Cenicienta – Capítulo 3: Aunque esto es malo, seria mucho peor si uno no tuviera nervios de acero

Traducida por Den

Editada por Sakuya


Me desperté en mi habitación.

La luz familiar del dosel estaba borrosa. No podía decir qué hora era, pero parecía que me levanté a mi hora habitual. Dormí bien y me siento renovada.

— ¿Marie, estás ahí? —llamé mientras me levantaba de la cama. Recibí una respuesta rápida.

—Milady… —Marie apareció, mientras quitaba el toldo. Parecía melancólica, su voz era triste. Esto estaba fuera de su carácter. Parecía que alguien había muerto.

— ¿Qué pasa? ¿Pasó algo? —pregunté.

— ¿Está bien…? —preguntó sosteniendo mis manos. Cayó de rodillas delante de la cama. Sus manos estaban frías y temblaban.

Respiré profundamente y le pregunté qué pasaba. Los labios de Marie temblaron y sus ojos se llenaron de lágrimas.

¡Oh no! Algo terrible debe de haber sucedido. Padre… ¡¿padre había muerto?! ¿Cómo podría haber sucedido? Antes de que me fuera del baile, él había estado lleno de energía. El final de toda existencia era la oscuridad. Bueno, habría una gran cantidad de cosas que hacer; era bueno que ahora el compromiso estaba roto.

—Por la cosa tan terrible que le ocurrió a la Señorita. Que hicieran un espectáculo de su compromiso siendo roto frente a tanta gente, tan cruelmente. Y después… tal cosa… fue atacada.

Supongo que era realmente lamentable porque grandes lágrimas caían de los ojos de Marie, cayendo poco a poco en las sábanas. Parecía más bien adorable.

Entonces recordé algo. Entré en pánico.

Pero pude superarlo y recuperarme lentamente.

— ¿Por qué crees eso, Marie? —le pregunté lentamente para que se calmara. Pero ya sabía la respuesta.

—Porque… ¡porque, milady, sus bragas no estaban!

Bueno, sí.

Me topé con el General Brennan y fingí desmayarme cuando vi mis bragas en el suelo. Pero ahora estaba en camisón, así que Marie debe de haberme cambiado de ropas.

Aunque me pregunto… Supongo que era una suposición, incluso si uno fuera un esposo, al ver que bajo mi falda no llevaba bragas. Bueno, no se podía evitar. Caería en la desesperación.

—Bueno, ¿se lo contaste a alguien?

—Al Señor y la Señora, y el Sr. Oliver —el Sr. Oliver era nuestro mayordomo.

Es por esto que uno no debe mostrar debilidad en casa.

Un ceño fruncido estropeó mi frente mientras me sumía en mis pensamientos. Murmuré para mis adentros mientras me hundía en la cama: —Ah, es tan problemático; debería quedarme en la cama por ahora.

Mi principio era hacer hoy lo que se podía hacer hoy, pero esto también era una gran adivinanza. ¿Qué hacía? ¿Qué hacía? Me cubrí con las sábanas hasta la cabeza.

— ¡Milady! ¿Se encuentra bien? —gritó Marie. Era inusual para Marie estar tan angustiada.

Bueno, supongo que al menos debería explicarle lo que sucedió a Marie. Su angustia era todo un malentendido. Aparté las sábanas para encontrar a mis padres y Oliver de pie junto a mí.

—Oh Dios…

♦ ♦ ♦

—…y eso es lo que pasó.

Concluí con el recuento de la noche. Ahora estaba bañada y vestida en mi vestido del día y con bragas nuevas, por supuesto.

Estas parecían más duraderas.

—Bueno, después de esto, espero que desistas de llevar tu ropa interior hasta que esté hecha jirones —dijo mi madre.

Mi padre sonrió levemente.

— ¿Estás segura de que no estás decepcionada por no haber podido bailar?

Oh, ¿qué es esto? Me sentí un poco ligera y me estaba riendo fácilmente, pero ¿era esta sutil ligereza porque ya no estaba atada a ese tipo? ¿Y porque no tuve que bailar? Eugene lo terminó antes de que comenzara el baile.

Marie lloró tanto que tuvo que recuperar la hidratación perdida así que fue con Oliver a preparar té.

—Estábamos tan distraídos con la desaparición de la ropa interior… ¿Qué haremos con la cancelación del compromiso?

