cuando vi a Banach de nuevo, que mis sospechas parecieron confirmarse.

Ah, esta situación era similar a la de la novela.

Quiero decir, ¿no estaba la villana de la novela basada en mí? Debido a eso, ¿había cometido un error en la creación del mundo de la historia?

Sentía como la sangre se drenaba de mi rostro.

La novela aún no había sido terminada, pero en el medio de la historia la villana, quien estaba moldeada en base a mí, sería capturada por su acoso después de que anulen su compromiso, esto la haría sentir demasiado humillada como para seguir asistiendo a la Academia. Incluso si no hice nada, ¿al final seré castigada?

El que el compromiso de la dama sea anulado, no equivale a que sea condenada como si hubiera cometido un grave pecado… Eso es imposible, ¿verdad?

No dejaré que Banach haga lo que quiera. ¡Nunca dejaré que otros manchen mi honor al condenarme! ¿Intentas ocultar tu acto de infidelidad con la excusa de mi acoso hacia ti? ¡Veamos si lo logras!

Para esa niña, esa novela debe ser como un libro profético. Pero, también lo era para mí.

Empecemos recolectando la evidencia. Sé que tengo que encontrar pruebas que indiquen que mi compromiso fue anulado debido al hecho de que el hijo del Marqués me estuvo engañando, también necesito asegurarme de que la evidencia de que acosé a la otra parte sea inexistente. Esos fueron mis pensamientos durante esos tres segundos en los que miraba como Banach se caía frente a mis ojos.

♦ ♦ ♦

Comencé mi contrataque dirigiéndome hacia la fuente donde los rosas estaban en pleno florecimiento. Por supuesto, este sería el lugar para su cita con mi prometido, de acuerdo a lo que estaba escrito en el libro profético.

Sin embargo, existía un gran riesgo al ir allí directamente. Ese es el por qué decidí dar un paseo alrededor de la fuente mientras me escondía detrás de los rosales que me permitían tener una vista perfecta. Al mismo tiempo también decidí grabar el encuentro con una herramienta mágica parecida a una cámara.

Convenientemente, los rosales eran tan frondosos que escondían los pies de uno, lo cual hacía que fuera un lugar perfecto para ocultarse. Me apresuré ahí.

♦ ♦ ♦

Ya había una persona en el lugar. Era el príncipe de este reino quien se encontraba actualmente tomando una siesta.

Justo como había dicho anteriormente la señora Mathilda, estaba descansando en la sombra. Sin embargo, sus ojos se abrieron rápidamente cuando se dio cuenta de mi presencia. Bajo ese cabello negro azabache, un par de ojos azul como el cielo me miraron.

Yo también lo miré por un momento, pero no olvidé que era una mujer con una misión. Ignorando al príncipe, comencé a instalar el artefacto mágico.

—Estoy seguro de que eres la hermanita de Roland, ¿verdad?

—Shh, por favor, cállese.

Banach apareció en la escena tan pronto como había terminado de instalar el artefacto. Inmediatamente después de eso, llegó mi prometido.

Parecía que estaban hablando de algo. No podía escuchar el contenido de su conversación, pero mi prometido estuvo sosteniendo la mano de Banach todo este tiempo.

Mi boca comenzó a formar una sonrisa ante este novedoso desarrollo.

—Ese es el Marqués Lamore, ¿cierto?

—Sí, mi prometido.

El príncipe se dio vuelta silenciosamente después de escuchar mi respuesta.

Una vez que esos dos dejaron la escena, desinstalé la herramienta mágica antes de encarar al príncipe y preguntarle.

— ¿Cuál es la fecha de hoy?

Su Alteza sacó su reloj de bolsillo de su chaqueta antes de darme la respuesta. Hice una reverencia, sonriente, hacia Su Alteza.

—Estoy realmente apenada por mi descortesía.

—Está bien… Debe haber una muy buena razón para todo esto.

—Para nada. Sólo estoy recolectando material para que ellos nunca puedan obtener lo que desean sus corazones.

Sin cambiar su expresión, el príncipe me preguntó:

— ¿Vas a volver aquí?

—Sí.

—Este es el lugar donde tomo mis siestas.

Chasqueé la lengua inconscientemente.

—Oye.

—Lo siento por lo de recién.

—Es la primera vez que alguien me chasquea la lengua.

— ¡Lo de recién fue mi error! Acerca de lo de volver aquí, sólo será por un corto periodo de tiempo.

Su Alteza me miró desconfiado.

—En breve, mi prometido me condenará y anulará nuestro compromiso.

— ¿Cómo lo sabes?

—Por cierto libro profético.

—Muéstramelo.

No tuve otra opción más que sacar la novela.

— ¿Estás bromeando…?

— ¡No bromeo! ¡Por favor, lea hasta aquí! Ya que esta es la escena que ocurrió antes.

Cuando el príncipe abrió la página que era parecida a la situación de recién, el centro entre sus cejas comenzó a arrugarse.

— ¡No tiene que creerme!

—Entonces, después de leer esto, ¿qué piensas hacer?

—Basado en esto, actuaré como alguien que no sólo es tonta, sino que también celosa.

La boca de Su Alteza comenzó a crisparse.

—Pero la realidad es que, no soy ni estúpida, ni poseo celos intensos. De hecho no poseo ningún tipo de sentimientos hacia mi prometido.

— ¿Está bien que digas eso?

—Sí. Después de todo, Su Alteza no es alguien importante en mi vida.

Hubo silencio.

—No quiero decir nada malo con eso. Más bien, es que no representa ninguna desventaja para mí.

Bajé mis cejas.

—Sólo nos encontramos aquí por coincidencia y, aparte de los encuentros ocasionales, usted es básicamente una persona tan importante que nunca antes pudimos conversar.

—Eres la hermanita de Roland, ¿verdad?

—Sí. Soy Julia, de la casa del Conde Knocker.

—Yo soy un buen amigo de Roland.

Me reí cuando escuché la rápida réplica que me lanzó el príncipe.

—Su Alteza, usted es amigo de mi hermano, no mío. Además, en este tipo de situaciones en el que una persona ya está prometida a otra, los adultos no serán misericordiosos si usted es amistoso con alguien del sexo opuesto. Si mi compromiso tiene que ser anulado, haré que mi prometido pase por una miseria mientras yo arreglo las cosas con los peces gordos. Por lo tanto, es mejor si Su Alteza no se involucra con una persona como yo.

—Entiendo.

Dijo el príncipe mientras suspiraba

—Te perdonaré por venir aquí. En su lugar, desde ahora serás mi amiga.

Realmente no podía entender a este chico. Chasqueé mi lengua una vez más.

—Esta es la primera vez que veo a una dama chasquear la lengua. Por favor cuida de mí desde ahora.

Parecía complacido de que yo actuara de esa forma. Debido a eso, no pude evitar chasquear la lengua por tercera vez.

10 respuestas a “Dinero de consolación – Capítulo 3: No interrumpiré su siesta”

  1. Ella acaba de llamar la atención del principito, ahora ella va a tener testigos de los crímenes de su prometido.
    Dio cuando ella dijo que: “Después de todo, Su Alteza no es importante en mi vida.”. Me sentía el dolor del principe.

  2. Vamos, Yulias, sonríe, sonríe; este es el negocio del siglo. Un principe siempre es util para el comercio y deshacerte de tu prometido imbécil. (Por no hablar de obtener dinero)

    Gracias.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido