Traducido por Kavaalin
Editado por Anissina
La multitud vitoreó.
Guantelete de Hierro había planeado escaparse en medio de la conmoción inicial, pero una gran parte de la gente ya había centrado su atención en él. Incluso algunos de los jóvenes más impacientes ya estaban gritando.
—¡Perdiste! ¡Entrega el dinero!
Por lo tanto, solo pudo escupir malhumorado, tomar dos monedas de oro y tirarlas al piso para luego alejarse de las celebraciones que no le incumbían. Al ver la situación, los miembros de la Tropa del Águila también se dispersaron. Continue reading