La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 74: El enemigo (2)

Traducido por Sharon

Editado por Shiro


Cuando el príncipe Cang mencionó a Shangguan Wu Ji, Murong Qi Qi suspiró.

Aunque la tarea de éste era escoltarla a Bei Zhou a salvo para su casamiento, como el matrimonio fue truncado por la emperatriz viuda, su misión no estaba completa, así que sólo podía esperar en la embajada. [1]

Shangguan Wu Ji fue al Nan Lin, la residencia del primer príncipe, varias veces para verla pero cada vez Feng Qi, la dueña de la casa, lo detuvo. Siempre le decía lo mismo:

—El primer príncipe se encuentra con la esposa principal en sus cuartos privados.

Al escucharla, el apuesto rostro del hombre se volvía tan rojo que parecía a punto de derramar sangre.

Por supuesto, Feng Cang ordenó que dijera algo tan ridículo para que Shangguan Wu Ji se rindiera. ¡Murong Qi Qu era suya, ¿cómo podría dejar que otras personas la codiciaran?

Sin embargo, parecía que el joven General era alguien terco, porque no dejó de ir a “presentarle sus respetos a la princesa”. A pesar de que le ignoraron y escuchó un montón de historias sobre la buena relación entre Feng Cang y Murong Qi Qi, siguió insistiendo en verla.

¡Feng Cang no temía su terquedad!

Ahora veía la seriedad de Shangguan Wu Ji como una guerra entre ellos. Era el joven Dios de la Guerra. Ahora que el mundo estaba en paz, no tenía nada más que hacer que defender, área en la cual era un experto. Proteger a Murong Qi Qi dentro de la capital, alejando a todas las personas que intentaran acercársele, era su trabajo más importante ahora mismo.

—¡Príncipe, decirlo de esa manera no es correcto! Soy una persona muy inusual. ¡Me gustan los hombres maduros! ¡Ellos son fibrosos con una consistencia que puede hacer trabajar los dientes de una! Son tres pájaros de un tiro. ¡¿Cómo es posible que los jóvenes no amen a los hombres viejos?! —dijo Murong Qi Qi con tanta seriedad, que Feng Cang se sintió divertido. Dejó escapar una carcajada y la trajo a sus brazos, para luego descansar su barbilla en su frente. 

Esta pequeña mujer, desde que abrió su corazón, su personalidad se volvió animada.

—Qing Qing, también me gusta comer un pasto fresco y tierno como tú. Es un buen sabor para la boca y tiene suficiente jugo. Además, mis dientes no son buenos. No es necesario masticar el pasto tierno, sólo lo trago…

—¿Entonces el príncipe y yo somos una pareja perfecta?

Aunque las mejillas de Murong Qi Qi estaban rojas, las palabras saliendo de su boca eran bastantes audaces.

—¡Por supuesto! ¿Puede ser que hayas olvidado que viniste a este mundo con la única misión de volverte mi esposa?

Las palabras de Feng Cang sonrojaron por completo a la mujer. Al principio quiso competir con él para ver quién era más atrevido, pero luego de varios encuentros en los últimos días, ella terminó siendo derrotada. No pudo decir palabras más acarameladas…

Estos dos coqueteaban como si no hubiera nadie a su alrededor, haciendo que Ru Yi y Su Yue, que también estaban en el cuarto, se sonrojaran. Servían a sus maestros mientras escuchaban atentamente su flirteo.

Tales escenas se repitieron por cinco días. Aunque no sabían lo que sucedió durante el banquete, todos podían sentir que la relación de Feng Cang y Murong Qi Qi había alcanzado un nuevo nivel. Los dos a menudo actuaban íntimos o decían palabras amorosas que mataban a quienes los observaban por la dulzura. Incluso los sirvientes se sentían avergonzados.

Sin embargo, a pesar de la incomodidad de Su Yue y los demás, la pareja se había vuelto adicta a los comentarios acaramelados. En la residencia del príncipe, la risa de Feng Cang hacía eco por los pasillos. Era la primera vez que sucedía en los últimos diez años, lo que hacía que los sirvientes se reunieran fuera del edificio Tingsong a observar cuando no tenían nada que hacer.

Querían saber cuál era la habilidad de la nueva Señora que hacía tan feliz al príncipe.

Por un tiempo, los alrededores se volvieron el lugar más animado de la residencia Nan Lin. Todos querían ver a la nueva esposa.

Desafortunadamente, la posesividad de Feng Cang era demasiado fuerte. No le permitía a Murong Qi Qi alejarse ni un paso de él. Incluso cuando salían, le ponía un velo. Así que la princesa de Xi Qi se volvió un misterio.

