La Princesa del Ataúd – Capítulo 4: Perseguidores (1)

Traducido por Akatsuki

Editado por Sakuya


Lo que Chaika sostenía era ciertamente muy extraño.

Incluso podrías ir tan lejos como para decir que se veía demoníaco. Aquello era la mano cercenada de un humano.

Para ser honesto, la cosa que flotaba dentro del cilindro transparente se parecía más a una araña con sus piernas extendiéndose hacia todas direcciones. La mano simulaba estar abierta y cerrada a la vez, por lo que aparentaba estar tratando de agarrar algo, pero se quedó congelado de esa forma.

— ¿Esta es tu ‘cosa importante’? —Toru dijo lo que de inmediato le vino a la mente.

Ella hizo todo lo posible para contratarlos y pagarles, y se habían colado en la mansión, pero al final se encontraron cara a cara con el conde (aunque eso fue una coincidencia), a pesar de todo, ¿ese era el objeto que ella estaba tratando de recuperar? Toru no tenía muchas esperanzas, pero al menos pensó que tenía que ser algún tipo de tesoro u obra de arte.

[Akatsuki: Es un tesoro… para el Conde y sus amigos.]

—Sí. —Chaika asintió con entusiasmo.

Al parecer no tenía dudas. Bajó el ataúd que llevaba sobre su espalda, lo abrió y colocó el cilindro en el interior en la parte izquierda cerca del centro, en otras palabras, exactamente dónde iría una mano izquierda si un cuerpo estuviera allí. Luego lo aseguró con un trozo de cuerda.

—Es por esto que trajiste el ataúd, ¿huh?

—Sí. —Chaika asintió de nuevo.

Su expresión no mostraba rastros de incertidumbre o duda, solo una verdadera euforia.

Pero…

— ¿Para qué diablos vas a usar eso? En realidad, tal vez debería preguntar primero, ¿esa es la genuina mano de un cuerpo humano ya muerto?

—…

—Y si es una mano real, ¿a quién…?

—Toru.

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

—Akari.

— ¿Hm?

Akari ladeó la cabeza cuando escuchó su nombre.

—Agradecida. Todo lo que queda, pagar.

Mientras husmeaba en su ataúd, Chaika tomó algunas monedas y se las entregó a Toru y a Akari. Eran monedas de plata, y eso no era todo… eran monedas de Bohdan**, que estaban en circulación principalmente en los países del norte. La plata siempre había sido el material más común, por lo que era el tipo de moneda que se podía usar fácilmente en cualquier parte del continente.

— ¿Aquí? ¿Ahora? —Toru se sorprendió.

Claro, no estaban en medio de un viaje ni nada, pero ciertamente no imaginaba que le pagarían en el camino de regreso, afuera, de forma tan repentina.

—Lo que quiero decir es, ¿estás…?

—…

Chaika seguía sonriendo mientras sostenía las monedas, quieta y en silencio.

Toru entendió lo que ella intentaba transmitir a través de este comportamiento.

Ella ya no quería tener nada que ver con nosotros.

Cuando lo pensó, se dio cuenta de que esa era probablemente la razón por la cual los detalles de este trabajo habían sido tan escasos.

Él no sabía nada sobre sus circunstancias, pero para Chaika, Toru y Akari probablemente eran empleados temporales, nada más que empleados… ni más ni menos.

Era muy probable que, debido a la batalla con el unicornio, Toru había albergado inconscientemente sentimientos de camaradería y afinidad hacia ella.

Desde el principio, él había sido solo un extraño.

Por lo tanto, una vez que el trabajo se completará, obviamente se separarían. Era así de simple.

Él no sabía si existían más cosas como eso que ella estaba buscando, si fuera así, dónde estaban, pero si las quería, ella seguramente tendría que abandonar Del Solant.

— ¡Agradecida!

Una vez más, Chaika extendió las monedas con ambas manos.

Como si dijera, ¿Qué pasa? ¡Apúrate y tómalas!

Pero por un breve momento, Toru dudó en hacerlo. Él podía sentir la confusa mirada de Akari, pero aun así no tomó el dinero. Una vez que lo tomara, ese sería el final de su relación.

Debería haber sido el final.

Sin embargo…

— ¡¡¡!!!

Las reacciones de Toru y Akari fueron casi simultáneas.

Akari fue un poco más rápida, lo que le recordó demasiado a Toru que su período de inactividad y la falta de entrenamiento realmente tuvo consecuencias en él. En cualquier caso, Toru había empujado a Chaika del camino, y Akari la atrapó para luego esconderse entre los arbustos.

Esta repentina acción provocó que Chaika soltara las monedas que tenía en la mano, cayendo sobre la carretera. Hubo un sonido como objetos muy finos, muy delgados que se acercaban, y…

¡Ching!

