Secretaria del Vicepresidente – Capítulo 14: El muro entre nosotros

Traducido por Kiara

Editado por Sakuya


El personal del ELN, que asistirá al fin de semana de formación en equipos, fue llevado al lugar donde sucedería el evento en un autobús alquilado. El presidente, el vicepresidente, otros ejecutivos y sus equipos de secretarios fueron ubicados en un autobús de lujo, pero el vicepresidente y su equipo tenían uno propio.

Mientras se preguntaba la razón de esto, Seowon le preguntó al señor Shim.

—¿La oficina del vicepresidente viaja por separado?

—Uh. Probablemente sea por seguridad. Así ha sido siempre.

Seowon asintió entendiendo.

—Comprendo —se sintió más relajada con su respuesta.

Estaba bien si era por seguridad, se sintió aliviada. La mayoría de los equipos de secretaría ejecutiva tenían muchas empleadas. Le preocupaba que, al pasar el tiempo en lugares cerrados, pudieran descubrir que era mujer. Afortunadamente  pudo evitar eso.

—Nuestro equipo tiene muchos privilegios. En el complejo, también estaremos alojados por separado. Hay un ala para los ejecutivos, tenemos las mejores habitaciones en el piso —dijo el secretario Shim regodeándose.

—¿Cuántas habitaciones hay para cada equipo?

—Por lo general, es una habitación para dos personas, pero nuestro equipo tiene una para cada uno. Somos los únicos en ese piso con el vicepresidente.

—Oh.

No podía creer que iba a estar sola en la habitación. No había esperado que sucediera de esa forma, estaba innegablemente aliviada. Había pensado que tendría que compartir una habitación con alguien, por lo que estaba bastante preocupada a pesar de que estaba preparada.

Sin darse cuenta de los sentimientos de Seowon, el señor Shim continuó con orgullo: —Al igual que el trato con el sucesor es diferente, ¿no será diferente el trato de las secretarías? Es una prueba de que el presidente se preocupa por el protocolo, incluso si no parece que lo haga. Una cosa tan pequeña como está, tiene su marca en todas partes.

El sucesor al trono. Ella se había olvidado de eso. Sus labios se tensaron en una línea. Cuando comenzó en el trabajo, se había sentía sumamente estresada por trabajar para el futuro presidente de la compañía, pero ahora había estado tan relajada que lo había olvidado.

—Si queremos ganar mañana, necesitamos guardar nuestras fuerzas y descansar un poco —continuó el secretario Shim mientras reclinaba su asiento. Luego se quejó—: ¿Por qué alguien que suele ser tan razonable está tan obsesionado con este concurso de unidad?

—Es razonable cuando piensas en los bienes que tienes —dijo Park desde su asiento, que ya estaba reclinado con los ojos cerrados.

El señor Shim también se acomodó en su silla y cerró los ojos —duerma bien.

Oh.

El secretario Park y el secretario Shim rápidamente se fueron a dormir, el autobús tenía suficiente espacio para que sus asientos se pudieran reclinar al punto máximo. Seowon no tenía ganas de dormir, pero se obligó a cerrar los ojos y descansar.

  ♦ ♦ ♦

Finalmente llegaron al complejo afiliado al ELN, el más grande de Corea del Sur, que fue más que capaz de acomodar a muchos empleados de la sede. Era un complejo muy bien diseñado con un exterior sofisticado con muchas de las habitaciones con vista al mar.

—¿No es agradable? —el señor Park se acercó a Seowon que había estado mirando su nuevo entorno.

—Sí. Es un lugar muy agradable —respondió ella y sinceramente estaba impresionada.

—Este complejo forma parte del trabajo del vicepresidente también. Es un diseño similar a los resorts en Bali y Hawai. Puedo decir con confianza que no hay otro lugar como este en Corea.

—No importa qué, no hay fallas en el trabajo de nuestro jefe —dijo Shim inspirado.

Un hombre sin fracaso.

Mientras estaba perdida en sus pensamientos, el señor Park le dio una palmadita en el hombro.

—Entremos.

—Sí señor —respondió sobresaltada y siguió al señor Park hasta el pórtico de mármol del complejo.

En poco tiempo llegó a la habitación que le fue designada. Desempacó, luego se sentó en la cama mirando a su alrededor.

—Oh… el mar.

Desde su balcón tenía una vista hacia el imponente mar. Se giró hacia el teléfono que tenía en la mano y su expresión se oscureció. Do-won debería ser el que estuviera aquí haciendo esta cosa de trabajo en equipo. Sentía pena de estar viendo este hermoso paisaje en lugar de él.

Deseó poder enviarle una foto. Era demasiado increíble.

Seowon soltó un suspiro y se levantó para salir al balcón. La vista la maravilló, no solo podía observar el mar abierto, sino todo el complejo

—¡Ah, qué lindo! No esperaba este tipo de visión —se dijo a sí misma mirando el horizonte interminable. No tenía que preocuparse por que la descubrieran, tenía una habitación agradable y cómoda con una hermosa vista.

Un ruido repentino la hizo girar la cabeza.

Lee Kang-joon estaba de pie en la espaciosa terraza de la habitación de al lado. Estaban separados por barandillas.

Ella se sorprendió. Llevaba una camisa blanca y pantalones, estaba apoyado en la balaustrada del balcón.

—Vicepresidente…

Lee Kang-joon estaba en la habitación al lado de ella. Le recordó al señor Park diciéndole que solo los secretarios del vicepresidente tenían esta clase de lujos.

—¿Te incomoda tener a tu jefe al lado? —preguntó con una curiosa inclinación de su cabeza.

—No señor. Solo estaba sorprendido.

Él guardó silencio mirándola por un rato. Ella llevaba una camisa a cuadros y una chaqueta delgada sobre jeans.

Kang-joon volvió a su habitación y dijo—: Descansa un poco.

—Usted también, señor —respondió, pero él desapareció antes de que terminara.

Después de que él se fue, de repente se sintió ansiosa. La relajación que había sentido antes, fue sustituida por una severa preocupación, porque ahora sabía que él estaba a su lado.

Seowon, que había permanecido de pie en el mismo lugar, entró nuevamente en su habitación. Su cabeza daba vueltas y su corazón latía demasiado deprisa.

Ella frunció el ceño y se llevó la mano al pecho.

—Detente, por favor.

Pero su corazón seguía latiendo con fuerza, haciendo caso omiso de sus súplicas.

♦ ♦ ♦

Por la tarde, se realizaría un evento en el auditorio del hotel organizado por un conocido representante de ventas. Seowon se sintió un poco extraña al estar frente a tanta gente de la compañía sentada en el auditorio. Le hizo darse cuenta de la cantidad de personas que trabajaban para la empresa.

Mientras aplaudían a los comentarios del anfitrión, había un sentimiento de camaradería llenando la habitación, Seowon sintió una sensación de alienación, como si fuera una isla. Este no era su lugar, y sintió la desconexión más claramente que nunca entre tantos empleados. La culpa se acumuló en ella. Se sintió culpable hacia el señor Park y el señor Shim. Se había sentido culpable desde el principio, pero cuanto más tiempo permanecía, más fuerte se hacía el sentimiento. Ella bajó la mirada en silencio.

—Tras los saludos del presidente, me gustaría invitar al vicepresidente Lee Kang-joon al podio para un discurso.

Hubo un fuerte aplauso de la multitud cuando Lee Kang-joon subió al podio. La mirada de Seowon se fijó en él. Aunque no usaba un traje, seguí teniendo un aire sublime a su alrededor.

—Soy Lee Kang-joon, el vicepresidente. Es un honor tener la oportunidad de saludarlos a todos hoy…

A pesar de que todas las miradas estaban enfocadas en él, continuó su discurso de una manera tranquila y sin prisas.

¿Estará nervioso? No puedo imaginarlo estando nervioso.

—¿No es maravilloso?

—¿Eh?

—Nuestro vicepresidente —respondió Shim.

—Ah, sí —ella le brindó una sonrisa incómoda mientras respondía.

Shim se volvió hacia el podio con una sonrisa de admiración.

—Después de todo, una persona debe ser atractiva para tener éxito. De esta manera recibe más atención. No se ve para nada incomodo —dijo.

Seowon se giró para mirar a Kang-joon sin responder. La vista de Lee Kang-joon parado en una posición alta, como si fuera su derecho solo por existir, la hizo sentir distante. Se recostó en silencio, sintiéndose como una de las chusmas que no tenía idea de nada.

Esa noche, había una barbacoa en los terrenos del complejo. Había un buffet extendido cerca de la piscina y una parrilla en cada mesa. Mientras que el resto de la compañía cenaba junto a la piscina, los ejecutivos y sus equipos de secretarias cenaron en un lujoso restaurante japonés en un edificio separado dentro del hotel.

Los diversos equipos de secretaria comían en su propio comedor privado con suelo de tatami.

Se realizaba así porque se consideraba que los empleados no debían disfrutar de una comida libremente con sus superiores.

♦ ♦ ♦

En uno de los comedores, el presidente Lee Il-do, dos de sus amigos más cercanos que también eran ejecutivos de la compañía y Kang-joon, se sentaron alrededor de una mesa. El presidente Lee estaba descontento.

—¡No has cumplido tu promesa, cada año es igual!

Sabiendo que Il-do estaba hablando con Kang-joon, el Director Ejecutivo Hwang Hak-joon, que estaba sentado al lado de Il-do, llenó su copa con vino.

—Lo está haciendo lo suficientemente bien —dijo con una carcajada.

—¿Quién está hablando de negocios?

—Estoy seguro de que hará un buen trabajo con cualquier otra cosa —el vicepresidente ejecutivo, Choi Byung-ho se unió a la conversación.

El presidente Lee hizo una mueca y se bebió el vino

—¡Este tipo tiene treinta años! —se quejó.

En circunstancias normales, a pesar de que era el presidente, no trataba a Kang-joon, su nieto, con ningún favoritismo o desprecio ante los demás, pero frente a Hwang y Choi, podía ser más familiar. También eran familiares para Kang-joon porque los dos hombres habían sido colaboradores cercanos de Lee Il-do desde que era joven.

Kang-joon recibió una copa de vino cortésmente sin responder a Il-do.

—¿Por qué no le contestas a tu abuelo?

Lee Il-do estaba un poco borracho; había bebido bastante en otra habitación con los otros ejecutivos. Pero frente a otros, a pesar de que bebía alcohol, permanecía impasible y estoico, hasta que estaba en un lugar cómodo con las personas con las que estaba cerca.

—Lo siento, abuelo, pero nunca te dije que estuviera interesado en tener citas.

—¡Eres demasiado rígido!

Lee Il-do no pudo decir nada porque sus declaraciones habían sido unilaterales; nunca le hizo prometer algo.

—¿Cuántas semanas te he estado preguntando? —No lo dijo una o dos veces. Il-do le había estado pidiendo a Kang-joon que visitara su casa durante semanas, pero Kang-joon no había venido. El hombre era testarudo, nunca vino a verla; Il-do sentía lástima por Sera que había estado esperando a Kang-joon, pero nunca apareció. Pero, de hecho, reprender a Kang-joon ahora lo haría parecer débil—, ya que te he preguntado tantas veces, ¿no deberías escucharme?

—Lo siento —Kang-joon respondió de la manera educada y habitual, enfureciendo aún más al presidente Lee.

Al no escuchar lo que quería escuchar, el presidente Lee eligió otra táctica.

—Si no quieres volver a casa, reúnete con ella al menos una vez por semana en otro lugar. Si no te gusta, comprométete primero.

Kang-joon se volvió para cortésmente vaciar la copa de vino, una vez que terminó, la dejó. Había una sensación de presión de Kang-joon en la acción simple, aunque no fue contundente. Esto hizo que Lee Il-do sonriera sin darse cuenta. Su nieto le recordaba a sí mismo cuando era joven. Su hijo no lo siguió en absoluto, pero su nieto era como una copia al carbón.

—No tengo la intención de casarme ahora mismo —respondió Kang-joon..

—¿Quién dijo que te cases ahora? Comprométete primero.

—No quiero casarme.

—¿Qué tipo de matrimonio quiere tener? ¡Estás con Sera…! —Lee Il-do había comenzado a alzar la voz nuevamente, pero se detuvo y tomó un trago antes de decir—. ¡Bastardo!

El señor Hwang y el señor Choi miraron cómo el presidente bebía con preocupación, pero no había agitación en la expresión de Kang-joon. Al ver que seguía actuando con indiferencia, Il-do tomó otro trago y lo despidió.

—No quiero verte más. Sal de aquí.

—Discúlpeme —dijo mientras se levantaba, se inclinó cortésmente y escapó de la habitación.

—Él es tu único nieto —Choi Byung-jo dijo mientras llenaba el vaso de Lee Il-do—, no se preocupe demasiado, aun no es mayor. Estoy seguro de que el vicepresidente tuvo una idea.

—Pero solo tienes que mirarlo, está tan ocupado que no creo que tenga la oportunidad de conocer a una chica. Deja que termine de consolidar su base de poder en la empresa, y luego…

—No tengo tiempo para esperar hasta que eso pase; ¡debería casarse rápidamente, formar una familia y encontrar la estabilidad en casa!

Sabían que estaba preocupado por Kang-joon, por lo que trataron de aplacarlo.

—No es demasiado para el vicepresidente pensar cuidadosamente sobre cosas importantes como el matrimonio.

—Y, hasta ahora, el vicepresidente no ha hecho nada malo.

—Todavía… Confíe en él y espere un poco más, seguro que él le dará lo que quiera. No se preocupe demasiado.

—Además, el vicepresidente es un buen partido. No hay nada de qué preocuparse.

Con un profundo suspiro, Il-do respondió —Eso espero —pero la expresión de molestia en su rostro se mantuvo mientras tomaba otro trago.

Sin embargo, no podía decirle a Hwang o Choi la verdadera razón por la que estaba preocupado. Pero no importa cuán borracho estaba, y no importa cuán cercanos están estos hombres, él no diría nada que condujera a la desgracia de Kang-joon.

Lee Il-do ocultó su frustración y continuó bebiendo.

♦ ♦ ♦

Al salir del comedor, Kang-joon salió del pasillo hacia el jardín al lago artificial. Dentro del jardín estaba el edificio donde estaban cenando las secretarías. Han Do-wan también estaría ahí.

Después de mirar el edificio por un momento, Kang-joon se giró y se dirigió al hotel principal.

—¿Huh? ¿Vicepresidente?

Se giró para ver al señor Shim que se levantaba de un banco del parque, tenía su teléfono en la mano, parecía que acababa de terminar una llamada telefónica.

—¿Termino de comer? ¿Planea volver a su habitación? —preguntó el secretario a toda prisa.

—Sí —pero los ojos de Shim brillaron mientras agarraba el brazo de Kang-joon.

—No se vaya así señor, tómese una copa con nosotros. Ha pasado mucho tiempo desde que cenamos juntos.

—No, está bien…

—No hay necesidad de ser tan cortés; solo un trago, entonces podrá irse a la cama. Vamos, es por aquí.

Shim abrió la puerta de una habitación cerca de la entrada del pasillo,

—¡Atención a todos, nuestro jefe está aquí! —anunció en voz alta.

Los ojos de Seowon se abrieron cuando lo vio entrar junto con el secretario Shim. Había estado aliviada cuando le habían dicho que él solía regresar a su habitación después de cenar con el presidente, por lo mismo, no esperaba que apareciera en el comedor.

—Vicepresidente, ¿qué hace en un lugar como este? —el señor Park se levantó de su asiento en señal de bienvenida. Seowon hizo lo mismo.

—Me encontré con el Vicepresidente al salir, así que lo traje. ¿Hice bien?

—Sí, hace mucho tiempo que no hacías algo tan útil, Shim —dijo Park con una sonrisa—. Por favor, siéntese, vicepresidente.

El señor Park y el señor Kim lo condujeron a un asiento, mientras Seowon estaba de pie observando todo lo que sucedía. Luego se sentó en una posición que no estaba directamente frente a él.

—Ahora, tomemos un trago.

Seowon miró con cautela a Kang-joon que estaba recibiendo un vaso de sake del señor Park. Se veía bien a pesar de que debe haber bebido mucho. Era claramente un perfeccionista en la mayoría de las situaciones. Él no mostraba ningún lado lamentable bajo ninguna circunstancia, siempre estaba preparado. Al darse cuenta de que ella podría ser la única que vio a Lee Kang-joon en circunstancias excepcionales, Seowon se sintió mareada de repente.

No pienses en eso.

Ella trató de dejar de pensar en eso, pero ya era demasiado tarde. Su corazón latía al recordar esa noche.

—¡Oh! El vaso de nuestro secretario Han también está vacío.

Ella había levantado el brazo instintivamente por un segundo, pero el señor Park se había dado cuenta.

Extendió su vaso para llenarlo mientras ocultaba su agitación interna.

—Gracias —expresó cuando el vaso estuvo lleno.

Al ver el alcohol claro llenar su vaso, de repente pensó en el sueño que tuvo cuando había estado borracha en la primera salida.

¿Por qué siempre parecía recordar ese sueño? El momento en que había soñado que se había besado con Kang-joon, tanto el recuerdo como el sueño habían sido tan vividos que sintió que su cara se estaba calentando.

—¡Bebamos!

Todos tomaron una copa ante el anuncio de Park.

—¡Gracias al Vicepresidente por su arduo trabajo! ¡Salud!

—¡Salud! —los otros corearon y sus vasos tintinearon gratamente.

Seowon volvió la cabeza y bebió sobriamente. Su mente estaba llena de otra clase de pensamientos.

Ese sueño… de repente se le ocurrió que podría haber sido una premonición considerando los eventos que siguieron.

No, tal vez no. En ese momento, pude haber sido sexualmente consciente de Kang-joon, tal vez por eso tuve ese tipo de sueño.

Teniendo en cuenta lo que sentía por Kang-joon ahora, no parecía ser algo instantáneo. Ella no era del tipo que se dejaba llevar fácilmente por nadie.

—Le serviré esta vez —dijo Shim antes de servirle a Kang-joon otra bebida.

Era difícil mirarlo, debido a sus complicados pensamientos. Entonces, ella miró sus largos dedos sosteniendo su vaso y su cuerpo se sintió caliente nuevamente. Recordaba las veces que él había sostenido su rostro en su mano y la miraba claramente.

¿Qué debería hacer ella? Estaba en una situación peligrosa, no podía creer que se calentara con solo mirar sus manos.

¿Se debía al alcohol?

Mientras Seowon intentaba echarle la culpa al líquido en su mano, escuchó hablar a Kang-joon.

—¿Van a estar bien mañana?

El señor Shim parecía bastante borracho, pero levantó la mano en un gesto despectivo, —Oh, no tiene nada de qué preocuparse. Nunca nos quedaremos atrás.

—Así es, incluso si no somos los primeros, no seremos los últimos.

Ella lo había olvidado. Había olvidado que el día de mañana tendría una caminata grupal porque había estado distraída con muchos pensamientos.

—Cuando fui a la piscina, los otros también estaban borrachos. Todos estaremos en un estado similar, así que estaremos bien —dijo Shim—, es lo mismo todos los años.

Park también asintió con la cabeza.

—Pero, ¿cuál es el premio de este año? ¿Lo sabe, vicepresidente? —preguntó el señor Shim.

—Fue determinado.

—No creo que eso signifique que no lo sabe vicepresidente.

Kang-joon sonrió ligeramente.

¡Entonces, él puede sonreír! Ella lo miró fascinada y curiosa. Quizás era porque estaba más relajado que de costumbre, pero el ambiente era más sensual y atrayente que de costumbre.

Seowon se volvió hacia su copa.

—Si lo sabe, díganos, vicepresidente.

—¿Qué vas a hacer si lo sabes? —preguntó Kang-joon con una sonrisa.

—Bueno, sí lo sé, podría decidir si vale la pena esforzarme tanto en la montaña.

Las palabras del señor Shim hicieron que la sonrisa del vicepresidente se profundizara a medida que hablaba. Seowon trató de no mirarlo, pero su sonrisa atrapó sus ojos y no la dejó ir.

Luego, se volvió hacia ella.

Una mirada asombrosamente encantadora, muy lejos de la agradable sonrisa que tenía en este momento, envió el corazón de Seowon a la desesperación.

Casi de inmediato, se volvió hacia el señor Shim.

—Eso no suena muy bien —dijo él.

—Bueno, no puedo negar que no está bien. Le daré una copa como disculpa —el secretario Shim le sirvió a Kang-joon otro vaso. Los tres hombres estaban sonriendo, pero Seowon no estaba seguro de si lo hacían por la misma razón.

Su cabeza estaba en un estado de confusión y fue porque él estaba aquí. Bajó el vaso y se levantó con cuidado de su asiento, —voy al baño —dijo.

Salió de la habitación y cerró las puertas correderas en silencio.

Ella exhaló después de salir de la habitación. Tenía que resolver los pensamientos de su mente confundida. Quizás se debía al alcohol, pero no podía entrar ahí ahora; volvería después de tomar un poco de aire. Pero si pudiera ser honesta, estaba más que satisfecha de culpar el alcohol por su estado mental.

