Felicidades Emperatriz – Capítulo 18: Princesa errante


Todos, incluyendo a los jóvenes y viejos de la Casa Hua, se arrodillaron para recibir el Decreto Real. Hua Jin, no solo ingreso al final, sino que también se escondió detrás de una cortina, mirando fríamente al eunuco quien tenía el decreto.

[Eunuco: hombre castrado]

—¡Hua Jin Lan, un paso adelante para recibir el Decreto Real! —Eunuco Zhang amplificó sus palabras mientras que con ambas manos sostiene el decreto.

La Cara de Hua Bai se torció, mientras que la cara de Hua Wan cambió por completo, todo el mundo no entendía porque el nombre de Hua Jin estaba siendo llamada para recibir el Decreto Real, ¿esto es una bendición o un desastre?

Ya no se puede ocultar, Hua Jin fue a regañadientes y se arrodillo.

—Hua Jin Lan, pertenece al Clan Hua, elegante y virtuoso. Ahora se le ha sido otorgado el título de esposa del tercer hijo, el Príncipe Errante. La fecha para la boda aún no se ha elegido. De su Emperador  Eunuco Zhang dio un paso adelante y apoyó a Hua Jin hacia arriba— Princesa Errante, por favor, acepte el decreto.

La Familia Hua quedó atónita, como si hubieran sido golpeados por un palo en la cabeza.

Mientras tanto Hua Jin no esperaba que Yu Yan hiciera tal movimiento, esta noticia llegó justo en el momento perfecto, justo a tiempo para resolver el dilema actual.

A pesar de que Hua Bai pudiera oler a una rata a lo lejos, todo lo que podía hacer ahora queda dar las gracias por la benevolencia del Emperador, e inclinarse al Eunuco Zhang por sus esfuerzos, antes de regresar al salón principal.

Hua Wan le arrebató de la mano el decreto a Hua Jin y dijo con amargura—No puedo creerlo, simplemente no puedo, este decreto tiene que ser falso, ¿¡cómo puede el príncipe errante casarse con una pobretona como usted!?

*Slap*

Todo el mundo regreso a sus sentidos, el decreto regreso a las manos de Hua Jin, mientras que la cara de Hua Wan dio la vuelta. Hua Wan giró su cabeza de regreso.

—¡¡CÓMO TE ATREVES!! ¿¡Abofetearme en frente de la abuela y mi padre!?

—Incluso si no soy la Princesa Errante, todavía soy tu hermana mayor. Insultar a tu hermana… No sé cómo su madre le puede enseñar tales excentricidades —Hua Jin miró con malicia a Hua Miao y esta se enfadó, pero fue detenida por el resplandor de la abuela.

—Los que dice Hua Jin es correcto, caun imprudente —La vieja Hua continuo— Sin embargo Hua Jin, usó su condición de Princesa Errante para presionar a Hua Miao, eso tampoco forma parte de las enseñanzas de la Familia Hua.

Hua Wan después de escuchar eso, rápidamente agregó: —Está bien si me intimida, pero debería preocuparte por mi madre y mi padre. ¿¡Dicha persona tan poco filial, puede ser la esposa de la Familia Real!?

Hua Jin no era tonta tampoco, ahora con el Decreto Real en sus manos, sin duda sacaría el mayor provecho de ello.

—Que yo sea adecuada o no, la decisión no la tienes tú —Hua Jin lo dijo con desprecio y se dirigió a la vieja Hua— Vieja señora Hua, si otra persona no comienza a intimidarme en primer lugar, no voy a tener ninguna razón para tomar represalias. Es solo que la casa está llena de gente que no me trata bien, si fueran a parar, yo naturalmente no les lanzaría mi estatus. Sin embargo, incluso los sirvientes de la casa me miran en menos a mí. Estoy preocupada incluso de que mi estatus no sea capaz de protegerme. —Lo dijo con tal sutileza, pero de una manera seria.

Esa fue una advertencia de Hua Jin… diciendo que es una persona que guarda rencor y no debería ser ofendida

—¡Ridículo! —Hua Bai gritó en voz alta— Incluso si alcanzaras el cielo, la abuela sigue siendo la abuela. ¡Conoce tu lugar y llámela como se debe!

Hua Jin sonrió burlonamente.

—¿Hmmm? La última vez, recuerdo que yo no tengo ningún pariente o alguien cercano llamado Hua….

—TÚ… —Hua Bai levantó su mano, preparado para pegarle a Hua Jin, pero fue detenido por el bastón de la vieja Hua.

Ella reflexionó un rato antes de mirar a Hua Jin.

—Deberías regresar y descansar un poco, voy a encargarme de los sirvientes para que no te molesten más.

Hasta que Hua Jin y sus sirvientes Jiao Yue y Chu Yun estuvieron fuera y ya no se podían ver, solo entonces Hua Wan se atrevió a hablar.

—Abuela, ¿cómo podría usted, estar a favor de esa desgraciada…?

—¡HUA WAN! —La vieja Hua la golpeó con su bastón— ¡Presta atención a tu estatus! Como una señora de la Familia Hua ¿es adecuado que digas miserable aquí y desgraciada allá? ¡Que desgracia! —Se volvió a Hua Miao—¿Eso es lo que le enseñas a tu hija?

Hua Miao llena de miedo rápidamente se disculpó.

—Lo siento, mamá, voy a enseñarle adecuadamente Hua Wan,

—Además, a pesar de sus quejas y de sus resentimientos, Hua Jin sigue siendo mi nieta y ahora, es la Princesa del Imperio Yue, la diferencia entre los rangos y las riquezas es demasiado grande entre nosotros. Si desean sobrepasar a las autoridades y ofender a la Familia Real, ¿¡son capaces de tomar la responsabilidad!?

A pesar de que Hua Wan es incapaz de aceptar esa conclusión, solo pudo estar de acuerdo. Hua Fei sigue estando tranquilo, es imposible descifrar lo que está pensando. Sin embargo Hua Que, tomó interés en esta hermana mayor quien estuvo aislada durante 16 años.

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