Riku – Capítulo 36: ¿A dónde va la responsabilidad…?

Traducido por Gorrión

Editado por Nelea

Corregido por Sharon


Era como una ola de fuego.

Los cerdos cubiertos de fuego liberaban un olor salado mientras corrían por la colina. En ese instante, las palabras “qué desperdicio” llegaron a la mente de Riku, pero sacudiendo la cabeza, sacudió esos malvados pensamientos.

Mirando hacia la tragedia en las murallas del Castillo, Vrusto dejó escapar un silbido como para burlarse de ella.

—Uwaa, miedo… Esto no es algo que alguien pueda sobrevivir.

Su cara estaba un poco pálida.

La escena ante sus ojos era apropiada de ser llamado infierno. Al contrario que el buen olor, el método de ataque estaba lleno de crueldad. Hubo algunos Espiritistas que se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y se retiraron desesperadamente, pero otros siguieron con el ataque, deslumbrados por la victoria que estaba delante de sus ojos, y fueron asaltados por el fuego.

Al ser atropellados por los cerdos, ardían por el fuego con sus voces de angustia resonando.

Pero no era algo verdaderamente trágico.

Esto era una guerra, y este tipo de cosas era posible que pasaran. Además, los que ardían en agonía eran los Espiritistas del Barusak. Era obvio que Riku se pondría feliz; no había motivo para estar molesto.

—¿Pero era realmente la única opción?

—Si no llegas a este punto, no ganarás —murmuró Riku casualmente.

En ese momento, Kraut y sus subordinados se acercaron. Su rostro era mucho más pálido que el de Vrusto.

—¡Teniente Segundo Vrusto Asuteroid!! ¡¿Fuiste tú quien dejó que los cerdos huyeran?! —gritó mientras señalaba a Vrusto. Era posible ver su boca temblar por todas partes.

Riku detuvo a Vrusto, quien estaba a punto de decir algo, moviendo su mano. Y luego, dio un paso adelante.

—Sí, fui yo quien le ordenó que lo hiciera.

—¿Qué? ¿Dice que fue su orden? —Los ojos inyectados de Kraut se volvieron hacia Riku. —Usted… ¡Usted perdió la cabeza! ¡Dejó que los cerdos que cuidamos con gran esfuerzo escaparan! ¡E incluso los incendió!

—Fue por el bien de ganar —declaró Riku rotundamente.

Kraut parecía a punto de volverse loco, aunque sus razones fueran apropiadas. Pero a ella no le importaba algo tan trivial como eso.

—Antes de que nos fuéramos, dejé quinientos hombres al Teniente Segundo, y le ordené que prendiera fuego a los cerdos y los enviará a los Espiritistas una vez que confirmara que todos se habían retirado. Para compensar su abrumadora diferencia en número, decidí que era necesario usar los cerdos.

—¿Q-Q-Qué?

Ante la plana explicación de Riku, Kraut empezó a tambalearse como estuviera mareado por levantarse demasiado rápido.

—Tú, tú … ¿No pensaste en cómo afectaría el asedio eso?

—Sí.

Esta vez, utilizó casi quinientos de los cerdos que estaban en Karkata. En la reserva de animales, el número de cerdos restantes era suficiente para ser contado con una mano; estaba en un estado vacío y desolado.

Desde el principio, Riku estaba en contra de la guerra de asedio. Tal vez por eso no vaciló al explicar.

—Juzgué que no era necesario tener esa cantidad de cerdos. Aunque llegara lo peor, en esta guerra uno o dos grupos de cerdos serán suficientes.

Dicho esto, la cara de Kraut se puso roja de vergüenza. En este momento si alguien fuera a dejar caer agua sobre él, se convertiría en vapor. Apretando el puño con fuerza, miró a Riku.

—¡Sin embargo, Teniente Comandante Barusak! Para que haya planeado esta estrategia, ¿no significa que ya sabía que el enemigo pondría una trampa en las Llanuras de Karkata? En otras palabras, no solo tuvo la resolución de arriesgar a soldados que no sabían nada sobre el plan a morir sin sentido, sino que desafió mi orden —dijo enojado mientras escupía estas palabras.

Como era de esperar, incluso Riku no podía ocultar su irritación ante su declaración.  Al ser tomada por la ira, era un milagro que ella no blandiera su alabarda.

—Antes advertí la posibilidad de una trampa. Pero quien despachó todas las tropas… fue usted, Kraut Zawar.

Aún así, Riku tenía la mano en su espada de plata.

Por supuesto, porque se retiraron temprano, las bajas fueron pequeñas. Pero no eran cero, e incluso algunos de sus subordinados murieron. Entre ellos, algunos perecieron por lo que podría considerarse una muerte sin sentido.

Pero, de todas las personas, ella no quería oír estas cosas del hombre que estaba delante de sus ojos.

—Para elegir ir a la batalla, debes tener la determinación de morir. Apuntando nuestras espadas al enemigo, el enemigo también estará apuntando a nuestros cuellos. Alguien va a morir, es algo obvio. No pienso quejarme de estas cosas…

Cada uno tenía sus propios motivos para pelear. En el campo de batalla, había muchas causas que decidían la muerte para algunos. Quien no tenía suficiente fuerza, mala suerte u otros motivos. Ella no tenía intención de aceptar ideales bellos hasta el punto de intentar que nadie muriera.

Sin embargo, realmente necesitaba decir esto en voz alta.

—¿Pero quién fue el que arrojó a los soldados allí? Completamente ajeno a la trampa, ¿quién fue el que desperdició su vida con muertes sin sentido…? Si no lo sabes, te lo diré. Es la persona que lidera el Ejército.

Cada uno de los soldados eran activos del Ejército del Señor Demonio. Quien los maneja es la persona que lidera, el Comandante.

Los subordinados de Riku tampoco son nada más que soldados que pidió prestado. Si el dinero es desperdiciado, o las tropas son mal utilizadas, el control de todo esto depende del Comandante.

En este caso, quien decidió un mal plan de batalla fue Kraut, el Comandante. Riku también tenía la responsabilidad por no haber podido detenerlo, pero en última instancia, quien decidió su salida a la batalla es quien tiene la responsabilidad.

—… Este es ya el campo de batalla, no es un cuento antiguo. Date cuenta del mundo real y conduce adecuadamente a sus tropas.

Diciendo sólo eso, Riku se apartó de él.

Los subordinados de Kraut que estaban junto a él también se quedaron sin habla. Alejándose de las paredes, se dirigió directamente al lugar donde estaba su Ejército junto con Vrusto.

—Oye … ¿No dijiste demasiado? —dijo en voz baja Roppu, apareciendo junto a ella de repente. Riku siguió mirando hacia el frente.

—Si no dijera eso, él no tendría cuidado con otras trampas.

Y dijo sólo eso.

Sin duda, Kraut, que era el Señor del lugar, era su superior. No podía negar que había hablado demasiado y sin usar ningún honorífico. Incluso una parte la dijo con ira, hasta el punto donde debería haber medido sus palabras.

Con eso, esperaba que sus decisiones fueran un poco mejores.

—Bueno, ¿con todo eso, hemos barrido con diez o veinte mil? ¡Su moral también probablemente disminuyó, por lo que esta es una victoria!

Poniendo las manos detrás de la cabeza, Vrusto felizmente comenzó a tararear.

Nelea
Y todo gracias a los cerditos hahahahaha cerditos no los olvidaremos TuT

Diciendo que tenían veinte mil de ellos menos tal vez estaba exagerando, pero no hay error en que su moral se redujo. Cuando estaban por alcanzar la victoria, de repente se desató el infierno. Frente a ese terror, sería extraño si su moral no disminuyera.

—Bueno, sin duda ganamos la primera batalla. Como retrocedimos temprano, no sufrimos mucho daño.

—¿No están incluidos los cerdos en las pérdidas?

—Fueron herramientas necesarias para la victoria.

A la pregunta de Roppu, Riku respondió como si no fuera nada.

Antes de darse cuenta, el sol se ponía y la luna mostraba su rostro. Muy pronto, sería de noche. Mientras pensaba en eso, Vrusto puso sus brazos alrededor de los hombros de Riku y Roppu

—Oye, ya que tuvimos una gran victoria, ¿por qué no nos llenamos de bebidas?

El musculoso brazo se entrelazaba en su cuello. Vrusto presionaba a Roppu con fuerza, hasta el punto en que sus ojos se estaban poniendo blancos. Dejando escapar un suspiro, Riku sacudió el brazo de Vrusto.

—Eso no es bueno. Aunque ganemos, no podemos bajar la guardia.

—¿Qué dices, eh? ¡Está bien!! ¡¡Hay que beber sólo un poco!!

—Esto es una guerra. El enemigo podría atacar de nuevo en cualquier momento.

Riku recordó en el momento en que estaba en la Fortaleza de Rein.

Después de recapturar el fuerte, se relajó y llegó tarde a ayudar. En ese momento, si se hubiera dado cuenta de la batalla en el Castillo de Myuuz y hubiera partido un poco más pronto… Tal vez la guerra habría llegado a su conclusión más rápido. Tal vez habría tenido la oportunidad de hacer sufrir a Toudo aún más.

Incluso si uno dijera que era una victoria, solo era eso. Era diferente de ganar la guerra misma.

—Apóyense ustedes mismos; me encargaré del patrullaje nocturno.

Alejándose de Vrusto, que murmuraba quejas y Roppu, que suspiraba, Riku comenzó el patrullaje alrededor de Karkata.

♦ ♦ ♦

Los soldados sobrevivientes del Barusak hicieron su base en las llanuras de Karkata.

Sus números eran aproximadamente noventa mil. Había dos formas de mirar la situación, o perdieron diez mil soldados, o sólo perdieron diez mil soldados. Mirando su número, la respuesta sería la primera, pero en el caso de Rook era la última.

—No pude terminar la guerra, y muchos soldados capaces fueron asesinados.

Era diferente al juego.

No había ningún desarrollo como ese.

En el juego, se suponía que la guerra concluiría como una victoria abrumadora para los Espiritistas, al igual que la Batalla de Mikatagahara.

A pesar de que esperaba ansioso este Evento donde añadiría a Asty al harem después de tomarla prisionera quien, aunque quisiera vengarse, era una persona muy amable… ¿Por qué había perdido a muchos de sus subordinados, perdido la batalla, y ahora lloraba en su tienda?

—Es mi responsabilidad. Yo, yo…

Gorrrión
Esto que siento traduciendo sus líneas es... Placer~

No había ido con seguridad como en el juego, pero nunca pensó que perdería la batalla. Como era el mundo de un juego, era extraño si no funcionaba.

¿Por qué todo esto estaba sucediendo así? ¿Por qué nada iba como lo había planeado?

Poniéndose las manos sobre la cabeza, empezó a gemir. Con Rook en este estado, Mary se acercó suavemente a él.

—Joven Maestro, debes tomar esto como una lección. El Joven Maestro todavía es joven y puede ser descuidado.

—Mary…

—No perderás tu vida en este momento. Joven Maestro es la persona que heredará la Familia Barusak y finalmente se colocará en la cima de todos los Espiritistas. Ahora mismo debes calmar tu corazón y tratar tu vida con valor.

Como una madre, Mary lo abrazó suavemente.

Debido a esa dulzura, Rook empezó a llorar. En el juego, entre todas las heroínas, Mary era la más devota a Rook. De ahora en adelante, como la siguiente cabeza de Barusak, y como el héroe que luchará contra el Señor Demonio, él necesitaba comenzar a comportarse. Muchas batallas le esperaban después de esta derrota.

Pero por ahora… Quería actuar como un niño mimado en el abrazo de Mary.

—Muy bien, Mary… Gracias.

—Esto no es algo para que me agradezcas… Ahora, Joven Maestro. Mary tiene algo que le gustaría preguntar.

Rook no se dio cuenta, pero los ojos de Mary ardían de rabia.

El Ejército del que los Barusak se enorgullecían había perdido ante el ataque de los Demonios… Más aún, ante criaturas inferiores como los cerdos.

Y entonces, hicieron a Rook, a quien cuidó como si fuera su hermano pequeño, hundirse en la tristeza.

Debido a estas razones, ella estaba ardiendo de rabia en silencio por los Demonios en Karkata.

—Por favor, préstame algunos soldados. Recibí un plan secreto de Raku-sama.

Gorrrión
No puedo esperar por ver su cabeza en una cesta

Nelea
Y así Mary-chan levantó su bandera de muerte

2 respuestas a “Riku – Capítulo 36: ¿A dónde va la responsabilidad…?”

  1. Me da algo de lastima Rook, pero se lo merece, que no entiende que ya nada tiene que ver con el juego, que es ahora su nueva “realidad” y esta se a desviado mucho
    de lo que creía, que debe dejar de preocuparse de armar un puto harem >:v para despues avergonzarse por ser un @%$&@ con su hermana y con todos.

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