Salió del comedor y entró al jardín con una cara sombría. Se acercó al estanque artificial donde nadaban las carpas. Tomó un banco del parque que estaba escondido en un rincón. Si bien había mucha luz en la entrada, cerca del estanque y los bancos sólo había una iluminación sutil. No había nadie cerca, así que parecía un buen lugar para poner su mente en orden.

Ella cerró los ojos y respiró hondo. Tal vez fue por el calor en su corazón que su cuerpo también se sentía al borde de la locura.

¿Por qué tuvo que aparecer?

Ella suspiró una vez más.

Se echó el pelo hacia atrás y se mordió los labios suavemente. No podía sentirse atraída por cada acción que él hacía. Tenía que fingir que no le afectaba, pero se sentía frustrada porque no podía negarlo.

No puedo seguir así. A este ritmo, seré atrapada.

Y no solo eso, no podría simplemente mantener la posición de su hermano y posteriormente regresar a su lugar original.

No importa lo mucho que su corazón estaba sumido en un caos, ella realmente no podía actuar según sus deseos porque ahora era Do-won.

—Secretario Han.

Seowon saltó al oír su voz. Por un momento, pensó que alucinaba y que su voz provenía de una pequeña flor a su lado. Respiró hondo y miró a Kang-joon parado en el área más iluminada. Al verlo caminar hacia ella, apretó los puños.

Ella había estado huyendo de él, y ahora tenía que enfrentarse a él sola, tal vez estaría bien, estaba oscuro aquí. En lugar de una habitación luminosa, podría ocultar mejor sus expresiones. Se levantó de su banco.

Con sus largas piernas, Kang-joon pronto se paró frente a Seowon.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a tomar aire fresco; Me sentía un poco borracho —expresó Seo-won tratando de sonar compuesta.

—Supongo que bebiste mucho.

—Parece ser el caso, pero no estoy borracho. No tiene que preocuparte; puede volver adentro.

Kang-joon se metió las manos en los bolsillos e inclinó la cabeza hacia un lado —¿Crees que salí porque estaba preocupado por ti? —dijo.

—¿No fue así?

Kang-joon se sentó en el banco en el que ella había estado sentada.

—También me escapé. No tengo intención de seguir bebiendo.

Sus palabras aliviaron su mente nerviosa, ya había temido lo que iba a decir. Ella seguía refiriéndose a aquellos momentos extraños que habían tenido.

Se tragó la extraña amargura y le dijo —Volveré. Por favor, descanse bien.

—Secretario Han… —la llamó justo cuando estaba a punto de darse la vuelta. Ella se volvió hacia él. Sus ojos ahora estaban ajustados a la oscuridad, por lo que podía ver cada ángulo de su hermoso rostro reflejado por la poca luz.

Seowon tragó saliva, sus ojos eran como antes, una mirada encantadora y llena de una ardiente pasión permanecía fija sobre ella.

Sus sensuales ojos la llenaron de un calor inimaginable, haciendo que sintiera como si su corazón estuviera siendo agarrado por una mano invisible.

No, esto debe ser un error. Un truco de la luz, pensó, tratando de calmar su corazón salvaje, pero este negaba a dejar de reaccionar tan tontamente, a pesar de que ya se había equivocado muchas veces.

Se miraron mutuamente en silencio. El ruido de los juerguistas en la distancia y los grillos llenaron el silencio.

Finalmente, Kang-joon rompió el silencio.

—No es nada.

¿Nada?

Seowon frunció el ceño y su mente se hundió en el caos. Su expresión en este momento era definitivamente como si tuviera algo que decir.

Aunque sentía curiosidad por lo que él quería decirle, en su lugar respondió —Volveré —y se dio la vuelta para irse cuando su voz la detuvo.

—No tienes que exagerar mañana, ya que es tu primera vez.

—Gracias por preocuparte —respondió Seo-won y luego continuó su camino.

¿Qué había querido decirle?

Lee Kang-joon le molestaba como nadie, pero no podía mirarlo. Ella quería darse la vuelta e indagar lo que él ansiaba decirle.

Por favor, Han Seowon, vuelve a tus sentidos.

