¡No quiero ser princesa! – Historia Paralela 8: La Melancolía del Primer Ministro (3)

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


—Su Alteza ¿Qué acaba de decir?

Después de terminar de hablar con mi hija, Su Alteza bajó solo y, tan pronto como bajó comenzó a hablarme.

—Primer ministro. Finalmente has vuelto a casa, así que me siento mal por preguntar, pero podrías venir conmigo al castillo una vez más. Hay cosas que debo informar a mí padre.

—Ah, eso no es un problema, pero… ¿informar?

Aunque tengo muchas cosas que hacer, no puedo rechazar una petición de Su Alteza.

Me siento aliviado de que, mientras Su Alteza no estaba aquí, pude solicitar que se investigara el asunto de Lidi.

—Se que es algo que también le preocupa…así que…ya confirmé la Flor del Rey

— ¿Ah…?

No entiendo lo que me dijo.

Desde joven, me llamaron una persona inteligente y capaz, pude defender mi posición frente a personas iguales y por encima de mí de otros países pero, realmente, no pude entender lo que me había dicho, por un momento, me petrifique.

Su Alteza sonrió, aparentemente, de buen humor.

A medida que la sorpresa disminuía lentamente, entendí las palabras de Su Alteza, y esta vez, me sorprendí enormemente. ¡¡La Flor del Rey!!

— ¡Yo, Alteza! ¡¡¿Es verdad?!! ¿Lidi la tiene?

Cuando devolví una pregunta incapaz de creerlo, Su Alteza asintió claramente.

—Le concedí la Flor del Rey. Y, acaba de florecer. Eso es todo.

— ¿Cuándo?

—Eso, bueno…la verdad…

Al escuchar las vagas palabras de Su Alteza, me inquieté debido al comportamiento de mi hija.

Es claro que ella debe haber hecho algo. No debo confundirlo.

Es frustrante tener que esperar el informe.

¡Pensé que, un día, ella haría algo, pero nunca hubiera imaginado que sería justo en este momento!

Asaltado por un severo dolor de cabeza, quise acostarme.

¿Qué diablos hizo mi hija?…No, ya lo sé. Simplemente, no quiero creerlo.

Aun así, fue salvada por Su Alteza.

Gracias a que Su Alteza, estuvo en el mismo lugar que mi hija, eso no se convirtió en un incidente importante.

Pero mi hija tiene la Flor del Rey.

Es decir, como podría esperar que mi hija optara por la manera más difícil.

Afortunadamente, su compañero resultó ser Su Alteza, de eso no hay duda alguna.

Realmente, quiero agradecer por esta coincidencia.

Si el compañero de mi hija no hubiera sido Su Alteza, sino alguien más, el daño no se podría deshacer.

No, estoy seguro de que a pesar de ello Will la recibiría con placer, sólo le sería imposible casarse con la Familia Real.

Pero gracias al amor de Su Alteza por mi hija, ella aún puede casarse de manera segura.

El hecho de que la ‘Flor del Rey’ está ahí, significa que ya está decidido.

Me siento un poco aliviado de que la cuestión de la familia con la que se casara mí hija, aunque me preocupa, se haya resuelto.

Así, por el bien de mi hija, la ceremonia de matrimonio debe concluirse lo antes posible.

Habiendo resuelto todo, le asentí a Su Alteza.

—Más o menos, adiviné las circunstancias. No voy a preguntar más. Más importante aún, vayamos al Castillo Real. Para determinar el curso más corto hacia la ceremonia de matrimonio.​

Al oírme con claridad, Su Alteza parpadeó sorprendido.

Sonrió relajadamente.

—Lo más pronto posible, eh. Usted es muy confiable, también quiero casarme con Lidi lo antes posible. Cuento contigo.

—Déjamelo a mí.

Asentí fuertemente y me di la vuelta.

Estoy agradecido de que las intenciones de Su Alteza sean firmes.

En ese caso, no debo perder el tiempo.

Visitemos a Su Majestad y preparemos la “ceremonia de compromiso”, hasta mañana.

Hice una lista de todas las ceremonias en mi cabeza y comencé a calcular, de todo corazón, la ruta más corta hacia el “festival de bodas”.

¡Todo por el bien de mi hija Lidi!


Kiara
No sé ni que decir con esta clase de padre

Historia Paralela 9 en Kovel Times edición 27

9 respuestas a “¡No quiero ser princesa! – Historia Paralela 8: La Melancolía del Primer Ministro (3)”

  1. Wow tener un padre así da miedo, o será que todos serán así??. Bueno al final Will me sigue dando penita, si Lidi hubiese cumplido su cometido sin el príncipe, hubiese sido lo más perfecto (bueno no tanto) para el.. pero sino sería una historia difente..

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido