Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 8: Mis huellas (4)

Traducido por Tomoe

Editado por Sakuya


Aunque había sido derrotada continuamente, desesperadamente seguí balanceando mi espada.

Después, alrededor del tiempo en que fui capaz de tomar un punto de cada cinco que padre tomaba de mí.

—…Muy bien. Desde mañana, participa en los entrenamientos del Cuerpo de Guardia.

—…Haa.

Ante la repentina orden de padre, inadvertidamente di una respuesta poco entusiasta.

La tropa privada de la Casa del Marqués Anderson… también conocida como Cuerpo de Guardia.

Ellos eran guerreros que obedecían a la cabeza de la Casa del Marqués Anderson que era altamente respetada por sus artes militares.

Para empezar, en orden de no traer vergüenza al nombre de la Casa del Marqués Anderson, cada generación de hijos continuará puliendo sus artes marciales.

Por el bien de acompañarlos, un cierto nivel de entrenamiento fue buscado entre los miembros del Cuerpo de Guardia. Naturalmente, su verdadera fuerza era abrumadoramente mayor, comparada a las tropas privadas de otros territorios.

Por lo tanto, el nivel para entrar al Cuerpo de Guardia de la Casa del Marqués Anderson era alto, y después de entrar, era fundamental día y noche.

Incluso así… no, quizás por eso. Ellos eran orgullosos de sus propias artes marciales, y del hecho de que ellos eran miembros del Cuerpo de Guardia.

Para los chicos de la Casa del Marqués Anderson y su entrenamiento, la residencia principal de la Casa del Marqués Anderson tenía un campo de entrenamiento extremadamente espacioso.

…Me desvié. Pero desde que padre dice que su cuerpo crecerá aburrido, en la generación de padre, él demolió el patio en la mansión de la Capital e hizo un campo de entrenamiento.

Dejando eso de lado, ¿estaré participando en ese entrenamiento?

…No podía evitar esperarlo, y accidentalmente deje salir una sonrisa. Hasta ahora, mis compañeros de entrenamiento eran mi hermano mayor y padre.

Eso estaba bien por sí mismo, pero como se esperaba, quería tratar de pelear contra diferentes personas. Encima de todo, quería probar mi propio poder.

Seguramente habrá muchas personas, y esas experiencias se convertirán en mi piel y sangre… y me volveré más fuerte de nuevo.

Pensando sobre eso, no podía evitar sentir que era una cosa agradable. Viendo mi expresión, padre me dio una sonrisa irónica.

Y luego, al día siguiente.

De muy buen humor, me dirigí hacia los campos de entrenamiento. En cuanto llegué, mi entorno se llenó con hombres de una o dos veces más grandes que yo.

Naturalmente, me destaqué.

—…Oi, ¿por qué hay una niña aquí?

—Q-quien sabe. Oi, anda y háblale a ella.

—Eh, de ninguna manera. Yo termino inmediatamente haciendo llorar a los niños.

…Es verdad que, puede parecer malo decir que su cara se ve malvada, pero… bueno, desde el punto natural de un niño, ellos probablemente se sientan asustados por su atmósfera – es lo que murmuré en mi corazón mientras encaraba a la última persona que habló.

—Ojou-chan, ¿por qué estás aquí? Es peligroso, así que deberías irte rápidamente.

—…Gusto en conocerte. Mi nombre es Mel. Desde hoy en adelante, estaré participando en el entrenamiento de aquí. Y gracias de antemano por su dirección y ánimo. —Las primeras impresiones son importantes, di un apropiado saludo.

A propósito, el nombre que di no era normalmente el apodo que usaba para mi nombre; era uno que estaba usando por las órdenes de padre.

Como se esperaba, él estaba indeciso sobre dejar que otros supieran que la hija de la Casa del Marqués Anderson estuviera participando en el entrenamiento.

Sin embargo, ante mis palabras, una atmósfera cada vez más sutil emergió de los miembros del Cuerpo de Guardia.

—…Todos, ¡atención!

En ese momento, al mismo tiempo, todo el cuerpo de la guardia levantó la voz.

Esa voz que aturde los tímpanos me aturdió momentáneamente.

Sin embargo, mientras los miembros del cuerpo estaban acostumbrados a eso, ellos inmediatamente reaccionaron y cayeron en formación, luego enderezaron sus espaldas, parados con una hermosa postura.

—La Cabeza ha llegado.

Después de que las preparaciones fueron puestas en orden, padre apareció. Cuando tomé una mirada a las caras de los miembros del cuerpo, sus ojos estaban brillando como si fueron niños de la misma generación que yo.

—Es bueno ver hoy que todos son enérgicos.

Diciendo eso, padre se rio enérgicamente. No obstante, en el siguiente momento, la sonrisa desapareció, y su expresión se volvió severa.

—…Ahora, parece que ella ya se ha introducida a sí misma, pero desde hoy, Mel estará participando en el entrenamiento. Antes de venir aquí, yo ya la entrene hasta cierto punto, así que no hay necesidad de retenerse. Todos, usen su fuerza y no se contengan.

Ante su profunda voz, mi cuerpo por un momento tirito y tembló.

… ¿Asustada? No, es diferente.

Eran temblores por el entusiasmo. La seriedad de padre fue transferida a mí.

Por consiguiente, estaba enormemente anticipando las batallas en el entrenamiento futuro.

—… ¡Por favor cuiden de mí!

Mientras decía eso con una voz que provenía del fondo de mi estómago, padre dio una pequeña risa.

—Bueno, ¡Que empiece el entrenamiento!

2 respuestas a “Sentido Común de una Casa Guerrera – Capítulo 8: Mis huellas (4)”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido