Mi hermana, la heroína – Capítulo 9

Traducido por Sharon

Editado por Narumi

Corregido por Maru


La Fiesta llegó a su final, y era tiempo de despedirse.

Me saludaron varios de los conocidos de Padre, pero mi rechazo comenzaba a mostrarse.

Este Baile era el debut en la Alta Sociedad de todas las señoritas mayores de catorce años, lo cual contrastaba con mi rostro infantil. Aunque intenté lo mejor por mi Padre y por mí misma, no hay mucho que pueda hacer al respecto.

Cuando cumplías catorce años, había dos posibles caminos: o entrabas en el cuarto año de la Escuela Real, o inmediatamente entrabas en la Alta Sociedad. Usualmente, los hombres van a la escuela y las chicas debutan en los círculos sociales, pero tanto como recordaba de “El Laberinto del Destino”, tanto Mushuli como yo iremos a la Escuela.

Bueno, no me preocupaba el futuro. Era lo suficientemente inteligente como para entrar a la Escuela y graduarme con altas notas, pero todo lo que importaba era el presente.

Mi condición en este momento podía describirse con una simple palabra.

Cansada.

Hablar con naturalidad era sencillo. Pero era difícil mantener el comportamiento que una dama perfecta se supone que tenía. Pero tengo siete años ya. Me las arreglé para soportar la fatiga física gracias a una gran voluntad, pero eso no podía ayudarme por siempre.

Vale, lo decidí.

Terminé.

Ya había dado una vuelta y saludado a los adultos lo suficiente. Parece ser que mi rol en este evento había terminado. No habría problemas si me iba. Quería arrojar lejos esta falda de señorita y extender mis alas en algún lugar aislado. No habría problemas siempre y cuando nadie me viera.

Para tener un descanso momentáneo, rápidamente revisé mis alrededores.

Jóvenes caballeros y señoritas que cumplieron con su debut social como el papel principal de la noche ahora estaban reunidos en grupos de acuerdo a su edad. Parece ser que los niños de mi edad no fueron dejados solos. No estaban con otros niños, sino con sus padres. Al igual que yo tenía a Padre a mi lado.

Si entendías la situación, entonces podías concebir un plan adecuado.

Parecería sospechoso si un niño vagara por su cuenta, pero debido a que era un Baile, varias personas estaban bailando. Si un niño deja la reunión sin motivo, incluso yo atraería la atención.

Tenía que alcanzar el jardín, de la forma que fuera.

Solo quedaba un problema.

—Padre.

Mi guardián.

A pesar de lo que me dije, no creía que Padre no supiera en lo que estaba pensando. Podía decirlo por su insolente reacción, que Padre no pensaba muy bien de mí. Simplemente no había mucha confianza.

Pero, para ser clara, pensé en alguna razón creíble que decirle para irme.

—¿Qué sucede, Christina?

—Me gustaría ir a tomar algunas flores.

Era la mejor esperanza que tengo. Padre fue puesto en una situación donde era difícil negarme la salida.

—Christina —habló gentilmente, escondiendo mi plan perfecto—. No me importa si quieres ir a explorar, pero no toques las flores del Jardín del Palacio Real.

Estaba algo avergonzada por sus palabras.

Pensé que le había confundido, ¿cómo pudo entender mis intenciones tan fácilmente?

El consejo de Padre también me molestaba.

Salir era más fácil de lo que pensaba.

Dejé el Salón del Baile y caminé por un tiempo. Salí hacia el corredor enfrente de las puertas y pude confirmar que no había nadie en el jardín. Había árboles como barreras, pero teniendo siete años, fui capaz de atravesarlos gracias a mi tamaño.

Bueno, gracias a mi inteligencia, dejar el terrible palacio no fue difícil para nada.

Así que alcancé el jardín. Estaba cubierto con flores cuidadas por el mejor de los jardineros, listas para ser recolectadas y llevadas a palacio.

—Wow.

No tenía que preocuparme sobre la gente mirándome, así que salté al banco.

—Huh.

Respiré profundamente y miré al cielo nocturno, cuya luna llena eclipsaba a las estrellas. Podía ver mi sombra con la clara y brillante luz lunar.

Mientras estaba mirando a la plateada luna llena evalué mi situación otra vez.

Sí. Después de todo, estoy algo cansada.

Me las arreglé para comportarme como una dama sin cometer ningún error. No, todavía no terminé, pero luego de descansar un poco, regresaré como si nada hubiera pasado, y todo estará bien.

Entonces me iré con mi reputación tan intacta como la luna llena. Escuchando lo que la gente decía de mi, Marywa no tendrá otra opción más que elogiarme.

—¡Hehehehe!

Estaba riendo, pero no había nadie que me escuchara. Era una buena forma de liberar mi estrés. No había motivos para suprimir mi risa.

Me quedé sentada en la silla y reí libremente hacia la luna llena.

—Ha ha ha ha ha ha…

—¿Qué estás haciendo?

—¿Ha?

Mi feliz risa murió con un fuerte sonido.

Lancé una sola sílaba disonante, giré mi cuello y busqué a la persona hablando.

Estaba mirando a la entrada del jardín, así que no pudo haber venido por allí. Debe haber entrado por las aberturas del jardín, al igual que yo.

Wow, nunca habría pensado que habría otro aristócrata que haría tal cosa.

Nos miramos entre sí mientras nos preguntábamos qué estaba sucediendo.

La persona que habló era un chico con suave cabello rubio y ojos azules. Parecía tener la misma edad que Mishuli. A pesar de que no se veía tan bien como ella o yo, me encontré sonriéndole.

El chico mantuvo su cabeza abajo mientras sostenía un grueso libro entre sus brazos.

—¿Quién eres?

—¿Quién eres TÚ?

Oh no.

Mi disfraz de Princesa se rompió y cayó al suelo. Cometí el error de hablarle sin esconder mis verdaderos colores. Miré de nuevo al cielo y noté algo por primera vez.

Esa luna llena que pensé que era perfecta y completa en realidad no era así: todavía necesitaba un día más antes de alcanzar la perfección.

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