Felicidades Emperatriz – Capítulo 63: Ladrón nocturno

Traducido por Kavaalin

Editado por Sakuya


La gente en el patio siguió a Hua Wan Yu y se fueron. Por un momento, sólo quedaron Hua Jin Lan, Jiao Yue y Chu Yun. Hua Jin Lan ya no pudo seguir aguantando y escupió un roció de sangre. Su cuerpo cayó de espaldas.

Jiao Yue y Chu Yun estaban ansiosos y asustados, pero no podían moverse. Mei Er apareció de repente en el patio. Primero tomó el pulso de Hua Jin Lan y selló sus puntos de acupuntura. La llevó a la habitación y volvió a salir para tratar las heridas de los otros dos.

— ¿La joven ama está bien? —Preguntó con urgencia Jiao Yue.

El rostro de Mei Er estaba serio. — ¿Cómo encontramos a la persona que le había dado la píldora?

—Yendo a la torre Lin Long y encontrando a la señorita Su Huan. ¡Ella sabe!

Mei Er miró a la pálida Hua Jin Lan, —No toques a la joven ama. Iré a buscar a esa persona.

Mei Er salió durante todo un día y volvió por la noche. Trajo comidas calientes con él. Jiao Yue quería darle sopa a Hua Jin Lan, pero esta última la escupió. Jiao Yue no pudo evitar llorar.

Mei Er le dio unas palmaditas en el hombro, —La joven ama estará bien. Sólo se encuentra inconsciente.

—Pero la joven ama asusta a la gente así… —dijo Chu Yun en voz baja.

—Estará bien para mañana. Ustedes dos vayan a comer algo. Puede que a la noche le dé fiebre. Cuídenla mucho, —dijo Mei Er. —Esperaré por noticias de la torre Lin Long.

Jiao Yue y Chu Yun se miraron y se negaron a comer en la mesa.

♦ ♦ ♦

— ¡Mira lo que te has hecho!

Medio dormida, Hua Jin Lan sintió que alguien la ayudaba a levantarse. Un par de manos grandes le daban energía a través de su espalda. El calor en su cuerpo se disipaba lentamente y poco a poco volvió a dormirse, ahora más relajada.

Chun Yu Yan la sostuvo y le quitó el pelo sudoroso del rostro. Era difícil ver qué expresión tenía.

—Príncipe, —Zhui Feng miró a la persona inconsciente, —aquí está la medicina.

—Haz una decocción. —Chun Yu Yan no volteó la cabeza.

Zhui Feng miró a la persona inconsciente y se alegró momentáneamente para sus adentros. Se apresuró en encender una fogata en el exterior.

De hecho, tampoco entendía por qué su príncipe trataba a Hua Jin Lan como una excepción. Ella era sólo una mujer atrevida y maliciosa. Pero el príncipe era el príncipe. Tenía sus propias razones para hacer lo que hacía.

Con la medicina tibia en sus manos, Chun Yu Yan tomó un sorbo. Se inclinó y besó los labios de Hua Jin Lan. Separó sus dientes con la lengua y le dio directamente el líquido medicinal en la boca. Aunque se atragantó un poco, Hua Jin Lan lentamente tragó la medicina.

Usando este método, Chun Yu Yan le dio la medicina boca a boca. La mano que usaba para limpiar sus labios se detuvo. La persona que estaba hablando de condiciones con él hace tan sólo unos días, ahora se encontraba en un estado tan vulnerable…

Aparentemente enojado, se inclinó y le mordió los labios. Enojado, se desahogó mordiéndola con fuerza. Finalmente se detuvo cuando vio puntos rojos.

Zhui Feng se quedó mudo al ver salir al despreocupado Chun Yu Yan. Había entrado con cara de querer comerse a alguien. ¿Por qué ahora salía con la apariencia de alguien que había logrado robar exitosamente un pescado?

El príncipe realmente era el príncipe. No lo entendía en absoluto.

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