Matrimonio depredador – Capítulo 1: Leah de Estia

Traducido por Yonile

Editado por Meli


Antes de la boda, Leah escribió una nota de suicidio. Mientras sus palabras llenaban con lentitud el nítido papel de pergamino, su corazón cantaba un sonido melancólico.

Estaba segura que moriría después de su noche de bodas. El suicidio de la novia traería desgracias a la familia. Pero una muerte deshonrosa y vergonzosa era lo que deseaba Leah.

Muerte.

¿Es lo que merecía? ¿Un final miserable para una princesa que dedicó su vida a la familia real y a su país? Sus logros y esfuerzos se convirtieron en cenizas el día en que sus padres la vendieron como un bien común a cambio de riquezas. No importó cuánto intentó negarse, ella era solo una herramienta para la conveniencia del resto.

Oh, pero la muerte sería el dulce escape de la vida a la que se enfrentaba.

Byun Gyongbaek, el hombre con quien estaba comprometida, podía pasar con facilidad por encima de su padre. Quien a pesar de ejercer un veto se quedó sin otra opción. El hombre, tenía un poder majestuoso y sus padres no pudieron ayudarla ¿o ni siquiera dudaron en primer lugar?

Cuando la familia real aceptó la propuesta de Byun, Leah juró vengarse. Arruinaría el bien de más alta calidad que poseía la familia real, que era ella misma. Era lo único que podía hacer, en su estado impotente.

♦ ♦ ♦

Los caballos ya estaban preparados. Hoy, viajaría hacia la casa de Byun donde se llevaría a cabo la boda. Todos los arreglos para ésta se habían hecho sin su permiso.

Leah imaginó lo que iba a pasar en los próximos días: después de un viraje en carruaje de tres semanas, llegaría a Oberde,allí intercambiaría votos con el viejo Byun, se darían el beso del juramento y… pasaría la noche con él.

El rostro de Byun Gyongbaek emocionado ante la idea de poner sus sucias manos sobre su joven y nueva esposa apareció en su mente. Un escalofrío desagradable recorrió su columna vertebral, se disgustó al pensar que ese hombre, que parecía un sapo, estaría sobre su cuerpo.

Pero ella ya había hecho lo irreversible. Luego de su primera noche, Byun descubrirá que su esposa es impura.

En Estia, la virginidad de la novia es más importante que cualquier cosa. Él estaría furioso ante el insulto de saber que pagó una gran cantidad de dinero por una mujer desflorada.

No era un hombre con quien se podía jugar. Su poder se extendió incluso a los bárbaros de la periferia; además su furia sería tan grande como para estrangular a los nobles de la capital. Por lo tanto, la familia real que ya había perdido todo su poder y solo era un caparazón, tendría un destino terrible bajo las manos de Byun. Deberían pagar más de lo que habían recibido de él solo para apaciguar su ira.

En cuanto a Leah, se le despojaría de su título de la realeza, y sería condenada para siempre como la prodigio real que calumnio su honor.

Sería un final perfecto, lo único desafortunado es que no podría presenciar con sus propios ojos la ruina de su familia, ya que para ese entonces será un cadáver.

—Princesa, estos son los papeles de la boda.

Justo antes de dejar Estia, la corte marcial trajo los papeles que Leah tenía que firmar. Sin resistencia, escribió su nombre, manchando con tinta final el papel.

[Leah de Estia]

La elegante firma tenía la misma forma que su nota de suicidio. Las letras negras sobre el papel blanco eran tan claras como la noche.

Cuando dejó la pluma, la condesa Melissa, su dama de honor que miraba desde un lado rompió a llorar. Las demás mujeres que se estaban conteniendo comenzaron a sollozar al unísono, incluso el consejo de guerra que trajo los papeles tenía una mirada fatal en su rostro.

Todos lloraban, pero ella estaba tranquila, dejó el papel con elegancia y enderezó su espalda.

—Detenganse, tengo que irme. No hay tiempo que perder.

—Princesa…

—¡Leah! —Una voz urgente resonó.

Leah detuvo sus pasos, sin prisa miró hacia atrás y vio con aprensión a un hombre que jadeaba. Era el príncipe heredero de Estia, Blair.

Miró a su medio hermano de deslumbrante cabello plateado y sonrió de manera serena. Una de las pocas ventajas de este asqueroso matrimonio es que ya no sería necesario verlo.

Blair le hizo señas a los sirvientes para que dejaran de subir el equipaje al carruaje. Ante su arrogante demostración de autoridad, ella solo se limitó a observarlo con detenimiento. No evitó su mirada como solía hacerlo

—Vaya, vaya, mira quién es ¿no es la zorra que atrapó al pez gordo? ¿Te crees mucho ahora? —exclamó con voz ronca.

Fue un comentario desprovisto de dignidad, parecía el vocabulario de un vendedor ambulante. Pero ya que iba a dejar el palacio y no tendría que lidiar con él. Leah respondió sin signos de inquietud.

—Por favor, hazte a un lado. Si me retrasó más, no podré salir de la capital este mismo día.

Esta no era la reacción que esperaba. Su indiferencia puso nervioso al príncipe, y levantó la mano haciendo una mueca.

En lugar de estremecerse, le dio una fría respuesta al hombre que estaba apunto de darle una bofetada.

—Ahora soy propiedad de Byun Gyonbaek. ¿Te atreves a golpear algo de su propiedad, hermano?


Yonile
La primera novela que traigo al reino es una suculenta n.n.

7 respuestas a “Matrimonio depredador – Capítulo 1: Leah de Estia”

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