Las conversaciones sobre la misteriosa princesa se extendieron por los sirvientes de la casa, por lo que se volvió el tema más candente de conversación de la capital recientemente.

Luego del banquete de bienvenida, la emperatriz viuda no volvió a ponerle las cosas difíciles. Sin embargo, no sabía quién había corrido la voz sobre su apuesta, y ahora todas las calles de la capital susurraban sobre este asunto. Incluso algunas casas de apuestas abrieron pozos, apostando si Bei Zhuo podía o no ganar, y si Murong Qi Qi podía convertirse en la nueva esposa del príncipe con éxito.

Desde el momento en que Bei Zhou fue fundado hasta ahora, no había podido ganar incluso después de cuatro torneos consecutivos. Sin mencionar que la última vez resultó último entre los cuatro países. ¿Podría esta vez cambiar la situación por una princesa que vino a formar una alianza a través del matrimonio? 

Muchas personas pensaban que no era posible. No importaba quién fuera la misteriosa Murong Qi Qi, no cambiaba el hecho de que era “basura”.

No importa cuán sobresaliente fuera Feng Cang, no cambiaba el hecho de que sus últimas ocho esposas habían muerto.

Del mismo modo, no importaba cuán fuerte fuera Bei Zhou, no cambiaba el hecho de que en el país no había expertos. A pesar de que era una competencia entre personas jóvenes, uno podía ver la fuerza futura del país a partir de sus habilidades. Esto era algo que todos sabían, razón por la cual casi todos apostaron que Murong Qi Qi perdería.

Los ciudadanos amaban su país, y deseaban que Bei Zhuo consiguiera el primer lugar, pero la verdad estaba ante ellos. Además, este asunto estaba relacionado con la plata en sus bolsillos. Así que al final eligieron lo más probable.

Sin embargo, siempre habían excepciones. Cuando el joven Guanghua apostó cinco millones de platas a que Bei Zhou ganaría, el pueblo se conmocionó.

¿Joven Guanghua? ¿Qué clase de persona es? 

En esta gran tierra, siempre que hubiera una mujer, alguien conocería al joven Guanghua. Si hubiese más apertura en la época y fuese la norma que las mujeres fantasearan, él estaría en la mente de todas.

Nunca hubo un hombre que entendiera las necesidades y deseos de belleza de una mujer y pudiera expresarlo a través de sus ropas y joyas. Las mujeres de este mundo, sin importar que fueran nobles o plebeyas, sin importar su hermosura, siempre amarían la belleza. Y el joven Guanghua cumplía su deseo.

Para las mujeres, aunque no pudieran permitirse joyas y ropas lujosas, si podían darles una mirada no se preocuparían si morían al momento siguiente, estarían dispuestas a ello.

Ahora, el joven Guanghua estaba apostando que Murong Qi Qi ganaría, haciendo que las miradas de todos se dirigieran sin poder evitarlo hacia la residencia Nan Lin.

Nadie había visto al joven maestro, por lo que se rumoreaba que era maravilloso. Algunos incluso decían que era el príncipe de un país. Otros decían que era de una gran familia. Incluso se decía que era el descendiente de un clan misterioso.

En resumen, se le adjudicó una variedad de identidades insólitas.

Y este misterioso Guanghua apostó cinco millones a Murong Qi Qi. Era obvio que habría un motivo oculto.

Mientras todos intentaban adivinar cómo interpretaría Feng Cang la relación entre Murong Qi Qi y el joven Guanghua, y el revuelo que debía haber en la residencia Nan Lin, otra persona misteriosa apostó diez millones a Bei Zhou.

Esta vez, el joven Guanghua fue derrotado. La otra persona no dejó ningún rastro de información, lo que resultó en varias especulaciones. Algunos incluso sospechaban que era el emperador de Bei Zhou, Wanyan Lie, quien vio a sus propios ciudadanos apostando que su país perdería, situación que le hizo sentir incómodo y que le llevó a apostar diez millones para no perder prestigio.

Sin embargo, todas las especulaciones fueron fugaces. Los rumores se intensificaron, pero la verdad no era conocida por nadie.

La famosa Murong Qi Qi, con la ayuda del joven Guanghua y la persona misteriosa, se volvió de inmediato la más observada por todo Bei Zhou. Estos sucesos no afectaron su vida cotidiana, pero provocaron que otras personas la odiaran hasta distorsionar sus expresiones.

♦ ♦ ♦

—¡Bastarda! ¡Bastarda!

