Una Verdadera Estrella – Capítulo 103: Trío (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya


Charles se sentó tristemente en la mesa del comedor. Se quedó mirando a Tang Feng, que estaba charlando agradablemente con Lu Tian Chen. Al contemplar la escena, la expresión de Charles era como la de una esposa celosa que estuvo separada de su esposo durante demasiado tiempo. ¿Porque extrañaba ese mes con Tang Feng cuando el actor estuvo con él día y noche?

En aquel entonces, Tang Feng había sido atractivo y encantador. Durante el día, era un hombre amable, comprensivo y adorable. Por la noche, sin embargo, se convirtió en un demonio seductor que exigía el amor de todos los que lo miraban. Ah, solo pensaba en las noches que hicieron feliz a Charles.

Pero, ¿qué estaba pasando ahora?

—Tang, ¿vas a coquetear con mi buen amigo justo delante de mí? ¡Estoy enojado! —Charles dijo beligerante mientras cortaba salvajemente su filete con su cuchillo y tenedor.

Tang Feng miró a Charles, y luego… no hizo nada.

Tang Feng no tenía planes de involucrar a Charles en una conversación tan inútil. Se volvió hacia Lu Tian Chen y le dijo: —Soy un hombre. No necesito un doble para las escenas de desnudos. El contrato incluso declaraba que no habría desnudos explícitos. A lo sumo, solo se verá mi espalda.

¿Realmente esperas que un hombre, que vivió durante casi cuarenta años con una mentalidad abierta, se sienta avergonzado solo porque tiene que mostrar sus partes íntimas en pantalla? Incluso cuando Tang Feng tenía diecisiete años, nunca pensó de esa manera.

— ¿Qué? ¿Hay desnudez en tu película? —La atención de Charles fue rápidamente captada por la conversación de Tang Feng y Lu Tian Chen. Arrojó su tenedor y cuchillo sobre la mesa y se recostó en su silla como si fuese el líder de una pandilla. Exclamó: — ¡No consiento esto! ¡Sólo yo puedo ver tu cuerpo!

Tang Feng tomó despreocupadamente su copa y bebió un sorbo de vino. Mirando con reproche a Lu Tian Chen, con un rostro de piedra, gruñó, —No sé por qué llamaste a Charles.

—Es porque lo que estamos a punto de discutir requiere el aporte de Charles. —Lu Tian Chen golpeó la mesa con los dedos y se volvió para mirar a su viejo amigo. —Tú fuiste quien incitó a Albert y causaste todos estos problemas.

—Oye, no lo expreses de esa manera. Solo quería mostrarle a ese pervertido sin clase lo superior que es mi gusto y lo excepcional que son los hombres a los que favorezco. Esos pequeños gatitos a su lado no pueden compararse en absoluto. —La mirada de Charles se posó en Tang Feng que todavía estaba comiendo tranquilamente su cena. Extendió las manos y exclamó, —Admito que hice que Albert se diera cuenta de la diferencia entre sus gatitos y Tang Feng, pero nunca pensé que sería tan descarado como para pelear conmigo por alguien.

—Son como niños peleando por un juguete. —Tang Feng sonrió impotente mientras cortaba un trozo de filete tierno y saboreaba el sabor.

Lu Tian Chen levantó una ceja y dijo: —Hay un niño en el corazón de cada hombre.

—Entonces, ¿qué clase de niño vive en tu corazón? —Preguntó Tang Feng con curiosidad.

Sintiéndose abandonado, Charles inmediatamente interrumpió para responder, —Con solo mirar su cara helada, sabrías que es un niño reprimido. ¿Qué más puede ser él? Mi querido Tang, ten cuidado de no ser demasiado amable con Lu Tian Chen. Puede parecer frío e indiferente, pero en realidad es un león devorador de hombres por dentro.

—Gracias por el recordatorio. Pero debido a Albert, tendré que fingir ser el amigo con beneficios de ambos en el futuro. —Si dejara a Charles y a Lu Tian Chen, los demoraría hasta mañana por la mañana para volver al tema en cuestión. Tang Feng decidió encargarse él mismo y dirigió la conversación a Albert. Después de todo, este asunto está relacionado con su propia seguridad personal.

—Puedes fingir con Lu Tian Chen, pero haz lo real conmigo. —Charles dijo sin perder el ritmo.

—Debes pedir la opinión de Tang Feng primero. —Lu Tian Chen respondió sin pensar.

Tang Feng se encogió de hombros y dijo, —No soy fácil de perseguir, especialmente en estas circunstancias. Solo quiero trabajar en paz.

—Te daré el tiempo y el espacio para trabajar. En cuanto al resto del tiempo, ¡definitivamente seré un amante perfecto! —Charles alzó la barbilla con incomparable arrogancia.

—Mi respuesta es la misma: recuerda ponerte en la fila. Buena suerte. —Tang Feng entrecerró los ojos y se rio entre dientes. Estaba empezando a dudar si algo útil saldría de esta cena.

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