Al borde de lo impresionante – Capítulo 77

Traducido por Sharon

Editado por Sakuya


—¿No dije que no me molesten? —dijo Claire con fiereza.

—Señorita, soy yo, vine a traerle comida —sonó la voz de Jean.

Claire se congeló, luego se levantó para abrirle la puerta. Él estaba llevando la comida con una expresión solitaria, por alguna razón.

—Entra —le dijo con amargura.

—Señorita… —Fue después de que Jean cerrara la puerta y pusiera la bandeja en la mesa que se sentó y miró a Claire.

—¿Algo más? —le preguntó ella, frunciendo el ceño.

—Señorita, quería preguntarle, ¿acepta mi lealtad? —La expresión de Jean era excepcionalmente seria.

Claire se congeló de nuevo. ¿Qué se supone que significaba eso?

—Si no la aceptara, entonces te habría arrojado lejos hace tiempo, durante la batalla contra el dragón dorado —le dijo con frialdad.

—Pero, señorita, ¿por qué no me dijo nada de sus peligrosas acciones la noche anterior? Soy su caballero guardián, no quiero que compartamos la alegría, sino que afrontemos las dificultades juntos. Espero que pueda compartir sus preocupaciones, que cuando esté en peligro, pueda protegerla.

Además de la seriedad, la expresión de Jean tenía un atisbo de soledad.

Claire fue incapaz de decirle algo. Simplemente se quedó mirando sus brillantes ojos.

—Señorita, si la próxima vez que algo como esto suceda y no puedo ayudar, por favor, sólo dígamelo, ¿bien? —le imploró, observándola con fuerza.

—Muy bien… —Viendo la expresión de Jean, Claire no pudo decir otra cosa. Al escucharla, una sonrisa apareció en el rostro del caballero.

—Entonces, señorita, debería comer y descansar. —Luego de decir esto, se levantó, abrió la puerta y se fue.

—Cielos, ese hombre tiene pensamientos impropios sobre ti, definitivamente. No me gusta, demasiado tsundere, no muestra nada afuera —sonó la voz del Loto Dorado de repente. Entonces agregó feliz—: Por lo menos, ese chico Walter desapareció. A partir de ahora, eres toda mía.

—Golden Lotus, no te duermas. Quiero atravesar el límite. Ayúdame a soportar la tribulación divina —le dijo Claire, ignorando sus palabras anteriores y observando la comida en la mesa.

—Muy bien, ¿ahora mismo? —le preguntó de inmediato.

—Este lugar no funcionará. Vamos a salir de la ciudad.

Claire entendía muy bien que debía volverse fuerte tan rápido como pudiera. La Princesa Divina, Liuxue Qing, pudo detectarla mientras era invisible.

—Muy bien. —Golden Lotus estaba impaciente por intentarlo.

Claire extendió su mano hacia Emperador Blanco, que estaba al lado de la almohada. Él chirrió dos veces, saltó a su mano y escaló por su hombro hasta su cabeza.

Estaba a punto de salir, cuando recordó la promesa que acababa de hacerle a Jean, así que se dio la vuelta y fue a su puerta, la cual se abrió rápidamente.

Jean miró a Claire confundido.

—Señorita, ¿sucede algo?

—Voy a salir. Tengo algo que hacer fuera de la ciudad. No es nada grande, no necesitas acompañarme. Volveré antes del mediodía —le dijo con simpleza.

—¿Qué va a hacer, señorita? ¿No habrá peligros? —le preguntó él con sospecha.

—No hay peligro. Volveré rápido, no necesitas venir conmigo. Cuida de Summer y del dragón negro Ben. Asegúrate que no causen problemas. Sólo estaré en las afueras de la ciudad, ¿qué podría suceder? —le aseguró Claire, sin mencionar los detalles peligrosos. Jean vaciló.

—Pero…

—Si hubiera algún peligro, te traería conmigo —le cortó ella—. Me iré y regresaré rápidamente.

Sin esperar una respuesta, tomó a Emperador Blanco a través del patio para salir por la puerta trasera, donde se subió al Leopardo de Viento. Jean la observó en silencio, sus ojos llenos de conflicto.

Una chica hermosa de cabello dorado y ojos verdes, estaba sobre una bestia mágica de grado siete por las calles. Era natural que llamaran la atención, sin embargo, como era temprano en la mañana, no había muchas personas en la calle, por lo que no causaron problemas.

Un carruaje pasaba lentamente por la calle. Cuando Claire pasó a su lado, los caballos gritaron de miedo al mismo tiempo, agitados. Sólo fue después de que el cochero usara toda su energía que lograron tranquilizarse. La persona dentro sacó su cabeza, enojada, pero cuando iba a preguntar qué estaba sucediendo, vio una figura familiar corriendo por las calles.

¡Era Claire Hill! Sus ojos se abrieron por la sorpresa. Era cierto que los enemigos usaban el mismo camino.

Esta persona no era nada más que Alice Roman, aquella que le propuso a Claire el duelo, pero perdió horriblemente, siéndole arrebatado una de las herencias del clan Roman.

Alice frunció el ceño, mirando a Claire alejarse. ¿Qué estaba haciendo esa perra tan temprano?

—Alice, ¿qué sucede? —sonó una voz fría detrás de Alice.

—Primo, acabo de ver a mi enemigo salir de la ciudad —bufó ella.

—Oh, ¿es la persona que te arrebató tu espada mágica? —preguntó con una pizca de curiosidad

—Sí —confirmó Alice.