Wanyan Bao Zhu pateó el banquillo. Enojada, destruyó la porcelana contra el suelo. Al principio quería ver a Murong Qi Qi volverse una broma, pero no se esperó que dos hombres aparecieran y arruinaran la obra que estaba presenciando.

—¡Bastarda!

—¡Princesa, no se enoje! —Yong-er tomó la vasija de porcelana rápidamente de sus manos, y se la dio a otro sirviente para que la pusieran a salvo. Luego ayudó a Wanyan Bao Zhu a sentarse—. No debe enojarse por esa perra. ¡Usted es demasiado noble, sí! Si su cuerpo se enferma por la furia, usted será quien sufra el dolor mientras el enemigo ríe. Además, casi es tiempo para el torneo. ¿No quería presentarse? ¡No puede enfrentarse, sí!

—¡No estoy satisfecha! [2] —Wanyan Bao Zhu se mordió el labio, y dos lágrimas cayeron de sus ojos—. Ve, ve a llamar a Chou-er. ¿No dijo que tenía una manera de lidiar con Murong Qi Qi? Ve a llamarla.

Yong-er la trajo de inmediato. Era una mujer que usaba un velo a través del cual sólo se podían ver sus ojos. A pesar de ello, éstos eran tan hermosos que las personas se sentían conmovidas.

—Esta esclava saluda a la princesa.

—Puedes ponerte de pie.

Wanyan Bao Zhu hizo un gesto con su mano, y todos se retiraron, quedando sólo Yong-er y Chou-er.

—Ese día en que te salvé, dijiste que eras una ciudadana de Xi Qi. ¿Eso es correcto?

—Es como dice. Esta esclava es ciudadana de Xi Qi.

—Entonces, explícame tu relación con Murong Qi Qi.

—¡Sí!

Cuando Murong Qi Qi fue mencionada, los ojos de Chou-er mostraron su odio y su fría intención asesina. Incluso Yong-er sintió miedo. A continuación, la invitada pasó una hora hablando sobre su relación con Murong Qi Qi, y al escucharla, Wanyan Bao Zhu mostró una expresión pensativa. Le creía algunas partes, pero no la historia completa.

—Chou-er, dices que Murong Qi Qi estaba celosa de tu belleza y destruyó tu rostro. Entonces quítate el velo. Deja que vea tu rostro.

Sus palabras hicieron que Chou-er temblara. Tomó una respiración profunda, y desató el velo.

Con una sola mirada, la princesa no pudo evitar contener el aliento. ¿Qué clase de rostro espantoso era ese? Estaba cubierto con cicatrices pequeñas, largas y redondas, como si alguien hubiera cocido guisantes para luego arrojárselos a la cara.

Y como la herida en el lado izquierdo era tan profunda, estaba infectada. Tampoco llegó a tratarlo a tiempo, por lo que había comenzado a pudrirse debajo de la piel que crecía. Entre las cicatrices rojas y amarillas, su hermoso rostro blanco quedó arruinado por completo.

—¿Cómo te hizo esas heridas?

Wanyan Bao Zhu cubrió su boca y frunció el ceño, indicándole a Chao-er que podía volver a colocarse el velo.

—Me arrojó aceite caliente.

Sólo esas cuatro palabras demostraron cuán cruel fue la situación.

¡Entonces, Murong Qi Qi hizo eso!

La princesa estaba muy sorprendida. No se esperaba que una mujer que lucía tan débil tuviera tales métodos. Sólo porque el hombre que le gustaba miró a Chou-er, porque era más hermosa que ella, le hizo algo tan cruel. ¡¿Cómo podía haber una mujer tan viciosa al lado de su hermano mayor?!

Sólo pensar en Ning-er muriendo a causa de Murong Qi Qi la enfurecía.

—Chou-er, ven conmigo. Te llevaré a la residencia Nan Lin para confrontar a Murong Qi Qi en persona. ¡Te dejaré tener justicia y haré que vean lo fea que es, que todos vean su verdadero rostro! —gritó Wanyan Bao Zhu golpeando la mesa y levantándose de inmediato para irse, pero Chou-er se aferró a sus piernas para rogarle.

—Princesa, esta esclava sabe que lo haces por su bien. Esta esclava le está muy agradecida, pero si va de inmediato, no sólo le traerá calamidad a esta esclava, sino a usted misma. Murong Qi Qi tiene el amor del príncipe de Nan Lin. Aunque se lo diga, él no la escuchará a usted, ¡mucho menos a una esclava como yo!

