Sustituta vs Príncipe – Capítulo 1

Traducido por Niddhogg

Editado por Luzbri

Corregido por YukiroSaori


Es extraño. ¡La vida humana en su totalidad se extiende dentro del jardín! Es algo sobre lo cual no debería dudar en jactarme, así que, ¿cómo es que terminé camino al palacio real?

Si su alteza se convirtiera en té de hierbas, lo pensaría. Si hierbajos crecieran en su cabeza real también le atendería.

No hay nada interesante en mirar la cara de un ser humano. Alejándome de mi amado jardín, metiendome en un ajustado, y rígido vestido y encerrandome en un carruaje. ¿Qué tipo de disparate es este?

Ahora bien, ¿a quién debería maldecir? ¿Padre? ¿Mi hermana menor?

La mandrágora podría ayudarme.

Luzbri
Se está preguntando si debería maldecir a su padre o a su hermana menor

—¿Por qué has empezado a ver la cara de tu padre como si quisieras matarlo con una maldición, Theresa?

—Soy Anessa. Querido padre, estás alucinando. Para la tensión ocular, el ungüento de Ruda puede ser lo más efectivo. ¡Sí!

—Deja de recomendar plantas venenosas… ¡Por el amor de Dios! Qué peligroso objeto pretendes llevar al palacio real ¿Tu plan acaso será conspirar en un asesinato real o algo parecido?

—Te informo que la Ruda puede mejorar la circulación sanguínea. Aunque, dejame ver… aún si me parezco a Theresa. Ir al palacio real, causará problemas ¿verdad? La actual situación podría terminar como una desgracia para el nombre de nuestra familia. Así que, regresemos. —De un golpe abrí la pequeña ventana del carruaje y le grité al cochero—. Bien, entonces, ¡volvamos a casa! ¡Regresa los caballos!

—¡Es una mentira! ¡Sigue el camino según lo planeado! ¡Hacia Kous! —dijo mi padre, haciéndome a un lado rápidamente. Luego, suspiró mientras decía—: Y ellos te llaman mi hija…

Mientras pensaba que yo también quería suspirar, el hecho de no poder admirar más mis plantas me golpeó. La batalla contra los hierbajos y las pestes se podía comparar con la construcción de un castillo de arena; al final, se trataba de fuerza de voluntad.

Pienso en cómo los hierbajos más fuertes se enredan en las frágiles plantas medicinales empujándolas a las sombras. Como resultado, ellas cuelgan sus cabezas al verse atacadas, además, por odiosos insectos.

¡Ay, el Jardín del Paraíso solo me tiene a mí para protegerlo! Sin embargo, mi padre me apartó de él.

—Su alteza está buscando una novia o algo así, mas nuestra familia está en la clasificación más baja y al borde de la ruina, ¿no es una aspiración demasiado grande? ¿Qué hay de malo en rechazar la invitación? Después de todo, la hermana más joven y vital para toda esta farsa es una fugitiva.

—¡Como si pudiera hacer algo como desobedecer las órdenes de la realeza!

La proclamación de la reina, que solo ha sido un fastidio para todos, fue emitida el mes pasado; “Para dar la bienvenida a la adultez al príncipe, a los quince años, las hijas de los nobles son invitadas al palacio real con el fin de organizar una búsqueda para la novia de su alteza real, Ikuta.” Eso decía.

El límite de edad de las hijas va desde los diez años, hasta los veinte exactos. Su zona de ataque era amplia. Apenas conseguía escapar de esto porque tenía veintiún años. Mi hermana, quien es un año menor que yo, entraba justo en su rango.

A pesar de eso…

♦ ♦ ♦

A medida que la partida hacia la capital Kous estaba más y más cerca, una nota escrita a mano fue dejada por mi hermana una mañana, quien se había escapado sin ser notada.

“Me voy con mi amante, le confiero el resto a mi hermana mayor. ¡Por favor, cuida de mí~!”

Padre aplastó la nota con sus manos, pero quien la arrojó al fuego para quemarla fui yo. En la chimenea que no había sido usada hasta entonces, el pedazo de papel se convirtió en cenizas.

Los hombros de mi padre permanecían caídos mientras los restos ardían. Por la situación actual, quizás fue bueno que la nota se convirtiera en cenizas. Pues él había enviado con mucho entusiasmo una respuesta a la capital sobre la participación de nuestra familia. Y así es como las pocas e innecesarias palabras de mi hermana desencadenaron este imprudente plan.

