Bajo el roble – Capítulo 8: El duque de Croix

Traducido por Kiara Adsgar

Editado por Yusuke


La caída del Imperio Roem, que tomó el poder sobre el territorio occidental y pronto, controló todo el camino hacia el sur, ha traído una era de emperadores al continente.

El imperio se dividió en siete pedazos: Whedon, Balto, Dristan, Osiria, Suikan, Arech y Libadon. Los emperadores de cada país lucharon por ganar la lealtad de los miembros del servicio para proteger su territorio. Los nobles tuvieron que esforzarse por tener más caballeros y magos por su propia cuenta.

El padre de Maximiliana, duque de Croix, no era la excepción. El primer duque de Croix fue uno de los emperadores de Whedon que logró hacerse cargo de Okto, una tierra rica de Dristan, anteriormente propiedad de miembros de la familia real del Imperio Roem. Los duques de Croix lucharon docenas de guerras de generación en generación para hacerse con un vasto granero y decenas de miles de siervos, de los que muy bien podría aprovecharse, en la tierra que tomó.

Luego, hace 30 años, los siete países firmaron un acuerdo de alto el fuego para contrarrestar el aumento exponencial de los linchamientos[1], presionando al duque para que devolviera las tierras robadas a Dristan. El duque de Croix, que ya había perdido aproximadamente la mitad de su territorio, busco una solución rápida a su problema y pronto encontró una.

Casarse con una dama noble de la familia Roem para ganar la legitimidad del control de la tierra. Encontró una noble mujer virgen en Roem y logró casarse con ella. Ella era Aryan Roem Gorta. En el momento de su matrimonio, el duque de Croix estaba muy satisfecho con su matrimonio.

Aria era una doncella casta con rasgos hermosos, obediente, gentil y, sobre todo, descendiente directa de la familia real, que una vez gobernó todo el continente. Por lo tanto, el duque, que fue liberado de la disputa de la tierra al casarse con ella, estaba profundamente satisfecho. No podía pedir una pareja más adecuada.

Pero no mucho después, se enfrentó a otro problema. El tema de los sucesores.

Como todos los hombres nobles, el duque de Croix también anhelaba ferozmente que su heredero heredará su título, su vasto territorio y su precioso castillo. Pero durante casi seis años de matrimonio, Aryan permaneció infructuosa, para su decepción. En varias ocasiones quedó embarazada, y la pareja quedaba devastada con los abortos espontáneos que siguieron.

En tales circunstancias, la ansiedad del duque estaba más allá de toda descripción. Aunque había hecho todo lo posible para asegurar un heredero saludable para su riqueza, sólo había experimentado frustración durante diez largos años.

Finalmente, nació un niño sano, tal vez por su devoción a Dios, o eso es lo que afirmó. Lamentablemente, el bebé era una niña. El desánimo que sintió el duque cuando se enteró del género era inconmensurable. Cuando el bebé tenía tres o cuatro años, estaba lleno de ira. ¡La niña era tan inútil, ni siquiera podía montar a caballo!

Para cuando su hija creció, él creyó que al menos tenía una mínima esperanza de que ella se casara con uno de los solteros de la familia real de Whedon y tuviera un sucesor en el medio. Sin embargo, su hija tenía un problema con su habla, un rasgo que temía que fuera heredado por su hijo.

Un hombre discapacitado no podía ser contado como heredero de la familia Croix. Él creía firmemente que solo un niño sano sin fallas protegería el honor de su familia.

Sin embargo, Aryan no pudo dar a luz a un hijo hasta su último aliento. Murió de agotamiento y complicaciones debido a sus abortos espontáneos frecuentes. El duque, que estaba desesperado por un sucesor, inmediatamente saludó a una nueva novia entre las primas de Aryan.