Sus palabras tenían sentido, y detuvieron a Wanyan Bao Zhu. En un instante pensó en otro método.

—Ya que eso no funcionará, ¡iremos con el censor [3]! ¡Encontraremos al emperador, quien seguramente hará justicia en tu nombre!

Chou-er se rió con amargura al escucharla.

—La princesa es amable y cree en las palabras de esta esclava; incluso está dispuesta a hacer justicia. Sin embargo, Murong Qi Qi es la princesa de Xi Qi. quien vino por un matrimonio político. Su estatus es noble, y si mata a uno o dos esclavos no sería extraño. Aunque el emperador es sabio, ama profundamente a su sobrino el príncipe. Es natural que ame todo lo que rodea al príncipe. ¡¿Cómo podría investigar los pecados de Murong Qi Qi por la palabra de una esclava de Xi Qi?! Este es un asunto de poca importancia que no podrá derrumbarla. En su lugar, manchará a la princesa y dañará su relación con el príncipe. Algo como eso no puede suceder. ¡Le pido que reconsidere! —lloró Chou-er, llena de pena.

Sus palabras también implicaron varios factores cruciales, haciendo que Wanyan Bao Zhu no pudiera más que detenerse una vez más y pensar.

En efecto, toda la capital sabía del amor entre Feng Cang y Murong Qi Qi. En este momento, era improbable que él la dejara por una esclava. Si no podía derrotar a la princesa extranjera de un golpe, en su lugar resultaría mordida por ella, y su imagen en el corazón de su hermano Cang quedaría destruida por completo.

Sin embargo, no poder hacer nada la hacía sentir mal.

Obviamente sabía que esa mujer tenía un corazón venenoso, incomparablemente vicioso, pero no podía hacer ni decir nada. Tendría que verla en los brazos de Feng Cang y, más tarde, volverse su esposa. 

¡¿Cómo podría aceptarlo?!

—No puedes hacer esto, no puedes hacer lo otro. ¡¿Entonces qué aconsejas a Bengong?!

—¡Princesa! —Chou-er se arrodilló una vez más, con su frente tocando el suelo—. Si realmente le preocupa esta esclava, ¡le pido que me permita servir a su lado! Como dice el dicho, podremos perder la batalla pero no la guerra. [4] Murong Qi Qi actúa muy bien. Si no tiene alguna evidencia, no podrá hacerle nada. Como es de esa manera, sólo podemos esperar el momento indicado. Aunque no poseo ninguna habilidad, mi odio hacia Murong Qi Qi va a la par con el de la princesa. Esta esclava sólo puede pedirle que me mantenga a su lado trabajando duro y esperando el momento. ¡El odio hacia Murong Qi Qi no nos permitirá vivir bajo el mismo cielo! Un día, pisaremos la cabeza de esa mujer y la haremos arrepentirse de su pasado.

Viendo su expresión, Wanyan Bao Zhu pensó por un momento, y eventualmente, asintió.

—¡Muy bien! De todas formas necesito una sirvienta personal. Puedes tomar ese lugar. Sin embargo, ¿no dijiste antes que tenías una manera de lidiar con Murong Qi Qi? ¿Cómo puede ser que ahora me aconsejes esperar por el momento correcto?

Al ser capaz de quedarse, Chou-er suspiró de alivio en su su interior, y se apresuró a contestar la pregunta.

—Respondiéndole a la princesa, pronto será el torneo entre los cuatro países. Esta esclava escuchó que la emperatriz viuda está insatisfecha con Murong Qi Qi, pero debido a la resolución del príncipe, fue forzada a hacer una apuesta con ella por el primer lugar en el torneo. Por ello, ese momento será nuestra oportunidad. Siempre y cuando actuemos en secreto y evitemos que Bei Zhou gane, Murong Qi Qi no podrá convertirse en la señora de Nan Lin. La princesa de un matrimonio político fracasado, ¡será como una cachetada en el rostro!

Mientras hablaba emocionada, sus ojos brillaron con un tono extraño, haciendo que Wanyan Bao Zhu se sorprendiera. Su rostro ya estaba arruinado, pero su mirada seguía siendo hermosa. Aunque actualmente estaba cegada por el odio y contaminada, la belleza original de esos globos oculares no disminuyó. Al parecer en el pasado realmente fue una belleza. Ahora le creía un poco más.

—¿Y después de eso?

Escucharla hablar de esa manera hizo que el humor de Wanyan Bao Zhu mejorara, como si ya pudiera ver la apariencia trágica de Murong Qi Qi siendo arrojada fuera del Palacio. No pudo evitar querer saber el próximo movimiento.

—Originalmente, el título de princesa le acaba de ser otorgado. Si su matrimonio es cancelado por la familia imperial de Bei Zhou, Xi Qi no podrá aceptarla de vuelta. Entonces no tendrá el apoyo de su país, ni la identidad de una princesa, y se volverá una mujer común. ¡De esa manera, la princesa podrá disponer de ella como prefiera!

Su voz parecía tener magia en ella, animando a Wanyan Bao Zhu. Su rostro ensombrecido parecía estar observando el momento exacto en que Murong Qi Qi caerá y la posición de señora de Nan Lin le pertenezca.

—¡Chou-er, lo que dices es muy cierto! ¿Cómo es posible que no haya nadie tan inteligente a mi lado? Dime, cuando atrape a esa mujer, ¿cómo debería atormentarla? ¿Cortarle la cabeza, o sacarle la lengua? Es cierto, primero debemos dejarla sin hablar, y entonces arruinar su rostro. ¡Cuando se vea tan lamentable, cortaremos su garganta!

Mientras más hablaba Wanyan Bao Zhu, más emocionada se sentía. Incluso sacó una daga y la levantó hacia el cielo.

—Princesa, para una mujer, una reputación destruida es más dolorosa que la muerte. Hay muchos vagabundos en la capital Yanjing. ¿Por qué no encuentra a algunos que no pudieron probar la carne femenina en un tiempo, y les entrega a Murong Qi Qi? Déjeles probar a una princesa que vino por un matrimonio político.

La recomendación de Chou-er hizo que Wanyan Bao Zhu la mirara asombrada. 

—¿Se puede hacer algo como eso? —preguntó incrédula.

—¡Por supuesto! —respondió con una sonrisa brillante, pero en su cabeza apareció la escena de un calabozo.

La forma en que ese hombre respiró, la paja contaminada con sangre roja; las noches iluminadas con candelabros. Nunca olvidaría esa humillación por el resto de su vida. En ese momento juró que cobraría venganza. ¡Le mostraría a Murong Qi Qi cómo vivir podría ser más doloroso que la muerte!

—Sin embargo, princesa, ahora necesita planear muy bien su primer paso. Esta vez, el príncipe de Nan Lin es el líder de Bei Zhou. Seguramente se esforzará en obtener el primer puesto por la mujer que ama. Aunque no participe, esta esclava escuchó que sus subordinados son muy capaces…

—¡Ah, no es necesario que te preocupes por eso! —dijo la princesa con una sonrisa burlona—. No sé cómo será en otros países, pero Bei Zhou siempre envía cuatro hombres y mujeres, ocho jugadores. Sucede que soy una participante este año, y conozco muy bien a tres jugadores. No hay nadie en Bei Zhou que no sepa de mi amor por mi hermano mayor Cang. Si quieren obstaculizar mi destino, ¡no seré clemente con ellos! Seré directa en este asunto y ellos me respetarán. Para ese momento, sin importar lo que mi hermano Cang desee, no tendrá el poder de conseguirlo.

—Pero hay excepciones…

—¡Humhp! ¡Si no pueden ser útiles para mí, entonces no hay necesidad de mantenerlos! —pronunció con decisión y sin vacilar. Su expresión viciosa no era diferente de la de Chou-er.


[1] Emperatriz viuda: En el original el término usado es ‘dowager’. Se denomina así a las mujeres de un cargo social alto que son viudas, pero mantienen su puesto.

[2] Bengong: La princesa usa este término para referirse a ella misma, lo que refleja su estatus social superior.

[3] El Censorado era una agencia supervisora de alto nivel en la antigua China, establecida durante la dinastía Qin (221-207 a.C.). Durante la dinastía Ming (1368-1644) pasó a ser una rama de la burocracia centralizada, responsabilidad directa del emperador. Los censores eran los ‘ojos y oídos’ del emperador, y vigilaban a los administradores de cada nivel para atajar la corrupción y malversación de fondos.

[4] Perder la batalla para ganar la guerra: En el inglés decía “soportar los asuntos pequeños para obtener mayores ganancias”, pero adapté el dicho para algo más conocido. Básicamente, quiere que la princesa deje ir la pelea actual para prepararse para el verdadero escenario.

Sharon
Comencé a traducir esto por una recomendación. Conozco la novela, pero nunca llegué hasta este capítulo, espero que tenga algo de sentido XD Si alguien encuentra algún error no duden en mencionarlo~

 

4 respuestas a “La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 74: El enemigo (2)”

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