Riku – Capítulo 97: La Obstinación del Antiguo General

Traducido por Kiara

Editado por Limsah

Corregido por Sharon

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Tengo que huir.

Sus instintos no paraban de gritar. Una línea de sudor corría por su frente.

Mientras mantenía los ojos en Gortoberuk, confirmó dónde estaba su caballo con el borde de su vista.

El animal estaba completamente destrozado. Probablemente se debió al impacto que recibió del mazo. Aquellos vigorosos ojos de hace unos momentos quedaron en blanco y la espuma salía de su boca.

En cualquier caso, le sería imposible levantarse o saltar.

— Mierda.

Había un gran agujero detrás de Gortoberuk. En el otro lado  estaba el lugar donde el Señor Demonio estaba sellado. Rook estaba a pocos centímetros.

Afortunadamente, Gortoberuk no estaba cabalgando. A pesar de que él estaba en su camino de esta manera, su movilidad no era lo mismo si estuviera montando..

Rook carecía en gran medida de la velocidad para poder lograr la hazaña de esquivar a Gortoberuk y deslizarse más allá.

Fue un golpe muy duro perder su caballo.

— Pero…  ¿Tengo otra opción?

La guía paso a paso sobre cómo vencer a Gortoberuk apareció débilmente en su cabeza.

Rook sacó esos recuerdos que estaban cubiertos de polvo. Si su memoria le servía bien, la manera de matar a Gortoberuk sería apartar su atención con el arco. Luego, sacando la espada en esa abertura, le cortarías la cabeza.

Por supuesto, Gortoberuk era un Demonio experimentado en la guerra. Era un hombre que vivió muchas veces la vida de un ser humano y dedicó su vida a la batalla. Era difícil creer que fuera posible distraerlo tan fácilmente.

De hecho, podría derrotarlo porque Celestina estaba con él. Es porque ella era una arquera que podrían vencerlo.

Ahora, en cuanto a buscar a alguien con la misma habilidad con el arco que ella en este campo de batalla…

— No hay… nadie más que yo.

Rook movió su mano hacia su arco.

Fue un regalo de la misma Celestina. No era tan bueno con él como con su espada, pero tenía confianza en sus habilidades.

Si podía usarlo bien, podría crear una brecha en las defensas de Gortoberuk y quizás lograría romperlas.

Más bien, necesitaba romperlas a toda costa.

— ¿Oh? Un arquero. ¿Podrías ser un subordinado de esa chica?

Había un tinte de interés en los ojos de Gortoberuk.

— No soy su subordinado.

Sin embargo, a partir de esta distancia, no había manera en que pudiera lograrlo. Moviendo hacia atrás la mano que había sostenido su arco, Rook una vez más pensó.

— Celestina es mí…

¿Uno de los miembros del harén? ¿Amante? ¿Amigo?

No, no era ninguna de esas. Le gustaba, pero eso era porque se parecía a esa chica que aparecía en el juego. Los sentimientos que tenía por la verdadera Celestina Bistolru no eran tan ingenuos como algo así.

El sentimiento que surgió cuando Celestina fue asesinada en ese momento fue…

—  ¡Mi preciosa amiga de la infancia!

La espada de Rook y el mazo de Gortoberuk se estrellaron el uno contra el otro.

El peso de Gortoberuk aumentado con el del mazo abrumó a Rook. Apretó los dientes y trató de empujar con toda su fuerza. Sin embargo, renunció a la idea de inmediato.

Incluso si era capaz de empujarlo, después de eso, sería él quien estaría dando una apertura. No podía imaginarse a sí mismo realizando un segundo ataque de inmediato.

—Pensar que no te derrumbarías ante mi ataque. Tienes una buena espada —murmuró una alabanza Gortoberuk.

Al parecer, él también estaba usando un poder considerable. El sudor había empezado a aparecer en su frente.

—Gracias —le respondió Rook también lleno de sudor.

—Sin embargo, tu cuerpo, pronto alcanzará sus límites, joven Espiritista. ¿Quieres ahorrar esta lucha y ser aplastado?

— ¡De ninguna manera!

Rook trató de contestar descaradamente, pero de hecho, ya le resultaba difícil mantener su postura. Por supuesto, no tenía el tiempo libre para poner una flecha en su arco.

Bajando la mirada, junto su resolución.

— ¡Terminaré esto aquí!

En ese momento Rook miró a Gortoberuk, y sin empujar hacia delante, soltó la espada. Sin dejar que el General notase sus intenciones, el Espiritista saltó hacia atrás en un instante.

— ¿Qué… ?

Para cuando Gortoberuk se dio cuenta, ya era demasiado tarde.

La competición de la fuerza terminó de repente y el Demonio cayó hacia adelante mientras seguía sosteniendo su mazo. Al parecer estaba usando demasiada fuerza.

El mazo, que tenía su peso y poder concentrados, se hundió violentamente en el suelo. Como resultado, el lugar en el que Rook había estado de pie hasta ahora quedó destrozado, formando un agujero en forma de círculo.

Si Rook tardaba por un segundo a la hora de esquivar, su cabeza habría sido literalmente aplastada.

— Con eso…

Tomando el arco con su mano libre, Rook puso una flecha en el lado izquierdo con movimientos naturales. Tirando de la cuerda sobre su barbilla, apuntó hacia adelante.

— ¡Este es el final!

Y luego, antes de que Gortoberuk pudiera recuperar su postura, disparó.

La flecha voló por el aire. Se dirigía directamente al corazón de Gortoberuk. No estaba lejos, de manera que no tuviera tiempo de mover su mazo o esquivar la flecha.

— ¡Guhah!

Doblando su cuerpo, Gortoberuk apenas evitó la trayectoria de la flecha.

Sin embargo, el proyectil que estaba dirigida hacia el centro de su pecho aún se clavaba en el lado derecho. Un agujero se abrió en su pecho y la sangre salió de su boca.

— Bien.

Después de echar un vistazo a la figura agachada de su oponente, corrió hacia adelante.

Sin embargo, Gortoberuk no dejaría que las cosas terminaran allí.

En el instante en que oyó el sonido de Rook acercándose a él, sacó su mazo, y lo levantó sobre su cabeza. Su arma se acercaba a Rook mientra giraba en el aire, habiéndolo lanzado como último ataque.

Esa era la obstinación del valiente General que no sería derribada; Incluso si tenía que caer, y las lesiones que sufría eran suficiente para matarlo, él los detendría.

No era tan rápido como la flecha.

Sin embargo, Rook corría hacia él. Debido a que había cerrado su distancia con Gortoberuk, no podía parar de correr en ese momento.

— ¡Lo siento!

Sin embargo, no había forma en que se detendría allí.

Agachándose, puso la pierna derecha hacia delante, y se deslizó por el suelo. Estaba a la altura de un pelo.

El mazo pasó por el cabello de Rook. La presión del viento le hizo cerrar uno de sus ojos. A pesar de eso, cogió la espada que había caído cerca de Gortoberuk y se deslizó con éxito dentro de la caverna.

Continuando sin mirar atrás, Rook atravesó la oscura caverna.

Todo era por el bien de salvar a la Princesa y detener la resurrección del Señor Demonio.

Sin parar sus movimientos, Rook Barusak continuó corriendo a través de la oscuridad.

♦ ♦ ♦

— Muy encomiable.

Gortoberuk todavía estaba agazapado delante de la abertura de la cueva.

Había dejado ir su arma y tampoco tenía ninguna espada de repuesto. Mientras presionaba el agujero de su pecho con la mano que le quedaba, el valiente General no pudo ocultar su áspera respiración.

— Así que los viejos Generales, deben partir…

Rook Barusak.

Él era la estrella esperada por los Espiritistas con la misma sangre  que Riku Barusak, el próximo General principal del Ejército del Señor Demonio.

Aunque había oído decir a Asty, su nieta, que Rook había sido expulsado del Ejército Espiritista. Sin embargo, con sólo una mirada pudo saber que era mucho más valiente ahora.

Quizás fue expulsado, pero ahora la gente lo seguía. Tenía el carisma necesario para dirigir el Ejército.

No importa cómo lo mirase, en el campo de batalla no había nadie que hubiera cruzado espadas con él antes.

Todos los Espiritistas estaban llenos de juventud.

Tanto los antiguos Generales del Ejército del Señor Demonio como del Ejército Espiritista tendrían que salir, y los jóvenes se levantarían y seguirían adelante. En cierto sentido, morir aquí era quizá inevitable.

Gortoberuk bajó los ojos ligeramente…

— Pero no puedo dejar que termine aquí.

Y los volvió a abrir.

La batalla seguía ocurriendo. Mirando a su alrededor, pudo ver la pelea entre sus subordinados y los Espiritistas. Sin embargo, parecía que estaban siendo abrumados por sus números más bajos.

— ¡Sigue, Rook!

— ¡También debemos alcanzarlo rápidamente y darle nuestro apoyo!

De repente, algunos Espiritistas rompieron el cerco y ahora estaban en frente de Gortoberuk.

No había manera en que pudiera dejarlos pasar. Aunque eran el enemigo, era muy lamentable que tuviera que aplastar los nuevos brotes.

Sin embargo, le confiaron la protección de este lugar.

Dicho esto, no había manera en que permitiera que alguien más pasase.

— Vengan, Espiritistas.

