Una Verdadera Estrella – Capítulo 94: Albert (2)

Traducido por Shisai

Editado por Sakuya

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Una mano pálida había arrebatado el pedazo de papel antes de que él pudiera tomarlo. El hombre poseía un hermoso cabello dorado, pero el rostro adjunto, aunque también era hermoso, tenía un aire malicioso. Era de alguien que se distanciaba de los demás.

—Nos encontramos de nuevo. Qué coincidencia, ¿no es así? —Sin una invitación, Albert se sentó en la silla que Gino ocupaba anteriormente con una leve sonrisa. —Para no interrumpir tu conversación con ese caballero, no pude evitar encontrar a alguien que lo llame. Soy una persona muy considerada, ¿no es así?

¿Qué quiso decir Albert con que no quería interrumpir y en su lugar recurrió a que alguien llamara a Gino? A Tang Feng le resultaba difícil entender la línea de pensamiento de Albert. Sin embargo, estaba seguro de una cosa: no le gustaba encontrarse con Albert, ni siquiera por casualidad.

—Señor, no sé quién es usted. — ¡Vete rápido, bastardo!

Estaban en un lugar público y estaban rodeados de camareros y otros clientes de la cafetería. Tang Feng no creía que Albert se atrevería a hacer algo en un lugar lleno de gente como este.

Albert agitó la hoja de papel que Gino dejó atrás. —Tus palabras me hieren.

—Por favor, devuélveme el papel, —Dijo Tang Feng fríamente.

Sosteniendo el trozo de papel en una mano, Albert sacó un encendedor de su bolsillo. Justo cuando estaba a punto de encender el papel, Tang Feng arrojó el resto de su café hacia él. Sin expresión alguna, Tang Feng dijo: —El aire es muy seco aquí. Ten cuidado, las cosas pueden incendiarse fácilmente.

Albert no anticipó la acción de Tang Feng. Levantó los ojos y miró al otro, solo con una leve sonrisa en respuesta. Albert arrugó el trozo de papel en una bola y lo dejó caer en una taza de café medio llena. Incluso si Tang Feng lo sacara ahora, no sería capaz de descifrar lo que estaba escrito en él.

—Ese pedazo de papel te hará daño. Las estrellas de Hollywood son un montón de putas que lucen glamorosas por fuera pero están arruinadas por dentro. —De una manera caballerosa, Albert expresó sus opiniones con las palabras más feas posibles. Como ex estrella de Hollywood, Tang Feng se levantó para irse. Cuanto más rápido pudiera alejarse de Albert, mejor.

Albert dio una aplauso tranquilo con sus manos. —Sr. Tang, por favor espera.

Los camareros que se encontraban alrededor de la cafetería se movieron al mismo tiempo y caminaron hacia las mesas de los otros clientes. Tang Feng no sabía lo que decían a los clientes, pero todos salieron rápidamente de la cafetería.

Pronto, sólo quedaron Albert, Tang Feng y los camareros altos y sospechosos.

[Traducido por Reino de Kovel]

—Por favor, siéntate. —Albert sonrió cortésmente a Tang Feng. Luego cogió una servilleta y frotó el café que le había salpicado la ropa.

Tang Feng miró a los camareros que estaban bloqueando las salidas y regresó lentamente a su asiento.

—Sr. Albert, no sé cómo lo he provocado, pero solo soy una celebridad de tercer nivel de un país extranjero. No creo que sea lo suficientemente digno para entretener personalmente a alguien como usted. —Lo único que quedaba de lo que Tang Feng podía estar contento era que aún era de día. Pero mirando la ropa salpicada de café de Albert, Tang Feng no pudo evitar suspirar. No esperaba que Albert hubiera cambiado a los camareros de la cafetería con sus propios hombres. ¡Él no era parte del mundo criminal después de todo!

Dejando la servilleta a un lado, Albert chasqueó los dedos fuerte y claro. Rápidamente, un camarero se acercó y les sirvió dos tazas de café recién hecho.

—Sé que no te gusta el azúcar en tu café. Oh, por supuesto, estoy hablando del actual tú. He buscado tus antecedentes. Solía gustarte el azúcar y la leche en tu café. No, sería más exacto decir que no te gustó el café. No sé cómo de repente has desarrollado un gusto por ello. —Con una expresión dudosa en su rostro, Albert suspiró. Entrelazó sus dedos en un puño y apoyó la barbilla. Mirando al hombre frente a él, dijo, —Es realmente extraño. Solías ser del tipo de persona del que estoy completamente desinteresado.

—El pasado tú era como uno de esos punks ricos y desalmados que puedes ver por todas partes a la vuelta de la esquina en Nueva York. Al igual que ellos, no sabías cómo vivirías cada día. Tenías una gran herencia, pero tu terrible estilo de vida pronto te dejó raspando el fondo del barril por dinero. Al final, tuviste que vender tu casa para pagar las deudas. A pesar de esto, nadie sentía ninguna simpatía por ti. Hay muchas personas que llevan vidas peores que la tuya en este mundo. Pero en el pasado decidiste renunciar a toda esperanza. No me gusta ese tipo de basura inútil. —Albert se inclinó hacia atrás, cruzó las piernas y posó un dedo sobre su rodilla. —Sin embargo, al mirarte ahora, soy incapaz de conectar tu versión actual con la versión anterior.

—Ya me he olvidado de mi pasado. —Tang Feng no entendió por qué Albert vino específicamente a buscarlo. En este momento, solo podía moverse paso a paso y probar las aguas.

Albert se echó a reír tranquilamente, con una expresión omnisciente en su rostro. —En una baraja de cartas del tarot, hay una carta llamada ‘Muerte’. Usualmente, la gente está aterrorizada de tomar la carta de ‘Muerte’. No obstante, en lugar de la muerte real, la carta de ‘Muerte’ generalmente significa el final del pasado y el comienzo de un nuevo futuro. Cometer suicidio al saltar al mar es el resultado de la desesperación que sentiste en tu vida pasada. Después de renacer, obviamente no serías la misma persona.

—Sr. Albert, ¿está aquí para hablar sobre el significado de la vida conmigo?

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