Había sido un matrimonio arreglado, la cancelación había hecho que nuestra familia perdiera la oportunidad de unirse a un Duque, no podía evitar sentirme responsable y lamentar mi encanto como mujer.

Si uno escuchara lo que decía la Sociedad, se enteraría de que nuestra familia compró su título con dinero.

En realidad, mi bisabuelo era un rico comerciante. Durante una larga guerra con uno de nuestros países vecinos, el país cayó en una ruina financiera, así que, mi bisabuelo entregó su riqueza para ayudar a financiar el ejército. Mi bisabuelo había sido muy rico, así, el dinero se fue acumulando, pudo ayudar a salvar el presupuesto nacional.

Con sus habilidades de negociación, fue capaz de ayudar a lograr un alto al fuego con condiciones favorables para el país y finalmente, la guerra terminó.

El rey fue profundamente conmovido por mi bisabuelo, por lo tanto, le otorgó el título de Vizconde. Esto fue recibido con repulsión por la aristocracia, y con eso llegamos al día de hoy.

Mi familia estaba llena de gente talentosa en los negocios y buenos en hacer dinero. Somos tan ricos que el oro muchas veces se corrompe porque somos una familia que le gusta vivir de forma sencilla y frugal. Sin embargo, esto significa que el dinero se sigue acumulando.

Era indigno en la alta sociedad para una familia trabajar por su dinero. Y, no obstante, el exceso era la esencia misma de la nobleza.

Y como la prometida del heredero de un duque, fui elegida simplemente porque vengo de un fuerte dote [1] y estarían conectados a un poder financiero. Durante la fiesta de té de la selección de novia, fui dolorosamente consciente de eso por las otras candidatas, siempre muy educadas por supuesto.

Sin embargo, aunque había hombres a los que admiraba, no hubo nadie a quien hubiera favorecido especialmente, por lo que no me opuse al compromiso. No obstante, ahora que estaba roto, me había dejado con un sentimiento complejo.

—Para mí, estar comprometida con el hijo de un duque y ser descartada públicamente… ciertamente, no seré aceptada.

En un baile, lleno de la alta sociedad, mi compromiso fue disuelto con ostentación; mi único recurso era convertirme en monja o ser la segunda esposa de un viejo lascivo. Realmente me habría gustado casarme al menos una vez y convertirme en una erótica recién casada con mi marido. ¡Oh no! ¿Era tan obvio?

—Bueno, no te casaremos a la fuerza; puedes trabajar como una mula para la familia por el resto de tu vida. Sería más divertido que caminar detrás de un duque pretencioso, ¿verdad?

Padre…

—Oh bueno, tenemos a Ernest como heredero, así que, no te preocupes por eso. Si es necesario, podemos simplemente conseguirte un semental y dejarte embarazada.

Madre…

Ambos me tratan como una valiosa yegua.

Ernest era mi primo hermano, un año mayor que yo.

— ¡Milady! —Marie entró corriendo y dio un grito.

— ¿Qué sucede?

— ¡L-La reclama el General Brennan!

¡¿Qué es esto?!


Notas:

[1] Fuerte dote: hace referencia a los bienes o dinero que la esposa aporta al matrimonio.

Sakuya
Jajaja sus padres son un caso XD

20 respuestas a “Cenicienta – Capítulo 3: Aunque esto es malo, seria mucho peor si uno no tuviera nervios de acero”

  1. Jajajaja amo a estos padres XD yo que ella dejo que me consigan el semental indefinidamente (buscando la manera de no tener hijos por ahora jaja) y trabajo pa’ la familia también

  2. Qué le pasa a sus padres? Tienen verdaderos problemas. Aunque me gusta que le hablan como a una igual, sin pelos en la lengua. Oh, oh, ya se habrá dado cuenta que son unas pantaletas y no un pañuelo? XD

  3. Ju ju ju jajajajajaja me matan estos “amorosos” padres 😂😂😂 y el general vino a devolver el “pañuelo”🤔🤔🤔🤔
    Gracias por la droga 😆😆😆

    1. General:le devuelvo su pañuelo ,se le cayó cuando no encontramos en la fiesta 😋😐
      Ella : eh!? ………… Pero si son mis bragas!!!!!
      😂😂😂
      Gracias por traducir 💗💗💗💗

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