El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 37: Angustia de Julia

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Cuando regresé a la mansión, rápidamente me cambié de ropa y fui a disculparme con el conde por la preocupación, pero él estaba ausente. Me dijeron que había salido desde la noche anterior pero que no había regresado. Hablé con la condesa y me dirigí a mi habitación.

En el pasillo, encontré a Isabel parada allí, esperando. Me pregunté si ella había venido a burlarse de mí otra vez. Me detuve frente a ella y esperé a su diatriba mientras caminaba. Aceptarlo como si nada era la única forma de soportar el sarcasmo de Isabel. Una vez, respondí, y ella le ocultó las ropas a Hannah. Es el tipo de persona que nunca tomaría represalias directamente. La odiaba.

Estaba vestida de manera opulenta y permanecía de pie con los brazos cruzados sobre el pecho, con una expresión de triunfante confianza en su rostro.

—Oh Julia, oí que James y tu habían sido secuestrados. Estoy tan feliz de que estés a salvo y bien, pero es demasiado malo para tus manos. No podrás asistir a la fiesta del té esta tarde. Hay un anuncio importante que quería decirles a todos.

—¿La fiesta del té que tienes con las otras damas? Lamentablemente, no podré asistir. ¿Cuál es el anuncio importante? ¿Puedes decirme ahora, ya que no estaré allí?

Es evidente que sólo quiere presumir de algo, así que le pregunté rápidamente. Me liberare de esta tortura una vez que termine.

—¡El duque y yo nos vamos a casar! —ella anunció —. Hicimos el amor tantas veces —rió alegremente —por cierto, no sabía que James colapsó. Lo siento por eso.

—¿Matrimonio? ¿El duque de Magnaria y tú…? —, pregunte incrédula. No pude esconder la sorpresa.

El duque había dicho que haría algo con respecto a Isabel, pero ¿cómo es posible que de repente se casen?

—Sí. Mi padre ha estado tratando de hacer que nuestros planes de boda se hagan lo antes posible. Es muy embarazoso, estoy seguro de que lo entiendes.

Solo había una razón por la que una hija aristocrática corría al altar, solo podía significar que habían tenido ese tipo de relación y estaban tratando de casarse antes de que el embarazo comenzara a mostrarse.

Mi expresión se oscureció; por eso el conde no estaba en casa, y por eso él había sido frío conmigo.

—Entonces, por favor únete a nosotros en nuestra boda. Tengo que irme, vamos a tomar el té la próxima vez, ¿de acuerdo?

Ella se fue, pero no me di cuenta.

Mi mente no podía alcanzar lo que estaba pasando. Mi mente estaba llena de imágenes de Henry e Isabel juntos, ¿cuándo empezaron ese tipo de relación? Desde cuando Henry me está engañando. No pude pensar.

Mi mente estaba aturdida, y olvidé dónde estaba. Cuando me di cuenta, estaba sentada en la opulenta alfombra llorando.

—Oh. No puedo limpiarme la cara con las manos vendadas.

Cerré mis ojos.

Me di cuenta de que me gustaba Henry más de lo que había pensado. Pero fue demasiado tarde. Me revolqué en mi dolor pensando en el futuro.

Tengo que ser fuerte. Me escapé de tres compromisos; Podría superar esto. Estaba triste ahora, pero algo nuevo vendra y ocupara mi mente.

Me levanté y decidí qué hacer a continuación.

Regresé a mi habitación.

♦ ♦ ♦

—Hannah, sé que debemos quedarnos aquí por otras seis semanas, pero quiero irme a casa.

Le dije a Hannah mientras escribía mi carta de agradecimiento a la reina.

—Pero si nos fuimos a casa de inmediato, ya no podrás ver a Thomas.

— ¿Estás bien, señorita? Debes estar traumatizada por el secuestro. Oh mi señorita… ellos… Hicieron… ¡¿ellos…?! —el rostro de hannah estaba pálido y las lagrimas parecia que iban a salir de sus ojos en cualquier momento.

—¡No! ¡De ningún modo! Todavía estoy intacta. ¡No tengas pensamientos extraños!

Debía darse cuenta de que algo había sucedido desde que esperaba pasar tanto tiempo en el Reino. Ella realmente me entendió. No podía decirle que el duque me había engañado y casi tomaba mi virginidad.

—¿No funcionó con su alteza, James?

—James se me propuso pero no quiero casarme con él. Creo que casarse con la realeza sería una responsabilidad tan pesada. Si me quedara aquí, James no me dejaría encontrar un buen hombre. Y no puedo ir a ninguna parte con mis lesiones, ni siquiera puedo unirme a una fiesta de té. Por eso quiero irme a casa.

—¿Se te propuso? ¡el príncipe! ¡Y te negaste! ¡que perdida!

Ella realmente estaba azul ahora, temía que se desmayara. Pero, Hannah ha sido mi criada durante años, es fuerte, inmediatamente respiró hondo y me miró seriamente esperando que continuara.

—Pero, no quiero que pierdas tu oportunidad —le di una mirada de conspiración y dije —¿Qué tal si nos quedamos en el Barrio Central y no se lo contamos a nadie?

—Por favor, no intentes una cosa tan imprudente. No te preocupes por mi y volvamos a casa en Hermiata. Si buscamos con paciencia, pronto encontraremos un buen hombre para ti.

—No nos iremos ahora, Hannah. Encontremos una posada agradable para quedarnos en el Barrio Central. La mayoría de las posadas cuestan muy poco por noche para dos. El padre nos dio dinero que no hemos usado y si necesitamos más podemos vender el collar de esmeralda.

—¿Cómo sabe cuánto cuesta una noche en una posada, señorita? Sin embargo, ¡no! ¡Si se supiera que te quedas en el Barrio Central con los plebeyos, tu reputación se verá empañada!

—Entonces podemos disfrazarnos, puedes ser mi hermana mayor como la última vez. Con esta lesión, no puedo socializar en la sociedad de todas formas, ¡así que podemos ir al Barrio Central y usar el tiempo para promocionar nuestro caramelo de Hermiata! Nadie echará de menos a un aristócrata menor como yo.

Una vez que pensamos el plan, empezamos a pensar sobre cómo hacerlo. Como lo planeé con Hannah, pensé que estaría bien. Era mejor esto que dejarme engañar por ese duque.

Así que cuando el conde regresó, le hablé sobre irme. Debería poder mudarme al Barrio Central, Myseln en unos días. Cómo James podría querer visitarme, decidí engañarlo con una carta informando que estaba enferma. Afortunadamente, estaba demasiado ocupado lidiando con las consecuencias del incidente, que sólo podía enviarme una carta llena de palabras coquetas y un gran ramo.

Cuando llegara el momento, me quedaría en Myseln como una joven normal que viene de visita con su hermana durante un mes y medio.

4 respuestas a “El Duque que odia a las mujeres – Capítulo 37: Angustia de Julia”

  1. Bruja tramposa, cerda y mentirosa xD la quiero cachetear para que reaccione. De todos modos Julia debería confiar tantito más en el Duque, ¿no ya pasaron lo suficiente para al menos tener un poco más de confianza? *Suspiro* Pero ajá, era de esperarse. Ojalá James no tenga oportunidad con esto. :b

  2. Que mujer mas miserable, espero que henry pueda salir de esto y esa Isabel se quede con los crespos bien echos.
    Estupida mujer, quemenla por bruja

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido