Felicidades Emperatriz – Capítulo 46: Enemigos en las puertas


—¡Joven Ama!¡Joven Ama!

El rostro de Jiao Yue estaba lleno de miedo mientras trataba de sacar a Hua Jin de la cama. Pellizcando el muslo de Hua Jin, ella continuo hablando.

—¡Deja de dormir!. La Familia Rong ha venido llamar a nuestras puertas.

Hua Jin se despertó con un sudor frío, sus ojos se abrieron de par en par mientras trataba de respirar. Sus miembros estaban suaves y entumecidos, como si hubieran sido empapados en agua de mar.

Jiao Yue era observadora y notó su estado irregular, preguntando preocupada.

—¿Tuviste una pesadilla?

Hua Jin limpio el sudor frío de su frente y respiró hondo.

—¿La gente de la familia Rong está aquí?

Volviendo al tema inicial, Jiao Yue respondió.

—Sí. ¡El viejo Maestro de la Familia Rong vino personalmente!

El viejo Maestro de la Familia Rong, es Rong Heng Yuan. Hua Jin reflexiono por el momento , tanto Rong Pei como Rong Qing, por lo general manejarían por sí solos este asunto. Sólo por un pequeño asunto, ¿había necesidad de que él se involucrara personalmente?

—¿¡Joven Ama!? —Gritó Jiao Yue humildemente.

—Ayúdame a ordenar este lugar. Hoy llevaré esa camiseta roja y esa falda de seda blanca.

Jiao Yue le contestó alegremente, esas prendas fueron enviadas por el Príncipe Errante. Se había dejado originalmente en la caja sin tocar, sin embargo, tuvo un cambio en su corazón hoy, probablemente se le debió haber ocurrido alguno plan.

—Joven Ama… eres hermosa…

Después de que Hua Jin terminó de vestirse y salió con el vestido rojo, Chu Yun no pudo evitar mantener sus ojos pegados en ella.

Cuando el Príncipe Yu Yan estaba vestido de rojo, él emitía una extraordinaria sensación diabólica. Sin embargo, cuando Hua Jin llevaba rojo, ella desprendía una sensación desequilibrante dominante.

Para ser honestos, a Hua Jin no le gustaba especialmente el rojo, era muy similar al color de la sangre. Y eso le daría ilusión de ver y oler la sangre. Eso le daría la idea de matar a la gente.

—¡Vámonos!

Sala principal Hua.

Hua Cui y Hua Bai, se sentaron al frente. Hua Miao y Hua Fei se sentaron a la derecha.

Rong Heng y Rong Qing se sentaron a la izquierda. Era obvio que por su expresión no tenían ninguna intención de cualquier diversión o juegos.

Justo cuando Hua Jin entró en la Sala Principal por un lado, Hua Bai le hizo una seña con su mano, mientras sostenía su té, sus ojos estaban muertos sobre ella.

Hua Cui quien estaba  a su lado, tosió suavemente, apartando rápidamente sus ojos y hablando.

—Ji Er, ven aquí y saluda al tío Rong primero.

Hua Jin no estaba de buen humor y dejo que Jiao Yue le buscara una silla para que la colocara en el centro. Se acercó a la silla lentamente y con una actitud indiferente preguntó.

—¿Qué pasa?

Hua Bai golpeó la mesa, haciendo vibrar las tazas de té, causando un sonido. Su rostro estaba lleno de ira.

—¡Dime honestamente lo que pasó en el restaurante ayer!

Hua Jin miró a Rong Pei, quien estaba encantado y respondió.

—¿Qué restaurante? No sé nada.

—¿Cómo te atreves a lanzar semejantes mentiras? —Gritó Rong Pei—  ¡Trabajaste con algún tipo viejo para estafarnos!

—Jiao Yue, diles. ¿Qué estaba haciendo ayer?

Hua Jin suavemente le hizo una señal con sus mangas y se inclinó perezosamente hacia un lado.

Jiao Yue mentía descaradamente.

—La Joven Ama estaba estudiando ayer en el patio.

—¡Tonterías, fuiste tú quien hirió a mi hermano mayor ayer!

Rong Pei lloró ansiosamente.

Rong Heng Yuan le indicó que se mantuviera en calma antes de colocar su mano en Hua Bai.

—Hermano Hua, permítame hacerle varias preguntas a su hija.

—Eres mi invitado.

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