Se detuvo imponentemente frente a la cueva.

Los enemigos chasquearon la lengua mientras preparaban sus armas.

El que llevaba un arco y llevaba una túnica blanca disparó varias flechas. Los disparos del Espiritista sobre el caballo se clavaron en el ojo derecho de Gortoberuk, su brazo y piernas.

No obstante, aunque abrieron varios agujeros y la sangre salió, no cayó.

Después de eso, tres Espiritistas apuntaban a su pecho con lanzas. Todas estaban dirigidas a su corazón, siendo empujadas desde la derecha, la izquierda y el centro.

Una mueca dolorosa se extendió en la cara de Gortoberuk.

Sin embargo, él todavía no cayó.

Tal vez porque estaba apretando la mandíbula para soportar el dolor, pero sus dientes se rompieron y fragmentos blancos se dispersaron en su boca.

Los Espiritistas se sorprendieron.

— ¡¿Este tipo no caerá?!

— ¡No te preocupes por él! ¡Adelante!

Mientras que los enemigos que alzaban sus espadas estaban sorprendidos por la robustez de Gortoberuk, el Espiritista con la bata blanca continuó, pasando a su lado.

Gortoberuk trató de levantar el brazo para detenerla, pero no pudo reunir fuerzas para eso. Era como si hubiera perdido el sentido del tacto.

— Tch, también tenemos que darnos prisa.

— Pero este Demonio todavía no está muerto.

— No te preocupes. Después de todo, no hay forma de moverse ma…

No había manera de que pudiera moverse más, era lo que quería decir.

En el instante en que el Espiritista estaba a punto de terminar su línea, Gortoberuk levantó el brazo. Atravesó el pecho del enemigo y agarró su corazón, el cual seguía latiendo en su áspera mano.

— ¿Quién crees que te está dejando ir?

Tenía los ojos inyectados de sangre.

La sangre fluía de su boca incesantemente. Ya le faltaba uno de sus brazos, estaba perforado por flechas afiladas en todo su cuerpo, y había un agujero abierto en el lado derecho de su pecho. Estaba lleno de heridas.

A pesar de eso, el espíritu de lucha de Gortoberuk no desapareció.

—Tch, ¡qué Demonio obstinado!

— ¡Seguiremos detrás de Rook-sama y Raku-sama cuando terminemos con él!

El rostro de los dos Espiritistas restantes se retorció de rabia.

El cuerpo templado de un Demonio no era algo que pudiera ser fácilmente cortado. Sin embargo, la otra parte también eran espíritus templados.

Con esa lanza infundida con una Técnica de Prohibición Demoníaca era posible cortar la carne dura como si fuera fruta.

Preguntándose si ese era su fin, Gortoberuk se preparó para su muerte. Sin embargo, esperando detener al menos a uno de los dos restantes, movió su mano cubierta de sangre.

Fue en ese momento.

— Ya veo, Rook y Raku, ¿verdad?

Una voz de ocio descendió desde arriba. Un resplandor carmesí saltó a la escena.

Al mismo tiempo, un enorme bulto de acero despegó la cabeza de los dos Espiritistas. No había duda de que ellos no sabían lo que les pasó.

De hecho, incluso Gortoberuk no entendió hasta unos segundos después.

— ¿No estás en mal estado, General Gortoberuk?

— ¿El General de División Riku… Barusak?

Antes de escucharla, el sonido de la batalla se había detenido. Todos los Espiritistas fueron cortados, nadie se movía.

Dentro del mar rojo que fluía de sus cuerpos, los subordinados de Gortoberuk estaban agotados en el suelo.

Aparentemente, Riku había tratado con todos los Espiritistas en esos pocos momentos.

Aunque todo había terminado, parecía que había pasado por varios problemas. Sus mejillas y brazos estaban llenos de heridas, al igual que su armadura y ropa, incluso su pelo estaba teñido de rojo.

— Parece que esta será nuestra despedida.

— Así parece. Sin embargo… Está bien así.

Los ojos de Gortoberuk se calentaron. Su mano cerrada se abrió y su brazo cayó colgando.

— Eres importante para el futuro del Ejército del Señor Demonio. Lo dejaré… en tus manos.

— Sólo seguiré el camino que he elegido para mí.

Riku le dio la espalda. Delante de sus ojos, había una cueva. En ella yacía la oscuridad que engullía todo.

— Pero le devolveré el favor —Diciendo eso, Riku salió disparada.

Mientras corría, su pelo rojo se balanceaba hacia los lados. Luego, se convirtió en un punto hasta finalmente desaparecer en la oscuridad.

Cuando ya no la pudo ver…

— Sí, está… muy bien así.

El viejo General Rudogar Gortoberuk cerró silenciosamente los ojos.