Vida Feliz – Capítulo 8: Tutor

Traducido por Kaori

Editado por Kaori

Corregido por Sharon


Lamentablemente, desde el incidente me han prohibido entrar en la Institución Mágica. Parece que Georg hizo los preparativos necesarios en secreto.

A pesar de poseer una cantidad impresionante de magia carecía de control. Como se esperaba de mí, quien había perpetrado el acto de fundir la valiosa «Piedra de toque», fui considerada peligrosa.

Sí, presentía que algo así sucedería…

Para mí, fue un gran shock no poder visitar esa montaña de tesoros… Oh, bueno, cosechas lo que siembras.

Además, soy reacia a  atender y a manejar a ese desordenado Príncipe.

—Liz, baja.

Ah, estaba a punto de leer ese libro de allá…

En respuesta a la suave voz de mi madre que me llamaba, suspiré con mi rostro enterrado en una almohada.

Extraño. Es raro que me llamen cuando suelo leer, a menos que fuera para comer.

—¿Qué pasa, madre?

—Tu padre… Es decir, tienes un visitante.

—¿Yo?

Nunca tuve amigos del barrio para jugar.

La razón es que no hay nada que ganar afuera, por lo tanto, no tengo conocidos. Sin embargo, a pesar de saberlo, mi madre todavía afirma que tengo un visitante.

Espera, es imposible que sea Su Alteza, ¿verdad?

No, no podría ser. Como heredero al trono, sería casi imposible para él visitar fácilmente  la ciudad del Castillo.

En ese caso, es más probable que fuera el Monje Georg, portando hostilidad.

Tenía la impresión de que ese terco hombre preguntaría lo que hice a la «Piedra de toque», y luego me gritaría. Definitivamente me acusaría falsamente de destruir la «Piedra».

—Entendido. Estaré allí en breve.

No dispuesta a hacer frente a una sensación más horrible, salí de la habitación de mala gana y bajé las escaleras.

♦ ♦ ♦

Y entonces, un patrón totalmente inesperado ocurrió.

—Eres la Señorita Lizbeth Adelcian, ¿no?

Esperando en el salón, había una persona desconocida. ¿Qué significa esto?.

Era un hombre vestido con una bata encapuchada que ocultaba todo su cuerpo. Su altura era un poco pequeña, probablemente del tamaño de mi madre. Es una pequeña impresión en general.

Quiero preguntarle quién es. Cuando lo miré fijamente, me dio una sonrisa irónica.

Era una breve mirada a la que una niña no estaba acostumbrada.

—Me llamo Gilleraide Sévéne. Su padre me ha pedido que te enseñe brujería

Al darse cuenta de que aún tenía la capucha, Gilleraide la bajó cortésmente. Desde las parte trasera de su cabeza, brillante pelo verde atado en una cola se derramó.

Por un momento, pensé en el nombre de Barba Azul, algo extremadamente descortés. Por suerte no lo dije en voz alta. Aunque sus nombres son parecidos.

Me encogí sin pensarlo, y lentamente, Gilleraide levantó los ojos.

Oh, cielos, es una verdadera belleza. En este mundo uno cumple la mayoría de edad a los 15 años.

Por su apariencia, no luce como si esa fuera su edad. Lo más probable es que el niño tenga 12 años. En lugar de llamarlo una belleza, ¿no sería mejor decirle un chico guapo?

Del mismo color que su cabello, sus pupilas se relajaban suavemente con una sonrisa en sus labios. Mirando fijamente a los vívidos ojos verdes, encerré mis impresiones dentro de mi corazón sin decir nada…

—Soy Lizbeth Adelcian. ¿Has venido aquí intencionadamente para saludarme?

—Me pidieron específicamente que enseñara en su casa —asintió con una sonrisa.

—¿Es así? —dije, y le di la mano que salió de mis mangas cortas con los ojos hacia abajo. A mis acciones, madre dio una sonrisa torcida antes de continuar la conversación.

—¿Llevó mucho tiempo llegar aquí? Si vives lejos, debe haber sido muy molesto…

—No. Como estaba bastante lejos, he tomado alojamiento en una posada.

—Pero los cargos son absurdamente altos, ¿no? ¿Qué te parece vivir aquí mientras le enseñas a mi hija?

Mi madre es la viva imagen de un ama de casa por preocuparse por los cargos de la posada, a pesar de ser una noble.

Bueno, antes de casarse, mamá era parte de la clase media. Es una cosa espléndida estar en un matrimonio amoroso. Aunque personalmente, tiene sus propios desafíos.

Gilleraide, luciendo alegre por la propuesta, continuó haciendo preguntas.

—¿Está bien?

Y esperó nuestra respuesta. Esto es muy conveniente para él. Si estuviera en su posición, lo habría tomado al instante.

Mi amable madre asintió en respuesta, y él pareció algo aliviado.

No era como si nada hubiera sido decidido, ni había objeciones.

—Esta niña es muy tímida, perdona por favor su grosería.

—Está bien. Yo también era torpe a esa edad… Señorita Lizbeth, es un placer conocerla.

Acercándose más a mí con una sonrisa amistosa, tímidamente levanté la cabeza y respondí.

—Estaré a su cuidado.

De acuerdo, esto parece tímido.

Madre, no asuma que soy tímida, incluso si no tengo amigos o conocidos de mi edad.

Ah, eso excluye a Su Alteza.

Después de esto, comencé a sufrir dificultades.

De varias maneras.

2 respuestas a “Vida Feliz – Capítulo 8: Tutor”

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