Cenicienta – Capítulo 47: Cenicienta y sus nuevos amigos

Traducida por Den

Editada por Sakuya


Hoy también era un día soleado.

Ha pasado medio año desde mi matrimonio con Volker, en un abrir y cerrar de ojos; ¡ahora tengo 18 años! Un poco más tranquila (autodeclarado). Me he vuelto una adulta (autodeclarado).

Ahora estoy familiarizada con el manejo de mi nuevo hogar y trabajo duro como una dama cada día.

Una vez, Volker tuvo que hacer un viaje diplomático con el Rey, para firmar un tratado. Le aseguré de que estaría bien.

— ¡Por favor deja el cuidado de la casa a mí y al Sr. Xavier! —dije mientras golpeaba mi pecho. Pero cuando fui a despedirlo, tenía una expresión triste en mi cara. ¿Por qué?

Pero regresó bien.

Estamos profundizando nuestra relación matrimonial constantemente. Volker es amable y apasionante como siempre.

¡Creo que quiero que sea así para siempre!

♦ ♦ ♦

Esta mañana, estoy ansiosa. Llené y rellené cestas con sándwiches y ensaladas que hice para asegurarme de que estaba bien preparada. Revisé y volví a revisar para asegurarme de que no había olvidado nada. Todo lo que quedaba era cambiarse de vestido y salir a la hora acordada.

¿El tiempo no ha pasado desde la última vez que lo revisé?

¡¿El reloj está roto?!

— ¿Por qué no te calmas? —dijo Volker mientras me abrazaba por la espalda. Nuestra diferencia de altura no es un problema así que me levantó. Estaba un poco impresionada de que me cargara así, que puse mis brazos alrededor de su cuello para estabilizarme. Lo que hizo más fácil besarlo. Los sirvientes a nuestro alrededor nos miraron con ojos cálidos.

— ¡Pero es una invitación de Priscilla! ¡Estoy calmada! —respondí.

Arrugué la nariz mientras apretaba el puño. Volker frunció el ceño.

En estos seis meses, a menudo visitaba o salía con Priscilla. Me invitaba a tomar té, a ver obras de teatro o a visitar un orfanato.

Priscilla-sama es la primera dama con la que he salido a parte de Madre y Marie, así que estaba muy tensa y era cuidadosa con mi comportamiento, pero ella había dicho con una sonrisa amable: “No estés tan rígida, ahora somos amigas”.

¡Oh, no puedo encontrar las palabras para honrar a Priscilla-sama!

— ¿Es que amas más a Priscilla que a mí? —preguntó Volker, gruñón.

¡Esta visita a Priscilla-sama era una fiesta de pijamas! ¡Comenzando con un picnic en los jardines de su familia! ¡Qué lujo!

Pero dado que la invitación era de hace unos días, he estado despistada y Volker se ha quejado muchas veces.

—Amas a Priscilla más que a mí.

Aunque ese no era el caso – 『teehee』pero considero que el Volker celoso era lindo.

—Regresaré mañana, así que no te preocupes. ¿Está bien? —dije con un tono apaciguador.

Me besó en los labios, mejillas y orejas. El Sr. Xavier lo llamó. Tenía que irse y atender al Rey.

Cuando estaba parada en el pórtico y veía su carruaje alejarse, suspiré.

—Me pregunto si es porque todavía soy infantil.

La idea de que había muchas mujeres mayores muriendo por la atención de Volker, me hizo sentir mal.

—No es eso, madam. —Respondió Xavier. Me giré hacia él, tenía una fina sonrisa en su rostro.

El Sr. Xavier, que parece saberlo todo, es un mayordomo muy competente pero un poco diferente de Oliver. Parece que era un poco… ¿juguetón a veces?

—No tiene defectos, Señora, ya es suficientemente adulta. En cuanto a su esposo… esa es la inevitable saga sexual de un hombre. —Dijo mientras miraba a la distancia.

Hmmm, a veces dice cosas que realmente no entiendo.

♦ ♦ ♦

Al irrumpir en la casa de los Erschlen, no pude cerrar la boca. Fui guiada a través de la lujosa casa por el mayordomo.

Así es como viven los aristócratas; como flores floreciendo.

Tan brillante; ¡mis ojos fueron deslumbrados!

—Fredericka, bienvenida —dijo Priscilla mientras era conducida hacia ella. Como se molestó en venir a mi encuentro, me levanté el dobladillo de la falda y me acerqué a ella apresuradamente.

—Gracias por invitarme hoy —dije.

—Oh, no tienes que ser tan rígida. Ven, te presentaré a todo el mundo —dijo mientras tomaba mi mano y me guiaba al salón.

¿Estás hablando sobre las hermosas personas que están esperando por ti?

¡Priscilla-sama, no tomes mi mano! ¡Mi corazón no está preparado! Pero estoy feliz de que nos tomemos de las manos.

— ¿Eh? —exclamé mientras Priscilla tiraba de mi mano.

—Todos, esta es mi hermana pequeña Fredericka.

¡Guhi ~ya!

¡¿Qué?!

Estoy feliz de ser llamada la hermana de Priscilla, pero ¿no sería una desventaja para el duque Erschlen decir tal cosa?

Las damas de seguro estarían molestas…

— ¿Así que esta es Fredericka? Siempre quise conocerte.

—Soy Mariel, espero que nos llevemos bien.

—Soy Lutina. Nos conocimos en una fiesta de té en el pasado, ¿te acuerdas?

—Soy Sylvia, un placer conocerte.

¿Um? ¿Son amistosas? Eran más amigables que las damas que conozco, ¿eh?

Priscilla me dio una sonrisa sincera.

—Tranquilas, señoritas. No queremos que Fredericka entre en pánico, ¿no es así? —dijo. Priscilla me invitó a sentarme y tomó el asiento a mi lado. El té fue preparado rápidamente y una taza fue colocada elegantemente frente a mí. Priscilla sonrió significativamente.

—Todos quieren ser amigos de Fredericka —dijo.

¿Ellas quieren? ¡No puedo creerlo!

♦ ♦ ♦

Las damas que Priscilla-sama invitó parecían estar muy familiarizadas con ella. Se veía que eran amigas que podían discutir sus opiniones independientemente del estatus de sus familias. Pero no entiendo por qué estas personas quieren ser mis amigas.

—Nos gustan las cosas lindas —dijo Delfina, la primera persona que me saludó, mientras trazaba su collar con los dedos. —Este collar era tu diseño. Me gustó cuando lo vi por primera vez.

—No, no es mi diseño. Solo estaba hablando con el diseñador de Kalome sobre mis ideas —dije con mis manos en la cara. Todas estaban impresionadas de que fuera “modesta”. Pero ese no es el caso; los diseñadores y los artesanos que crean estas cosas son gente impresionante. A pesar de que intenté decir eso, me contestaron con un coro de: “Aw, está avergonzada”, “Fredericka es muy linda”.

De alguna manera, ¿estoy siendo malentendida?

—Señoritas, qué linda es mi hermana. Sin embargo, no la molestéis mucho —dijo Priscilla.

Bebí mi té con un sudor frío.

♦ ♦ ♦

Salimos al enorme jardín y disfrutamos de un picnic. La merienda era una combinación de los sándwiches que traje y la comida que el chef de los Erschlen había preparado. Era un espléndido picnic.

Aun así, todas estaban encantadas de comer lo que hice y me decían que estaba delicioso. Mis ojos estaban llenos de lágrimas de alegría y me sentí abrumada, pero en general, fue una merienda tranquila. Y creo que profundicé mi amistad con las damas.

Hablamos sobre moda, política, nuestros dulces favoritos, parques, sastres, novios y las desventajas de identidad. Hablamos sobre muchas cosas hasta bien entrada la noche, sin cenar. Me llevaron a una habitación de invitados, donde pude tomar un baño y descansar. Justo cuando estaba a punto de irme a la cama, Sylvia y las demás vinieron a mi habitación para conversar más.

—Cuéntanos sobre el general Brennan. He hablado con él antes… es una persona admirable, pero recuerdo que era un poco difícil de llegar a conocer. Así que, ¿cómo te convertiste en su novia? —preguntó Sylvia casi tímida.

