El Duque que odia las mujeres – Capítulo 49: En el dormitorio del duque (3)

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


No podía moverme porque mis piernas estaban atrapadas debajo de él.

Luego usó las bragas con que lo había atado para atarme.

—Henry, ¿qué vas a hacer?

Henry estaba sentado a mi lado mientras se quitaba el abrigo y la camisa. Él me sonrió cuando estuvo completamente desnudo. La luz de la luna golpeó su cuerpo enfatizando los contornos de sus músculos. El cabello dorado de Henry estaba ahora despeinado, me miró envueltos en la pasión. Él es tan hermoso. Solo pude mirarlo boquiabierta.

—Me has estado molestando todo este tiempo. Ahora es mi turno de jugar contigo. Escoge, ¿Quieres que lo meta lentamente o de inmediato?

—Pero Henry, no estás listo… todavía.

Cuando dije eso, me di cuenta de que su deseo se elevaba nuevamente.

—Es una característica que no he usado en veintinueve años, no te preocupes, creo que puedo hacerlo una y otra vez. Incluso si no puedes soportarlo más, es probable que no pueda detenerme. Voy a hacerte pensar en mí de ahora en adelante…

Puso su mano en mi pecho pero no se movió, me preguntó.

—Dime lo que quieres; ¿Dónde se siente mejor?

—No, no te dire nada. Eres un idiota.

—Esta bien. Sólo le preguntaré a tu cuerpo. Tu cuerpo es honesto. Más y más dulce miel viene de tu interior.

Se acostó encima de mí y nuestra piel se adhirió una a la otra debido al sudor. Su cálida lengua corría por todo mi cuerpo, desde mi cuello… hasta mi clavícula… alrededor de mis senos… A pesar de que se sentía como si estuviera en todas partes, podía decir que estaba evitando las partes sensibles. Quería que me lamiera los pezones, pero él absolutamente lo evitó.

—Henry… ah~ estás siendo malo~

Me sentía incómoda, pero no podía entender porque. Restregué mis caderas contra él.

Henry levanta la cara y me sonrío.

—No puedo saber lo que quieres a menos que me lo digas.

Era un hombre tan mezquino, esta fue la recompensa para él.

—Ahn~ —lloré, no pude soportarlo. Cerré los ojos y dije —. Rápidamente, quiero que los lamas. Quiero que me lamas los pezones.

Estaba avergonzada. No sabía si mi rostro estaba acalorado por la vergüenza o el placer.

—Muy honesta, Julia.

Mi pezón fue inmediatamente tomado en su boca y rodó alrededor de su lengua, mientras él pellizcaba el pezón opuesto. Su otra mano estaba entre mis piernas tocándome.

No pude evitar gemir en voz alta mientras mi cintura se mecía contra su mano. La parte inferior del cuerpo se entumeció y ya no pude poner excusas.

Henry volvió a preguntar:

—¿De una vez o lentamente?

 —Ah~ lentamente~

Estaba tan absorta en el placer que no podía abrir los ojos. No me importaba elegir lógicamente.

Entonces su grueso palo de carne fue presionado contra mí, penetrándome, avanzó despacio, luego se detuvo y sostuvo mi cintura con ambas manos.

—Julia, abre los ojos y mírame.

Abrí los ojos de mala gana para mirar a Henry, sus ojos de zafiro brillaban pero tenía una mirada de intensa concentración. Luego sonrió y empujó sus caderas hacia adentro.

Grité pero no tuve más remedio que soportar el dolor.

Las lágrimas fluyeron y viajaron por mi mejilla. Cuando pensé que la intensa presión y el calor había alcanzado mi abdomen inferior, el sonido de la voz de Henry me hizo volver a la realidad.

—Estoy completamente dentro de ti…

Quería mirarlo más, pero de inmediato me besó tanto que perdí la cabeza otra vez. Besó mi mejilla una y otra vez.

—Julia, te sientes tan bien, tan cálida. Te amo Julia, Te amo.

Él susurró esto una y otra vez muchas veces. A pesar de que había un dolor sordo en mi abdomen inferior, no tenía nada de qué quejarme.

—Te quiero, Henry —dije sin pensarlo. Henry se apartó de mí y miró sorprendido.

— ¿Dije algo extraño? —le pregunté.

—No. Esta es la primera vez… que me dices que me amas … la primera vez.

Se veía tan feliz. Quería tocarlo, pero no podía porque tenía las manos atadas. La frustración me hizo cambiar, sentí que Henry se retorcía dentro de mí.

—No puedo soportarlo más. Me voy a mover. Por favor, soportalo.

— ¡Eh! Ah~ no es bueno…!

Lloré cuando de repente agarró mis caderas y comenzó a empujar su masa carnal dentro y fuera de mí. Era incómodo al principio, pero con el tiempo, la incomodidad dio paso a un tipo diferente de placer.

El sonido de nuestra piel chocando, el sonido del jugo de amor agitado, nuestros jadeos se unieron en una combinación inmoral. La cama chirriaba con cada empuje como un animal salvaje.

Nos miramos a los ojos sin mirar a otro lado, a pesar de que nuestros cuerpos estaban violentamente entrelazados y desordenados. Ya no había palabras necesarias entre nosotros.

Primero llegué al clímax, y mis paredes vaginales se apretaron alrededor de Henry. En respuesta, Henry llegó a su clímax desatando su deseo en lo más profundo de mí. Fue extraño saber que vino en respuesta a mí y qué tan profundo estaba dentro de mí. Ambos gritamos nuestro orgasmos confirmando el amor del otro.

Una gota de sudor cayó sobre mi mejilla de la frente empapada de sudor de Henry.

Nuestros cuerpos estaban húmedos de sexo y sudor. Mi cabello se pegó a mi mejilla, pero no pude usar mis manos para apartarlo. Intenté levantar mis manos pero no funcionaron. Henry apartó el cabello mientras acariciaba mi cara.

—Henry, quítame esto.

—No, aún no ha terminado. Nunca podría haber imaginado lo bien que se sentiría dentro de ti. ¿Podrías aguantarme una vez más?

¡De ninguna manera! Pensé que podía sentir algo dentro de mí, pero pensé que era porque acababa de perder mi virginidad, no me di cuenta de que todavía estaba allí. Además, poco a poco se fue haciendo más grande. ¿Como puede ser?

—Henry… —quería rechazarlo, pero él me miró, sus ojos suplicaban una disculpa, pero tenia una sonrisa descarada en su rostro.

—Por favor, aguantame una vez más.

No pude negarme a él y a sus ojos azul zafiro. Tenía un amuleto que no podía desafiar. Esta bella bestia estaba anhelando mi cuerpo, me hizo sentir como si pudiera hacer cualquier cosa.

—Está bien, solo una vez más —le dije.

No podía rechazarlo después de todo. Tal vez mi destino había sido sellado desde la primera noche en la solitaria terraza cuando lo besé a la fuerza.

Henry continuó sin retirarse. Tomándome en varias posiciones, al final perdí el conocimiento después de la cuarta ronda y me hundí en la cama.

Cuando desperté, el amplio techo que había estado oscuro estaba ahora bañado por la luz.

Me giré para encontrar a Henry mirándome con una sonrisa en su rostro.

Intenté moverme pero todo dolía. No pude levantarme.

—Buenos días, Julia. ¿Estás despierta? —me saludó con una sonrisa maravillosa.

Se sentó y apoyó mi espalda con su fuerte brazo y me puso en una posición sentada. Me habían limpiado y llevaba una gran bata de seda azul. No debe haber una bata de mujer en la mansión. Esta era para hombre y las mangas eran demasiado largas.

—¿Que hora es? ¿Cuánto tiempo he estado dormido?

El paisaje fuera de la ventana era aterrador; ¡Era de noche!

¿Significaba que dormí desde anoche hasta esta noche?

—Tengo que levantarme —grité—, tengo que volver al palacio… la Reina.

—Oh no te preocupes. La tía Eleanor sabe que te quedarás aquí a partir de ahora. Ella ha enviado tu equipaje. Todo el mundo sabe, así que nos casaremos de inmediato. Como dije, no tengo intención de dejarte salir de esta mansión. Dijo con una feliz y satisfecha sonrisa. No me importó, pero mi padre no sabía que ya no me iba a casar con James. Si llegara una misiva, solicitando mi mano en matrimonio por un duque, me temo que su corazón se detendrá.

¡Henry, estás siendo egoísta!

—Puede que ya estés embarazada. No se te puede permitir ir a donde quieras. Necesitas mi permiso para salir de la casa, y te reuniras con James solo en mi presencia.

Ya estaba dictando mis movimientos como si hubiera estado haciendo trampa.

—Lamento haberte decepcionado, pero mi período vence en unos pocos días, por lo que es poco probable que esté embarazada. Además, no me gusta que mis movimientos sean restringidos y controlados por alguien con quien ni siquiera estoy comprometida. ¡Voy a donde quiero ir!

—¿Puedes moverte ahora?

Ni siquiera podía mover una pierna. ¿De quién fue la culpa? ¿Cuántas veces podría venirse un hombre?

Resultó ser seis veces la noche anterior. ¡Se recuperó cuatro veces sin salir!

—Pero si tu período llegará pronto, tenemos que hacerlo ahora o no podremos hacerlo durante una semana —dijo mientras trataba de quitarse la bata. Mantuve desesperadamente cerrado el vestido.

—Necesito comer. ¡Estoy hambrienta! Y lo hemos hecho mucho a pesar de que fue mi primera vez. ¡Moriré si fuera más que esto!

Realmente no quería que me mataran así. No quiero una causa de muerte tan decepcionante en mi epitafio.

Henry se echó a reír.

—Sólo bromeo, no soy demasiado escandaloso. Tengo tu comida aquí mismo. Abre la boca.

Me alimentó, y el vino, pasó de su boca a la mía. Cuando me quejé, se rió y respondió.

—No hay ninguna razón para ensuciar el vaso de vino, y no puedo simplemente servirlo en un plato para que lo bebas.

¡Este duque manipulador! ¿Qué tipo de razón es esa? Una vez que me mejoré, ¡juré no volver a mirarlo!


Tanuki
Aguante todo el capítulo de poner algún comentario, pero ya no puedo mas... ¡La vas a matar perro!

5 respuestas a “El Duque que odia las mujeres – Capítulo 49: En el dormitorio del duque (3)”

    1. Yo tampo lo se
      He leído todo tipo de historias
      Desde que violan a una chica y ella se va con su novio y se ponen mata tónicos
      Y al día siguiente como si en la vida
      A otras en la que lo hacen una vez y luego ella queda exhausta

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido