Boda relámpago – Capítulo 58: Confesión

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami

Corregido por Meli


Durante la escuela secundaria, Jiang Li vivía a la sombra de una mujer cinco años mayor que él. Ella era una pequeña delincuente con un poco de poder en la Ciudad K.

Conoció al reservado, honesto y destacado estudiante Jiang Li, por casualidad mientras caminaba por la calle y se sintió tan atraída por él que comenzó una fuerte ofensiva para obtenerlo.

Amenazó a todas las jóvenes inocentes: si alguna se atrevía a acercarse demasiado a Jiang Li, les rompería las piernas.

Aunque tener a un chico guapo era importante, sus piernas lo eran más. El punto era que, incluso si se arriesgaban a acercarse, no estaban seguras de ganarse su corazón. Así que se mantuvieron alejadas de él.

Puse mis manos sobre mi vientre, mientras seguía riéndome.

—Las chicas son muy inteligentes. ¿Qué pasó luego?

—Más tarde, al hermano Jiang Li se le ocurrió una idea.

—¿Qué idea?

—Le dijo que era homosexual, ella lo creyó y lo dejó ir. El hermano Jiang Li es una persona inteligente, continuó usando esa farsa para rechazar a otras chicas.

Seguí riéndome.

—Él no está fingiendo, realmente es…

—Guan Xiao Yan. —Jiang Li me interrumpió, su rostro estaba distorsionado—. ¿Te parece divertido?

—No… —Sacudí la cabeza—. No es gracioso en absoluto…

No pude contener mi risa. Por favor Jiang Li perdóname. La idea de que fueras molestado por una mujer es increíble.

Luego de que Han Xiao se despidiera de nosotros, me paré frente a Jiang Li y con el dedo índice levanté su barbilla.

—Guapo, ¿por qué no me sigues? —pregunté de forma seductora.

Akatsuki
¿Eh?

Los ojos de Jiang Li brillaron con intensidad pero no respondió.

—Solo sé obediente y comerás lo más dulce y lo más picante, vivirás feliz como un hada, ¡ah…!

De repente, estaba sobre la alfombra y con Jiang Li sobre mi cuerpo, sin poder escapar, él se inclinó lentamente hacia mi rostro.

Sus pupilas eran de color negro azabache, como una perla negra brillando en solitario bajo el inmenso océano de emociones que no pude descifrar. Cuando se acercó, me ví reflejada en sus ojos. Estaba atónita y asustada, pero también tenía una ligera esperanza.

Su nariz casi tocó la mía, mirándonos directamente, habló con un tono muy bajo:

—Guan Xiao Yan…

—¿Sí?

—No juegues con fuego.

¿Qué quiso decir con eso? Acaso… ¿Fue una advertencia?

En ese momento, la puerta se abrió y los padres de Jiang Li entraron riendo, al vernos en una posición ambigua, se quedaron helados.

La situación era incómoda, finalmente, mi suegro rompió el silencio con una carcajada:

—Cierto… El nacimiento del primer bebé.

♦ ♦ ♦

Siempre me había preguntado por qué a algunas personas les gustaban los petardos. No eran más que artefactos para dañar.

Además, el sonido de sus repentinas explosiones me asustaban.

Y, desafortunadamente, en la Ciudad K, no había leyes que controlarán el uso de los fuegos artificiales. En otras palabras, en cualquier momento y en cualquier lugar, cualquier persona podría encender uno y lanzarlo a la calle. ¡Qué horrible!

Debido a ello, cada vez que salía y veía a los niños jugando con ellos, me tapaba los oídos y me escondía lo más lejos posible. Entonces, Jiang Li se reía de mí y me decía que era tan asustadiza como un ratón.

El quinto día del Año Nuevo Lunar, como uno de sus numerosos eventos en el templo, tenían programada una «Danza del León». Así que Jiang Li y yo decidimos ir a ver.

Justo cuando salíamos de la zona residencial, vimos a unos niños mirándonos de forma extraña, cuando pasamos cerca de ellos, estos gritaron y en ese momento vi un enorme petardo encendido junto a la acera.

Mi mente se quedó en blanco, no sabía cómo reaccionar. Jiang Li me tomó entre sus brazos y se puso delante de mí, usó su cuerpo para protegerme del petardo.

Cuando explotó, me asusté mucho y sujeté con fuerza el pecho de Jiang Li, mis manos estaban temblorosas y comenzaban a sudar.

Sentí unas suaves palmaditas en la cabeza, era Jiang Li que me estaba confortando.

—No es nada. No tengas miedo.

Levanté la mirada, su expresión era tranquila como si estuviera confortando a un animalito asustado. Sin darme cuenta de ello, mis ojos se pusieron rojos y mis lágrimas comenzaron a caer.

Estaba abrumada porque me estaba viendo llorar, él me abrazó y siguió repitiendo:

—No tengas miedo, ya pasó. No puede lastimarte.

Me puse más triste y, acurrucándome entre sus brazos, comencé a sollozar incontrolablemente.

Jiang Li, ¿por qué eres tan bueno conmigo? Cuando me tratas así, lo haces más difícil para mí.

Él siguió dándome unas palmaditas y suavemente me dijo:

—Ya no tengas miedo, me tienes a tu lado.

Cuando escuché aquellas palabras, reuní tanta fuerza como pude para separarme de él. Con lágrimas cayendo de mí rostro le grité:

—¿Qué eres tú de mí? —Sin esperar a que respondiera, corrí de regreso a casa.

¿Quién eres? ¿Por qué eres tan bueno conmigo?

Desde ese día evité a Jiang Li de todas las formas posibles. Ya que era algo que no podía tener, entonces era más simple ignorarlo.

Mi corazón tenía muy claro que me gustaba y, lamentablemente, tenía que admitir que me gustaba un gay.

Sabía que nuestra relación nunca daría frutos, me decía a mí misma, una y otra vez, que fuera más razonable y que viera con claridad la situación: Guan Xiao Yan, solo tú puedes comprenderte.

A veces no podía evadirlo y cada vez que nos encontrábamos me preguntaba si lo estaba evitando. Yo siempre le respondía, con una tonta sonrisa, que estaba exagerando.

Mi táctica era la mejor para no aferrarme a una esperanza vana.

Las vacaciones de Año Nuevo terminaron y continuamos con nuestro estilo de vida normal, la única diferencia era que todavía lo evitaba.

Jiang Li, para poder olvidarte… primero tengo que evitarte…

Había pensado en el divorcio, pero no quería dejarlo ir.

Guan Xiao Yan, perdiste porque tienes buen corazón.

♦ ♦ ♦

Llegó el día de San Valentín, una fecha que no tenía nada que ver conmigo.

Al atardecer, mientras almorzaba tranquilamente, Jiang Li dijo:

—Guan Xiao Yan, yo tengo algo que hacer esta noche.

—Está bien —respondí sin verlo.

—Tal vez regrese un poco tarde.

—De acuerdo.

—Espérame en casa.

—Sí.

El ambiente era incómodo, por lo que continuamos almorzando.

Más tarde, recibí una llamada de Wang Kai. Me dijo que estaba triste y enamorado.

—Para ti estar enamorado es como tomar el desayuno —me burlé—. Tú deberías estar triste y distraído.

—YanYan, eres tan mala. Me siento aún más triste, ¿no vendrás a consolarme?

—Es cierto, yo también estoy enamorada. Vamos a consolarnos ambos.

—¡Bien por ti! No te he visto en mucho tiempo y ya te has enamorado. Pensé que te quedarías para siempre con ese marido gay tuyo.

—¿Qué hay de ti? ¿Quién es aquella que te ha logrado enamorar y dejado en ese estado?

—Es algo difícil de explicar. Te lo contaré con detalles esta noche.

Acordamos vernos en un restaurante de comida occidental. Aunque no me gustaba ese tipo de comida, no me importaba, ya había cenado en casa.

Cuando me encontré con Wang Kai le sonreí.

—No esperaba que un día, nuestro casanova se viera afectado por el amor.

—¿Soy realmente un casanova?

—No me hagas esa pregunta. Puedes preguntarle eso a tus ex-novias y conseguirás tu respuesta.

—Entonces, si te digo que amaré y atesoraré a una sola persona, ¿me creerías? —Sonrió.

—Si fueras como antes, no, no lo haría. Pero ahora, viendo tu expresión amarga, puedo creerte.

Me observó en silencio y me hizo sentir un poco incómoda.

—YanYan. Si te dijera que, te amaré y atesoraré con todo mi corazón. ¿Me creerías?

Mi corazón se hundió.

—Wang Kai, no hagas esas bromas.

—YanYan, no estoy bromeando.

Estaba a punto de responderle cuando sentí que alguien nos observaba. Me di la vuelta para buscar a aquella persona y me encontré con la compleja mirada de Jiang Li.

Pensé que era una coincidencia, una muy increíble coincidencia: Jiang Li y Xue Yun Feng. Wang Kai y yo. Todos en el mismo restaurante.

Jiang Li me vió y sonrió de manera fría. Luego vio a Wang Kai conmigo y sus ojos brillaron con ferocidad. De inmediato, desvíe la mirada, tenía miedo.

Wang Kai notó mi incomodidad y buscó el origen encontrándose con la mirada feroz de Jiang Li. No sabía cómo lo hizo, pero se dio cuenta de mis sentimientos de inmediato.

—YanYan, no me digas que te gusta Jiang Li. Él es un homosexual.

—Si uno lograra controlar sus sentimientos, sería perfecto. —Sonreí con ironía.

—Si, los sentimientos son algo difíciles de controlar… YanYan, me gustas.

—Wang Kai, ¿morirías si dejas de bromear?

—YanYan. —Sujetó mis manos, se veía triste—. ¿Por qué no me crees? ¡Yo te amo!

Su mirada me sorprendió, no sabía cómo reaccionar. En ese momento, Jiang Li, que estaba sentado a unas mesas de nosotros, se levantó y caminó en nuestra dirección.

Cuando llegó a nuestra mesa, no sabía qué decirle. Su mirada estaba llena de ira, lo que me dificulta enfrentarlo.

Me tomó de la mano y me llevó hacia la puerta. Cuando escuché a Wang Kai llamarme, ya no pude verlo porque estaba a las afueras del restaurante.

Jiang Li caminaba muy rápido, no podía seguirle el paso. Además, su agarre me lastimaba la muñeca y no podía andar bien.

—Jiang Li, déjame. Me estás lastimando. Para…

Me escuchó y se detuvo para verme. Su expresión se había calmado un poco, pero seguía enojado. Estaba a punto de hablar cuando liberó mí muñeca de su agarre, puso sus manos alrededor de mí cintura y me levantó del suelo para continuar, apresuradamente, hacia el estacionamiento.

Mi mente estaba en blanco y mi corazón enloquecido. No sabía lo que había hecho mal.

Jiang Li, ¿qué ibas hacerme?

Me puso en el asiento del auto, me abrochó el cinturón de seguridad y condujo fuera del estacionamiento. Era claro que estaba enfadado, no me atreví a hablar con él. Su comportamiento era desconcertante y solo podía usar la palabra «demente» para explicarlo.

Sí, él era un demente por ende, todo lo que hacía era incomprensible. Quería creer que estaba celoso, pero él era gay, entonces, si estaba celoso, se debía a que le gustaba Wang Kai.

Cuanto más lo pensaba, más triste me sentía.

El ambiente dentro del automóvil era muy deprimente, era difícil respirar. Cada minuto me pareció una eternidad.

Cuando llegamos a casa, Jiang Li me empujó escaleras arriba, abrió la puerta, y nos encerró dentro, fui aprisionada contra la puerta.

Puso sus manos sobre mis hombros con mucha fuerza. Acercó su rostro al mío, sus cejas estaban levantadas.

—Una cita… ¿en San Valentín?

Su voz era suave pero no podía evitar sentirme intimidada. Evitando su mirada, traté de explicarle, pero las palabras no salieron.

—¿Y bien? —Me miró fijamente exigiendo una explicación.

—Entre Wang Kai y yo no hay nada, lo juro. —Bajé la mirada, él se tranquilizó un poco, así que continué—: Sé que te gusta Wang Kai, ¿cómo podría yo…?

—Guan Xiao Yan… —Presionó mis hombros con más fuerza y acercó su rostro al mío. Agaché la cabeza para evitar la ira en sus ojos. Él levantó mi barbilla obligándome a verlo directamente—. Guan Xiao Yan, lo he soportado durante mucho tiempo…

Estaba confundida, luego, perdí casi toda mi cordura… porque de repente, Jiang Li me besó en la boca.

Ejerció mucha fuerza, fue un beso de rabia, como si me estuviera castigando. Levantó mi cabeza y me besó de nuevo, esta vez, usó sus dientes para morder suavemente mis labios. Sentí un ligero dolor e, inconscientemente, intenté escapar, pero sentí su mano sostener mi cabeza y la otra deslizarse alrededor de mí cintura, no podía moverme.

Intenté quejarme, pero antes de que lo lograra, Jiang Li enredó mi lengua con la suya, explorando cada rincón de mí boca.

Me sentía débil, había perdido todos mis sentidos y mi mundo solo consistía en él.

Vi su ceño fruncido, sus pestañas revoloteando. Lentamente, mis ojos se cerraron y puse mis brazos alrededor de su cuello.

Su mano, que abrazaba mi cintura, se tensó y sus besos se volvieron más exigentes.

Todo mí cuerpo comenzó a desmoronarse, apoyándome contra él, respiré profundamente varias veces.

—Jiang Li, si no dejas de besarme así, moriré de hipoxia.

—Guan Xiao Yan, tú me obligaste.

—¿Qué…?

—Incluso si me gustas, no podrás dejarme, esconderte ni tampoco divorciarte de mí.

Suspiré, ¿esa había sido su confesión? ¿Por qué, incluso en momentos así, era un sádico?

—Jiang Li, eres un tonto —susurré y me aferré a sus brazos para evitar que escapara.

¿Acaso no era gay? Deberían gustarle los hombres, ¿verdad?

—Jiang Li, a ti… Te gustan los hombres, ¿no?

—No… —Su voz contenía algo de ira—. Y nunca lo han hecho.

—Está bien… —Estaba feliz, pero había algo que me preocupaba—. Pero, hoy estabas con Xue Yun Feng, ¿por qué?

—Iba a romper con él —respondió, su barbilla apoyada en mi cabeza.

¿Hice que se separaran?

—Guan Xiao Yan, no debes preocuparte de ser la tercera rueda, ya que no soy gay.

—Xue Yun Feng es un buen chico, deberías dejarlo ir.

Jiang Li se inclinó para besarme y tuve otro ataque de hipoxia.

—Guan Xiao Yan —susurró, su cálido aliento rozó mi oreja—. Eres tan amable con los demás, ¿podrías tratarme igual?

Sus palabras sonaban algo resentidas.

—Y-Yo te trato bien… —hablé mientras trataba de recuperar el aliento—. Te preparo la comida, hago los quehaceres de la casa, soy tu esposa… y tú niñera. ¿Dónde más podrías encontrar a alguien así?

—Podrías tratarme mejor…

—¿Cómo?

—Tengo hambre.

—De acuerdo, te prepararé algo. —Me separé de él y me dirigí a la cocina.

Jiang Li me atrajo a sus brazos, presionó su frente contra la mía, sus ojos tenían un brillo que no pude reconocer.

—No quiero comer arroz.

—Entonces, ¿qué quieres comer?

Jiang Li puso sus manos sobre mí rostro y con una sonrisa dijo:

—Quiero comerte.

Antes de poder reaccionar, me encontraba sobre sus brazos y de camino al dormitorio.

Ya en el dormitorio, Jiang Li me puso sobre su enorme cama y desabrochó su camisa, mientras se inclinaba para besarme. Me besó suavemente los labios, la frente, las cejas, las mejillas, con movimientos lentos, se dirigió a mi oreja y me mordió con dulzura el lóbulo.

—J-Jiang Li, —tartamudeé por los nervios—. ¿No crees que vamos muy rápido?

—¿Rápido? —Su mirada era ardiente—. Hemos estado casados por más de medio año y hasta hoy, no hemos consumado nuestro matrimonio. ¿Aún crees que vamos muy rápido?

Se quitó por completo la camisa y reveló su fuerte cuerpo, luego, se inclinó para continuar besándome. Su pesado y cálido aliento bailaba en mí cuello, como resultado, mi corazón latía cada vez más fuerte y mi respiración se volvía más caótica.

Estaba muy nerviosa, no sabía dónde poner mis manos ya que, era mi primera vez.

Comenzó quitándome la ropa, pieza por pieza, mientras me reconfortaba:

—Relájate, no te comeré.

—Dijiste que querías comerme… —Estaba angustiada.

—No te preocupes, te comeré con mucho cuidado.

Jiang Li, era incapaz de consolar a alguien.

Me besó con fuerza una vez más, buscó a tientas la última pieza de ropa que me quedaba para despojarme de ella.

—J-Jiang Li, ¿esto me va a doler?

—Seré amable contigo, a mí ya me duele.

Cuando creí que no sería tan doloroso, porque Jiang Li era muy pequeño, él me aclaró que solo había sido su dedo. Poco tiempo después, comencé a maldecirlo sin parar.

—¡Ay! ¡Aaay! ¡Jiang Li eres un bastardo!

—Y-Yo… espera…

—M-Me duele… Jiang Li, es demasiado grande. ¡Aaay!

—Y-Yo, yo solo he entrado un poco…

—Me duele… ¡Aa~! —grité de dolor, pero él no respondió a mis quejas—. ¡Duele! Jiang Li, ¿quieres matarme? Detente~

—Lo siento, lo siento —gruñó.

—Me duele… ¡Aaay!

—Aguanta un poco más, ya pasará.

—Me duele… ¡Por favor!

—¡Guan Xiao Yan! No te muevas tan vigorosamente…

—¡Tú eres él que se mueve! Yo, solo, ¡ay! Me duele. —Esperé, pero él me seguía torturando, así que le reclamé entre sollozos—: Aún me duele… ¡Jiang Li, eres un mentiroso! Dijiste que estaría bien, pero ha pasado mucho, ¿porque sigue doliendo?

—Espera… espera un poco más…

—Ya he esperado mucho y sigue doliendo —chillé y le exigí—: ¡Mentiroso…! ¡Sal!

—Espera, un poco más…

—¡Ay! ¡Aaah! ¿Por qué estás usando tanta fuerza? ¡Aaah~!

—Aah… —jadeó.

—¡Aaah! Ah —gemí.

—Guan Xiao Yan, te amo.

 Suspiré satisfecha, cuando todo terminó.

Ayanami
Creo que YanYan no era la única principiante aquí (¬‿¬) Pero bueno, al fin se abrieron el uno al otro, tardaron toda una vida pero se les perdona… (っ^▿^)۶ ٩(˘◡˘ )

3 respuestas a “Boda relámpago – Capítulo 58: Confesión”

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