Mi hermana, la heroína – Capítulo 26

Traducido por Sharon

Editado por Tanuki

Corregido por Maru


Hay basura en el jardín.

Era un día soleado y lindo. Como no tenía lecciones con Marywa, decidí invitar a Mishuli a jugar al jardín. Yo me adelanté para llegar primero.

Entonces lo vi, y me quedé sorprendida.

—Ah…

No pude contener el sonido que escapó cuando observé la basura. Miré hacia el cielo en un intento de escapar de esta realidad, pero no iba a borrar su existencia.

Una vez más, regresé mi mirada al objeto problemático.

Y entonces se movió.

Al parecer esa pieza no era sólo basura. Tan pronto como sintió mi mirada, comenzó a moverse. Juzgando por la forma en que se estiró, probablemente seguía viva. Estoy segura de eso.

—Gu…

La basura gimió.

Sonaba como si algo le doliera. Suponía que era por eso que estuvo quieta hasta ahora.

—M-Maldición… ¡¿Q-Quién eres tú…?!

La basura comenzó a hablar.

Ah, no, debía dejar de engañarme.

No era digno de una dama intentar rechazar la realidad. Debía enfrentarla por cómo era. Si no podía aceptarla, no podía lidiar con ella.

Hay una persona sucia parecida a la basura en el jardín de la Casa Noir.

Los restos, que aparentemente eran  un chico, tenía una cosa en común conmigo.

Ambos teníamos cabello y ojos negros. También parecíamos tener la misma edad. Y aunque dije que era sucio, al parecer se ensució cuando estuvo jugando. Sus ropas parecían de buena calidad, considerando su posición como plebeyo.

Lo más probable era que su familia estuviera bien acomodada. Mi suposición era que sus padres eran comerciantes, abogados, doctores, o algún tipo de intelectuales.

Pero déjenme decirlo de forma clara.

Es la primera vez que veo a este chico.

Después de todo, como la hija de un duque, nunca podría haber conocido a alguien tan inmundo. Para empezar, ninguno de mis conocidos haría algo tan extraño como trepar la pared de nuestra Mansión y caerse.

Sin embargo, sabía su nombre.

Era uno de los tres chicos que tienen la posibilidad de unirse a Mishuli en “Laberinto del Destino”.

León Nardo.

Según la historia, era un plebeyo tan brillante que pudo unirse a la Academia Real. Estaba segura de que tenía mi misma edad. Peor aún, teníamos el mismo color de pelo y ojos. Había una escena en el juego donde se caía de las paredes de la Mansión Noir y Mishuli lo curaba, así que no estaba equivocada con su identidad.

No era probable que hubiera otros niños malvados por aquí que trepasen paredes.

Una vez que acepté esto, miré al cielo y suspiré con pesadez.

—¿Por qué tuviste que venir…?

Me quejé, pero la verdad era que ya sé la razón. Si el destino se torció por mi culpa, tenía sentido que los otros a quienes no pude influenciar continuasen su camino como el destino lo indicaba.

Sin embargo, si ese era el caso, sabía una forma fácil de lidiar con esto.

—Supongo que voy a tirarlo…

León lucía muy alarmado cuando escuchó mi murmullo, pero hay que tirar la basura. No me importaba que en esta ocasión también se hubiera caído de la pared, estuviera dolorido o sea un niño.

No tengo dudas para tirar a este intruso.

Después de todo, este niño trepó la pared que rodea la Mansión Noir, lo que puede considerarse un crimen.

¿Estaba poniendo a prueba su valor o pretendía hacer una travesura?

El hecho de que pudiera jugar con algo de la mansión de un noble mostraba que no conocía el miedo. No puedo mostrarle simpatía.

Pero más que nada, no quería que algo relacionado con el destino se encontrase con Mishuli.

Era afortunado que lo hubiera encontrado primero. Debía llamar a los sirvientes y tirarlo antes de que Mishuli llegase. Si podía hacerlo, entonces su conexión se desvanecerá, y este evento del destino no ocurrirá.

Pero en serio, la basura frente a mí era tan desagradable sólo por el hecho de que podía terminar con Mishuli. Dejando a mi prometido, Charles, a un lado, no sentía que pudiera llevarme bien con León o el Primer príncipe.

El destino estaba usándolos para separarnos a Mishuli y a mi.

Me resistiré hasta el amargo final.

—¿T-Tirarme? ¡¿Qué estás intentando hacer?!

Si tenía otra idea sobre qué debería hacer con él, me gustaría escucharlo. Pero al parecer entendía que hizo algo mal. Su rostro estaba lleno de miedo.

Lo miré con frialdad.

—Estoy segura que sabes lo que les espera a quienes intentan colarse en la mansión de un noble?

Por cierto, la forma común de los nobles de tratar con niños plebeyos que invadían sus casas era reprenderlos y tirarlos fuera.

León claramente sabía lo que le esperaba, ya que su rostro palideció y comenzó a temblar.

—L-Lo lamento… U-Un amigo me desafió…

—¡¿Por qué me importa?!

Sentí que entró en pánico, pero no estoy interesada en escuchar excusas.

Necesitaba llamar a alguien para que se encargue de esto.

No tenía mucho tiempo. Debía apurarme antes de que Mishuli…

—¿Hermana…?

Llegase…

—¿M-Mishuli?

Me giré como un clavo oxidado, y ante mi, me encontré con mi Arcángel, la persona más adorable en el mundo.

Sin embargo, la mirada de Mishuli pasó de mi al intruso, León.

—¿Quién es esta persona?

—Basura.

—Es una persona, ¿verdad…?

Respondí con simpleza, pero Mishuli rechazó mis palabra, algo inusual en ella.  Sólo quería mantenerla distraída, pero mi engaño no funcionó muy bien.

—Uhh… Sí. Es un intruso y se irá pronto, no te preocupes por él.

Cuando dije “se irá”, León volvió a temblar. ¿Qué pasa con él? ¿Tan asustado está de ser regañado?

No recordaba que su personaje sea tan cobarde…

—Hmmm —murmuró Mishuli mientras miraba con fiereza al sospechoso.

Estaba prestándole mucha atención al color de sus ojos y pelo.

—¿Estás herido?

—Uh, sí.

Mishuli le hizo la misma pregunta. Lo miró de pies a cabeza, fijándose en su ojos.

León parecía confundido, pero asintió.

—Oh. Entonces estás lastimado… ¡Espera aquí un momento! —Diciendo esto, Mishuli se giró hacia mí—. ¡Hermana, vamos a ayudarlo!

Su sugerencia era la más dulce y digna de Mishuli, pero me dio un deja vú tan desagradable que me mareé.

—Estás lastimado… ¡Espera aquí un momento!

Esa línea, era la misma que en mis recuerdos.

2 respuestas a “Mi hermana, la heroína – Capítulo 26”

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