Incluso en nuestro vecindario, mi hermana Theresa y yo somos conocidas por lucir como gemelas idénticas. Nuestras caras y rostros son casi iguales a pesar de haber nacido con un año de diferencia. Al alterar el tono de mi voz e imitar el de mi hermana, decían que era complicado diferenciarnos, justo como gemelas reales.

Mis protestas también fueron inútiles, fui forzada a ponerme el vestido de Theresa.

El carruaje se balanceaba de un lado a otro.

—Ese imprudente deseo de poder será destruido, ¿lo sabes?

—¡No tengo absolutamente ninguna esperanza en que hagas que el corazón de su alteza sea tuyo! ¡Es una posibilidad de una en un millón! Pero nuestra casa tiene una imagen que mantener. Mi hija escapó con un chico de pueblo ¿Cómo podría decir que…?

—Esa expresión luce bien en ti. ¿Puedes mantenerla? Su alteza también podría mostrar simpatía por esa mirada miserable y lamentable —dije lo que estaba pensando en voz alta, él me dirigió una mirada penetrante—. Si sopesamos sus opciones entre la realeza y la plebe, creo que el mayor problema es que su alteza nos eche. Seguro que al investigar se sorprenderá y gritará algo como: “¡¿Tal lugar también pertenece a Riona?!” Por lo lejano que estamos de la ciudad, ¿eh? ¿De qué nos serviría intentar atraer a un hombre con una presencia celestial como el príncipe? Además, un noble al estar con un plebeyo es destituido solo de nombre, su sustento económico no cambiará por ello, aunque ya tiene tiempo que se fugó, ella estará bien por sí misma. Después de todo, es terca.

—Hmph, parece que no tengo que preocuparme. Las dos hermanas parecen ser igual de desvergonzadas, ¿eh?

—Sí, mamá opinaba lo mismo. Es por eso que siempre decía: “Lo único que me preocupa, es la pérdida de cabello de su padre” .

Entrecerró los ojos, mirándome con amargura, alejándose de mí, fijó la mirada fuera de la ventana. Tomé esta responsabilidad a regañadientes, e incluso estoy dispuesta a ser el chivo expiatorio, después de todo, somos blandos con los miembros de nuestra familia. Tanto padre como yo.

No quiero arrastrar a mi hermana de regreso, ni tampoco dejar a mi padre como un tonto.

Si mantengo la mentira, la historia puede jugar a mi favor. Si no me expongo ante nadie, todo saldrá bien.

Un padre blasfemo y su par de hijas.

El carruaje se sacudía y sacudía, el movimiento me causaba somnolencia. A pesar de que no podía competir con una suave cama, mi cuerpo necesitaba descansar. Quería despertarme en una cama a primera hora de la mañana y arrastrarme fuera de toda esta crisis… las rítmicas vibraciones eran agradables.

♦ ♦ ♦

—Erta… Despierta, Theresa.

—Soy Anessa.

A menudo me confunden con mi hermana menor, así que corregí mi nombre en un desafortunado reflejo condicionado.

Mi padre, siseó en voz baja para pedir silencio. Habíamos llegado al palacio real.

Un pañuelo fue empujado ante mis ojos entreabiertos. Como lo miré aturdida, en el estupor inducido por el sueño, padre dijo:

—¡Tu baba! ¡Limpia tu baba!

Fui regañada por haberme quedado dormida.

Acompañada por mi padre, entré a la cueva de los ladrones, el palacio real. Un aire desagradable de trucos y engaños se arremolinaba alrededor del lugar.

—Escuchame, Theresa. El periodo de selección de la novia es de un mes. Si eres paciente, te permitiré que hagas tanto como quieras en tu jardín favorito.

—Un nuevo azadón, pala, semillas, parterres, red repelente de aves, y también la promesa del fertilizante. Por favor no lo olvides, ¿de acuerdo?

—¡Se están multiplicando! La promesa se suponía que era solo por una azada, una pala y almácigos.

—Querido padre, es desagradable que haga un gran alboroto con sus gritos… ¿Acaso no le importa subir la tasa de éxito?

—Lo tengo —dijo después de un largo silencio—. No andes por ahí causando problemas a nadie. ¿Escuchaste? Vendré a recogerte en un mes.

—Por favor, déjamelo a mí. Mantendré los ojos abiertos, para evitar causar un escándalo o resaltar, en dado caso de que se presente la oportunidad de una en un millón de captar la atención de su alteza. Por favor, cuida del jardín en mi ausencia. ¿De acuerdo?

—Ah, he contratado a un jardinero para que se ocupe de eso por un tiempo. —dijo mientras culminábamos de pactar de manera satisfactoria—. Te lo suplico, ¡devuelve adecuadamente los saludos de su majestad! —gritó mientras me despedía de él al partir.

Una criada vino rápidamente y se me acercó.

—Humildemente le guiaré —dijo mientras inclinaba la cabeza.

Como se esperaba de este lugar. Hasta las personas que trabajan aquí se ven hermosas en uniforme.

El magnífico interior del castillo no estaba mal. Sin prestar mucha atención, porque aún estaba medio dormida, llegué al salón donde las otras candidatas a novias estaban reunidas.

Me sorprendió ver lo ruidoso que era el lugar.

Acababa de entrar en la recepción y ya estaba sumergida en una cacofonía de sonidos. Me estremecí ante el ruido, me aparté y me refugié en un rincón.

Con solo reunir tres niñas el lugar ya sería ruidoso pero, ¿qué demonios era esto? Puede que fueran más de cien personas en un mismo lugar. Las niñas menores de diez años lloraban, y en cuanto a las doncellas, charlaban entre ellas divertidas. Sus voces estaban sobre los registros superiores de las ondas ultrasónicas.

Sentí que me ahogaría entre todos los aromas de bases y perfumes que se mezclaban en el aire.

En la cargada atmósfera causada por el acumulo de cuerpos, refresqué mi espalda con un abanico plegable. No podía dejar de suspirar. Sentí que sería aplastada.

Sin embargo, pensé en ello. Como había tanta gente amontonada, destacar entre la muchedumbre sería difícil. A menos que me involucre en un muy irrazonable evento, es seguro que no llamaré la atención.

Sonó el gong con un estruendo. El vestíbulo volvió a estar en silencio.

El primer ministro, salió, al parecer estaba explicando las reglas generales para el proceso de selección de la novia.

No pude escuchar nada. Estaba demasiado lejos.

Pero gracias a un improvisado y ágil juego que realizaron las chicas para transmitir la información desde adelante hasta atrás, de una manera u otra logré saber cuales eran las palabras del primer ministro.

Primero, fuimos separadas en pequeños grupos. Después de todo, la situación sería menos atractiva si la hija de un marqués quedara en el mismo grupo que un noble de bajo rango como yo, ¿verdad? Es normal.

Su alteza visitará a cada grupo una vez a la semana. De esa manera podríamos profundizar nuestra relación con él. Eso es debido a que el número de participantes es grande. Cuando las chicas entendieron esto, hubo una ola de decepción en la sala.

Fu, fu, fu, era menos de lo que esperaba.

Cuatro encuentros en un mes. Solo cuatro encuentros. Si dejo pasar mis encuentros con su alteza, podré esperar mi futuro color de rosa.

Para empezar, se estableció que el periodo de selección sería de un mes. Una vez que su alteza tome la decisión sobre quién será su novia, esta será anunciada a la mañana siguiente del último día. Las que no sean escogidas deberán marcharse del palacio real.

Incluso si me quejo y me quedo aquí, la posición de esposa está más allá de mi capacidad. Terminarían llamándome inútil Las personas cercanas a su alteza definitivamente lo harían.

En respuesta a la voz que gritó el nombre de mi hermana, me obligue a mí misma a caminar entre la multitud de doncellas mientras pensaba con entusiasmo: ¡Déjamelo a mi! Por el bien de su alteza real ¡Hagámoslo rápido como el viento! 

♦ ♦ ♦

Quedan tres encuentros.

—¡¡Kyaaaa!! ¡Su altezaa! ¡Su altezaaaaaaaa!

Sería imposible para mí gritar de esa manera horrorosa. Se me puso la piel de gallina. Intentando soportar todo esto me senté junto a la señorita Miranda, quien estallaba en gritos en falsete de alegría. [3]

Ninguna parecía siquiera mostrar un mínimo interés en los sabrosos pasteles y tés; en vez de preparar el té negro, sus miradas cargadas de deseo se dirigían a su alteza.

El camuflaje perfecto.

Empecé a notar resignación en algunas, en el curso de los siete días las había observado con detenimiento. Con una edad promedio de catorce años las espléndidas jóvenes parecían desbordantes de energía, al punto en el que consiguieron contagiarme y así logré mezclarme un poco con esas encantadoras doncellas.

Los propósitos de mi corazón están anclados en el egoísmo; esta emoción está al mismo nivel que el ser atacado por un demonio, sin ser capaz de evitarlo.

♦ ♦ ♦

Observar a su alteza desde la distancia era solo un trabajo de tercera clase, después de todo. En cambio unirse a su camarilla de admiradoras era un excelente plan.

Quedan tres.

Soy Theresa. Ellos me dicen Theresa, así que soy Theresa.

Al ser una situación en la que debía actuar como mi hermana, necesitaba hipnotizarme a mi misma un poco más… para así superar la timidez.

¡Tengo que hacerlo! pensaba con fuerza. Ja… Ja… ¿Acaso he conseguido llamar su atención un poco, su alteza~? ¿Alardear mi cuerpo surtió efecto~?

Mis pensamientos sarcásticos se salieron de control.

Su alteza Ikuta, es un chico maduro. De hecho, las chicas hicieron un gran escándalo al respecto. Y estaba de acuerdo con ellas, tenía una buena apariencia. Cabello rubio y pupilas azul oscuro. Se asemejaba a su hermano mayor, el primer príncipe, con su altura y sus rasgos alargados. Si lo comparas con los sombríos caballeros que lo escoltaban, su alteza se veía flacucho y nervioso. Pero, había altas expectativas por su futuro crecimiento.

Una actitud tranquila, acorde con el sentido de nobleza que tenía la realeza. Se podía notar como había sido grabada en él. A pesar de las ligeras diferencias de edad, los gustos de la señorita Miranda y compañía, en comparación, lucían crueles e inmaduros.

Después de alcanzar la cuesta de intercambios y unas conversaciones poco impresionantes, su alteza se excusó y se retiró.

Los labios de las otras chicas se apretaron en una línea, podía leer sus pensamientos al ver sus miradas disgustadas: “¡Nunca podré mostrar mi atractivo!”

—Está bien. ¡Siempre hay una próxima vez!

Una expresión de aliento se extendió, todas fueron recobrando su entusiasmo. Parece que se aferraron a esas palabras.

Además de esa reunión informal con su alteza, en el horario oficial también se acordó dos fiestas de té, un banquete y un baile. Aunque solo un selecto número podría asistir al baile de la cuarta semana.

Duques, marqueses… además de los nobles de alto rango, la decisión de cuántos miembros del grupo de la corte inferior podrían asistir, estaba pospuesto.

Un mes incesante, sin interrupciones.

Su alteza parecía estar pasando por un montón de problemas, con eso de ser convocado a cosas como fiestas de té y cenas todos los días.

Escuché esto en algún lugar, pero según las personas que asistieron a una fiesta de té, nuestro grupo fue el último en ser considerado. Parece que establecimos un récord para la más corta estancia de su alteza.

♦ ♦ ♦

Se nos dio relativa libertad para actuar como quisiéramos.

En los días que subsiguieron, sin la presencia de su alteza, las chicas aprovecharon para intercambiar información en el salón sobre las últimas tendencias en vestidos y otras cosas de la misma índole. Tanta pasión, las jóvenes enamoradas se esforzaban por mejorar. Su objetivo era el corazón de su alteza.

Bueno, no logro conectar con ese tipo de cosas, pensé al verlas.

—Hmm, mm, mm —tarareaba alegremente mientras pensaba en voz alta—. Si el buen tiempo se mantiene, entonces me sentiré bien, pero con todo esto estoy deseando algo de clima húmedo.

En las profundidades del palacio real, encontré el oasis de mi corazón. Un jardín de hierbas medicinales, en la parte posterior del castillo. En el momento en que lo descubrí mi pecho palpitó de emoción, le rogué al jardinero que me permitiera hacer jardinería hasta que lo convencí.

Al principio el anciano se burló de mí en mi cara. Puesto que parece que rara vez ha visto un corazón palpitante de amor por las hierbas medicinales como el mío, tomó una pala y me la entregó con una risa espasmódica.

Frente a mí estaba un magnífico jardín de hierbas. El palacio real definitivamente no lo ha dejado de lado.

—¡Ahh, Binzsade! Ese rostro verde con un aire frío y distante. ¡Si no fuera por tus espinas actuando como palabras penetrantes, estaría apretándote fuertemente y nunca dejándote ir! ¡Oh, mi querido Gondorut! Tus hojas verdes y regordetas están en plena floración. Gah, si solo no causaras erupciones cutáneas cuando froto nuestras mejillas juntas…! ¡Y no puedo olvidarme de ti, Gushuteb! Por favor, no me tientes con esos seductores zarcillos, tu aroma me provoca urticaria. ¡Soy detestable!

—Señorita. Hey, señorita. No ha estado haciendo nada más que mostrar esos excéntricos hábitos en voz alta. ¿Podría hacerme el favor y dejar de hacerlo? Así evitaremos malos entendidos.

—Pero solo estoy llamando a mis amantes por sus nombres.

—Hey, hey, en ese caso definitivamente será malentendida, señorita. Eres una candidata nupcial para el segundo príncipe, ¿no? Sin embargo, está holgazaneando en un lugar como este. ¿Qué tal si recoges tu cabello al menos?

Me familiaricé con este anciano después de estar algunos días aquí. Con sus cejas juntas en lo que parecía ser una expresión de preocupación, su rostro rojo y quemado, contemplaba el pañuelo en mi cabeza.

Incluso yo sé que la hija de un noble se ve mal regando las plantas. Siendo este el caso, la pañoleta que estaba usando esconde mi rostro y adicionalmente me protege de la luz del sol.

Me reí internamente, era matar dos pájaros con una piedra.

—Su alteza hoy se reunirá con el grupo de chicas que son hijas de los condes, así que no debo preocuparme. Solo para que lo sepa, también me tomo el tiempo de arreglar mi cabello cuando es mi día asignado.

—No, ese no es el punto que intento señalar. —Suspiró, deteniendo su discurso por un momento—. Este humilde sirviente regresará al jardín… señorita, usted también debería regresar a su lugar .

—Entendido.

—Regar las plantas es bueno y todo, pero recoger las lombrices es mi trabajo. Así que deje algo de trabajo para mi.

—Ugh…

—¿Y regar las plantas no se supone que también es mi trabajo?

—E-Entiendo.

Después de observar al anciano mientras llevaba el rastrillo y sus tijeras de podar, miré inquieta a mi alrededor.

Me pidió que dejara el exterminio de plagas, pero él no me prohibió explícitamente que deshierbe, ¿verdad? Tirando alegremente de las cintas de los puños, enrollé mis mangas. Luego airadamente aparté el dobladillo de mi vestido —el cual era solo una molestia en este punto—, y reuní la tela que se amontonaba alrededor de mis tobillos, atandola con las cintas que antes sujetaban mis mangas.

Se veía mal, pero era más fácil moverse así.

Los pantalones de trabajo son lo M-E-J-O-R cuando uno cuida del jardín, pero cuando llegué no pensé que fueran a ser necesarios en el palacio real, así que los dejé en casa. No tengo guantes, pero las plantas como Gondorut tienen varias maneras de no entrar en contacto con ellas. Si tengo cuidado, no debería ser un problema incluso con mis manos desnudas.

Así que me dediqué a quitar la maleza.


[1] Mandragora: Planta caracterizada por ser altamente tóxica. Debido a que en ocasiones adquiere cierta forma humanoide. solía ser usada en rituales satánicos.

[2] La Ruda, Ruta graveolens, es una planta perenne muy aromática que crece de forma silvestre en el sur de Europa de la que tradicionalmente se han utilizado sus hojas en remedios caseros de la medicina popular debido a sus propiedades medicinales. Sirve para preparar infusiones, tinturas, emplastos, hasta colirios. Pero el consumo excesivo de la Ruda puede causar toxicidad.

[3] Falsete; técnica en la cual al usar las cuerdas vocales de determinada manera se pueden alcanzar notas más agudas.

[4] Binzsade, Gondorut, Gah y Gushuteb son plantas medicinales.

6 respuestas a “Sustituta vs Príncipe – Capítulo 1”

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