— ¡Oh, también quiero saberlo! —añadió una de las damas. —Escuché que ha cambiado mucho desde que se casó contigo. ¿Cómo lo hiciste?

—Todos se sorprendieron al escuchar que el famoso e imperturbable general se casaba.

¡Oh esto es malo! ¡No podía escapar!

Le supliqué a Priscilla con los ojos buscando ayuda, pero los ojos de Priscilla brillaban de curiosidad.

—A mí también me gustaría saber sobre Priscilla y el Príncipe Stephan… —dije tratando de desviar la atención sobre mí, pero estaba en desventaja; todas sabían sobre Priscilla y Stephan.

— ¿Así que dónde y cuándo os conocisteis?

Traté de resumir la historia en mi cabeza, eliminando la parte de la pérdida de las bragas…

— ¡Desde el principio…! —dijo Lutina. Después de todo, a las chicas les gusta este tipo de historia, ¿no?

—Puede que no sea muy interesante —dije mientras respiraba hondo y comencé con la noche en la que Eugene me dejó plantada…

— …Con la sensación de que…

Contaba la historia excluyendo todas las partes problemáticas. Aunque limpiara la historia, estas señoritas no perderían de vista el objetivo.

—Oh, pero ¿qué hay del teatro?; escuché que el general dijo “La Señorita Fredericka no se está apegando a mí. Estoy cortejando a la Señorita Fredericka. Voy a coquetear con ella ahora mismo, así que, por favor no nos moleste.”

¡Hi ~iyaa~aaaa! ¡¿Cómo saben de eso?! Eso es demasiado detallado. Oh Dios mío, no pude evitar sonrojarme cuando otra de las señoritas dijo:

— ¿Y qué hay de la cita durante el entrenamiento de la Guardia Real a las afueras de la ciudad?

—Sí, ahí Fredericka fue abrazada como princesa, ¿verdad?

—También escuché que miraba a Fredericka con una mirada ardiente.

¡P-Perdón! ¿De dónde han conseguido toda esta información? Por favor, deteneos, pronto estallaré de la vergüenza.

Entonces Mariel tomó mi mano y dijo:

—Aunque te permitió conocer al general; debiste haber pasado por un momento difícil después del baile…

Todas se quedaron calladas y como si soplara una briza fría; las damas se estremecieron.

¿Cómo? Se habían estado entreteniendo.

—No, para nada. Estoy bien después de todo —dije intentando consolar a las chicas. Sonreí y posé con una sonrisa. Pero las chicas me miraron con lástima.

¡Realmente no fue tan malo…!

—Hacer tal cosa frente a tanta gente como esa, incluso aquellos que habían esperado mucho por Eugene, fueron decepcionados.

¿Es así?

No lo sabía.

Pensaba que la popularidad de Eugene era sólida como una roca.

—Y esa Julia es un poco extraña… —dijo Lutina de repente enfadada. Todas se veían pensativas con el ceño fruncido en sus rostros.

El ambiente se había vuelto desagradable. Eso no es bueno.

— …Cuando la vi en el teatro; ¡de repente parecía una adulta! ¿Tal vez ella es inestable debido al desequilibrio entre el crecimiento del cuerpo y la mente?

¿Existía tal cosa?

La cabeza de Delfina se inclinó hacia delante y tembló. ¿Tenía frío?

— ¡No! ¡Fredericka es muy amable! ¡Ella no es alguien a quien debas defender! —dijo mientras se acercaba y se acurrucaba mejilla a mejilla. Sylvia se puso a mi otro lado e hizo lo mismo.

—Estoy segura que esto es lo que le gusta al general.

No estoy muy segura a lo que se refieren. Mi cabeza estaba caliente y me encontraba rodeada por la esencia de las flores『bowa~』.

Hauu, las chicas son suaves y huelen bien; ¡es lo mejor!

5 respuestas a “Cenicienta – Capítulo 47: Cenicienta y sus nuevos amigos”

  1. Gracias por este maravilloso capítulo, es genial 😊😊😊😊😊😊 espero con ansias el próximo 💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞💞

Responder a Atelier Otaku Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido