Estimada esposa del Príncipe – Capítulo 103

Traducido por Naremi

Editado por Sakuya

Corregido por YukiroSaori


—La princesa Chen es digna de ser la belleza número uno de la Ciudad Imperial, todos y cada uno de sus movimientos son simplemente hermosos hasta el extremo.

Dibei Chen sonrió mientras escuchaba a todos hablar, levantando una ceja dijo:

—¿Belleza número uno de la Ciudad Imperial?

—Príncipe, probablemente no lo sepa, pero en este momento, todos llaman a la princesa Chen la belleza número uno de la Ciudad Imperial. —El rostro de Hei Mu reveló orgullo cuando lo informó.

Antes, ese título solía estar entre Baili Yuyan y Li Yuyue, pero desde que la princesa mostró su rostro, este título cayó sobre su cabeza indiscutiblemente.

Baili Hongzhuang también había escuchado sobre ello cuando estaba charlando con Dong Sirou, pero en realidad no había pensado que fuera un título que realmente cayera sobre su cuerpo. Esas personas estaban demasiado aburridas.

Dibei Chen miró a la tranquila Baili Hongzhuang de pie a su lado. Los fragmentos de la luz del sol de color oro se rociaron sobre su cuerpo, cubriéndola con un brillo dorado. Incluso sin el uso de maquillaje, su rostro era igual de claro y atractivo. Todos y cada uno de sus movimientos contenían una cierta elegancia, y gracia.

—La belleza número uno de la Ciudad Imperial. No solo de nombre, sino también en la realidad.

Baili Hongzhuang se sorprendió un poco, pero la cálida sonrisa en el rostro de Dibei Chen le confirmó que su elogio fue completamente sincero.

—¿Ser la belleza número uno de la Ciudad Imperial me dará comida para vivir? Solo es bueno escuchar. —Baili Hongzhuang habló con indiferencia.

A ella no le importaba tal título de reputación vacía.

♦ ♦ ♦

Nichang era una tienda de ropa de primer nivel en la Ciudad Imperial. Tanto si se trataba de la señorita de un comerciante como la de un funcionario, a todos les encantaba ir y comprar ropa allí. A pesar de que los precios estaban lejos de los de las tiendas de ropa ordinarias, el negocio seguía siendo excepcionalmente rico.

Cuando Baili Hongzhuang y Dibei Chen llegaron a Nichang, toda la tienda pareció quedarse en silencio por un instante. No esperaban que los vientos soplaran directamente ahí, lo que permitió que la pareja Chen visitara su tienda hoy.

Esta vez, el emperador fue en persona al palacio del príncipe, lo que significa que la posición del príncipe Chen se elevó un poco. Como mínimo, significaba que él todavía ocupaba un cierto lugar en el corazón del emperador, o ni siquiera se habría molestado en asistir a la boda.

Aunque por lo general, Dibei Chen era acosado a menudo, eso era solo por el príncipe heredero. Solo los príncipes de esa generación actuaban así, otras personas ni siquiera se atreverían.

La propietaria del mercado Nichang, Wei Nichang, se acercó de inmediato y les dio la bienvenida.

—Príncipe Chen, princesa Chen, es un honor estar en su presencia. ¿Parece que el príncipe debe haber venido a comprarle algunas prendas a la princesa?

Esta era la primera vez que Wei Nichang los veía. Aunque él estaba sentado en una silla de ruedas, su espalda estaba perfectamente recta y no se podía ver la más mínima depresión. Su hermosa apariencia, naturalmente, no necesitaba palabras, su personaje exudaba una cierta gracia que haría a uno jadear de admiración.

Ella sintió que la imagen de ese príncipe, era diferente del príncipe Chen que siempre estaba siendo intimidado en los rumores. El aura que emitía y los gestos que mostraba, no podían ser comparados de ninguna manera con la gente normal. Solo era una verdadera lástima que estuviera lisiado.

Dibei Chen sonrió levemente…

—Bien. Esposa, ¿ves alguna ropa que te guste? —Su voz era suave, mientras miraba el rostro de Baili Hongzhuang como su amado tesoro—. La señora propietaria debe estar muy ocupada con sus propias cosas, podemos mirar a nuestro alrededor por nuestra cuenta.

Al escuchar sus palabras, Wei Nichang se inclinó.

—Bueno, si el príncipe o la princesa necesitan mi ayuda, no duden en llamarme en cualquier momento.

Se restauró la paz en Nichang.

Baili Hongzhuang miró la tienda llena de ropa. Ya sea material o mano de obra, todas eran de primera clase. Con tal calidad, no era una sorpresa que la tienda Nichang fuera tan popular.

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