Consorte experta en venenos – Capítulo 4: ¡Qué siga esperando!

Traducido por Kiara

Editado por Ayanami


Antes de que la nana Wang levantase las cortinas de la puerta, Han Yunxi pisó su mano.

— ¿Quieres que salga antes de que llegue la hora propicia? —preguntó en tono sombrío.

— ¡N…no! Yo… ¡Fue un accidente, un accidente! —explicó la nana, sin atreverse a gritar por el dolor. Solo entonces, Han Yunxi retiró, con elegancia, su pie para apoyarlo perezosamente contra las paredes del sedán.

La familia Han la trataba con crueldad, pero no la había menospreciado por su boda. El interior del sedán nupcial era espacioso y cómodo, perfecto para dormir. No era tan estúpida como para irse y volver mañana. Si regresaba, no podía estar segura de que no perderían la hora propicia otra vez.

Aunque el Duque de Qin no se atreva a contradecir las órdenes del emperador, siempre puede intentar retrasar su destino.

Al final, ella sería la que se llevaría la peor parte, aunque no quisiera casarse, sabía que tenía que cruzar esas puertas, de lo contrario, cuando la gente de palacio tuviese que culpar a alguien por sus desgracias, ella sería la primera en caer. Su matrimonio será la comidilla de la ciudad. La noticia de que estaba esperando frente a las puertas, definitivamente, llegaría al palacio imperial. Si llamaba tanto la atención, no tendrían más remedio que dejarla pasar.

Con eso en mente, Han Yunxi cambió a una posición más cómoda justo antes de caer en un sueño profundo.

◆◆◆

Al mismo tiempo, la Gran Concubina Yi, que vivía rodeada de comodidades y disfrutaba de su alta posición, había perdido la calma que la definía. Corrió hacia las puertas laterales, vió el sedán nupcial rojo y, al instante, una expresión aterradora le nubló el rostro.

—Mufei[1], esa mujer es muy extraña. Los rumores dicen que es tímida y cobarde, pero si eso es cierto ¿Cómo se volvió tan atrevida? y lo peor es que la gente del palacio acaba de venir a preguntar cuál es el problema —Murong Wanru[2], dijo con voz ansiosa.

Era la hija adoptiva de la Gran Concubina Yi, dulce, virtuosa y dócil. Había estado a su servicio desde su juventud. Eran más cercanas la una a la otra que cualquier madre e hija de sangre y el hecho de que la llamara “mufei” era suficiente para saber qué posición tenía dentro de la casa.

— ¿Esa mujer repugnante se atreve a enfrentarse a mí? —entrecerró los ojos con una expresión espeluznante y pasó un dedo por su cuello para indicarle a Murong Wanru que eliminará al intruso y esta entró en pánico.

— ¡Mufei! ¡Si muere en nuestra puerta será terrible! ¿Qué pasa si el emperador nos culpa?

Había guardias alrededor de la casa del Duque, así que sería difícil de explicar una muerte así en su puerta, especialmente, con toda la capital observándolos. La Gran Concubina Yi no era estúpida y llegó a una conclusión tras pensarlo detenidamente.

— ¡Bien! ¡Se quedó descaradamente en las puertas! “¿Cómo puede esa repugnante mujer haber elaborado un plan tan bueno?”

—Mufei, ¿qué hacemos? ¿Abriremos las puertas cuando llegue la hora propicia? —preguntó Murong Wanru.

— ¡Si quiere entrar, que así sea! ¡Ya veremos cuánto es capaz de aguantar aquí!

La Gran Concubina Yi no impediría el matrimonio, pero lo que ocurriera dentro de la residencia del Duque de Qin jamás saldría de allí. Murong Wanru se limitó a asentir con la cabeza pero, un destello de autosatisfacción brillaba en sus ojos.

La madre del Duque de Qin siempre esperó que Han Yunxi entrara a la residencia para poder manipularla y así poder casar a Murong Wanru con su hijo, al ser ella  una plebeya, en principio, no tenía ninguna posibilidad de ser su esposa, sólo podía aspirar a convertirse en una concubina, así que su único miedo era que la esposa principal fuera alguien influyente y poderosa.

La inútil Han Yunxi no era más que una herramienta que el emperador estaba utilizando para humillar al Duque de Qin. Toda la familia la odiaría y la rechazaría, sin que pudiera hacerles cambiar de opinión. Si moría la esposa seleccionada por la Emperatriz Viuda, entonces, la posición quedaría desocupada. Eso sería lo mejor para Murong Wanru.

Murong Wanru estaba de buen humor. Mientras sostenía la mano de la Concubina Yi, la acompañó, cuidadosamente, de regreso a sus aposentos.

—Si la Emperatriz Viuda te casa con Feiye, entonces, se cumpliría mi deseo—dijo llena de remordimientos, mientras acariciaba suavemente la mano de Murong Wanru.

—Mufei, Wanru[3] sólo quiere servir a su lado por el resto de su vida —declaró apresuradamente Murong Wanru.

—Si eres mi nuera podrás servirme por el resto de mi vida. No tienes nada más que hacer, así que ve a visitar al Duque de Qin a su estudio, ¿de acuerdo? —la Gran Concubina Yi sonrió.

La cara de Murong Wanru estaba completamente roja cuando bajó la cabeza, era una actuación que cualquiera amaría y, por supuesto, la Gran Concubina no era la excepción

—Mufei, el duque debería regresar esta noche, ¿verdad? De lo contrario, ¿quién pateará la puerta de la silla del sedán [4] mañana? —Preguntó de nuevo Murong Wanru.

—Es mejor si no hay nadie para hacerlo, así seguirá esperando dentro. —Su tono de voz era indiferente, como si estuvieran discutiendo sobre el clima


[1]   mufei  (母 妃) – literalmente “concubina madre,” una manera respetuosa para referirse a una suegra que era una concubina del emperador.

[2]   Murong Wanru   ( 慕容 宛如 ) – Murong   es un apellido de dos caracteres,   Mu puede significar “admirar, anhelar”,   Rong es “mantener”, “tolerar / permitir”, “expresión facial”.   Pálido es “sinuoso, tortuoso”, Ru es “como, como si”, “superar / superar”.   Wanru juntos también significa “simplemente como”.

[3] No hay ningun error, y en capítulos siguientes será más notorio que los personaje se nombren a si mismo en tercera persona.

[4]  patear la puerta de la silla de manos   ( 踢 轿 门 ) – tijiaomen, en la antigua China, el novio tradicionalmente pateaba la puerta de la silla de manos de la novia antes de aceptarla adentro. Esto tenía como fin asegurarse de que el marido no sería molestado y que la esposa no lucharía en el futuro. Las bodas chinas son cosas ridículamente complicadas, te recomiendo que las leas, es divertido ~ El progreso de Han Yunxi hasta ahora ha sido muy irregular.

2 respuestas a “Consorte experta en venenos – Capítulo 4: ¡Qué siga esperando!”

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