Riku – Capítulo 33: Cerdo relleno

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon

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La ciudad de Karkatas era una Ciudad Fortaleza muy hermosa.

El pequeño Castillo sobre la colina estaba protegido por enormes muros. No tenía la belleza de la Capital Real o la Ciudad de Derufoi, pero las paredes que se construyeron apilando piedra tenía una extraña belleza en ella.

A lo largo del pie de la colina se cultivaban uvas. La parte inferior blanca de las hojas brillaba mientras se balanceaban con el viento. Mirando desde la distancia, se sentía como si uno estuviera viendo un mar de árboles.

… Pero en este momento, era invierno.

Las hojas verdes se habían secado y decaído, y sólo las solitarias ramas se balanceaban con la brisa del viento. Mirando desde lejos, lo único que podía verse era una Ciudad-Fortaleza desolada. Sin embargo, una vez que fuera verano se convertiría en una Ciudad aún más encantadora para los ojos que sus rumores.

Riku estaba sentada en su silla mientras pensaba esto.

Dentro de la sala de reuniones, se reunieron el Señor que gobernaba la ciudad de Karkata, Kraut Zawar, su ayudante, llamado “El cerebro de la Ciudad de Karkata” y Teniente Comandante de la Tercera División del Ejército de Gortoberuk, Riku Barusak y dos de sus subordinados.

—Eh… Bueno, entonces, vamos a empezar, ¿de acuerdo? —comenzó a hablar Kraut Zawar aclarándose la garganta.

Él era parecido a un Oficial Civil, con la constitución de su cuerpo extremadamente débil a pesar de ser de la misma raza Demonio de Vrusto.

Aún así, su voz era clara y con fuerza, y fue capaz de comenzar la Reunión sin problemas.

—Creo que ya lo han oído, pero los Espiritistas se dirigen hacia aquí. Sus números son aproximadamente cien mil. Incluso añadiendo los refuerzos del Teniente Comandante Barusak de cuatro mil soldados, nuestro número sólo llegaría a unos veinte mil.

—Tch, ¿por qué…? ¡¿Por qué el Teniente General no nos enviará más refuerzos?!

El hombre sentado junto a Kraut se lamentaba de frustración.

Pero era una charla sin sentido. Aunque recapturaron el Castillo de Myuuz, perdieron muchos soldados excepcionales. La influencia de Gortoberuk también disminuyó dentro del Ejército del Señor Demonio. En realidad, deberían agradecer que pudiera reunir cuatro mil soldados para ellos.

—Ten cuidado con tu boca. El Teniente General Gortoberuk es nuestro superior, ¿sabes?

—Tch, lo sé.

El hombre cerró la boca.

Al darse cuenta que no iba a decir nada más, Kraut volvió a hablar.

—La ventaja de la colina es abrumadora. No hay manera de que puedan capturar este lugar aunque hagan un asedio.

—¿Un cerco?

Riku frunció las cejas.

—¿Hay algún problema, Teniente Comandante Barusak?

—¿Planeas ir a una muerte lenta y gradual? Incluso si esperas, no habrá otros refuerzos.

Que Gortoberuk hubiera enviado las tropas de Riku era lo mejor que podía hacer. No era realista pensar que fuera a enviar más.

Riku quería avanzar en su carrera lo antes posible para poder estar al lado de Leivein, aunque fuera un minuto más. Incluso si era sólo un poco más rápido, ella quería ganar esta batalla rápidamente.

—¿Planea ignorar lo que va a pasar afuera y esperar a que el enemigo se retire?

—Nuestros alimentos son abundantes. Como máximo, podemos luchar por cinco años.

El ayudante de Kraut presentó un documento.

Tenía la información de todo el alimento suministrado que recogían. Dándole una mirada, Riku resopló.

—¿…No consiste todo tu plan en estar sentado desde el principio?

—Esos son preparativos necesarios. Una vez que comience la guerra, conseguir nuevos suministros será difícil después de todo.

A pesar de que tienen una línea de suministro adecuada, si hay alguna emergencia, serán limitados por sus suministros de alimentos.

Por lo tanto, era necesario almacenar suministros. Riku entendía esa lógica, pero sentía que su situación era diferente. No era más que una simple intuición que no tenía forma de probar, pero no se sentía el entusiasmo por ganar en los ojos de al gente de Kraut.

‘Estará bien siempre y cuando los evitemos. Si somos asediados, el enemigo regresará eventualmente.’ Sentía que tenían este tipo de pensamientos ingenuos.

Pensó en señalarlo abiertamente, pero estaría apresurándose demasiado. Riku soltó un gran suspiro.

—He aprendido que ir a un asedio es siempre la última alternativa… ¿No deberíamos pensar en formas para acabar con algo de la fuerza del enemigo en este momento?

—Por supuesto, es como dice. No es algo importante. Pero, ¿tiene alguna idea? ¡¿Un método para derrotar a un gran Ejército de cien mil sin sacrificar nuestros veinte mil hombres?!

—Todavía estoy pensando en ello.

—Si ese es el caso, entonces deje la planificación para nosotros. Ustedes deberían retirarse y esperar la próxima orden.

Con una mirada desagradable como si estuviera  mirando a un desperdicio, le dijo a Riku y sus subordinados que salieran de la habitación. Siendo echada fuera de la habitación, Riku apretaba los dientes con fuerza. Tras ella estaban Vrusto y Asty.