Sin embargo, las probabilidades seguían en su contra, ya que después de un corto tiempo, su segunda esposa murió de una enfermedad, dejándole otra hija. No solo eso, los rumores de que la familia Croix estaba maldecida se extendieron por todo el continente, y que eso causaba que sus esposas sufriera una muerte temprana. Esto hizo que la familia Roem le rechazara otra novia. A la larga, el duque de Croix no tuvo más remedio que poner todas sus esperanzas y expectativas en su segunda hija, Rosetta Croix.

Afortunadamente, Rosetta, a diferencia de su primera hija Maximilian, tenía rasgos hermosos, ingenio y habilidades sobresalientes. Si se casaba con una familia de buena reputación y producía un heredero, podría mantener el control sobre su vasto territorio mientras continuaba con el linaje superior de la familia Croix.

Para lograr ese fin, el duque no escatimó dinero. Excelentes tutores, cientos de sirvientes, ropa hermosa, joyas… Le dio lo que Rosetta quería, cualquier cosa para hacerla la novia mas perfecta en Whedon.

Si bien le dio mimos adicionales a su hija menor, no podía darse el lujo de mirar a su primera hija, que era del todo inútil. Por lo tanto, Maximiliana siempre estaba en segundo plano.

No, hubiera sido mejor si él la hubiera tratado como una total desconocida. Pero este no fue del todo el caso.

Kiara
La historia de un padre estúpido, ambicioso y orgulloso, típico de la epoca

A partir de algún momento, llegó a considerar la existencia de su primera hija, Maximiliana, como una monstruosidad.

En la sociedad aristocrática, muchas familias eran reacias a asociarse con personas malditas. Incluso existían personas que se negaban a acercarse a cualquier miembro de la familia Croix, por temor a que ellos también fueran maldecidos por el hecho de estar cerca. De hecho, los hombres elegibles se negaron a casarse con Rosetta, pensando que podría nacer un hijo con defectos.

Este problema llevó al duque a la ira y al resentimiento incorregible.

¡Incluso pensó que moriría de frustración! Por primera vez en su vida, sufrió este revés masivo. Tenía una hija inútil que siempre lograba arrastrar la vergüenza y frustración a la familia.

Junto con el crecimiento de la niña, su ira también aumentó y proyectó sus frustraciones sobre ella sin piedad.

Golpeando su carne hasta que se hinchara para enseñarle sus modales, avergonzándola frente a otros por derramar su papilla torpemente, el duque nunca perdonó ni la más mínima falla.

Su imperfección era la imperfección de la familia. Tenían que ser extremadamente cautelosos con sus acciones y hacer todo lo posible para elevar su reputación. Todo esto se convirtió en culpa de la inmadura Maximiliana. Y a través de esta creencia, las acciones de su padre estaban justificadas.

—Ella es una falla que no pudo ser reparada. Su existencia misma es un error. Todos creen que la familia estaría mejor sin ella, que ella no debería haber nacido en primer lugar.

Maximiliana creció escuchando todo esto en toda su vida.

La tartamuda de la familia.

Una desgracia.

Una chica tonta y en mal estado.

Un tímido ratón.

Su padre nunca la llamó por su nombre. Con la paliza de su padre, debajo de su mirada desdeñosa, su personaje se derrumbó en pedazos. Resignada a su corazón, sucumbió a los juicios lanzados contra ella, y lentamente encarnó el papel de la niña que nadie quería.

♦ ♦ ♦

—¡Max! ¡Despierta!

Abrió los ojos con gran agitación: una mano fuerte le sacudió los hombros. Por debajo de su nariz, los ojos oscuros de Riftan la miraron. Miró hacia atrás sin comprender, incapaz de comprender la situación rápidamente. Pero en el momento en que le pasó el pelo por la frente detrás de las orejas, Max inmediatamente recuperó el sentido. La acción íntima la saca de su estupor.

Se apresuró a ponerse de pie y miró a su alrededor.

—¿Esto es…?

—Esta es una posada. ¿Recuerdas cuando estábamos en el carruaje y fuimos atacados por Ogros? Te desmayaste. Mientras estabas inconsciente, nos deslizamos por el bosque y tropezamos con este pueblo cerca de las carreteras. —Él respondió, mientras tomaba una gran almohada en su mano, que colocó detrás de Max para que ella pudiera sentarse cómodamente.

Ella se enterró en el cojín y lo miró con una mirada perpleja. Vertió agua en el tazón sobre la mesa.

—Bebe. Seguiste sudando durante todo el rato que estuviste inconsciente. Tienes que reponer el agua en tu cuerpo.

Cuando Max miró atónita el agua, frunció el ceño y se apresuró.

—¿Crees que puse veneno en esto? No seas ridícula, bebe rápido.

Tomó el cuenco de inmediato y bebió su contenido. Su estómago sintió un poco de náuseas cuando el agua tibia entró en su interior. El hombre levantó una ceja cuando bajó el cuenco con el ceño fruncido.

—¿Estás incómoda con algo?

—Oh no…

—Avísame si sientes algún dolor. Llamaré a un médico.

—No. Me siento bien.

El hombre pronto caminó hacia la mesa con el recipiente con agua. Cuando él se apartó de su vista, ella pudo ver toda la habitación, el lugar ya no estaba oculto por su cuerpo.

Era una habitación en mal estado. Las paredes y el piso estaban hechos de madera, y lo único en la cámara bastante grande era una cama, una mesa y un par de sillas destartaladas. Por encima de ella, estudió el techo con cuidado, en caso de que hubiera una araña. Seguramente, una telaraña brillaba débilmente al alcance de la luz.

Afortunadamente, la cama estaba limpia. Max olisqueó tentativamente las suaves mantas que olían a moho y de repente frunció el ceño. Algo se siente extraño. Deslizó su mano dentro de las gruesas mantas que cubrían sus piernas.

Alcanzando debajo, sintió sus suaves piernas desnudas. Solo entonces se dio cuenta de que llevaba una túnica de hombre. Ni siquiera llevaba ropa interior.

—Esto es, oh mi… mi ropa…

Riftan, que estaba inmerso en la organización de las toallas, tomó el tazón de agua de la mesa, la miró una vez y respondió con indiferencia. El asunto le pareció insignificante.

—Te lo quité. Vomitaste y te ensuciaste. Lo que llevas puesto es mi túnica. Salimos toda prisa, no pudimos traer tu ropa, así que tuve que vestirte con mi repuesto.

Ella hizo un puchero como una carpa, incapaz de averiguar si ella debería estar atónita o sorprendida por el hecho de que él la desnudó mientras estaba inconsciente.

—Has estado inconsciente todo el día y no has comido. Debería salir a buscarte algo de comida.

Tan pronto como el hombre salió por la puerta con una expresión grave, Máx rápidamente buscó algo para ponerse debajo. No se encontró nada en la habitación que pudiera presumirse como una maleta. En cambio, solo estaba la armadura que él se había quitado apilada casualmente junto a la cama.

Mientras buscaba con determinación algo que pudiera usar, la manta se despegó de su cuerpo, exponiendo algo de su piel. Al mismo tiempo la puerta se sacudió y Riftan regresó a la habitación para ver cómo estaba. Como un ciervo atrapado en los faros, lo miró con ojos redondos y aturdidos y rápidamente agarró la manta con fuerza, envolviéndola alrededor de su cuerpo una vez más.

—No sirve de nada tratar de ocultarlo ahora. Lo vi todo mientras limpiaba tu cuerpo.

—¿Tú… me limpiaste tú mismo?


[1] El linchamiento es el acto de asesinato extrajudicial o la administración de castigo con la muerte, sin llevar a cabo un juicio.

5 respuestas a “Bajo el roble – Capítulo 8: El duque de Croix”

    1. Y que paso con la hermana menor o.O?
      Viejo desgraciao tras que la ha maltratado no le dio ningún tipo de educación, a ella siempre le dieron lo peor 😡

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