No quiero ser amada – Capítulo 73: Ceremonia de boda

Traducido por Maru

Editado por Sharon


Basil se paró en el lugar, atónito y desconcertado. ¿No era de sentido común que las mujeres amaran las flores? Si no lo hicieran… bueno, nunca había conocido a una.

—Lo haces tan obvio que no quieres responder mi pregunta, Basil.

—Olvídelo, no le daré más consejos. Esta bestia solo me irritará —murmuró con un gruñido. Pero en el momento siguiente, Basil puso una amplia sonrisa y aplaudió—. Por supuesto, ese no es el caso, Su Majestad. ¡Por supuesto, por supuesto! La difunta condesa realmente apreciará su amable buena voluntad.

Al final, Igor decidió arrancar flores del jardín para su madre. Tenía la intención de pagar a la condesa un respeto apropiado. Su madre era su único miembro verdadero de la familia que se preocupaba por ella, pero… debido a la estrecha relación de la difunta condesa con la reina, él había desarrollado una gran aversión hacia ella. Se arrepentía…

Se paró junto a la tumba de la condesa, que era donde Rihannan se encontraba, como era de esperar, e Igor colocó las flores. Miró a Basil.

—Todos aman las flores —respondió Basil rápidamente.

¡¿Por qué no lo dices tú mismo, bestia?!

Igor estaba algo nervioso… temeroso de haberlo echado a perder, pero afortunadamente, no mostró signos de desdén. Mientras hablaba con ella, sus ojos se posaron en la tumba del conde y la miraron con frialdad. Nunca había conocido su historia familiar. Eso era culpa suya. Nunca trató de enmendar su falta de diálogo. No… era más exacto decir que nunca conoció a su esposa. Solo después de que ella falleció supo la verdad.

—Rihannan, sé que estás en una posición difícil y no puedo imaginar cómo te sientes, pero me gustaría aclararte que no tengo intención de tratarte como un rehén. Eres mi esposa. Te protegeré de cualquier peligro. No te pongas nerviosa, por favor —dijo nervioso.

Deseó en su corazón que ella creyera sus palabras. Nunca la lastimaría y sería la última vez que lo haría… Sabía que forzarla era un acto egoísta que había hecho por sí mismo… lo sabía, por lo que esta sería su última solicitud egoísta.

Afortunadamente, ella asintió suavemente. Era la primera vez que aceptaba su presencia. Ese gentil asentimiento le trajo felicidad extrema, su corazón latía con fuerza.

En su última vida, buscó el amor de las personas equivocadas, pero solo le trajo dolor y sufrimiento. Incluso pensó que se lo merecía sin saber que era digno de cada cosa maravillosa en la vida, incluso el amor… Igor sabía que tal vez nunca lo amaría, pero eso estaba bien. Estaba bien con eso. No necesitaba ser amado por ella. No era algo que mereciera. En cambio, le daría el amor que nunca le había dado.

Y si alguna vez había una oportunidad, esperaba que algún día pudiera confesar sus pecados y pedir perdón…

Este era su sincero deseo frente a la tumba de su madre.

♦ ♦ ♦

La entrada al palacio se produjo en silencio y sin previo aviso. Habían regresado de la victoria sobre su archienemigo y rival, Crichton, y pensaron que pasarían por una etapa del desfile de la victoria, pero este no era el caso. Regresaron directamente al palacio sin un horario particular en mente; incluso la gente de Edirne no se dio cuenta de que su rey había regresado.

Sin embargo, la ceremonia de bienvenida dentro del palacio real fue espléndida. Cuando Rihannan llegó con Igor, todos salieron corriendo de manera ordenada y dieron la bienvenida a su llegada.

—Bienvenidos, Sus Majestades, el rey y la reina.

La procesión de la boda todavía no se había realizado, pero los sirvientes del palacio ya la llamaban reina.

—Ella es la dama de honor que cuidará de ti —Igor le presentó la criada a Rihannan.

La anciana se sostuvo la falda e inclinó la cabeza profundamente.

—El difunto duque Cesley es mi esposo. Puede llamarme señora Cesley, mi reina.

Y fue entonces cuando Rihannan la reconoció. El duque Cesley era un noble justo que tenía grandes territorios en la provincia. El linaje familiar del duque podría rastrearse desde la fundación de Arundell. Como resultado, la duquesa ejercía una gran influencia en los círculos sociales, pero después de la muerte de su esposo, ella regresó a su estado y permaneció allí en silencio.

—Mucho gusto, señora Cesley —sonrió Rihannan.

Aunque internamente, no tenía intenciones de mantener una relación profunda con las damas de honor porque sabía que abandonaría el palacio dentro de un año. Además, no tenía buenos recuerdos de ellas.

Cuando llegó por primera vez al palacio a una edad temprana, la reina había colocado a una condesa que era su ayudante íntima pero con la que nunca se llevó bien como dama de honor de Rihannan. Con el trasfondo de la reina, la doncella actuaba arrogante, incluso con la joven reina. Rihannan había vivido su vida en el palacio caminando sobre hielo delgado, esperando esos ojos que sólo buscaban errores en su actuar para usarlos en su contra.

Aun así, todo estaba bien. Ella logró superar las dificultades. Especialmente esa vez, cuando después de pasado un año sin concebir un hijo, se vio obligada a tomar medicamentos.

5 respuestas a “No quiero ser amada – Capítulo 73: Ceremonia de boda”

  1. El arrepentimiento es una carga muy pesada, el que lo vive carga con el siempre.
    Yo tengo cosas que me arrepiento pero tristemente no las puedo cambiar si el trata de cambiar eso yo en lo personal no puedo juzgar.

    1. si la trata como diosa o no da igual, el tipo es un maldito psicopata que en vez de pensar en como se siente ella, busca justificarse y seguir siendo posesivo y celoso…

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