Al borde de lo impresionante – Capítulo 70: Un padre desvergonzado

Traducido por AlbaAVD

Editado por Sakuya


Ante sus palabras surgieron sentimientos complejos en Emery y en todos los demás en la sala principal. Desde hace mucho tiempo, al marqués Roger realmente no le importaba lo suficiente la señorita Claire. Para ser sincero, nunca le importó realmente. Las palabras de la señorita en este momento parecían estar hablando de ese punto.

— ¡Tú, tú…! —El marqués Roger se sintió algo mareado. ¿La persona frente a él, con palabras tan agudas, era realmente su hija? Ella realmente lo reprendió frente a tanta gente.

—Si el venerable marqués no tiene nada más que tratar conmigo, me iré. —Claire se burló, detuvo a Summer y luego se volvió hacia Ben y le dijo —Vamos.

Ben se movió de manera sospechosa.

— ¿Quieres que me deshaga de él?

—No, mamá estaría triste —respondió con indiferencia.

El marqués Roger escuchó todo lo que dijeron los dos. Estaba a punto de explotar de ira.

—Detente, ¿a dónde vas? —Gritó enojado el marqués Roger.

— ¿Qué tiene que ver contigo? Creo que el respetable Marqués está ocupado con muchas cosas. Además, si quieres arriesgarte a detenerme, ¡no creo que nadie aquí presente pueda detener a mis amigos! —Dijo fríamente Claire y luego se llevó a Summer y Ben.

— ¡Jean! Quédate. ¿Qué está pasando? —Marqués Roger llamó furiosamente a Jean.

Jean bajó la cabeza ligeramente.

—Señor, soy el caballero guardián de la señorita, así que no puedo quedarme atrás. Espere a que regrese el duque y entenderá lo que está sucediendo. —Dijo Jean, ni servil ni autoritario, y luego siguió a Claire por detrás y también se fue.

Las personas en la sala principal que todavía estaban ahí se miraron con consternación. Emery también guardó silencio. Aunque el Marqués Roger fue abordado tan groseramente, por alguna razón, apareció un rastro de orgullo. En realidad, todos conocían las capacidades del marqués Roger. No era un genio, pero tampoco un idiota. Solo se podía decir que era promedio. Además, su mayor punto débil es que era demasiado grosero y no sabía la forma correcta de responder a ciertas situaciones. Por eso el duque lo enviaría a trabajar en la frontera. Emery suspiró ligeramente. ¿Cómo lidiará el duque con este asunto?

 —No entiendo ¡todo es al contrario de lo que se supone que debe suceder! —El marqués Roger estaba tan enojado que estaba a punto de explotar. Podía dejar ir que Claire lo ofendió, pero un pequeño caballero se atrevió a ir contra él.

El grupo de Claire abandonó el castillo del duque. Summer inclinó la cabeza y dijo:

—Claire, ¿qué hacemos ahora? Parece que te hice salir de casa.

—Hay un buen lugar donde podemos ir. —Claire levantó una ceja, riendo.

— ¿Qué lugar? —Dijo Summer con los ojos muy abiertos.

—Vámonos. —Los ojos de Claire se entrecerraron mientras llevaba a los tres detrás de ella a una calle.

Claire condujo al grupo de personas por las calles y luego se detuvo frente a una gran casa blanca.

—Wow, este lugar es muy bonito. —Summer miró la cerca blanca con enredaderas verdes extendidas por todos lados con los ojos muy abiertos, arrojando la desagradable situación de ese momento al fondo de su mente.

—Mientras te guste, eso es bueno. —Claire levantó una ceja y sonrió con mala intención.

Poco después de tocar el timbre, se oyeron pasos desde adentro.

Al momento siguiente, Camille, que sonreía como el viento primaveral, apareció ante sus ojos.

—Hola Maestro, traje amigos para que te visiten —dijo Claire. Antes de que Camille pudiera hablar, entró primero con Summer.

