El Duque que odia las mujeres – Capítulo 51: James

Traducido por Kiara

Editado por Tanuki


Me vendieron al país de Bosch a la edad de cinco años. Mi reino, Basseterre, fue un país de nueva creación que se estableció cincuenta años antes. En nuestro territorio se había descubierto una gran veta de un mineral escaso pero valioso, que mejoraba la prosperidad del país. Pero el ejército de Basseterre no era lo suficientemente poderoso como para alejar a los invasores actuales, por lo que al venderme a Bosch, una potencia militar, Basseterre logró evitar amenazas de otras naciones.

Debido a esto, Bosch recibió un gran tributo cada año. Mi posición no era más que una pancarta para mostrar a los otros países que Bosch y Basseterre tenían una conexión sólida. Mis pensamientos no fueron tomados en cuenta. Tampoco esperaba que lo fueran. A la inversa, se temía que mostrará talento en los estudios o la esgrima, por lo que dejé de intentar ser bueno en cualquier cosa.

Pronto me di cuenta de que los adultos hablaban de mí en las sombras, y sus hijos que escucharon esto empezaron a mirarme como un tonto. Pronto, comencé a cuestionar el propósito de mi vida.

Hasta que conocí a Henry.

Tenía doce años y acababa de graduarse de la escuela como uno de los mejores estudiantes. En el próximo año, iba a ingresar a la academia para convertirse en un caballero. Además, era el sobrino de la reina. Lo odié a primera vista. Incluso quise matarlo.

En ese momento, había empezado a matar gatos callejeros por aburrimiento, maldiciendo mi cruel realidad.

Ese día que nos conocimos, había estado tratando de enterrar a un gato que acababa de matar en el jardín trasero para ocultar las pruebas, cuando Henry me encontró.

—¿Qué estás haciendo?

Salté ante el sonido de su voz. Pensé que me iba a acusar, al ver el cadáver en mis manos.

Lo conocía bien porque era famoso. Pensé que intentaría castigarme bajo su buen sentido de la justicia. Nadie realmente haría nada al respecto, simplemente sería el tema de chismorreo como de costumbre. Me mordí los labios tan fuerte, que comenzaron a sangrar.

—Oye, ¿estás bien? Estás sangrando por la boca. ¿Te gustó tanto el gato? Supongo que debería ayudarte a encontrar un lugar donde enterrarlo.

Él tiró de mi mano y me llevó al bosque para enterrar al gato. No debe saber que yo era el príncipe Basseterre, pensé, si lo hiciera, no querría involucrarse conmigo. Ningún adulto me castigará por lo que había hecho. No había necesidad de mi existencia, solo soy un jarrón decorativo. A nadie le importó lo que hizo un jarrón.

Henry señaló un lugar que pensó que era adecuado, un príncipe no debería tener que cavar el suelo a mano, ni tampoco un futuro duque. No había manera de que él quisiera hacer algo tan desagradable. Cuando me quedé mirándolo, me dijo:

—¿Nunca has hecho esto antes, James? Está bien, lo haré.

Se subió las mangas de su fina camisa y buscó un palo fuerte, y comenzó a cavar con destreza. Lo vi sorprendido.

—Sabes quien soy yo —le dije.

—Sí, pero nunca hemos hablado. Soy Henry —respondió, extendiendo su mano embarrada hacia mí.

No quería tomar la mano sucia, así que lo ignoré.

—¿Por qué no estás nombrando tu casa?

Me miró inexpresivamente y volvió a cavar.

—¿No dije que soy Henry?

No. Todos los nobles se enorgullecen de sus nombres de familia. Primero dicen sus nombres de familia, en ocasiones nunca dan a conocer su nombre de pila. Es extraño ver al heredero del ducado más fuerte, Magnaria, sin dar el nombre de su familia.

—Oye, el agujero está hecho —anunció Henry —, ponlo. Luego, puede asimilarse en el suelo y volver a este mundo de nuevo.

Puse el gato muerto cuando él lo pidió y él cubrió el cuerpo con la tierra. Al hacer esto, me dijo.

—Los seres humanos son lo mismo. El nombre de familia es inútil; Si eres un noble o un plebeyo, morirás y te secaras en el suelo de esta manera. Así que lo siento, no voy a anunciar el nombre de mi familia. Hago lo que quiero con mi propio poder. Y tu, ¿Esto es divertido?

¿Se dio cuenta de que había matado al gato? ¿Es por eso que me había llevado al bosque? Si él iba a predicarme, no tenía intención de escuchar. No quería escuchar a ningún mandón dando conferencias.

—Es divertido. Esta es la afición del Príncipe de Basseterre, de quien nada se espera.

Henry me miró por un rato sin decir nada.

Entonces él respondió.

—Usted es demasiado adicto a su apellido. Encontremos un nuevo pasatiempo para ti. Todavía faltan dos meses para ir a la Academia. Podemos venir aquí todos los días y jugar juntos.

—¿Qué quieres decir, como el ajedrez? ¿Caza? —pregunté. ¿No iba a sermonearme? ¿Qué estaba tratando de hacer?

—No —respondió —. Jugar en el bosque. Es interesante, hay mucho que ver. Desde los insectos a las aves. Y trae tu espada, te enseñaré el juego de espadas.

—¡No lo haré! ¡nunca! ¡No te atrevas a esperarme! —protesté.

A pesar de mi protesta, jugué en el bosque todos los días con Henry desde ese día en adelante. Nadamos en el río, fuimos a pescar, jugamos con espadas.

En este país donde todos me tenían miedo, Henry no. Él me sonrió y me permitió experimentar varias cosas. Me di cuenta de que Henry no me veía como un príncipe, me había llamado por mi nombre desde el principio. Pasé los días que no estaba conmigo pensando en él. Mi cabeza estaba llena de Henry.

Entonces empecé a escuchar que no le gustaban las mujeres.

Había sido acosado mucho por las mujeres cuando era más joven, una incluso trató de desvestirlo sin su consentimiento. A otra mujer le había dado chocolates y ella le había puesto algo dentro. Otra vez, se despertó en medio de la noche para encontrar a una mujer desnuda en la cama con él. Su disgusto por ellas era decisivo.

—Odio a las mujeres —me dijo un día mientras asaba el pescado que habíamos capturado —, con solo acercarse, comienzo a sentir náuseas. Realmente no sé cuántas veces vomité a las mujeres que se acercaban. Es bueno que seas un chico, James.

Sonreí mientras comía el pescado cocido, mi corazón latía con fuerza. Fue entonces cuando me di cuenta de mis sentimientos. Así que me decidí, nunca dejaré el lado de Henry.

Así que empecé a trabajar en Henry para que nunca le gustaran las mujeres. Manipulé a las mujeres para seducir a Henry. Con cada intento, su disgusto por las mujeres se aceleró, de modo que llegó un momento en que, si una mujer lo tocaba, hiperventilaba. Quería asegurarme de que no se casaría y siempre tendría tiempo para mí.

Fantaseaba con Henry viviendo conmigo en mi mansión, cuando él estaba fuera.

Pero entonces ocurrió un incidente, me acusaron de ser parte de una conspiración que intentaba dar un golpe para derrocar a Bosch. Yo tenía diecinueve años. Por suerte, mi inocencia fue probada. Pero Henry no vino a verme tan a menudo. Cada vez que le preguntaba qué estaba tramando, sus respuestas siempre eran vagas. No recordaba quién lo había dicho, pero me dijeron que le habían dicho que dejará de asociarse conmigo, porque no era una ventaja para él.

¿Henry realmente se sentía de esa manera? No, no podía creerlo. Tenía que creer en él, de lo contrario, me volvería loco. Para mí, Henry era el único que no podía permitirme perder.

El tiempo pasó y llegó la invitación a un baile. Para encontrar una novia para el duque Magnaria, el rey sostenía una baile invitando a todas las damas solteras del reino.

Aplaste la invitación en mi puño; absolutamente no debo permitir que esto suceda.

Henry, no necesitaba que me dijeras que me amas, solo te quiero a mi lado para siempre. Fuiste tú quien me enseñó lo que era la verdadera amistad. No necesito nada más que tú.

En la noche del baile, conocí a una mujer, una mujer que no estaba interesada en Henry, por primera vez. Y la primera vez que Henry pronunció el nombre de una mujer con tanto sentimiento, la primera que persiguió a una; Julia

Julia, podrías estar sorprendida, pero creo que te amé desde el momento en que te hablé. Para mí, eres lo mismo que Henry. No me viste como un príncipe. No había nadie para gritarme o castigarme.

Te lo confesé porque quería hacerte feliz. Pero también amo a Henry. No pude quitarle a su amada mujer.

Y Julia, me dijiste que eras mi mejor amiga. Me dijiste que siempre estarías de mi lado aunque el mundo me diera la espalda. Esto era lo que más quería.

Eso es suficiente para mi.


Zuben
Henry salvó a Bosch de un futuro asesino en serie

Kiara
Lo que ha dicho Zuben me pareció tan acertado que no pude evitar ponerlo.

Tanuki
Creo que esto ayuda un poco mejor a entender a James. Al menos porque se sentía algo raro en su forma de relacionarse con los demás.

5 respuestas a “El Duque que odia las mujeres – Capítulo 51: James”

  1. Creo que a James no le importa el género siempre y cuando lo acepten cómo es, lo cual es bastante cool; me agrada bastante que al final estuviera feliz por ambos, pero lo que le hizo a Henry fue horrendo, enfermo y sin consecuencias reales. Está loco, pero parece que ahora está controlado (temo por los futuros hijos de Henry y Julia JAJAJA *crying in concern).

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