Felicidades Emperatriz – Capítulo 68: Un gran árbol atrae al viento

Traducido por Shiro

Editado por Sakuya


Con sus mangas revoloteando al viento, Hua Jing Lan comenzó a reunir su Qi, y cuando estaba a punto de atacar al hombre vestido de negro sé que quedó mirándola con perplejidad. Viendo esto, aprovechó el momento y se movió con astucia, apuñalándolo con la daga. Cada golpe era mortal. El hombre esquivaba con facilidad. Su aguda mirada fija sobre ella.

—Sss… —El siseo de una serpiente se propagó por el aire. La pared de energía Qi se precipitó hacia el cielo. La mirada del hombre de negro se veía sorprendida. Sus siguientes ataques se volvieron mortales, ¡lo suficiente como para quitarle la vida!

Hua Jing Lan sintió un dolor en su abdomen. Esto era todo lo que podía hacer. ¡Reunir más Qi sería fatal!

— ¡Xiaojie! —Jiaoyue y Chuyun habían sido despertados. Salieron corriendo por la puerta y se dedicaron a atacar al hombre vestido de negro.

Él agitó su mano y los barrió a un lado. ¡Se estaba acercando a Hua Jing Lan cuando dos personas de pronto salieron volando de las copas de los árboles y esgrimieron espadas en su contra!

El Qi de Hua Jing Lan se dispersó y la pared de Qi desapareció. Su cuerpo flaqueó, pero por suerte Jiaoyue y Chuyun la atraparon a tiempo.

Las dos personas eran ZhuiFeng y ZhuYu. El hombre vestido de negro intercambió docenas de golpes con ambos y no continuó luchando ardientemente.

Se retiró. ZhuiFeng y ZhuYu estaban por irse también cuando fueron detenidos por Hua Jing Lan.

— ¡Alto!

El corazón de ZhuiFeng latía erráticamente. Tocó la espada en su cintura y la miró con cautela.

— ¿Dónde está su Wangye? —Preguntó riendo.

—Wangye está en su Wangfu, por supuesto —respondió ZhuYu con rigidez.

Hua Jing Lan sacó el pañuelo de Chunyu Yan de su manga.

—Devuélvele esto.

ZhuiFeng y ZhuYu jadearon. Sabían que su Wangye había venido a verla de noche, ¡pero no estaban al tanto de que había dejado tal cosa!

— ¡Ten cuidado con lo que dices! —Le dijo ZhuiFeng por lo bajo a ZhuYu.

Reacio, ZhuYu bajó su cabeza y le dijo con respeto:

—Eso le pertenece a Wangye. Solicitando a Hua Xiaojie que lo devuelva personalmente.

Hua Jing Lan, divertida, los miró primero a ambos y luego al pañuelo.

—Déjenme adivinar. En la antigüedad el pañuelo era una muestra de amor, ¿no es así?

Ambos sintieron que un escalofrío les recorrió la espalda.

—Parece que adiviné correctamente. —Hua Jing Lan sonrió mientras añadía —Chunyu Yan está enamorado de mí en secreto. Si le llegara a pedir dos personas… No sé si él estaría de acuerdo…

ZhuiFeng apretó los dientes. De inmediato arrodillándose y recibiendo el pañuelo con ambas manos.

—Hua Xiaojie, por favor, ¡tenga piedad!

Incluso si regresaban sólo para ser golpeados hasta la muerte por Chunyu Yan, ¡seguía siendo mejor que caer en manos de Hua Jing Lan!

Hua Jing Lan le dio unas palmadas en su cabeza.

—Qué obediente. Escuché que Xiaoyao Wangfu tiene un muy buen vino…

— ¡ZhuYu le reportará esto a Wangye!

Hua Jing Lan sonrió ligeramente, mientras acariciaba el hermoso rostro de ZhuiFeng.

—No vengas a mi patio con intenciones de ser un búho nocturno. El Pabellón TiTou está corto de productos frescos. Si quieres ir ahí, ¡sólo dime!

Al escucharla, ambos se encogieron y se convirtieron en dos sombras huyendo por la noche.

Jiaoyue miró a Hua Jing Lan de arriba a abajo. Habiéndose ya acostumbrado a situaciones extrañas, se quejó:

— ¡Hasta dormir en paz es difícil!

—Mei’er dijo que un gran árbol atrae al viento. ¡Nuestra Xiaojie es ese árbol! —Dijo Chuyun con orgullo.

—Quién hubiera pensado que Chuyun no sólo es bueno para calentar la cama, ¡también es culto! —Exclamó riendo mientras pellizcaba su mejilla.

En ese instante se escuchó el estruendo de la puerta del patio siendo abierta de una patada. Una docena de sirvientes sosteniendo antorchas entraron seguidos de una figura…

Hua Jing Lan sonrió con frialdad. ¡Un gran árbol realmente atraía al viento!

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