Camille sonrió gentilmente mientras los seguía por detrás y dijo en voz baja:

—Claire, ¿cómo tuviste tiempo para venir hoy? Y trajiste tantos amigos, ¿no deberías darme una presentación?

—Ella es Summer, el es Ben, y este es mi caballero Jean que no necesita ser presentado. —Claire tiró de Summer para sentarse en un sofá. Sonrió mientras miraba a Camille y les dijo: —Todos siéntense, no hay necesidad de ser cortés. Este es mi maestro, el elegante multitalento y conocido de la capital, Camille, un erudito.

El corazón de Camille flotó, todavía sonriendo como el viento primaveral. Él dijo gentilmente:

—Todos, no hay necesidad de ser corteses. Siéntense, iré a preparar el té.

Claire se levantó y siguió a Camille desde atrás.

—Maestro, iré y te ayudaré.

Los dos fueron a servir el té. Summer miró la habitación llena de adornos y sus ojos se tomaron con forma de corazón. La sensación que le dio a la gente fue muy cómoda.

—Maestro, que cuando se encuentran con personas, se enamoran, que cuando se encuentran con flores, florecen. —Claire se paró al lado de Camille y dijo en voz baja.

— ¿Qué es? —Preguntó Camille, haciendo té con gracia.

—Necesitamos vivir contigo aquí por el momento. No hay problema, ¿verdad? —Claire tenía una sonrisa inofensiva y pura.

La tetera en la mano de Camille casi cayó cuando su mano tembló. Finalmente sabía el propósito de por qué ella lo estaba alabando en ese momento.

—Pequeña mocosa, ¿qué demonios quieres hacer? —Camille apretó los dientes, su boca no se movió mientras sonreía.

Claire también sonrió. Por los huecos de sus dientes, ella apretó:

—Acabo de pelear con ese padre vergonzoso y ya no tengo un lugar para quedarme. No tengo dinero, pero tú eres un anfitrión que sí tiene dinero, por eso vine por tu refugio.

—Ve a ganar dinero tú misma. La puerta del gremio de mercenarios es muy amplia. —Camille seguía hablando con los dientes apretados.

—Antes de ganar dinero, nos quedaremos aquí. —Claire sonrió brillantemente. —Creo que la brillantez del maestro también debe conservarse bien, Rey asesino.

—Me vengaré tarde o temprano, pequeña mocosa. —Camille sonrió tan suavemente como el viento mientras traía el juego de té. —Aquí, Summer, Ben, Jean. ¿Por qué no beben un poco de té? Todos ustedes son más que bienvenidos a vivir aquí.

— ¿De Verdad? ¿Podemos vivir aquí? ¿No te molestará? —Summer felizmente gritó sorprendida.

—Definitivamente no lo hará —dijo Camille, serio.

—Entonces muchas gracias. El maestro es realmente una buena persona —dijo Summer emocionalmente.

Camille se volvió para mirar a Claire, revelando una sonrisa amable.

Una daga escondida en una sonrisa, Claire de repente pensó en esta expresión.

Mientras tanto, en el estudio del Castillo Hill, el rostro del duque Gordan estaba oscuro mientras estaba sentado frente a su escritorio, con el marqués Roger parado frente a él con la cabeza baja.

—Roger, ¿qué puedo decir de ti? ¿Cuándo podrás cambiar tu comportamiento grosero? —Gordan suspiró. Un poco afligido y lamentándose dijo — ¿Cómo puedo estar tranquilo al confiar el clan Hill en tus manos?

—Padre, yo… —Roger quería hablar, pero se detuvo.

—No importa. Realmente es difícil culparte por actuar de esta manera. La niña más decepcionante se convirtió en la más trabajadora y deslumbrante, nadie podría aceptar esto en tan poco tiempo. —El Duque Gordan sólo suspiró ligeramente.

—En otras palabras, ¿todo es verdad? —Preguntó asombrado el marqués. — ¿Ganó la dura competencia contra un estudiante del país Lagark, se convirtió en discípulo de sir Cliff y resolvió la epidemia de la ciudad de Niya? Pensé…

— ¿Pensaste que era todo yo tirando de las cuerdas detrás de escena? —El duque suspiró ligeramente, luego se levantó. —Con mi personalidad, ¿a quién crees que elegiría impulsar?

—Lashia. —Roger respondió sin pensar.

—Así es. Desde que era pequeña, el halo alrededor de su cabeza nunca se detuvo. Quiero empujar a Lashia a la posición más alta, no a la Claire que siempre ha tenido una mala reputación. —El duque Gordan dijo solemnemente. —Pero, déjame decirte, no he empujado los asuntos de Claire ni un poco, fue todo hecho por ella misma.

— ¡¿Qué?! —La expresión de Roger era completamente incrédula, completamente sorprendida.

—En cuanto a las dos personas que trajo, no sé que tendrá la chica de especial, pero el hombre definitivamente no es ordinario. También quiero que se convierta en la mano amiga del clan Hill. Tu comportamiento de hoy me ha decepcionado gravemente. —El tono del duque era algo pesado.

—Padre, lo siento, nunca pensé que fuera así —Roger se disculpó, un poco aterrorizado.

—Pero no puedo culparte por completo. Querer que aceptes este escandaloso asunto es un poco difícil. En este momento, Claire parece haber traído a sus amigos a la casa de su maestro, a la casa del erudito Camille. Que primero vivan ahí —dijo el duque Gordan.

—Pero padre, ¿no dijiste que querías que ese joven vestido de negro fuera a ayudar al clan Hill? Primero iré a arreglar las cosas con él y luego les pediré que regresen. —Roger dijo algo ansioso.

—No es necesario. El intenso choque que tuvisteis con Claire no es algo que pueda resolverse en un corto período de tiempo. El hombre de negro y la niña tratan a Claire como su líder. Si intentas solucionarlo ahora, sucederá el efecto contrario. Lo que es crucial es aliviar lentamente las tensiones con Claire más tarde —dijo el duque Gordan significativamente, luego suspiró ligeramente. —Roger, necesitas ver el meollo del asunto, ver la naturaleza de las personas con claridad y ser firme, no seas fácilmente alterado, y no seas grosero.

—Sí. Recordaré las instrucciones de mi padre. —Roger dijo, algo avergonzado, con la cabeza baja.

—Muy bien, vete. Acabas de llegar y necesitas descansar. —El duque Gordan levantó la mano, indicando a Roger que se fuera.

—Padre, primero quiero ir al palacio imperial y ver a Katherine. —Cuando Roger dijo esto, una gentileza apareció en sus ojos.

—Vete. —También apareció una sonrisa en el rostro de Duke Gordan. El talento de Roger era un poco mediocre, y también un poco grosero, pero era completamente sincero con Katherine, muy gentil y considerado. Fue hasta el punto que Katherine estaba dispuesta a romper su relación con su familia para volver con Roger y perder su apellido original, cambiándolo a Hill.

—Sí, padre. Me iré primero. —Roger se retiró.

El duque Gordan dejó escapar una larga vista, luego llamó.

—Emery.

Emery abrió la puerta suavemente y preguntó.

—Señor, ¿me llamó?

—Ve a la casa de Camille y dile a Claire que regrese a casa una vez que su ira desaparezca. Si necesita algo, no tiene que dudar en preguntar, enviaré lo que requiera —dijo el duque Gordan suavemente.

—Sí señor. Iré ahora mismo. —La mente de Emery se relajó. Parece que la adoración del duque Gordan ya superó sus expectativas.

4 respuestas a “Al borde de lo impresionante – Capítulo 70: Un padre desvergonzado”

  1. ¡Me encanta esta novela! La comencé a leer ayer en la noche y ahora mismo me puse al día con ella ¡Muchísimas gracias por todos los capítulos! Esperare ansiosa el próximo 🙂

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