—Vamos. Tu primo quiere sacar algo de ira.

—¿En serio? —le pregunto ella felizmente. Si él peleaba, era definitivo que ganaría. ¡Él era un hechicero! Había llegado desde Lagark para visitar su casa; al parecer, tenía asuntos que atender con el abuelo. Con él, que era tan fuerte, peleando, ¿cómo no podrían enseñarle una lección a esa perra?

—Por supuesto. Se atrevió a molestar a nuestra Alice. Le haré pagar el precio —dijo la voz fría con desdén.

—Pero es alguien del clan Hill. Si le enseñamos una lección ahora, ¿no causará problemas para el abuelo? —La chica se mordió el labio, vacilando.

—Los muertos no pueden hablar. —La voz masculina era siniestra y confiada.

—Primo, ¿eso estará bien? —dijo Alice, sorprendida.

—¿Cómo no va a estarlo? Vamos. Dile al cochero que gire y la siga —dijo con maldad.

—Bien.

Alice le instruyó al cochero que girase, pero una sonrisa imperceptible pasó por lo profundo de sus ojos. Sabía que, con su personalidad, su primo tomaría esta decisión.

Miró por las puertas de la ciudad, riendo en su interior.

Pequeña perra, no serás asesinada con tanta facilidad.

El carruaje giró, saliendo de la ciudad a gran velocidad.

♦ ♦ ♦

Actualmente, Claire ya había bajado su velocidad, buscando por un área adecuada y preparándose para el castigo divino. En ese momento, no sabía que el peligro se acercaba lentamente.

Ella salió de la ciudad, dirigiéndose a un área solitaria en las afueras. En verdad no quería que la sorprendente escena de los rayos divinos cayendo, fuera vista por otras personas.

Siendo el alba, todo el bosque estaba muy tranquilo. Sólo resonaban algunas gotas de rocío cayendo en las hojas.

—Pequeño leopardo, espera aquí por mí. —Claire palmeó la cabeza del Leopardo de Viento, señalando una piedra cercana. Entonces sacó a Emperador Blanco y lo puso en la cabeza del animal—. Emperador Blanco, tú también deberías esperar.

El Leopardo de Viento levantó a Emperador Blanco, caminó hacia la piedra y se acostó para esperar obedientemente.

Claire encontró un lugar seco y limpio, se sentó en la posición del loto, y extendió sus sentidos espirituales, sintiendo sus alrededores. El lugar era tranquilo, sin anomalías. Sólo después de establecer la barrera, comenzó a practicar la fuerza del loto dorado, preparándose para atravesar el tercer nivel.

Todo su cuerpo emitía una luz dorada, el brillo aumentando. Una vez más, una realidad misteriosa apareció donde podía sentir sus alrededores con claridad.

De repente, un incontrolable Qi se elevó. Claire se sorprendió. Como el Golden Lotus dijo, los niveles principiantes armonizaban con los elementos mágicos y Dou Qi, eran sencillos de atravesar. Recordaba que Golden Lotus le dijo que si no le daba a luz, sólo podría cultivar el Treasured Lotus Style hasta el nivel diez.

En otras palabras, hasta el equivalente del poder de un Brujo. Con esto, ella podía inferir que podía cultivar rápidamente hasta el séptimo nivel, es decir que su magia ahora mismo estaba en el nivel de un hechicero.

Claire lo entendió de repente. De cualquier manera, el segundo nivel del Libro Treasured Lotus Style podía extender su conciencia para sentir el ambiente, ¿qué clase de poder misterioso podría obtener después de atravesar el tercer nivel?

Mientras tanto, el cielo sobre ella comenzó a oscurecerse, y negras nubes aparecieron.

El castigo divino estaba por llegar, pero Claire no estaba preocupada. En cualquier caso, Golden Lotus podría bloquearlo por ella.

Leopardo de Viento, que estaba a un lado, clavó sus garras frontales con miedo e inquietud. A pesar de que ya había pasado por esta situación antes, la apariencia del cielo haría que cualquiera temiera.

Más y más nubes negras se reunieron sobre Claire en un parpadeo. Rayos retumbaban a través del cielo, una vista aterradora.

Alice y su primo miraron la extraña imagen, sorprendidos. ¿Rayos? ¿Por qué se reuniría una masa de nubes negras?

—Ma, puedes ir a tomar una siesta ahora. Terminará en un minuto —dijo Golden Lotus con arrogancia.

—¿Quién dormiría con tanto ruido? —gruñó Claire, mirando las nubes negras condensando el cielo. Otra vez tenía esa sensación caliente hasta el punto de ser insoportable en su espalda. Supo que otro pétalo estaba floreciendo.

—No lo decía por exagerar, quería que te sientas aliviada, aliviada.

—Acabo de atravesar el tercer nivel. ¿Por qué no puedo sentir ninguna anormalidad? —Claire extendió su mano y miró su palma, sin sentir nada inusual.

—Ma, cuando medites en un rato lo sabrás —dijo Golden Lotus misteriosamente.

—¿Ah? —le preguntó confundida.

—Piensa en ello. Soy tan increíble, pero entonces ¿por qué tu nivel espiritual luego de cultivar es tan malo? —dijo él con arrogancia. Luego agregó con desdén—: Espera un minuto, terminaré de comer el rayo primero.

Claire estaba aburrida hasta la muerte esperando a que el rayo descendiera. Actualmente estaba envuelta en un loto dorado gigante.

El rugido del trueno resonó en el horizonte con una presión increíble que aterrorizaría a cualquiera.

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