Con un ruido sordo, uno de esos objetos había atravesado una de las monedas.

Ellos estaban…

¡Lanzando agujas!

La pequeña Chaika fue empujada por el impulso de Toru, así que cuando Akari la había atrapado, ella tuvo que dar un paso atrás y, continuando con ese impulso, se lanzó hacia las sombras de un edificio cercano llevándose a Chaika junto con ella.

Todo esto sucedió en un corto lapso de tiempo.

Con sus armas listas, Toru salto del suelo buscando protección, saltando a la sombra de un gran cubo de basura.

Pero entonces…

—… ¡Vivi!

Una voz que sonaba medio aterrorizada y medio molesta, se escuchó proveniente de la carretera.

— ¿De verdad? ¿Ahora?

—Gillette-sama, sé que es impropio, pero–

Era la voz de una joven… que sonaba como una niña. Cuando la oscuridad disminuyó gradualmente, se pudieron ver las siluetas de tres personas.

Ellos eran…

—Eran saboteadores, por lo que probablemente no querrán hablar con normalidad.

—…

Toru frunció el ceño. Él no sabía quiénes eran esas personas, pero ellos parecían saber que él era un saboteador. Por supuesto, él dudaba que hubieran visto cómo Toru y Akari habían respondido al ataque… pero ellos debieron saberlo de antemano. Esa aguja sin duda fue lanzada con la intención de matar. Si Toru y Akari no hubiesen reaccionado de la forma en que lo hicieron, de otra manera…

— ¿Quién demonios…?

Para bien o para mal, tanto Toru como Akari estaban completamente alejados.

Además, el ataúd de Chaika estaba tirado en medio del camino. Toru vio desde su posición que Akari estaba tratando de controlar a Chaika, que estaba forcejeando con ella. Parecía muy molesta al dejar el ataúd tirado allí.

…Akari.

Toru rápidamente se comunicó con Akari a través del lenguaje de señas.

Los saboteadores tenían muchas técnicas especiales para poder comunicarse y entenderse entre sí. Desde los caóticos campos de batalla hasta en los silenciosos campamentos enemigos, ellos debían tener una manera efectiva de comunicarse entre sí en cualquier situación.

Toma a Chaika y corre. Te veré en la colina trasera. Dile a Chaika que llevaré su ataúd.

Entendido, Nii-sama. Tomaré a Chaika y huiré, y me encontraré contigo en la colina trasera. Tú te harás cargo del ataúd.

Akari asintió.

Se comunicaron con éxito, Toru sacó una bomba de humo de su bolso. Lo usaría para crear una distracción.

Si lo golpeaba contra algo, se encenderá y el humo se expandirá. Sin embargo, si se lanza con la fuerza suficiente, explotaría, emitiendo un fuerte destello de luz. Él lo sostuvo con ambas manos y lo arrojó en la dirección donde las tres siluetas se aproximaban.

¡Bang!

Hubo una explosión y un destello blanco brillo en la oscuridad, el paisaje oscuro se dispersó temporalmente. Cualquiera que tuviera los ojos adaptados a la oscuridad quedaría cegado al instante.

Sujetando a Chaika, Akari se alejó a toda velocidad.

Al mismo tiempo, Toru dio un puntapié y saltó hacia el ataúd que se había quedado atrás.

Agarró la cuerda del ataúd, lo alzó sobre su espalda y volvió a saltar. Sin olvidar de tirar su última bomba de humo contra el suelo para estar doblemente seguro de que escaparía solo.

No obstante…

— ¡¡¡!!!

La bomba de humo no explotó.

Durante ese instante, alguien, muy probablemente uno de los tres, lo había golpeado con su espada. Por ello la bomba que recibió el ataque, no había explotado.

En otras palabras…

¡Es él…!

Él miró al hombre que se le había acercado en un instante.

Todo un oponente.

Era un joven rubio de ojos azules.

Este era probablemente el tipo que levantó un tono de voz tan desconcertante hacia su camarada.

él no fue afectado por la luz de la bomba de humo, ni por el humo que provenía de ella. Además, Toru sintió que él había cerrado la distancia entre ellos en un instante con su espada, y el ataque era lo suficientemente preciso como para atravesar la bomba de humo sin que esta explotara por el impacto.

Alguien con técnicas a medias no podría hacer eso.

—Tú.

El joven que se dirigió hacia Toru con facilidad no parecía tener intención de jactarse de lo que hizo. Por el contrario, parecía terriblemente reservado. Aquel tajo que ejecutó justo ahora, no era más que un simple ataque para él.

— ¿Cuál es tu relación con esa chica de cabello plateado que estuvo aquí?

— ¿Huh?

—Vivi, mi subordinada, me dijo que eres un saboteador. Si por casualidad su relación es puramente empleado y empleador, lo mejor sería no involucrarse más con ella. Es por tu propio bien.

—…

Los ojos de Toru se entrecerraron.

 [Traducido por Reino de Kovel]

Este tipo… probablemente estaba siendo amable.

Él no parecía albergar una mala intención hacia Toru. Aquellas palabras no tenían siquiera un toque de provocación o insulto en ellas. De hecho, parecían más bien consejos bienintencionados.

Su estatura y habilidad podrían haber dado la leve impresión de que miraría hacia abajo a Toru, pero él podía sentir que su expresión era fría y tranquila. El joven tenía una cara que parecía segura de lo que tenía que hacer, y de lo que tenía que hacer para lograrlo.

Pero…

—Eres uno de los que asaltaron la mansión del Conde Abarth, ¿verdad?

—…

—No me malinterpretes, no te culpo por eso. Aunque tampoco te alabaré. Lo único que digo es que deberías dejar ese ataúd e irte de aquí. Si lo haces, no te perseguiremos. Lo único que necesitamos es a la niña, y lo que hay dentro de ese ataúd.

— ¿Te refieres al Gundo?

— ¿No viste lo que esa niña tomó de la mansión del Conde Abarth?

El joven ladeó la cabeza.

Parecía que no estaba hablando del Gundo de Chaika. Después de todo, lo que Toru sabía, era que ese Gundo era una reliquia del pasado. Tenía la sensación de que querían algo más que solo coleccionar antigüedades.

Entonces eso significaba que Toru…

— ¿De qué estás hablando?

Jugara al tonto.

Decidió que aquí, lo mejor sería dejar que este intruso de buenas intenciones hable.

— ¿Qué demonios hay ahí?

—…

El joven se quedó en silencio.

¿Eso significaba que no podía decirlo? Toru dudaba mucho de que él no lo supiera.

—Gillette-sama.

De repente, con un movimiento que parecía ser casi ingrávido, una chica se acercó a la izquierda del joven.

Ella tenía una pequeña constitución, por lo que solo se acercó a sus hombros. Ella parecía tener aproximadamente la misma edad que Chaika–en otras palabras, no podía estar más que en su adolescencia media. Además, tenía un rostro especialmente lindo.

Sin embargo, sus ojos de color gris oscuro brillaban con la nitidez de una cuchilla.

A juzgar por cómo había sucedido la conversación hasta ahora, esta chica probablemente fue quien lanzó las agujas hace un rato.

Hubiera sido diferente si las agujas rebotaban de las monedas, pero las habían atravesado… eso era definitivamente una demostración increíble de habilidad.

—Es inútil intentar hablar con un saboteador. Cuando abren la boca todo lo que dicen son puras mentiras y engaños. —dijo la niña, que probablemente era Vivi.

Además…

—Estoy de acuerdo.

El último de los tres, se había acercado desde la derecha.

Este hombre tenía una voz gruesa y oxidada, hombros anchos, y era gigantesco… una cabeza más alta que un hombre típico de hecho. Comparado con la pequeña Vivi, este tipo era como una roca. El simplemente verlo se veía sombrío. Él emitía la sensación de que sus pasos resonarían cada vez que tocara el suelo, y que solo al caminar alteraría la atmósfera a su alrededor. Tenía los brazos cruzados, y con ese gesto era completamente intimidante.

Y, lo que es más, en su espalda estaba una espada larga.

Eso era…

Una comblade.

El mismo tipo de arma que Toru.

—Los valores que posee un caballero y los valores que posee un saboteador son completamente diferentes. Las negociaciones no funcionarán en—

—Denme un descanso —gruñó Toru. —Eso suena muy típico proveniente de un mercenario y una asesina.

—…

—…

Vivi y el gigante se estremecieron solo un poco, pero, muy probablemente, Toru había estado en lo correcto.

Este ‘Gillette-sama’ en el centro era sin duda un caballero. Esta chica llamada Vivi a la izquierda era una asesina, y este tipo de la derecha, cuyo nombre no sabía, tenía que ser un mercenario.

Claramente eran de diferentes ámbitos de vida, pero ¿qué podría haberlos unido a todos?

—Nikolai, Vivi. Quienquiera que sea, nuestro objetivo principal es la niña. Él es solo un empleado que se metió en esto sin saber las circunstancias.

—…

Toru se dejó llevar por las palabras de este caballero llamado Gillette.

¿Qué demonios fue eso? Era como si estuviera mirándolo.

Aunque tampoco había elegido sus palabras para burlarse específicamente de él. Lo más seguro es que este tipo fuera tan amable como parecía ser. Probablemente ni siquiera se dio cuenta de que miraba a Toru hacia abajo. Si él fue criado como un caballero o un noble, mirar hacia abajo a las personas que no eran de la nobleza, era probablemente algo que le era natural.

Además, había dicho algo ‘un empleado que se metió en esto sin saber las circunstancias.’

Toru echó un vistazo a las monedas que yacían en el suelo.

En efecto. A decir verdad, el Caballero Gillette estaba en lo cierto. Solo era alguien que pasaba. Simplemente un empleado. El trabajo termino, lo que significaba que su relación también. El comportamiento de Chaika claramente le indicó a Toru que no requería más de él.

Pero ser señalado por un completo desconocido… realmente le molestó.

Claro, en las batallas era consciente, un saboteador no dudaría en ejecutar tácticas inhumanas y a sangre fría, a pesar de que entendían que lo que estaban haciendo no era exactamente moral. De ser necesario, tomarían rehenes. Atacarían desde atrás, bajo las sombras. Ellos dirían mentiras como si no supieran nada. Engañarían a sus objetivos para que cayesen en las trampas que prepararon. En el campo de batalla, los caballeros y los soldados desempeñaban los papeles principales, donde luchaban por causas justas. No existía manera de que ellos recurrieran a tácticas tan cobardes y crueles… esos actos tan sucios se los dejaban a los saboteadores.

Pero…

Es por eso que…

Él quería lograr algo.

Regresar a ese mundo tormentoso asolado por la guerra, no quería ser un simple débil que murió por casualidad. Él sentía que esta vida en la que uno no tenía algo para vivir o morir, a eso no podría llamarlo ‘vida’ en absoluto.

En aquel entonces, cuando era joven. Regresar a cuando ella murió.

Toru había estado–

—Eres un saboteador, ¿verdad?

— ¿Y qué si lo fuera?

El caballero hizo una pregunta como si tratara de confirmarlo, y Toru respondió con el ceño fruncido. En cualquier caso, estaba en una mala situación.

Él no podía tomar las bombas de humo para escapar, y además el ataúd lo hacía imposible de todos modos. Tal vez podría deshacerse del ataúd y tomar la mano cercenada del interior—tal vez sería capaz de echar a correr… pero…

Esa chica.

Chaika

Aunque ella no era lo suficientemente buena como para articular sus palabras.

Aunque no tenía a nadie de quien depender.

A pesar de todo eso, sin duda alguna, todavía deseaba esa mano. Ella había hecho lo mejor que podía, acercándose cada vez más a su objetivo paso a paso. Era muy probable que supiera del peligro en el que se estaba metiendo. En primer lugar, era increíble que esa chica, que no tenía los fundamentos de pelear, lograra sobrevivir tanto tiempo sola. A pesar de que era el período de la post-guerra, no, precisamente porque el mundo estaba en un período de post-guerra, no faltaban los ladrones y los bandidos. Tal vez la niña había enfrentado muchas más dificultades de las que él no era consciente.

Aun así, no dejaba que sus sentimientos tomaran control.

Pero… si esto era lo que ella quería con tanta seriedad…

Entonces no puedo dejarla atrás.

Era consciente de lo extraño que era esta forma de pensar para un saboteador como él. La razón por la cual sus superiores nunca le permitieron participar en su primera batalla, probablemente no fue porque carecía de habilidad. Era más probable que hubieran visto en él ese lado de su personalidad.

Sin embargo…

—Escuché que los saboteadores son pragmáticos, de principio a fin. Ya sea que llames o no a esa chica tu ama, no creo que estés obligado a proteger eso. Soy un caballero, precisamente porque soy uno de los que les gusta evitar un conflicto sin sentido.

—Ok, muchas gracias. —Toru respondió a las tranquilas palabras del caballero.

Él se estaba burlando.

Básicamente, Gillette decía ‘Debes doblar tu rodilla porque no puedes ganar. Mirándolo lógicamente, debes darte cuenta de que entregar el ataúd y retirarte es lo correcto.’

Todavía no puedo usar mi ‘Transformación Hierro-Sangre’.

Ni siquiera habían pasado dos horas desde la incursión en la mansión del Conde. Si él no esperaba al menos medio día, usarlo sería arriesgado en todo tipo de formas.

¿Puedo vencer a estos tres en esta situación?

Sería extremadamente difícil.

Entonces, ¿qué podría hacer?

—Ahora, entrega el ataúd. —dijo el Caballero Gillette.

Piensa, Toru Acura. Piensa.

Mientras se animaba, Toru agarró fuertemente las manijas del ataúd.

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