No quiero ser amada – Capítulo 97: El consejo de la duquesa

Traducido por Maru

Editado por Sharon


—Su Majestad estará aquí pronto.

Esa noche, en el Palacio de la Reina, Rihannan se estaba cambiando la túnica sentada en la cama mientras escuchaba a la duquesa hablar sobre Igor.

Llegaría a esta habitación en cualquier momento y Rihannan sabía muy bien que una serie de grupos de hombres aristocráticos darían testimonio de su consumación.

Cuando el silencio se extendió, la duquesa lo notó y tomó sus manos.

—Mi reina, ¿recuerda de lo que hablé ayer?

Rihannan asintió, su sonrisa era amarga. El día anterior por la mañana, la duquesa habló con gran detalle lo que ocurriría en la primera noche con Igor. Era el deber de su madre instruirla, pero ella había fallecido hacía mucho tiempo, por lo que la duquesa intervino y asumió el papel.

A su antigua dama de honor también se le había ordenado que le enseñara qué hacer en su primera noche, pero no fue de ayuda. Solo le dijo que se quedara quieta y siguiera las instrucciones de su esposo.

Rihannan ignorando lo que sucedía durante el proceso de consumación, solo se dio cuenta de lo que constituía en medio de la noche cuando Igor se quitó la ropa y se ahogó de placer.

La duquesa le dio una descripción detallada de lo que un hombre debería hacer en su primera noche y lo que significaba. Sus explicaciones fueron simples y Rihannan, quien tuvo muchas experiencias, aprendió algo nuevo.

—No se preocupe, señora Cessley. Recuerdo todo lo que dijiste —respondió ella con calma.

La duquesa sonrió suavemente y le acarició la mejilla.

—La primera vez de una mujer siempre será dolorosa. Sé que tienes miedo, pero ese dolor es inevitable.

Rihannan bajó los ojos.

En ese entonces fue muy ingenua al pensar que si alejaba a Igor, todos sus problemas desaparecerían. Ahora que lo pensaba, fue bastante imprudente de su parte. ¿Cómo podría un rey, el gobernante de un país, que ya le había declarado y establecido su matrimonio frente a muchos espectadores y sacerdotes, hacer como si nada hubiera pasado?

Era un rey, pero incluso él no tenía otra opción.

Estaban siendo observados.

—Entonces, mi esposa, tampoco lo quiero, pero aguanta, incluso si no te gusta. No puedes huir de esto ahora.

Esas palabras frías que no entendió en ese momento quedaron claras. Un matrimonio no podía ser cancelado, especialmente no en su primera noche, y esos nobles miserables se encargarían de que cometieran el acto placentero.

¿Tal vez por eso él tomó su acción y se puso del lado de su madre…?

Qué hermoso, trágico malentendido.

Rihannan suspiró por dentro.

Afortunadamente, esta vez la situación era mejor que la anterior. Ambos tenían una relación relativamente buena y no tenía intención de rechazar sus avances. La duquesa dijo que el dolor físico pasaría y pronto se sentirá bien.

Y los nobles testigos mirarían…

—Entiendo, señora Cessley.

—No sentirá el dolor todo el tiempo. Después de un tiempo, se sentirá bien, como si estuviera caminando sobre las nubes.

Rihannan sabía que la duquesa tenía mucha experiencia con el acto, pero había partes con las que no podía estar de acuerdo. Durante las innumerables veces que Igor y ella durmieron juntos, nunca sintió la alegría que la duquesa describía.

Pero tal vez ella sentiría esa bondad esta vez.

—Por supuesto, Su Majestad tendrá que trabajar duro —dijo la duquesa, con una sonrisa bastante traviesa.

Pronto, una criada entró cortésmente y anunció la llegada de Igor.

—Su Majestad está en camino.

La puerta se abrió poco después.

La duquesa agarró la mano de Rihannan por última vez y se puso de pie.

—Tenga una buena noche, mi reina.

Cuando el sonido de sus pasos se desvaneció, Rihannan miró al suelo.

Estaba nerviosa.

Quizás la dama de honor del pasado tenía razón: ¿era mejor yacer como un pez cuando había innumerables ojos mirando?

—Rihannan —sonó una voz.

Entonces notó que la habitación estaba en silencio. Muy silenciosa. No podía escuchar las voces de los testigos.

Levantó la cabeza lentamente y respiró hondo.

Solo estaba Igor, quitándose la túnica que había usado todo el día.

Rihannan volvió sus ojos a otra parte.

7 respuestas a “No quiero ser amada – Capítulo 97: El consejo de la duquesa”

  1. Riha tiene razón, muchas veces los reyes no tenían poder realmente y tenían que someterse a los nobles y a las costumbres. Vi una serie, Outlander, donde hasta los nobles veían al rey hacer sus necesidades

  2. Concuerdo con todo, lo de los testigos es repugnante pero servía en el caso de que ella no fuera virgen o inclusive estuviera embarazada de otro como en el caso de la emperatriz divorciada, ahí hubiera servido esos “testigos” pero no deja de ser pervertido y asqueroso🤮

  3. Me parece asqueroso lo de los testigos… Se que eso pasaba en la antigüedad pero aún así un acato tan íntimo como la primera vez expuesto como un espectáculo…

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