Cenicienta – Capítulo 44: No casualmente

Traducida por Den

Editada por Sakuya


El príncipe Stephan parecía un poco avergonzado por mis elogios a Lady Priscilla. Tomó un sorbo de té para cambiar su tono. Estaba a punto de decir algo cuando un movimiento llamó su atención y se voltio hacia un lado.

— ¿Priscilla? —su voz estaba un poco en pánico.

— ¿Stephan-sama, está tomando el té? —dijo una majestuosa voz femenina desde la entrada del patio. Ella apareció: una hermosa dama con presencia. Aunque, estaba vestida de manera discreta que no era hermosa a primera vista.

Pero no era una dama cualquiera, ¡era una dama trascendente!

Una dama a la que todas las nobles damas querían aspirar a ser. Si era vista llevando algo nuevo, el artículo se agotaría en poco tiempo. La perla reluciente en las manos del Duque Erschlen; ¡Priscilla Erschlen-sama!

¡Pidió ver al Príncipe Heredero!

A~h, espero haberlo ocultado bien, pero, en realidad, Lady Priscilla es mi persona más anhelada.

— ¿Puedo unirme a usted? —preguntó con una sonrisa en su rostro. El príncipe Stefan se apresuró a tomar su brazo y acompañarla a la mesa. Mi boca permaneció abierta ante la divinidad de la sonrisa de Priscilla-sama, cuando tocó la mano del Príncipe Heredero.

— ¿Estas bien? —preguntó.

Me pregunto por qué cuestionaba aquello, mientras me ponía de pie rápidamente cuando Lady Priscilla llegó a la mesa. Ella inclinó su cabeza.

—Por favor, tome asiento —dije precipitadamente mientras le ofrecía mi silla, trajo rápidamente una tercera silla, así que todos estábamos sentados. Observé a Lady Priscilla; sus ojos violetas eran realmente hermosos.

—Perdonad mi intrusión, Stephan-sama, Fredericka-sama.

—No es necesario. No me importa. ¿Acabas de llegar? —Le preguntó Stephan.

—…Sí —respondió vagamente.

Sentí que algo estaba fuera de lugar con su respuesta; ¿ha estado aquí desde hace un rato? Si ese era el caso, entonces espero que su primera impresión sobre mí fuera linda. Debe haberme escuchado preguntarle al príncipe que me contara todo sobre ella. Pero, nuevamente, también puede ser malo.

¿Ahora seré un molesto bicho? ¿Sería mejor si me excusaba y me retiraba rápidamente?

—Um… ¿Lady Priscilla? —llamé.

¡De repente me sentí enferma! ¡Lo siento, me iré pronto!

Lady Priscilla se giró hacia mí y dijo: — ¿Sí?

Sonrió. ¡Su apariencia era por completo una belleza perfecta! ¡Una diosa! ¡Sí, una diosa que bajó del cielo!

—Sólo um… Quería decir que lamento haberme comido las galletas que hizo para el Príncipe Stephan. Pero solo quería que supiera que fueron las galletas más deliciosas que he probado en mi vida. Fue como si un profesional las hubiera hecho… Um —escupí todas las palabras en un torrente y entonces perdí el rumbo de mis palabras. Mi cerebro se volvió torpe y mis ojos picaban.

¡U~uu! Volker, ¡préstame tu fuerza!

— ¿Tanto te gustaron? Me alegro —respondió Priscilla con otra de sus sonrisas.

Me enamoré de Lady Priscilla quien me dijo que estaba contenta.

—Lady Priscilla… Um… Si no le importa… —comencé a decir.

Priscilla tenía su atención puesta en mí, pero el príncipe Stephan tenía una expresión en su rostro que indicaba que sabía que estaba a punto de decir algo vergonzoso. Sabía que era estúpido, pero continué de todos modos.

—Um…

— ¿Um…?

— ¿Puedo llamarla onee-sama? —espeté.

『Buha』Me sentí como si alguien hubiera vomitado, pero no le presté atención. He estado esperando por Lady Priscilla; ¡no tengo ojos para nadie más!

Observé sus adorables ojos abrirse de la sorpresa. Estudié las largas pestañas que los bordeaban. Empleó un elegante gesto para cubrir su boca, ¡pero estaba sentada muy recta!

—Ma~a, tengo una hermanita tan linda. Qué adorable.

¡Existe un Dios!

Me sentí igual de cansada que la primera noche, agotada de sentimientos. Pero mantuve las apariencias. Afortunadamente, Volker vino a recogerme poco después, como una profecía divina.

Cuando me marchaba, Lady Priscilla dijo:

—Hasta pronto —y sonrió.

¡Estoy tan feliz!

♦ ♦ ♦

—Te has estado llevando bien por un tiempo, ¿no es así? —Priscilla me preguntó. Hemos dejado a los caballeros lejos.

Parpadeó, y me di cuenta que tenía la costumbre de mirar las sombras formadas por sus largas pestañas.

—Sí. Es una lamentable dama que no tiene ningún amigo para consultar ciertas cosas; como la primera noche. —Respondí.

Mirando su expresión, parece haber aceptado esa explicación.

— ¿Quizás, estabas planeando en presentarme a Fredericka pronto? —preguntó mirándome directamente. No sabe cuánto me afecta cuando me mira de esa forma.

—No te obligaré. —dije.

Creo que era necesario tener a alguien con quien pudiera hablar libremente, que estuviera separado de mi familia y mi compañía. Aunque, puede ser visto de manera diferente por los ojos de la sociedad.

—Tengo un hermano mayor como sabes, pero no una hermana pequeña… —comenzó a decir. —…Se sintió bien ser llamada “hermana” —dijo con una risa.

Parece que ha aceptado a Fredericka.

En este momento, con todo mi corazón, pensé que era bueno que Priscilla fuera mi prometida.


[Den: ¿nuestro príncipe tsundere se enamoró?]

6 respuestas a “Cenicienta – Capítulo 44: No casualmente”

Responder a Usagi Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido