El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 40: La Ambición de Ruts

Traducido por Naiarah

Editado por Tanuki


Aquello lo había dicho un hombre con un timbre de voz relajado que bajaba parsimoniosamente la escalera hacia el sótano. Claramente intenta verse como un mago con la ropa que lleva puesta. Viste una bata cara adornada con bordados dorados. Tiene cabello oscuro mezclado con azul. Y aunque no estoy segura por su rostro asumo que está entrado en sus veinte… Como la bata es grande no alcanzo a ver su musculatura… pero me resulta claro que tiene una cara angosta con ojos púrpura.

—Hola, intruso… ¿Eh…?.

El Lord se tapó la boca con ambas manos mientras me miraba de arriba hacia abajo.

¿Qué le estará pasando…?

— ¿Cuál es el problema…?

— ¿Cómo es que tengo a una degenerada en mi sótano…?

—Discúlpeme pero no tengo casi nada con lo que vestirme.

La razón por la que no tengo casi nada puesto es porque Kuzuha-Chan me quemó mi ropa y aquello ocurrió porque este Lord engañó a Kuzuha-Chan…

—Bueno, no te entiendo pero lo que llevas sobre los hombros me pertenece así que agradecería que me lo devolvieras…

— ¿Te crees que es tuya porque la engañaste y la mataste…?

—Claro que sí porque cuando un cazador mata a su presa ésta le pertenece al primero… Yo maté a esa zorra así que ese cadáver es mío. Por cierto, me llamo Ruts Shivua.

El tipo llamado Ruts sacó una vara de un bolsillo de pecho. Es casi dorada pero tiene partes marrones. Es una corta varita mágica dorada y marrón… El diseño es simple y tiene un dedal en la punta pero ese color me resulta familiar por alguna razón… Pero no sólo el color sino el olor y el poder mágico que proviene desde la vara definitivamente son iguales a los de Kuzuha-Chan y su madre…

—Será que esa vara…

— ¡Me obsesionan los demonios y los semi demonios! Por medio de mi investigación con objetos mágicos y poder mágico que proviene del cadáver de un poderoso ser fui capaz de confeccionar este objeto.

— ¿Así que en serio fuiste vos el que la mató…?

—Fue fácil engañar a una zorra idiota. Sólo le dije que quería usar su poder para la paz y me creyó. Y cuando se descuidó la envenené. Bueno, vivió al menos por un rato mientras estuvo prisionera y me sirvió para otorgarme un gran poder mágico como fuente de energía mientras permaneció colgada en el sótano.

— …

—Pero para mejorar las cosas tiene una hija y aunque todavía es muy jovencita, crecerá y me servirá como buen material de investigación. Y lo bueno es que esa otra es similar a su madre; una ingenua e idiota. Con facilidad la engañé con unas simples palabras de mi parte. Hasta la engatuse colocándole un collar de esclavitud.

—Ya entiendo pero para qué me cuentas todo esto si sólo vas a forzarme a volver su cadáver al centro del sótano…

—Ah, pero claro que sí… Sólo quería ganar tiempo hasta que mi varita estuviera completamente cargada y ya lo está.

Debí suponer que estaba tramando algo cómo ganar tiempo. Pero su versión no me pareció nada graciosa sino que me puso furiosa.

Una luz dorada fluyó de la vara de zorra brillando intensamente. Supuse que sería un ataque pero no resultó ser ese el caso. La luz no iba apuntada hacia mí sino a las armaduras de cuerpo completo.

— Trial production Magic Artifact, ¡Conjure-Division! ¡Bailen…!

Una voz eufórica resonó por todo el sótano y luego las armaduras empezaron a moverse y a desplazarse rechinando con sonidos metálicos mientras lo hacían. Eran nueve en total.

—Es maravilloso que con sólo cargar un poco esta varita alcance a crear soldados inmortales. Aunque sean destruidos se pueden crear en masa. Este hechizo será muy popular en el imperio.

—Ja, ¿lo dices en serio?

—Desde tu cuerpo noto que proviene una enorme cantidad de energía mágica. Ya que sos una vampiresa o alguna clase de demonio usaré tu cuerpo para realizar más experimentos.

No me interesan la gran cosa sus planes pero no puedo llevarle el cadáver de su madre a Kuzuha-Chan mientras me atacan. Por eso dejó su cuerpo con delicadeza en el piso.

El grupo de armaduras me terminó de rodear mientras estaba en eso. Los movimientos y desplazamientos de las armaduras son fluidos como si hubiera gente dentro. Desenvainaron y se abalanzaron sobre mí.

Como son armaduras huecas no tengo nada de lo que preocuparme…

—Por favor Gran Viento.

Primero tengo que alejarme todo lo que pueda del cadáver de la zorra para no dañarlo.