Ella apretó el puño. Era doloroso para su corazón estar experimentando esta división entre sus deseos; el impulso espantosamente fuerte estaba siendo empujado a través de las grietas de su corazón, pero Seowon entró rápidamente en el comedor para superar el impulso.

La expresión de Kang-joon se hundió cuando vio a Do-won alejarse rápidamente.

¿Estás huyendo? Había querido preguntarle, pero se había escapado de todos modos. ¿Había alguna razón para aguantar de esta manera si de todas formas huyes en cada momento?

No estaba contento. Kang-joon recordó esa palabra punzante y contuvo la lengua. Incluso si empujaba más fuerte, Do-won se ofendería, eso era tan malo como que él huyera.

Y ha estado evitando sus ojos últimamente. Sin embargo, Kang-joon observó a Do-won mientras evitaba su mirada, podía ver que su secretario también evitaba verlo. Estaba huyendo de su querida vida, a pesar de que Kang-joon pensó que lo estaba tratando de forma casual.

Kang-joon estaba acostumbrado a que la gente lo mirara con miedo o incomodidad, había sido así durante mucho tiempo, estaba acostumbrado. Pero cuando Han Do-won lo miraba igual que los demás, se sentía conmocionado. No le importaban las demás personas, pero no quería que Do-won lo mirara así o que fuera distante.

Cada vez que sucedía, quería obligar a Do-won, tomar su rostro y girarlo para que lo mirara. En cada ocasión el impulso era más grande y fuerte que nunca.

—Tal vez, es mejor que corras, Han Do-won —dijo a la noche, su vista fija en donde él había desaparecido.

♦ ♦ ♦

Seowon regresó a su habitación y se preparó para acostarse. No podía dormir.

Los sonidos de juerga en la barbacoa eran más fuertes que los sonidos de las olas al golpear la orilla.

¿Por qué no puedo dormir? Se preguntó acostada en su espaciosa cama, dando vueltas. Luego miró a la pared que lo separaba de él.

No lo había visto desde entonces, así que asumió que probablemente estaba en la cama.

¿Por qué le molestaba tanto? Se dio cuenta de que la razón principal por la que no podía dormir estaba al otro lado de esa pared. Una calidez se extendió por su rostro que todavía estaba mareado bajo los efectos persistentes del alcohol.

¿Qué había estado tratando de decir? Se preguntó.

Puede que no haya sido un gran problema, o puede haber sido sobre el trabajo. Pero la intensidad en sus ojos le recordó aquella noche en que había venido a su casa. ¿Todavía sentía lo mismo? ¿Todavía la quería así?

No, la persona que quería no era a ella, sino a Han Do-won, un hombre. Y ella no era un hombre, ni tampoco Do-won.

Con este pensamiento, persistiendo en su cabeza, Seowon suspiró.

♦ ♦ ♦

En la habitación contigua, Kang-joon estaba sentado en el sofá bebiendo whisky solo. Lo habían colocado en una de las mejores habitaciones del complejo. Era una suite de esquina con ventanas de piso a techo como paredes adyacentes.

El dedo de Kang-joon golpeó el cristal mientras miraba el mar.

Estaba en una bata de baño; su cabello todavía estaba mojado por la ducha que recién había tomado. Su bata se abrió levemente mientras se sentaba revelando su pecho musculoso y masculino. Estaba inusualmente desaliñado, pero su cuerpo pulido por el ejercicio emitía una vibra sensual.

¿Debería permanecer despierto toda la noche? Se preguntó a sí mismo. Si se dormía, volvería a tener esa clase de sueño, en su estado de confusión no podía imaginar qué haría con Do-won al lado.

Ya había sucedido antes.

No, no es bueno. Miró el mar oscuro y tomó otro sorbo.

Con los sueños como excusa, podría cometer un asalto. La experiencia pasada había demostrado lo peligroso que era. En ese momento, se volvió loco de deseo y se dejó llevar, pero ahora sabía cómo se sentía ser rechazado como algo ofensivo.

Y ya no quería que Do-won huyera de él. Tenía que estar muy alerta para que su subconsciente no fuera aplastado por sus deseos codiciosos.

Pero, tal vez, se volvió hacia la pared que había tratado de evitar mirar, simplemente no quería que huyera más.

Pensó en el hombre al otro lado de la pared, y una sed ardiente le quemó la garganta. Se bebió el líquido en su vaso, tratando de aplacar la sed.

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