La consorte favorita del Príncipe Demonio – Capítulo 101.1: No admitiré la derrota (1)

Traducido por Usagi

Editado por Meli


Cuando Wanyan Kang subió, Murong Qi Qi se dirigió a su asiento y se acurrucó en los brazos de Feng Cang, miró con pereza a Longze Jing Tian.

—¡No lo mires! —Giró la pequeña cara de la mujer hacia él—. Aparte de mí, ¡no puedes mirar a otros hombres, en especial a él!

—¿Por qué? ¿por qué es especial? —Fingió no notar sus celos, abrió mucho los ojos para lucir más inocente que un ciervo y parpadeó hacia Feng Cang—. Primer príncipe ¡dímelo!

Al ver a su señora actuar de manera seductora con su esposo, Su Mei y Su Yue se hicieron a un lado con una sonrisa en el rostro, porque la pareja necesitaba espacio para hablar en privado.

—¡No mires, solo eso, no lo mires!

No le gustaba que Longze Jing Tian miraba a Murong Qi Qi como un cazador a su presa. Aunque la forma en que Li Yun Qing la miraba tampoco era normal, al menos no era tan obvio. En el pasado había existido cierto acuerdo matrimonial entre ellos si no fuera por aquel suceso que lo orilló a escribir la carta donde rompía su compromiso, a estas alturas, Murong Qi Qi habría sido su esposa.

El solo pensamiento de la mujer encantadora, convirtiéndose en la novia de otro, hizo que su corazón se sintiera pesado. Incluso parecía que Longze Jing Tian había descubierto lo valiosa que era Murong Qi Qi y comenzaba a prestarle más atención, haciendo que Feng Cang se volviera más posesivo ¡La sensación de que otro pensara en su mujer era horrible!

—Qing Qing, ¿de qué hablaste con Wanyan Kang hace un momento? —Le mordió la oreja con suavidad—. Dime, dime, ¿de qué hablaste? ¿Tiene algo que ver con Longze Jing Tian?

El aire caliente en su oreja y la forma en que la mordió le provocaron un estallido de emociones y lo apartó.

—¡Wangye, hay mucha gente aquí!, ¡presta atención a tu imagen!

—¡Bien!Si me cuentas el secreto, ¡te dejaré ir!

No era fácil convencerlo si se trataba de Longze Jing Tiang.

—Bien… —Posó la mano en su oído y le susurró.

—¿De Verdad? —Los ojos de Feng Cang mostraban emoción—. ¡Qing Qing eres la mejor!

—¡Humph! ¡Por supuesto! —Encarnó una ceja

Este hombre me humilló una vez ¿sabes que en este mundo, las mujeres y las personas de mente cerrada son las más difíciles de tratar?

Que no le hiciera algo entonces, no significa que haya olvidado la humillación que me causó. ¡Así que dejaré que alguien más le enseñe una lección en mi lugar!

—Lamento mucho no haberlo derrotado en esta pelea, le dije Wanyan Kang, que si gana le compraré un set de joyas para Su Mei como dote.

—¿Él aceptó?

—¡Claro! ¡Incluso los héroes tienen un precio! —declaró con un rostro triunfante.

—¡Eres tan traviesa! ¿Por qué no descubrí antes que mi pequeña wangfei era una niña tan traviesa? —Le tocó el puente de la nariz.

—No soy una niña…—Arrugó la nariz para mostrar su descontento.

—Bien, la competencia va a comenzar concentrémonos en eso.

En la arena, Longze Jing Tian expulsó su poder para evitar lo sucedido a Li Yun Qing. Temía que Wanyan Kang aprovechara el momento crucial  para tomar la iniciativa, y así perdería la oportunidad de mostrar su potencial, por lo que demostró su poder desde el inicio.

Wanyan Kang bostezó ante su impaciencia, él estaba tratando de intimidarlo, era tal y como lo había descrito su primo político. ¡Este hombre tiene una horrible personalidad!

Recordó las palabras de Murong Qi Qi.

Si ganaba contra Longze Jing Tian. Podría tener las joyas de Tong Bao Zhai de Guanghua gongzi. No solo las mujeres se sentían atraídas por ellas; incluso él, las amaba tanto que era incapaz de menospreciarlas. Si Su Mei obtuviera un juego de joyas ¡estaría muy feliz! No importa qué, por esas joyas, ¡él lucharía con su vida!

—¡Por favor! —Longze Jing Tian hizo un gesto de petición.

Wanyan Kang resopló.

¿Podría ser esa la avaricia que mencionó su prima política? ¿Es un falso caballero? ¡Ni siquiera han sonado los tambores que marcan el inicio de la competencia! ¿Qué pretendía al mostrar su poder e invitándolo a pelear? ¡Era un hipócrita! ¡No es de extrañar que la prima te abandonara! ¡He de decir que tomó una decisión sabia!

Y al ritmo de los tambores, comenzó la batalla.

Longze Jing Tian empuñaba una exquisita espada azul, se dirigió como una flecha hacia Wanyan Kang. Éste se rió, su contrincante no podía restringir su personalidad.

 ¡Juguemos con él!

No expulsó su poder; solo jugó al gato y al ratón.

—¡Es un sinvergüenza! —maldijo Longze Jing Tian.

Wanyan Kang tenía la intención de  agotarlo a como diera lugar. Murong Qi Qi le contó que en la pagoda, se había lastimado los pies y aunque la medicina que le dio  era muy buena no era milagrosa, a lo sumo, tendría costras.

¡Sus pies estaban vendados y le dolían!

No importa si era o no un gato negro el que ganara la competenciá, ¡el seguia siendo el rey!, y ahora tenía una ventaja que aprovecharía: ¡esos pies vendados eran una ventaja para él!

Además estaban las malas intenciones de Longze Jing Tian hacia Murong Qi Qi.

¡Era un hombre muy desvergonzado! En el pasado, rompió con ella y ahora quería arrepentirse. ¿En qué lugar del mundo existe tal cosa?

Solo Feng Cang, es digno de Murong Qi Qi.

En la arena, él continuaba esquivando los ataques de Longze Jing Tian; fue como si pudiera observar sus movimientos desde cualquier ángulo. Dejándolo indefenso.

—Longze Jing Tian, continúa, ¡que debemos calentar antes de empezar! —Wanyan Kang reveló una sonrisa traviesa.

La audiencia estaba ensimismada en la pelea algunos ya calculaban que se habían corrido ciento ocho vueltas.

¿Qué aún no ha calentado? ¿Incluso cuando corrió durante tanto tiempo? ¡Parecía que su alteza se estaba divirtiendo deliberadamente!

Si estuvieran en otro país, la audiencia le habría escupido y lo obligarían a bajar de la plataforma. Sin embargo, ahora estaban en Bei Zhou y los ciudadanos se veían felices. Lo importante era que la quinta alteza gane, ¿por qué molestarse con las medidas que usó?

Para apoyar a Wanyan Kang, hubo personas en la audiencia que vitorearon:

—¡Su alteza, tómese su tiempo para calentar! ¡Lo que tenemos de sobra es tiempo!

—¡Así es, alteza! En el peor de los casos, cenaremos aquí antes de irnos a casa .

Longze Jing Tian temblaba de furia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 

error: Contenido protegido