—Realmente, ¿qué pasa con ellos? Me llaman sólo para abandonarme después.

—¡Es verdad, de gozaru! ¡¡Voy a enviar a mi querido abuelo a una carta de queja más tarde, de gozaru!!

—Eres un poco molesta. Cállate.

Sus quejas resonaban por el pasillo.

Si alguien dijera sus quejas y los ejecutaran por falta de respeto hacia su superior sin siquiera tocar el campo de batalla, no tendría sentido. Tanto Riku como Asty se sentían impotentes, pero era por el momento.

—… Están siendo tan orgullosos sólo porque ganaron un sitio una vez —murmuró Vrusto con desprecio. Riku se detuvo y volvió la mirada.

—¿Qué dijiste? ¿Qué quieres decir?

—¿Qué? ¿Ojou-chan no sabe sobre el viejo cuento de Karkata…? Ah, Ojou-chan es un humano.

Vrusto mostraba una expresión como si lo hubiera olvidado por completo. Riku lo miró fijamente.

—¿Un cuento famoso entre los Demonios?

—Algo como eso. Asty también lo sabe, ¿verdad?

—Lo sé, de gozaru. Hace cientos de años, los Espiritistas lanzaron un ataque para retomar Karkata, de gozaru —Asty comenzó a hablar como si contara una historia. —Los Demonios tenían cierta tolerancia sobre los seres humanos que se sometieron a ellos, pero los Espiritualistas los miraban como traidores, de gozaru. Por eso planeaban hacer una fuerte ofensiva que aniquilaría a todos, de gozaru. El lado Demonio estuvo atrapado durante tres años, de gozaru.

—¿Tres años?

Desde la perspectiva de alguien que lee la documentación, parecería sólo unos pocos momentos.

Sin embargo, al experimentarlo se demostraba que era bastante tiempo. Las personas que lucharon por esos tres años deben haber sufrido mucho durante ese asedio. Incluso si tenían un pozo de agua y suministros hasta cierto punto la forma en que debieron luchar día tras día sin que su mente se quebrara terminó haciendo que Riku pensara en eso.

—Sí, y entonces, porque no pensaron que la guerra continuaría durante tres años, su comida comenzó a agotarse. En ese momento, el Señor de la Ciudad le dio su alimento a un cerdo.

—¿Para engordarlo y comerlo?

Vrusto sacudió la cabeza a la pregunta de Riku.

—No es eso, de gozaru. De todas las cosas, ¡soltaron el cerdo engordado fuera de las paredes, de gozaru!

Alimentaron al cerco con los pocos y preciosos víveres que le quedaban, y sin siquiera comerlo, lo soltaron fuera. Los Demonios que debieron verle probablemente temblaron.

—Y entonces, los Espiritistas se sorprendieron al ver cuánto alimento tenían y de inmediato se retiraron. Lo hizo para que vieran su falta de alimentos y cuánta moral tenía el Ejército.

—Ya veo.

Riku soltó un suspiro.

Tal vez fue porque la Ciudad tenía una historia sobre cómo ganaron la competencia de resistencia. De esa forma, la idea de simplemente ir a una guerra de asedio se metió en sus cabezas. Por eso abandonaron cualquier otra idea sin pensar en otros planes.

—Esos tipos estúpidos. ¿No significa qué no podré volver a casa por años?

Riku no iba a estar luchando en una guerra prolongada.

Pero su superior estaba obsesionado con la idea. Antes de que el enemigo llegara, Riku necesitaba pensar de alguna manera en un plan para obtener ventaja sobre los Espiritistas con sólo su Ejército.

—Realizaré una reunión estratégica pronto. Sólo entre nosotros.

Necesitaba hacer algo al respecto.

Después de cerrar los labios, corrió a su habitación.

♦ ♦ ♦

—¿Un cerco, dices? —le preguntó Mary a Rook, quien cabalgaba un poco más adelante que ella.

Rook asintió sin vacilar.

—La estrategia que elegirán definitivamente será un asedio. En el pasado, entre las historias que Kurumi solía contarme, había una historia sobre el sitio de Karkata.

En el momento en que Rook dijo el nombre de Kurumi, inconscientemente, sus ojos se humedecieron. Mary torció su rostro, infeliz. Pero ninguno se preocupó por la expresión del otro y, como si nada hubiera pasado, Rook siguió hablando.

—Por eso decidirán ir por ello esta vez. Ya sean tres o cuatro años, lo soportarán y luego nos mostrarán el cerdo engordado… Por supuesto, los golpearé antes de que puedan volverlo una guerra.

—Sin embargo… Esa Fortaleza es inesperadamente formidable. Según nuestras tropas de avanzada, será difícil de capturar —habló Mary con franqueza. Aún así, el rostro de Rook estaba lleno de confianza.

De acuerdo al desarrollo del juego, la muerte de Selestinna y Rebecca, y el rechazo de Charlotte no deberían haber ocurrido. La batalla de esta vez también habría sido más fácil de ganar si Kurumi estuviera aquí.

No obstante, esto no significaba que Karkata no podía ser capturada.

Los Jefes de Karkata, y cualquier otra persona estaban obsesionados con un asedio. A pesar de ser delgado, su Señor era tan estúpido como un gordo cerdo. Rook no sentía culpa por aquellas personas que ni siquiera podían ver la realidad.

—Está bien, Mary. He hecho un plan. Sacaremos a su General de esa Fortaleza.