El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 27: Los celos del Duque

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


— James, ¿debemos tomar un poco de té? Traje un delicioso caramelo hecho en nuestro territorio, me encantaría que lo probaras —, dije dulcemente.

No es bueno para mi salud mental que James esté tan cerca de mí. Me escapé de los brazos de James y puse una distancia prudente entre nosotros. Me volví hacia el Duque, Isabel estaba de pie junto a él con ambos brazos alrededor de su brazo, frotando sus pechos contra él.

—Mi querido Duque, vamos al jardín. Hay un mirador muy romántico en nuestro jardín de rosas con cómodos asientos para descansar. Podemos tomar té y dulces.

El Duque me estaba mirando de reojo mientras Isabel hablaba. Sus mejillas estaban rojas, pero también estaba emocionado en respuesta al atractivo sexual de Isabel. Nunca había oído hablar de Isabel preparando té, obviamente estaba aludiendo a otra cosa. Los dulces seguramente serian preparados por los criados.

A diferencia de Muriel, Isabel es el tipo de persona que usaría de inmediato su atractivo sexual como estrategia. Ella era atrevida, y trató de ser refrescante en lugar de sonreír. Con el Duque declarado como un mujeriego legendario, ella estaba explotando ese hecho establecido.

El Duque miraba a Isabel con una expresión un tanto aturdida. Aunque, él me había dicho que conseguiría que Isabel lo rechazara, no pude ver que estuviera llevando a cabo ningún plan. Todo lo contrario, Isabel estaba sonriendo al Duque, ¡y él le estaba sonriendo suavemente! ¡Esta rata sucia y mezquina!

Me dirigí hacia mi compañero.

—James, ¿nos vamos? Hay una bonita terraza con vistas a la fuente. ¿Tomaremos el té allí?

Estaba irritada. Puse mi mano en el brazo de James mientras le hablaba. James puso su mano sobre la mía. El mayordomo, que había estado de pie en silencio en un rincón de la habitación, fue a pedir a una sirvienta y un criado de pie que pusieran una mesa en la terraza.

— ¡Esperen por favor! —, El Duque dijo en voz alta, James y yo nos detuvimos repentinamente. Isabel lo miró desconcertada. El Duque tosió levemente para cubrir su paso en falso. Él me sonrió y también a James.

—También me gustaría participar del caramelo de la señorita Julia, ¿podemos unirnos a ustedes? Me gustaría conocer la historia de cómo la señorita Julia capturó el corazón de James.

Podía decir que había un significado oculto a lo que estaba diciendo. Él estaba insinuando que había tentado a James.

Entrelacé mis dedos con James y le sonreí a Henry,

—Su Gracia, fue muy fácil. Simplemente le dije que no estaba interesada en el Duque. Por el contrario, no me gustan las personas tan débiles. Eso es lo que atrajo a James.

Henry entrecerró los ojos y una hermosa sonrisa afloro en su rostro.

— ¿Es eso así? Es una pena. Como no soy de tu agrado, ¿es James un hombre de su gusto? Pareces ser muy familiar, llamándolo por su nombre sin su título.

A este Duque le gusta resaltar los detalles. Bueno, sin duda antes lo llamé Principe James o Sir James, pero ahora es solo James. No podría evitarse, vino todos los días y estuvo conmigo todo el día. Era natural llegar a ser más íntimo.

—Eso es correcto. James fue el primer hombre que estuvo cerca de mí cuando llegué al reino. Él es el que más me entiende —, respondí.

Quería vencerlo. Sonreí, insinuando que tenía una relación más cercana con James. No puedo perdonarlo por creer las dulces palabras de esta mujer.

Henry recuperó su comportamiento frío habitual y preguntó con una voz que resonó en mis oídos.

— ¿Es James tan bueno, Julia?

El cambio en Henry fue tan repentino que me puse rígida. Incluso Isabel, que se había estado aferrando a él, se apartó con asombro. El mayordomo, que había estado viendo el espectáculo, retrocedió contra una mesa, que se tambaleó por el golpe.

Un aire tenso fluía entre nosotros. Mientras nuestras miradas se encontraban, una voz alegre cambió el ambiente.

—Sí, porque Julia me ama. Vamos a la terraza juntos. Me encantaria probar tu caramelo.

—Eso es correcto. Ven conmigo su Gracia. Hoy hace un día precioso, estoy segura de que te encantara el lugar.

Solo pude agradecer la frivolidad de James, por aliviar la tensión del momento, ambas parejas nos dirigimos a la terraza con él como mi acompañante. Por supuesto, Isabel tomó la mano del Duque y caminó a su lado. El suave sol de la mañana brillaba a través de los grandes ventanales, proyectando sombras oscuras.

Llegamos a la terraza con vistas a la fuente. La fuente era larga y rectangular. Flores de agua rosada y blanca florecieron sobre la superficie del agua. La luz del sol brillaba a través de los chorros y gotas de la fuente, haciendo que la atmósfera brillara. La gran terraza de mármol cerca de ella había sido instalada con una mesa y asientos para cuatro de nosotros.

—Qué maravilla, me encanta la vista del jardín desde aquí mucho más —, dije con voz cautivada, mirando el hermoso jardín. La noche anterior hubo una leve lluvia y el sol no había secado las gotitas de las flores, lo que le daba al jardín una belleza frágil como una pintura de Monet.

Nos sentamos alrededor de la mesa. Isabel acercó su silla al Duque más de lo necesario, y el Duque le habló con su expresión amable. El sentimiento de emoción que tenía por el jardín se marchitó. La actitud del Duque hacia mí era aún más fría, incluso cuando hablé no me miró a los ojos.


Kiara
Estos dos me dan dolores de cabeza, pero que tontos.

Tanuki
Dan un paso hacia adelante y luego corren un maratón hacia atrás...

3 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 27: Los celos del Duque”

  1. Ay, me emperra que no puedan resolver todo sin lastimarse, pero bueno, 1o deben eliminar a James y la prima de la ecuación o sino ambos van a estar celosos TODO EL TIEMPO. 😪

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