El Perseguido – Capítulo 6: Viernes

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

Corregido por Shiro


La cosa parecía haber notado que Chi Yan lo estaba mirando, y comenzó a avanzar entre la multitud, sus movimientos eran pausados, pero la distancia entre ellos fue disminuyendo rápidamente. No se atrevía a darle la espalda y solo pudo extender lentamente su brazo para agarrar a su amigo con su mano derecha, mientras que con su izquierda se aferraba a la botellita que colgaba de su cuello.

Huellas mojadas quedaban impresas en el suelo por donde pasaba la figura, pero las personas presentes eran totalmente ajenas

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? —preguntó Xu Jiang, consciente de que su amigo se comportaba de forma extraña.

Con el rostro pálido, Chi Yan negó con la cabeza. Siempre han habido historias sobre fantasmas de ahogados buscando chivos expiatorios. Temía que esta cosa lo atormentara, y que tuviese que preocuparse de ahogarse incluso mientras se lavaba la cara. Para escapar de este tipo de situaciones, correr no era suficiente. Porque de fijarse en él realmente, no importaba cuán rápidos fueran.

La figura ahora estaba a no más de cinco pasos de distancia, podía oler el fuerte hedor a pescado y sentir el aire cada vez más frío y húmedo. Apretó la botella contra su pecho, su cerebro incapaz de maquinar una solución. El tiempo parecía haberse congelado, el lago, la gente, Xu Jiang, todo se convirtió en imágenes en blanco y negro; podía sentir a su amigo hablándole, pero no podía ver su boca moverse ni escuchar su voz.

Si no lograba evitarlo, se dirigiría rápidamente mientras el día seguía iluminado a la Montaña Verde del Este para buscar ayuda. Aunque no tenía idea de si el sacerdote Zhang tendría alguna idea más, cuando ni siquiera las cenizas del Tercer Maestro Ye habían podido salvarlo.

Justo en ese momento, la cosa ante él desapareció sin previo aviso, como si lo que había visto fuese solo una ilusión.

Chi Yan miró de izquierda a derecha, mientras tanto el coche de policía y la ambulancia ya se habían ido y el cadáver había sido retirado. Todavía había algunos curiosos dando vueltas, un anciano que empujaba un carrito de castañas asadas iba pasando, mientras un grupo de estudiantes andaban en bicicletas por las calles riendo, todo era de lo más normal.

Sostuvo la botellita y la frotó contra su boca, en un gesto reverente, como lo habría hecho un cristiano con un crucifijo. Sintió un inmenso alivio, como un hombre al ser salvado del borde de la muerte. Habiendo estado cerca de su cuerpo, la botella se había calentado con su piel, pero pronto la fría brisa la heló, y cuando tocó su pecho otra vez, se estremeció al sentir como si una mano gélida lo hubiera acariciado.

No podía ver que, cuando el fantasma del ahogado desapareció, una sombra apareció detrás de él. Lo abrazó silenciosamente, su mano izquierda alrededor de su cintura mientras su brazo derecho cruzaba su pecho hacia su cuello, envolviendo su cuerpo.

Xu Jiang agitó su mano frente a su cara.

—Chizi, Chizi, ¿estás bien? ¿Qué pasó? ¿Fuiste poseído?

Él le apartó la mano.

—Cállate, Eraser. Vamos al café cerca de tu escuela, hace demasiado frío aquí —dijo, dando pisotones debido al frío.

—¡No hace frío! ¡Eres demasiado débil! —contestó su amigo mientras le hacía frente al viento con el abrigo desabrochado.

Las bebidas que sirven en “Café Verde” no eran nada especial, pero su pastel de zanahoria era muy bueno. El lugar era bastante popular, tenía dos pisos y una decoración cálida y elegante. Al entrar se vieron envueltos por un rico aroma a café y crema, que calentaba su frío cuerpo. En el sitio habían dos gatos, uno pelirrojo y otro tipo esmoquin.

—Gran Flor y Segunda Flor, ¿me extrañaron? —preguntó su acompañante mientras recogía a uno de ellos en brazos.

 —¿Estos gatos se llaman Gran Flor y Segunda Flor? —inquirió.

 —No, sus nombres son Lunes y Viernes, pero no son nada lindos. Así que yo mismo los nombré Gran Flor y Segunda Flor. ¿No es eso mejor? —le replicó.

Lleno de compasión, Chi Yan se inclinó para acariciar a Viernes cuyo nombre había sido deformado a “Segunda Flor”, sin embargo, el gordo gato saltó ágilmente y echó a correr escaleras arriba. Se detuvo en el rellano de la escalera, observándolo con los ojos brillantes entre las barandas.

Lunes, que estaba en los brazos de Xu Jiang, también se inquietó por su proximidad y luchó por liberarse. Luego de escapar de su amigo, saltó al suelo y corrió a esconderse detrás del sofá, desde donde miraba a Chi Yan.

—Chizi, ¿por qué te has convertido en un enemigo público de los animales asustando incluso a Gran Flor y Segunda Flor? Usualmente son muy amigables —le dijo mientras lo miraba.

 —No sé por qué. —Se encogió de hombros inocentemente. Su temperamento era suave y no le desagradaban los animales pequeños, pero esto no era nuevo para él; por lo general, éstos escapaban de él cuando era perseguido por “cosas sucias”.

Sin embargo, desechó este pensamiento tan pronto como se le ocurrió.

En este momento, no tenía la sensación de ser observado, tampoco sentía malas intenciones. Desde que comenzó a usar las cenizas del Tercer Maestro Ye, su entorno se había vuelto muy limpio.

El café estaba bastante vacío y los chicos se dirigieron al piso de arriba, escogiendo una mesa con un sofá de cuatro asientos. Viernes desapareció de la vista cuando Chi Yan comenzó a subir las escaleras. Xu Jiang se hizo cargo y pidió una jarra de café y dos rebanadas de pastel de zanahoria. El rico queso crema complementaba la dulzura de las raíces y las pasas de uva en la tarta, mientras que el café era insípido como de costumbre.

Xu Jiang sirvió dos tazas, sin darse cuenta de la “persona” sentada al lado de su amigo. Tampoco notó a Viernes escondiéndose debajo de uno de los estantes de flores en la esquina, mirando directamente hacia ellos. A veces, los humanos no eran tan perceptivos como los animales.

Chi Yan bebió un sorbo de café y empezó a comer, tomando pequeños bocados. Inconscientemente, sacó la lengua para lamer el glaseado, era un hábito de comer suyo, lo cual significaba inseguridad aparentemente. La “persona” a su lado lo había estado mirando atentamente, sorprendido al verlo hacer esto, e inclinando la cabeza hacia un lado en un ademán humano.

—Chizi, come —le dijo su amigo con la boca llena, ya había terminado la mitad de su café.

¿No estamos aquí para charlar?, pensó y lentamente separó un poco de glaseado, luego llevándolo a su boca.

La cosa le sujetó la parte posterior de su cabeza con una mano, se inclinó y lamió su lengua lentamente.

Chi Yan dejó el tenedor y tomó café.

—¿Por qué el glaseado está tan frío hoy?

Xu Jiang lo miró perplejo desde su plato vacío.

—¿En serio? No lo creo.


[1] Chizi es el nombre de Xu Jiang para Chi Yan, mientras que Chi Yan lo llama Xu Jiang Eraser. Sin embargo, no se llaman así todo el tiempo.

Shisai
Esto se vuelve medio espeluznante

3 respuestas a “El Perseguido – Capítulo 6: Viernes”

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