Cuando lo hice rodee mi puño con viento y le di una trompada a la armadura que tenía más cerca arrojándola contra la pared. Aquella armadura quedó inerte unos segundos pero luego volvió a reanimarse. El yelmo se abolló y el torso también. Aunque no parecía dubitativa ni molesta por el daño y nunca dejó caer la espada. Actuó como si el daño nunca hubiera ocurrido y se levantó haciendo notar que todavía no fue derrotada. Les queda bien el mote de soldados inmortales.

—Qué problema con estas armaduras animadas, ¿eh?

Mientras murmuraba esto las otras ocho se abalanzaron sobre mí. Decidí esquivarlas en vez de sólo quedarme a proteger porque sabía que eso sería ineficaz. Corrí rápidamente entre las armaduras logrando despistarlas ya que empezaron a darse espadazos y chocando entre sí cuando trataban de cortarme. El sótano se llenó de sonidos chirriantes.

Pero en unos segundos volvieron a seguirme el rastro ya que eran sólo pedazos de metal animados. Además noté que Ruts también iba a empezar a atacarme con alguna especie de hechizo pues apuntó su varita hacía mí.

—¡Trueno, llega lejos!

Este ataque sabía que era demasiado veloz y me dio directamente.

—Me siento entumecida…

—¿Cómo es posible…?

Aunque me dio de lleno sólo si hubiera sido un trueno físico habría recibido muchísimo daño. Afortunadamente mi enemigo es sólo un usuario de magia pura y ya que es así mi resistencia puede reducir mucho el daño que recibo.

—No me creo que hayas quedado inmune ante mi rayo mágico…

—Que sea lo que sea pero ya me empiezas a hartar… Terminemos ya con esta contienda…

— ¿Eh…?

Como él puede manipular nueve soldados a la vez y disparar ráfagas mágicas a una increíble velocidad lo que tengo que hacer es atacar antes de ser atacada.

Bien pensado esta sería la primera vez que voy emplear toda mi fuerza física en una pelea desde que reencarné.

Me desplacé a mayor velocidad que el sonido. Cuando digo “Por favor” mi poder de viento hizo estrellarse contra el techo a cada una de las armaduras cuando pasé cerca de todas ellas.

— ¿Cómo es que…?

—Esas armaduras eran molestas así que las tiré muy lejos.

Me detengo frente a Ruts torciendo su brazo y dejándolo en el piso. Enseguida de mi bolsa de sangre le doy de beber la horrible sopa que le ofreció a Kuzuha-Chan. El tipo empezó a quejarse y a gimotear llegando a agonizar…

Pero no dejé que gritara para alertar a alguien más…

Bueno, las armaduras siguen tiradas en el piso aunque sólo se mueven torpemente chocándose entre sí… Y sin importar que esos sonidos chirriantes atraigan a unos guardias yo me limitaré a inhibirlos…

Como siempre sólo quiero devolver un favor.

—Fue un festín así que te lo terminaré de pagar con creces.

Esta fue la comida que le dio a Kuzuha-Chan y que ella quería compartir conmigo así que esta es una venganza de parte de ambas.

—Guagh… Puaj, guag…

— ¿Qué te pasa? ¿No era rica la comida que le preparabas?

Le daba comida a otros que él mismo nunca probaría. Quiero transmitirle el asco de Kuzuha-Chan haciéndole comer así que le di a probar más aún o mejor dicho se lo di todo como era debido.

Oigo sonidos de pasos desde atrás así que supongo que las armaduras ya se levantaron pero las ignoro de momento y le termino de dar de comer al tipo. Ruts en unos instantes se empezó a quejarse menos y luego se desmayó. La varita mágica cayó, perdiendo poder, y un sonido seco de dejó oír por el sótano.

—Mmm… no me queda más pero ya no importa…

No está muerto sino sólo desmayado.

Le dejaré el resto en su capucha.

Volví la vista hacia atrás y vi que las armaduras estaban tiradas en el piso pero ya sin moverse. No era de sorprenderse ya que sólo la magia las animaba. Ya que el hechicero está inconciente y perdió la varita el hechizo dejó de surtir efecto. Es lo mismo que una batería o que un juguete a control remoto.

Evito acercarme a las armaduras tiradas y me acerco al cadáver de la madre de Kuzuha-Chan.

—Kuzuha-Chan está esperando, volvamos…

Obviamente no hay respuesta y enseguida la cargo como a una princesa. Afirmó el agarre para con la damisela sin alma, salgo del sótano y luego de la mansión. Al principio me preocupó que Ruts hubiera cerrado la puerta de metal pero afortunadamente la había dejado abierta. Así que salí de la mansión con facilidad.

Me pregunto si Kuzuha-Chan estará despierta.

Tanuki
¿Huelen eso? Es el olor a sad :c

4 respuestas a “El vampiro reencarnado solo quiere una siesta – Capítulo 40: La Ambición de Ruts”

  1. Demonios, hubiera deseado k la madre de Kuzuha-chan siguiera viva, pero lo k m molesta es k ese mago buscará y cazará a Kuzuha-chan. Espero pronto sea eliminado. Saludos y gracias por el capítulo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido