Boda relámpago – Capítulo 60: Xue Fun Feng

Traducido por Akatsuki

Editado por Ayanami

Corregido por Meli

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Me apresuré en llegar a la Cafetería XX, todo el camino me imaginé a Xue Yun Feng sosteniendo un cuchillo con una sonrisa maliciosa.

En cuanto entré, lo ubiqué, no había forma de que esa belleza pasara desapercibida. Me acerqué y me senté frente a él.

—¡Tres cincuenta y ocho! —Tomé aire—. ¿Qué quieres conmigo?

—Guan Xiao Yan. Corriste como un estúpido pato. Si hubiese sabido que el gusto de Jiang Li era tan malo, no me habría fijado en él.

Sus palabras me hirieron, pero a él no le importó. Llamó al camarero y le pidió un expreso para mí, sin más remedio, asentí y un momento después, tenía enfrente una taza con líquido espeso, parecido a un remedio.

—Bébelo.

—No quiero —respondí temblando de ira.

—Rápido —insistió.

Apreté los dientes…

V-Voy a hacerlo, de todos modos, no es veneno, repetí mentalmente y tomé un sorbo, la amargura me hizo llorar.

—¿Estás bien? —Sonrió, asentí, pero negué de inmediato, él agregó con orgullo—: Verte pasar por un momento difícil, me hace sentir bien.

¡Por favor! ¡Incluso si quieres torturarme, no tienes que ser tan directo!

Pero, a pesar de todo, no podía estar molesta con él.

—L-Lo siento… —dije luego de un momento.

—¿Por qué lo sientes? ¿Crees que me arrebataste a Jiang Li? —respondió con desdén y agregó—: Guan Xiao Yan, no me subestimes. Si Jiang Li estuviera un poco interesado en los hombres, nunca te hubiese dejado triunfar.

Él estaba siendo demasiado narcisista.

—Jiang Li valora la belleza interior.

—¿Quieres decir que no tengo belleza interior? —Me quedé sin palabras, él adoptó una pose digna y continuó—: Guan Xiao Yan, ¿sabes? No perdí ante ti, sino ante mí mismo.

¿Uh? ¿Por qué, de repente, ese tipo es capaz de decir cosas tan filosóficas?

—De hecho, desde hace mucho tiempo, tenía la sensación de que a Jiang Li no le gustaban los hombres. Pero no quería creerlo. Ahora lo entiendo, si no puedes poseer algo, no deberías aferrarte a ello, ya que sería perjudicial para los demás y para uno mismo.

—¿Cómo es que te volviste razonable?

—Anciana, ¿en qué momento no fui razonable? —preguntó enojado.

—¡Tú…! Y-Yo nunca vi a un personaje tan «razonable» antes…

—Jiang Li no es una persona amable, serás molestada por él.

—No es nada. Ya me he acostumbrado.

—Llevarás toda una vida de opresión. —Puse los ojos en blanco—. Pero el estado emocional de Jiang Li es muy frágil. Tienes que cuidarlo bien.

—No te preocupes. Lo trato mejor que a mi propia madre.

—Aunque eres un poco tonta, eres una buena persona.

—¿Me estás elogiando o regañando?

—Si tienen un hijo, quiero ser el padrino —murmuró, como poseído por un espíritu maligno.

—De ninguna manera. Eres mi ahijado y según el rango, deberías ser el hermano.

—Espero que tus hijos sean inteligentes… no como tú, tan tontos. Odio a los idiotas. —Me mantuve en silencio, el siguió con su monólogo—: ¿Qué es el amor? El amor no tiene sentido. Será mejor para ti quedarte con él y tener una buena vida juntos… Cuando tienes a alguien que te acompañe, es mejor… Guan Xiao Yan, aléjate de Wang Kai. Ese tipo no es confiable.

—Xue Yun Feng, ¿qué te sucede? ¿Fuiste poseído por espíritus malignos?

—Me voy —confesó después de un rato.

—¿A dónde vas? —Estaba sorprendida.

—A España.

—¿Por qué?

—Ahora… —Dirigió su vista a la ventana, observaba el tránsito—. Ahora, nadie puede impedirme que vaya por el camino del arte. —Tomó su equipaje—. Guan Xiao Yan, vete ahora.

—Hijo mío… —Me aferré a su manga con ojos llorosos—. Quiero acompañarte a tomar tu vuelo.

—¿Quién es tu hijo? —Me apartó con desprecio—. No llores delante de mí. ¡No creas que puedes cambiar tu imagen en mí corazón con solo llorar frente a mí!

—Xue Yun Feng. —Me limpié las lágrimas—. ¿Estás seguro de que no quieres que Jiang Li lo sepa?

—¿Por qué debería saberlo? No lo olvides, yo lo dejé. ¡Fui yo! Guan Xiao Yan. ¿Recuerdas la última vez que Jiang Li propuso romper y no estuve de acuerdo? En este mundo, solo yo puedo dejar y nadie puede dejarme.

—Lo sé, tú lo dejaste.

—¡Sí, estás en lo correcto! Guan Xiao Yan, ya que has sido tan amable conmigo todo este tiempo, déjame darte un abrazo. —Me abrazó y susurró a mi oído—: Deben ser buenos el uno con el otro o de lo contrario, te quitaré la vida.

—¿Por qué tomarías mi vida y no la de Jiang Li?

—Idiota, quitarte la vida es equivalente a quitarle la vida a Jiang Li. —Lo abracé y comencé a llorar—. Te dije que no lloraras y sigues haciéndolo. —Se alejó de mí—. ¡Odio a las personas que lloran!

Con profundo pesar y lágrimas en los ojos, lo vi irse, él no miró hacia atrás.

Mucho tiempo después, Xue Yun Feng me dijo que cuando nos separamos se sintió muy triste. Y que durante todo el viaje hasta Madrid, lloró tanto que no volvió a hacerlo después, ya que aprendió a dejar el pasado atrás.